Por Horacio Villegas y Mateo Raudales

Previo a la realización del congreso de estudiantes, varias de las decisiones tomadas por los supuestos dirigentes del MEU provocaron malestar en la colectividad de estudiantes universitarios: el hecho de haber sido financiados en gran parte por las autoridades de la institución, también por la actitud acrítica y cerrada de parte de la cúpula del movimiento, de amenazar a las demás organizaciones de estudiantes independientes para que no mostraran ningún tipo de volante alusivo al cuestionamiento directo sobre el congreso, o propuestas para establecer discusiones sobre temas de importancia nacional.

El 19 de abril se llevó a cabo la inauguración del congreso de estudiantes con la expectativa de abarrotar los espacios y conseguir el ingreso de la mayoría de los compañeros que en algún momento se sentían identificados con el MEU. La fuerza de los hechos no se hizo esperar: hubo minoría de gente en este caricaturesco espacio. Parece pues, que cuando se allanan los límites de la crítica y se dejan sentar sospechas por la vulneración de la autonomía de los estudiantes –debido a la intromisión de las autoridades–, un tremendo rechazo se presenta sin más.

El fracaso de este congreso no reside tanto en estas situaciones mencionadas, tiene que ver más con el apaciguamiento de las movilizaciones, la falta de reformular los alcances políticos y académicos del movimiento, el hecho de que una minoría de supuestos dirigentes sean los depositarios y dueños de las discusiones, y no tener claro el horizonte de largo alcance dentro del espacio universitario y el país. De todo esto deviene el poco impacto que tiene la existencia del MEU, y las negativas que se presentan a la hora de las convocatorias a cualquier actividad.

La tragicomedia dentro del congreso de estudiantes

Varias actividades fueron realizadas en la inauguración del congreso estudiantil, hubo una excelente participación de artistas afines a las luchas sociales, y también se invitó a académicos que por su experiencia combativa en el siglo pasado, resultarían ser grandes conversadores de nuestro tiempo actual. La tragedia se mostró inmediatamente: un congreso anunciado con bombos y platillos, que estuvo planeado para miles de estudiantes, supuso una inevitable tragedia porque se perdió el vínculo de los tantos compañeros universitarios con el movimiento estudiantil. Estamos en un tiempo de reflujo, estancados por haber hecho patente la subordinación del movimiento hacia las autoridades, y también por no perseguir reclamos que ya rocen el acomodamiento de los gobiernos corruptos como el de Juan Orlando.

La comedia no pudo ser otra que el hecho de levantarse en son de triunfo en pleno congreso y elevar los cánticos que otrora se hicieran en el ardor de la protesta, dentro y fuera de la institución, pero siempre a expensas del visto bueno de las autoridades; pero ahora fueron expuestos en un espacio cedido por rectoría y sus vasallos. El movimiento estudiantil nació en el agite, en los momentos duros y de golpes fuertes dados a la mayoría de la estudiantada, y no es posible replicar con consignas en un espacio dado por los que dieron orden de desalojo y represión a los compañeros; y no es rehuirle a la academia, como muchos dicen, solamente es hacerle justicia a los espacios construidos en la lucha.

¿Teoría o fantasmagoría?

“Sin teoría revolucionaria, no hay movimiento revolucionario” decía Lenin hace ya un siglo, hoy se presenta en un estado de abuso el enunciar una teoría que pueda acomodarse a las luchas sociales; lo cierto es que dentro de los programas reformistas y no revolucionarios cuaja una sobre elaboración teórica que pierde de vista los momentos fundacionales y de recorridos de un movimiento. En la teoría expuesta en los planteamientos metodológicos del congreso de estudiantes primó la sobreestimación teórica por encima de la comprensión de etapas concretas del movimiento estudiantil. Por estar ilusionados al creer que somos los primeros que darán rumbo a la universidad, perdimos de vista la condición real de la estudiantada. Y al parecer poco les interesa integrarse a las actividades del movimiento universitario, pues mientras los supuestos dirigentes del MEU intentan “destruir la modernidad”, la mayoría de estudiantes no se inmuta por esta nebulosa noticia.

Los primeros pasos a ser absorbidos por la institución

La supuesta dirigencia del MEU entiende a las asociaciones de estudiantes como engendros que parangonan la fútil labor de las autoridades universitarias. Las asociaciones son algo más que el efecto de leyes o reglamentos, o simplemente el retrato de la estructura parasitaria de la universidad, podrían ser el núcleo del cuestionamiento permanente de la frágil habilidad de la institución universitaria, que no arrebata la palabra en el debate público a los políticos tradicionales, quienes se mofan y aprovechan de la desgracia social.

