Por Sebastián Ernesto González

El día domingo 21 de mayo se realizaron diferentes actividades a nivel político, a diferencia de las elecciones generales del año 2013, en esta ocasión la derecha se ha consolidado, el sector más conservador sigue ligado e impulsando la reelección de Juan Orlando Hernández. Por otro lado, la derecha disconforme con la continuación del régimen Juanorlandista, se ha logrado adherir e la Alianza de oposición, quien llevará a la cabeza la candidatura de Salvador Nasrralla.

El líder del Partido Anticorrupción (PAC), Salvador Nasralla, fue seleccionado como el candidato presidencial de la Alianza de partidos de oposición en la asamblea nacional que se realizó en Tegucigalpa, el anuncio del candidato lo hizo la ahora ex presidenciable, Xiomara Castro de Zelaya. Esta alianza de oposición la integran el Partido Libertad y Refundación (Libre), el Partido Innovación y Unidad Social Demócrata (PINU-SD) y el PAC, así como disidentes del Partido Liberal y del Partido Nacional.

Con la alianza en las actuales circunstancias, no hay indicios de que las dirigencias opositoras lleven a la población a las calles. Atrás quedaron las multitudinarias movilizaciones en contra del golpe de estado y el Frente Nacional de Resistencia Popular fue totalmente devorado por el Partido Libre y desaparecido del escenario de lucha.

El clamor popular nuevamente será canalizado a la efervescencia electoral, y el activismo político será el quehacer cotidiano de muchos de los dirigentes del desaparecido FNRP. Pero también las dirigencias intermedias se moverán al ritmo de los plazos de la institucionalidad burguesa y no habrá tiempo para llamar a luchar, lo mismo se puede asegurar del sector de la izquierda que se plegó a Manuel Zelaya dentro de Libre y que abandonó las banderas de lucha.

El Partido Liberal y su alianza con el Partido Nacional

No fue ninguna sorpresa que el candidato del Partido Liberal anunciara que van solos a las elecciones de noviembre. Son siete años de matrimonio entre el PN y el PL, de hecho; el PN ha llegado a controlar toda la institucionalidad del estado precisamente por la fidelidad del PL. Matrimonio que sellaron con el golpe de estado del 2009 y que han consolidado en cada votación dentro del Congreso Nacional.

Si en las elecciones generales del 2013, fue el PAC el partido que le mermó un significativo porcentaje de votación al Partido Libre, en estas elecciones el papel lo hará el PL, y de hecho, su propósito será arrastrarle un buen porcentaje de electores a la alianza opositora.

Al pueblo solo le queda ir a las calles

La candidatura de Salvador Nasrralla en la alianza opositora solo significa que un sector de la derecha que se encuentra intranquilo con JOH, pretende alcanzar cuotas de poder utilizando al Partido Libre, igual se puede afirmar del sector zelayista de Libre al unirse con el Partido Anticorrupción. Dentro del programa de propuesta que han presentado los dirigentes opositores, en ningún momento contemplan salir a luchar a las calles, o bien, una serie de acciones escalonadas para hacer sentir la tan exclamada frase de fuera JOH o para reivindicar las conquistas perdidas por los trabajadores.

En la actual circunstancia, con las dirigencias sindicales y gremiales apaciguadas y con las dirigencias opositoras volcadas en las elecciones, el pueblo se encuentra huérfano de dirección. Es de resaltar el llamado del COLPROSUMAH Y COPRUMH ante el IX Congreso de la Confederación Unitaria de Trabajadores (CUTH), para trabajar en el sentido de reorganizar la Coordinadora Nacional de Resistencia Popular (CNRP) y proponen en la proclama firmada por ambas organizaciones, un paro cívico nacional para el mes de octubre.