Un movimiento universitario integrado por asociaciones, no debe suponerse como una extensión más de la burocracia universitaria, por lo que se torna importante dar por sentada su autonomía de cualquier intento de la administración por captarle, sino estaríamos frente a un club de burócratas que se alimentan de las nuevas luchas estudiantiles, amén de todos los frentes universitarios. En este sentido, el congreso estudiantil podría ser el acto de conciliación del movimiento universitario y las autoridades, quienes pueden aprovechar el reflujo actual y la falta de claridad de la supuesta dirigencia, para coronar su sórdida alineación.

Se perdió una valiosa organización

La plataforma de los movimientos sociales acompañó al movimiento universitario en muchas de sus actividades, lo que demostró que en sus inicios el MEU tuvo el respaldo de organizaciones de peso que tienen ya un largo recorrido en las luchas sociales, por ejemplo, la de los pueblos originarios que luchan por el resguardo de los recursos de la naturaleza y sus territorios (Copinh y Ofraneh, entre otras). Tal parece que la esperada actitud dócil y conciliadora de los supuestos dirigentes del MEU se dejó ver un día antes del congreso de estudiantes: uno de ellos dio a conocer su repugnante conversación con Marlon Escoto, y esto pareció ser la gota que derramó el vaso.

De fondo este desencuentro de la plataforma de movimientos sociales con el MEU quizá responda a la corta visión de los supuestos dirigentes del movimiento que cerraron espacio a la crítica, y financiaron su congreso con presupuesto de la universidad, si bien salió de nuestros bolsillos el dinero, el solo hecho de su aprobación compromete a favores posteriores con las autoridades. Se perdió una valiosa organización, pues el liderazgo de los movimientos sociales, al plantearse luchas con valor antigubernamental, ofrecen cátedras de resistencia prolongada de los sectores populares hacia las políticas represivas del Estado, manejado por gobiernos de corte conservador como el actual.

¿Epitafio de tragedia anunciada o sobre el movimiento estudiantil hoy?

El momento de reflujo del movimiento estudiantil se ha evidenciado en el proceso de inmovilización que a partir de la firma del acuerdo (28 de julio 2016) ha caracterizado la política de la mayoría de las organizaciones estudiantiles, tanto las asociaciones como movimientos independientes; supeditando las discusiones, posturas y acciones a una cúpula de dirigentes, que no han dejado de “dirigir” una constante de episodios de fracaso y retroceso: desde el consenso del reglamento electoral estudiantil que terminó desgastando discusiones con la vieja guardia de los frentes y, por lo tanto, orientados por su lógica; pasando por la extensión de las políticas de las asociaciones a una comidilla jurídica sin horizontes ni proyectos de largo plazo; hasta el ya mencionado financiamiento y acreditación de las autoridades a un Congreso Estudiantil que no hizo sino despilfarrar el dinero que la UNAH, mientras nuestros catapultados y muy entusiastas “burócratas estudiantiles” disfrutaban de gafetes, mochilas, comidas, escenarios y otras parafernalias fundadas en un agotamiento político del MEU, toma del trabajo de un pueblo que diariamente muere por las garras de la delincuencia, la pobreza y la violencia de un Estado militar.

Este momento de reflujo ha pasado de la comedia, la tragedia, a una irremediable burla de la organización que permitió una articulación acumulada de procesos desde el 2009, con la experiencia “popular” de formación desde el Golpe de Estado. A unas horas después del tan alabado Congreso, los estudiantes debatían todavía qué o quiénes eran los culpables de la falta de políticas, vida orgánica y, en un todo, porqué después de un evento que intentó replantear un proyecto político-académico de la UNAH (bajo la muy profanada fraseología: la “academia al servicio del pueblo”) en las estructuras y bajo los límites de la institución que suponen replantear, no pudo sino exponer a la comunidad nacional e internacional el desencuentro de una política estudiantil con más marketing que política, sin objetivos, planes estratégicos o una cohesión estudiantil a través de un trabajo de base.

Por Horacio Villegas y Mateo Raudales

El movimiento estudiantil universitario (MEU) logró en el 2016, granjearse del acompañamiento indispensable de la mayoría de asociaciones de carrera de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH); esta fórmula organizativa se tradujo en un permanente forcejeo entre el movimiento y las autoridades que desembocó en un apremiante acuerdo, semejante obstáculo sin duda. Las asociaciones de carrera sencillamente eran el baluarte más provisto de claridad al momento de hacer expuestos los reclamos, decisiones y propuestas en el movimiento estudiantil.