Sin duda alguna que el solo hecho de leerlo en una propuesta ya es motivador en este momento de ausencias de liderazgos del movimiento sindical y popular. Al pueblo solo le queda la opción de defenderse en las calles para detener los planes de miseria de JOH

La participación electoral no es la salida para los trabajadores, a los gremios y los sindicatos solo les queda democratizarse y generar una propuesta de lucha tendiente a rescatar lo perdido. El trabajo será arduo, porque los afiliados dejaron de creer en las dirigencias, las dirigencias intermedias deben postularse a ser dirección e iniciar una estrategia con un programa mínimo.


Por Max Luján

Como era de esperarse, el Congreso Nacional aprobó el día jueves 4 de mayo la penalización del aborto. Algunas figuras del engranaje político y religioso se encargaron de echarle leña al fuego, antes que se diera el veredicto del Poder Legislativo, polemizando así el tema y llevándolo a crear la polarización entre los sectores que estaban favor y los sectores que estaban en contra de la despenalización del aborto.

Las iglesias Evangélica y Católica ya habían conformado un frente común en contra de la despenalización del aborto. La confraternidad Evangélica se pronunció a través de un comunicado manifestando lo siguiente: “Rechazamos todo intento de legalizar el aborto de ninguna categoría porque ninguna ley humana está sobre el derecho a la vida que tiene todo ser humano; derecho que es dado por el creador” (El Heraldo, 21/4/17)

Por la iglesia católica, el sacerdote Juan Carlos Ramírez resaltó: “Hoy, una vez más la Iglesia nos dice no al aborto, sí a la vida, esa es la misericordia de Dios, la Iglesia quiere que se respeten las realidades profundas del ser humano” (La Tribuna, 21/4/17)

Otros sectores como el grupo Provida y la bancada del Partido Nacional dijeron un NO rotundo a la despenalización, así lo sostuvo Antonio Rivera Callejas, vicepresidente del Congreso Nacional: “No estamos a favor en cualquiera de los escenarios ya sea por violación, estupro o que pongan en peligro la vida de la madre. Debe seguir penalizado” (La Prensa, 22/4/17)

Por otro lado, los sectores que lucharon a favor de la despenalización del aborto, fueron sectores como La asociación Somos Muchas y Articulación 611, que aglutinan diversas organizaciones feministas, ellas fueron las que impulsaron la despenalización del aborto por tres causales: Cuando el embarazo es producto de una violación sexual o de un incesto, cuando pone en grave riesgo la salud y la vida de la mujer embarazada y cuando existen malformaciones congénitas incompatibles con la vida. Regina Fonseca, representante del Centro de Derechos de la Mujer, fue una de las delegadas que propuso al Congreso Nacional esta iniciativa “para que en el Código Penal haya tres excepciones a la penalización del aborto y así salir de este atraso”. (La Prensa, 22/4/17)

La discusión sobre la despenalización del aborto se dio en el marco de la aprobación de un nuevo código penal, estamento jurídico que, según los congresistas, pretende ser más respetuoso con los derechos humanos. El artículo 126 del anterior código penal, pretendía reformarse en este nuevo código penal, para denominarse artículo 196, el cual poseía excepciones para que la acción del aborto no fuese catalogada como un hecho punible. Y contemplaba que la interrupción del embarazo debía ser practicada por un médico o bajo su dirección y realizada en un centro sanitario público o privado, este debía cumplir primero con el requisito de contar con el consentimiento expreso de la mujer.

Al final, este artículo no fue reformado y quedó tal como estaba estipulado en el código penal anterior, donde se penaliza el aborto con sanciones que van desde los tres hasta los diez años de reclusión. Este artículo 126 establece que el aborto es la muerte de un ser humano en cualquier momento del embarazo o durante el parto. Y establece una pena de 3 a 6 años de prisión a la mujer que lo consienta y produzca, con 6 a 8 años de reclusión a la persona que lo provoque con violencia; de 8 a 10 años de reclusión a quien lo provoque con engaño y violencia y de 4 a 6 años a la persona que lo ocasione con violencia, pero sin el propósito de causarlo.

El tema del aborto se manejó una vez más de forma demagógica por la clase política, y más por el Partido Nacional, debido a que estamos en un año electoral y la maniobra de los “Cachurecos” es atraer a los sectores reaccionarios como a la iglesia católica y Evangélica para su proyecto reeleccionista. En este tema vemos cómo actuó la doble moral burguesa, religiosa y política.

En el PSOCA condenamos la prohibición del aborto, ya que les quita a las mujeres el derecho democrático a decidir sobre su cuerpo. Llamamos a luchar por la derogación de esta ley, solo las mujeres pueden decidir el futuro de las propias mujeres. El Estado debe de asumir todas las políticas relacionadas con la planificación familiar, esto implica educación sexual y toda campaña de prevención en los colegios y escuelas. Todas estas campañas de educación sexual lo que van a crear es que los jóvenes prevengan embarazos indeseados y no haya necesidad de aborto. El aborto debe ser la última medida que se tome cuando ocurre algo que no desean las mujeres, que este sea libre, gratuito, con seguridad y que no hallan daños; pero no solo por violación o por defectos congénitos, esto debe ser más amplio, democrático y que tiene que ser seguro y asumido por el Estado.


Por Sebastián Ernesto González

Un año más sin pena ni gloria en la movilización del día del trabajador, los Sindicatos afiliados a la Confederación de Trabajadores de Honduras (CTH), la Central General de Trabajadores (CGT), la Confederación Unitaria de Trabajadores de Honduras (CUTH), y el Frente Nacional de Resistencia Popular (FNRP) desaprovecharon la oportunidad para presentar un plan estratégico de lucha en contra del nefasto régimen neo liberal de Juan Orlando Hernández. Decir que fueron pocos o muchos trabajadores a la gran movilización de la capital es innecesario ante la falta de propuestas para recuperar lo que JOH y sus secuaces liberales han violentado una y otra vez, como ser los derechos laborales que tanta sangre costó desde la huelga de 1954.

Ante la poca elaboración de consignas y mantas condenatorias, sobresalió El 1 de mayo recién pasado más por el cruce de piedras y bombas lacrimógenas entre jóvenes que integraban la movilización en Tegucigalpa, con militares que resguardaban la casa del Partido Nacional o bien, la presencia del Ex Presidente Manuel Zelaya en bicicleta sin escolta alguna. Los líderes de la oposición política tampoco aprovecharon para llamar a la lucha en contra de JOH y al parecer, tanto la presencia de Manuel Zelaya como de Salvador Nasralla al final de la movilización, era en propaganda política. Personajes que lideran a los partidos LIBRE y PAC pero que se niegan a movilizar a la población para detener a JOH. Este 1 de mayo no fue la excepción.

Los trabajadores que asistieron, lo hicieron motivados por la celebración que hizo cada sindicato al culminar la misma y no por algún trabajo estratégico previo hecho por las dirigencias (si es que lo hicieron), para hacer un llamado de condena y repudio a JOH y sus cómplices. Este 1 de mayo no se compara con el ímpetu y la ardua labor de los participantes en las movilizaciones del día del trabajador posteriores al golpe de estado de 2009.

Las Centrales Obreras sacaron un manifiesto en el que solo rechazan y condenan la política represiva de JOH, entre otras cosas señalan “… planteamos la necesidad de luchar por un modelo de desarrollo económico y social alternativo, de esencia popular y democrática, que reivindique el trabajo como fuente de la riqueza y de realización del ser humano”. “… la clase trabajadora no olvida ni perdona el saqueo al Instituto Hondureño de Seguridad Social (IHSS), el Instituto Nacional de Previsión del Magisterio (INPREMA), la Empresa Nacional de Energía Eléctrica (ENEE), entre otras y exige al Mecanismo de Apoyo contra la Corrupción e Impunidad en Honduras (MACCIH) la investigación, judicialización y cárcel para los responsables intelectuales y materiales de estos abominables actos de corrupción.”