La dinámica de la lucha en el 2016 fue necesariamente el producto de años de organización acumulados, y una fuerte labor de ensayos democráticos en los espacios de participación de cada una de las carreras. Los estudiantes protagonistas de las huelgas, aquellos que encarnaron cada uno de los principios afines a su organización más cercana como las asociaciones, no dudaron en cerrar filas en una misma determinación colectiva: el peso de sus asambleas reunidas bajo el criterio de la construcción de propuestas, ampliamente discutidas.

De manera que el MEU se debió a estos espacios organizados de estudiantes que volvieron realizable la plausible toma del 1 de junio hasta el 28 de julio de las instalaciones de la Universidad, que llevó al inicio de un momento aprovechable para el reclamo de representación estudiantil en los espacios políticos y académicos de la Universidad.

Los acuerdos del 28 de julio del 2016 desataron una suerte de inmovilismo en los estudiantes y trajeron consigo una serie de intervenciones jurídicas de parte de los sectores más reformistas y conciliadores a secas –estudiantes de derecho e ingenierías, entre otros; desde entonces el MEU se ha convertido en una especie de cuerpo desmembrado que ya no sugiere el replanteamiento de la lucha estudiantil, pues ha interesado más el “papeleo” en vez de elaborar estrategias que vuelvan atrayente un proyecto a largo plazo.

Las asociaciones de carreras hoy: ¿la vanguardia del movimiento estudiantil o espacios captados por las autoridades?

En este contexto desastroso se enmarcan hoy las asociaciones de carrera; a éstas han llegado recientemente convulsiones quizá planificadas en el buró de las autoridades. Es crucial para la rectoría y varias decanaturas y jefaturas serviles, desmantelar los espacios organizados por los estudiantes: boicotear los procesos electorales dentro de las asociaciones; generar conflictos que orientan a la enemistad y oposiciones declaradas sin sentido; y de fondo, se trata de la franca aniquilación de los espacios que dieron vida al proyecto casi victorioso llamado “MEU”.

Proponemos a los compañeros que comparten el espacio de las asociaciones estudiantiles, no dejarse arrebatar sus conquistas tan bien logradas como sus reglamentaciones internas y estatutos, pues bajo el falso motivo de “reforma” se puede traicionar la voluntad colectiva que vio nacer –en años consecutivos– estos consensos de naturaleza política. La debilidad que el MEU refleja en la actualidad es motivo suficiente para que se levanten los sectores más manipulables de las carreras, con el vil ánimo de despedazar el sentido más político que reside en las asociaciones: el valor de asumir posturas que cuestionan el proyecto de universidad bajo el gobierno de las pasadas y actuales autoridades, además de debatir y consensuar ágilmente posiciones que reniegan de la enferma situación nacional, bajo el mando corrupto de los gobiernos de turno.

El congreso estudiantil universitario, o el supuesto remedio que devolverá la fuerza al MEU

“El pasado lleva consigo un índice temporal mediante el cual queda remitido a la redención. Existe una cita secreta entre las generaciones que fueron y la nuestra. Y como a cada generación que vivió antes que nosotros, nos ha sido dada una flaca fuerza mesiánica sobre la que el pasado exige derechos.” Así concluye Walter Benjamín su segunda tesis sobre la filosofía de la historia, obra publicada al castellano póstumamente en 1959, y que recuerda una tarea un tanto nublada en nuestro tiempo, el tiempo de la incertidumbre, de lo reductible, el tiempo de los fragmentos.

Como todas las generaciones, la nuestra se sitúa radicalmente en su tiempo, y no es de ninguna forma homogénea en espacio. En 1968 una generación estudiantil explotaba desde Francia hasta Argentina, y desde México hasta Praga; como proceso de larga duración, los estudiantes de la década de 1960 representaron la negación de los principios, formas y contenidos legados por una generación que, con el culmine de dos guerras mundiales en 1945, arrastraban la más profunda crisis de la modernidad occidental, vanagloriada por el “progreso”, la “civilización”, la “razón” y la “felicidad”. Ésta, como cualquier otra, no construyó su posibilidad como generación fuera de la historia: se alimentó de su pasado, de sus errores, de sus hombres y mujeres, de sus memorias y raíces.

Aquélla “cita” de la que nos habla Benjamin no es, ni podrá ser nunca un encuentro “flemático”, una especie de reconciliación apaciguada por un tiempo continuo y lineal. Más bien, como todo proceso humano, constituye un momento de conflicto donde no siempre la generación presente puede alegar ventajas, resistencia o transformación, sino que la voz enterrada del pasado también revuelve violentamente las conciencias hasta aplastar -en el inevitable andar del tiempo- nuestra apacible espera de un futuro mejor soñando en los laureles de la neutralidad, inacción, el silencio y la complicidad.