“La necesidad de luchar” planteada es vacía y en abstracto, en ninguna línea plantearon un plan de lucha para detener la reelección de JOH o revertir leyes que eliminan derechos de los trabajadores, los más afectados en toda esta arremetida post golpe. No es de extrañar, las dirigencias actuales de las centrales obreras tienen por costumbre sentarse con los gobernantes a negociar y a entregar las luchas. Y, ante la ausencia del FNRP de la lucha en las calles, no quedaba más que esperar a los afiliados de los sindicatos para que les pasaran lista.

Pero también, los firmantes del manifiesto, ponen toda la credibilidad en la MACCIH y exigen que condenen a todos los que saquearon las instituciones del Estado. En ningún momento plantean levantar y movilizar un movimiento en las calles para que se condene a los saqueadores de las instituciones afectadas y que vayan a la cárcel los delincuentes, desconociendo que la MACCIH es una herramienta tanto de JOH como del imperio para controlar a quien se condena y a quien no.

Solo los mismos trabajadores podrán trazar su ruta

Los trabajadores no pueden seguir dejando en manos de los mismos burócratas la dirección de las Centrales Obreras o la dirección de sindicatos y gremios. Son los mismos afiliados que tienen la potestad de cambiar las direcciones cuando se realizan las votaciones de Juntas Directivas, pero también hay que postular a los mejores luchadores y luchadoras.

La clase trabajadora debe organizarse nuevamente e iniciar la recuperación de las conquistas perdidas, en las actuales direcciones no hay esperanza de lucha ni indicio de la misma, tampoco la hay en la alianza opositora. Es un craso error dejar como única alternativa la toma del poder vía electoral, precisamente por la participación electoral fue que se desmovilizó las luchas y sigue deteniendo el clamor popular.

Que las consignas gritadas el 1 de mayo en contra de dirigentes traidores se reflejen en la elección de una inmediata dirección que esté dispuesta a llamar a la lucha.


Por Mateo Raudales

I

La universidad latinoamericana ha sido, desde el siglo XVI, un campo de la acción social. Ha definido sus contenidos en una correlación de intereses y principios que la mantuvieron hasta la Reforma de Córdoba en 1918, y todos sus brotes transnacionales, al margen de las contradicciones sociales y políticas de su tiempo y época.                                              

La muy mencionada “autonomía universitaria” no ha sido tampoco garantía de un quehacer fundado en la inclusión e igualdad de acceso a los recursos y medios del conocimiento; más bien, la crisis por la democratización de universidad es una exposición transcultural de la ruptura de una generación en formación (la pequeña burguesía de principios del siglo XX), con otra que, para la década de 1990, se insertaba en las dinámicas neoliberales, poniendo entredicho lo anterior instituido sobre la universidad.

Para Centroamérica esto será más complejo. Entre 1870 y 1930 sucedió un proceso discontinuo de reformas liberales, discontinuo en cuanto que no tuvo una linealidad en cada país, no se delimitó en las mismas condiciones, ni se representó con los mismos actores. Honduras y Nicaragua no pudieron consolidar nunca las reformas; la intervención norteamericana cercó la consolidación de un mercado y una élite local, y fortaleció el clientelismo y las prebendas entre los grupos burocráticos de los gobiernos.

Guatemala y El Salvador construyeron Estados centrales sobre un fuerte ejercito profesionalizado como base política; el Estado central priorizó la formación de las élites y amplió la concesión de tierras para las economías agroexportadoras de enclave, pero también construye una legitimidad fáctica del poder liberal en el Estado. Costa Rica, por su parte, sin pronunciadas contradicciones entre las élites locales, la caficultura creó un mercado amplio sin una polarización entre el campo, la ciudad y sus agentes; y, por lo tanto, con un Estado central sin un aparato militar represivo.

A mediados del siglo XX, los regímenes centroamericanos otorgaban a las universidades estatales la “conquista” –bajo modos marcadamente distintos– de la “autonomía”; 1944 Guatemala, 1949 Costa Rica, 1957 Honduras, 1958 Nicaragua. En este período las élites económicas intentaron consolidar una institucionalidad que garantizará una racionalidad de la acción pública, el Estado-nacional sería garante de condiciones plenas para la inversión extranjera y la consolidación de un mercado local vinculado a las dinámicas internacionales: era necesario profesionalizar y secularizar la educación y la formación de mano de obra, las universidades entonces serían su medio.

De este proceso hay mucha discusión y perspectivas para abordarlas. En su contexto histórico, la “ruptura generacional” expuesta, evidenciada por la crisis de legitimidad no es más que el reflejo de una más grande: la crisis de hegemonía. Aquí la universidad pública se sitúa erráticamente ante la proliferación de universidades privadas y de nuevas modalidades de educación superior que, ante una generación renovada, no puede sino renegar de sus objetivos y quehacer; el Estado, y las élites que determinan sus relaciones de poder, ya no necesitan a la Universidad y ésta, contrayendo sus espacios y recursos, va reduciendo el acceso y la permanencia a través de una normalización más excluyente y selectiva, asimilando estándares y procedimientos de acreditación que ponen en contradicción su campo, su sentido y misión ante la sociedad, llevando así a otra crisis: la crisis institucional.

II

Este es el campo actual de la UNAH. Desde el 2010 una generación, alimentada por el Golpe de Estado fueron habilitando una propuesta crítica hacia una democratización de la universidad. Estudiantes, docentes y trabajadores, identificados como “personajes” periféricos a un Proceso de Reforma que, desde el 2004, asumían las autoridades verticalmente. Esa generación tuvo una experiencia disímil hasta 2015. Dieron forma a las primeras propuestas de organización, consolidaron una vida orgánica estudiantil, ampliaron la base de las asociaciones de carrera, fundaron núcleos de agitadores, organizadores y dirigentes como los Movimientos Independientes, además de visibilizar la condición corrupta y autoritaria del poder dentro de la UNAH. Toda esta generación se nutre de las experiencias barriales, células de organización popular surgidas desde la resistencia civil durante el Golpe de Estado; organizaciones de secundaria, escuelas de formación de izquierda, etc. Esta generación vivió una coyuntura crítica, se posicionó radicalmente en contra del Estado y sus aparatos represivos (ejército, policía, fiscalía) e ideológicos (universidad).

La acumulación de estas experiencias desembocó en dos momentos cruciales para comprender el estado actual del movimiento estudiantil. La toma del 2015 con la plataforma de la Mesa Amplia de Estudiantes Indignados (MAEI), y la toma de 2016 con la plataforma del Movimiento Estudiantil Universitario (MEU). La primera, no afiliada a la política de la Plataforma Indignada o de algún partido político en particular (PAC, LIBRE), toma el concepto de “indignación” para representarse ante un imaginario emergente de crítica a la acción burocrática corrupta, pero no radicalizado.

La coyuntura “antorchera” posiciona a un amplio sector de la clase media hondureña en un campo de acción comunicativo, donde la distribución de opinión por redes sociales –principalmente– fraccionó la visión de la ciudadanía ante la administración del erario público. Del mismo en modo en que se dio “apertura democrática” en Honduras, particularmente, a partir de finales de la década de 1970 por intereses coactivos del imperialismo “gringo”, previniendo la insurgencia popular; la embajada norteamericana lideraba para el 2015 una estrategia y propuesta transversal para Guatemala y Honduras denominada: CICIG o CICIH, respectivamente.

En este escenario surge otra generación. Una vinculada a la “opinión-verdad” de los medios de comunicación. La política se tras-torna en las redes sociales, imprimiendo una imagen más light, legalista y mediática al conflicto y la lucha por el poder y sus medios. Esta generación, herencia funesta de pactos, rencillas, cabildeos, medios coercitivos y resoluciones conciliatorias, forma muy rápidamente una imagen muy distante de soluciones a la crisis universitaria expuesta por una generación dispersa, desgastada y criminalizada.

En el MEU se afrontan radicalmente estas dos generaciones. Su dirección inicial organiza las estructuras y discursos con una sobrellevada experiencia que permitió una distribución de tareas bien lograda en cada espacio y grupo social: el MAU logró agitar las bases, Ciencias Sociales politizar y formar estrategias, Derecho generar propuestas legales e Ingeniería disponiendo su extensa base molesta y afectada por la coyuntura específica de las Normas Académicas. La experiencia de la “generación del golpe” se plasmó en una maduración de discursos, mecanismos y prácticas de luchas. Sin embargo, la institucionalidad fue profundizando la criminalización dando apertura a una “urgente” reconsideración de objetivos: pasando de derogación de normas académicas a un diálogo que permitiera la libertad de los y las compañeras, con ciertos subterfugios como la participación estudiantil.

Este momento fue asumido por la generación “indignada” o “antorchera”, desplazando de la plataforma a su antecesora generación en la dirección del movimiento estudiantil. No pendiente de la ausencia de formación y sobre las mismas estructuras de organización durante una huelga, el MEU no pudo dar respuesta a una ola de reacción conservadora que tomó por asalto a las asociaciones de carrera: desde biología, nutrición, microbiología, filosofía, psicología, economía, hasta historia. La autonomía de los MI (Movimientos Independientes) y de las restantes asociaciones igualmente se fue diluyendo. Sin ser una asamblea, las reuniones de Comisión Política decidían deliberadamente asuntos colectivos relacionados a la vida estudiantil; enterrando progresivamente el perfil que, tan alusivos a la “opinión-verdad”, fueron perdiendo sin comprender las reglas estratégicas de poder mediático y sus redes.

Esta reacción conservadora toma formas variadas. Su principal generalidad es la desmoralización de la comunidad estudiantil. El estudiante no pudo materializar en logros concretos los acuerdos del 28 de julio de 2016, asumiendo una actitud apática a la convocatoria del MEU. De la misma forma, el MEU fue incapaz de convertir un recurso político de la organización, en una necesidad de las bases o bien de las masas. Por ejemplo, el consenso de Reglamento Electoral Estudiantil no tuvo un respaldo legítimo de las asociaciones de carrera, primero, porque la discusión fue lograda en una célula no representativa de la huelga para consensuar posiciones entre Centros Regionales, que se tornó en un espacio político de decisión; segundo, porque los momentos del consenso no fueron delatados como un proceso de construcción, sino de revisión y debate a propuestas aún más reducidas; tercero y último, la comunidad estudiantil no sólo desconociendo este proceso, era indiferente a su objetivo o beneficio.

Reconocer estas condiciones es crucial para ampliar las discusiones sobre estrategias y escenarios de las asociaciones de carrera ante un arrebato conservador de sus dirigencias. La reticencia de las autoridades universitarias por dar participación a la representación de las asociaciones de carrera, ha cambiado. La oportunidad de consolidar un precedente institucional de la universidad es urgente, en especial después de dos crisis estudiantiles que cuestionaron la “gobernabilidad institucional” de la UNAH; y que ahora, con un grupo de dirección ávido de conciliaciones, acuerdos y prerrogativas (MEU), puede negociar la “representación legitima” tan necesaria para dar buen visto a un Proceso de Reforma Universitaria que ha hundido sus procesos en una política de selección y exclusión.


Por Ricardo Velásquez

Ya han pasado, casi 4 meses desde que la Ministra de Educación, Rutilia Calderón, asumió las riendas de la Educación Pública. Desde entonces, cesó la angustia permanente de los docentes, ocasionada por el tristemente célebre Marlon Escoto, a través de constantes “oficios” tendientes según él, a resolver la problemática educativa, pero que, en la realidad, solo logró retroceder abismalmente la calidad de la educación pública. Esto lo demuestran los altos índices de reprobación en la educación media y en las Pruebas de Aptitud Académica (PAA) aplicadas en la Universidad Nacional Autónoma d Honduras (UNAH), así como los exámenes de admisión aplicados en la Universidad Pedagógica Nacional Francisco Morazán (UPNFM).

Según Darío Cruz, Vicerrector de Educación a Distancia de la UPNFM, “En la PAA que se realiza en la UNAH, donde se miden conocimientos básicos, la tendencia es que la gran mayoría de estudiantes no están llegando a los 800 puntos, siendo los de las instituciones públicas la que presentan mayores deficiencias”. “Haciendo una mirada de los últimos 5 años estamos evaluando el tipo de estudiantes que estamos recibiendo, cada vez son menos las competencias que se le vienen desarrollando, hay serios problemas de escritura y de comprensión lógica matemática, conocimientos tan básicos como los de las tablas de multiplicar no los tienen”. EH (04/04/2017).

Para Juan Ramón Martínez, peón del régimen y analista del acontecer nacional, ante el manifiesto deseo de Marlon Escoto por ser Rector de la UNAH, resume la labor que hizo este, de la siguiente forma; “¿cómo va a traer un fracasado y lo va a llevar a entregarle la principal universidad de Honduras?...presentar como candidato alterno a Marlon Escoto, es insultar la inteligencia del pueblo hondureño…no tiene absolutamente idea de lo que es la educación”. El Tiempo digital (18/04/2017)

Sin lugar a dudas que en esto estamos de acuerdo con uno de los grandes detractores de los maestros, sin importar el motivo por el que lo dice, lo cierto es que la política educativa impuesta ilegal y agresivamente por los gobiernos sucesivos de Porfirio Lobo y Juan Orlando Hernández a través de Marlon Escoto, ha orillado al grueso de jóvenes de la educación pública a un nivel paupérrimo de conocimientos, lo que repercutirá en el futuro inmediato.

Remediar el asunto no será fácil sino existe una propuesta educativa donde se tome en cuenta el papel del docente en el aula de clase. De ahí que se sacó al ex Ministro de Educación por la puerta de atrás y en su lugar se puso a la que era en eso entonces Vice Rectora de la UNAH y mano derecha de Julieta Castellanos.

Hasta ahora, al menos la actual ministra no ha dado muestra de pretender seguir asediando a los docentes, quizás como política de JOH para adecentarse ante el gremio ante las elecciones generales de noviembre. Después de todo, el principal objetivo exigido por los financistas externos ya lo cumplieron: desaparecer las conquistas docentes y mantener el gremio callado y amedrentado.

Pero, por otro lado, existe un adormecimiento en la nueva ministra, para revertir las políticas equivocadas de Escoto, como que si existiera un temor a los cooperantes externos. Ese sistema de evaluación ipso facto lo hubieran cambiado, pero con la participación de los docentes, no con el propósito de solo mejorar cifras estadísticas sino más bien, el compromiso de todos de mejorar las competencias mínimas requeridas en los educandos.

El daño hecho a la Educación a través de Marlon Escoto es enorme, la ministra ya ha llamado a algunos dirigentes del magisterio, pero aún no se actúa en la toma de decisiones. Medidas como ese esquema de evaluación, la jornada extendida, el programa Todos Podemos Avanzar (TPA), las reiterativas nivelaciones tal y como están, deben ser revocadas, pero hay que llamar a los docentes para que participen de forma activa en propuestas para sub sanar la situación.

Parece que hasta ahora el sistema educativo se encuentra en letargo, haciendo lo que ya dejó ordenado Escoto, pero es el momento de que tanto alumnos como padres y madres de familia y docentes levanten cabeza y exijan una Educación Pública de Calidad, sin quedarse en el estribillo de los 200 días de clases.

El magisterio tiene una ardua tarea por delante; presentar una propuesta que de verdad mejore el rendimiento académico de los alumnos, tarea difícil tomando en cuenta el estrato socio económico de los mismos. La propuesta, que puede llevarse a una lucha sistemática, debe abarcar beneficios pedagógicos para los educandos y otros.

¡A defender la calidad de la Educación Pública ya!

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