El MEU hoy se alimenta de sus propias culpas. Se sostiene como un pulpo que extiende agonizante sus tentáculos, aferrándose a fuerzas y condiciones que ni su muy anónima dirigencia de litigantes puede comprender se desvanecieron con la firma de los acuerdos del 28 de julio en 2016. Un Congreso, el “Primer Congreso Estudiantil: Eduardo Becerra lanza”, parece ser su salvación. Sin ninguna intención auténtica de crítica o restructuración, se continúa exaltando la plataforma del MEU como un espacio que, al margen del conflicto con nuestra realidad, podrá impulsar el cambio que nuestra UNAH y Honduras tanto necesitan; parangonando al héroe patriarcal que aguarda se acabe el berrinche de sus súbditos para acudir a su ineludible salvación, el MEU aguarda al Congreso para limpiar sus demonios y los terribles episodios de inmovilización que derrumbaron procesos acumulados de organización y formación estudiantil desde el Golpe de Estado de 2009, por la comodidad burocrática de “arreglos” con las autoridades que, según ellos, irán de la mano para corregir más diez años de Reforma Universitaria, enmarcada en un proceso de reajuste económico y político desde la década de 1980.  

A la espera del Congreso, las asociaciones agonizan supeditadas a una plataforma que reniega la crítica, la discusión y hasta de los principios lucha que legaron una generación que derramó su sangre en la espera de una época que se fue con el siglo y con sus grandes discursos. Tan miope de su pasado, o más bien, tan absurdamente obstinado de negarlo sin ningún carácter ético o político, desde la “dirigencia” de papel del MEU se sobresaltan entusiastas al proponer un Congreso que impida la infiltración de actores externos, reivindicando, sin embargo, la figura de Eduardo Becerra Lanza, estudiante y mártir en los 80’s por su filiación a la fuerza ideológica revolucionaria que atravesó a Centroamérica con las guerrillas, desde la formación de las vanguardias (en aquel período) de los Partidos Comunistas y el resguardo del bloque soviético en el contexto de la Guerra Fría.

En el 18 brumario de Luis Bonaparte Karl Marx escribía: “La historia se repite dos veces, primero como tragedia y después como farsa”. La comedia se agotó para el MEU. Con el fracaso del consenso del REE y su subordinación a la política de los frentes, la ausencia de unas Normas Académicas consensuadas por estudiantes-docentes-autoridades y una dirigencia incapaz de generar cohesión o suficiente nivel propagandístico que eleve los objetivos de un “Congreso Estudiantil” a verdaderas y reconocidas necesidades de los y la estudiantes, el MEU pasó de bufón con los Frentes -al boicotear éstos sus intentos de elecciones en el 2016- a representar el mayor cómplice de la desarticulación de la autonomía de las Asociaciones de Carrera, la consolidación de la Reforma Universitaria y el pasivo rol de la “Máxima Casa de Estudios” con la crisis nacional.

Del Congreso se espera una transformación que destruya las antiguas estructuras de la plataforma del MEU para construir desde la comunidad estudiantil y popular un sentido humano de la universidad, una academia que pueda proponer, construir y defender multisectorialmente una resistencia al control y destrucción de la naturaleza, el conocimiento, los saberes, los cuerpos y el trabajo. A la “espera” de realizarse tan eufórica utopía, surge expectativa de la extraordinaria “revolución” de una tragedia consumada.

El congreso de estudiantes “Eduardo Becerra Lanza”: hacia un contenido que dé cuenta de la realidad y abandone cualquier tipo de lucubración

El congreso de estudiantes según lo han planteado sus organizadores invoca la gesta rebelde y memorable de Eduardo Becerra Lanza, el joven que oportunamente se negó a guardar silencio por los actos nefastos que los militares encabezaban en la década de los ochentas; su desaparecimiento y el de muchos estudiantes debilitó enormemente a la generación que pudo salir un momento de las aulas universitarias y enfrentarse a la agobiante situación del país, ya carcomido por el intervencionismo norteamericano por un lado y la “doctrina de seguridad nacional”.

Un congreso de estudiantes que ovaciona el nombre del compañero Eduardo Becerra, supone –así lo creemos– un contenido de fondo: reivindicar la vigencia de su lucha política, que no es otra cosa que desasirse del pupitre y arremeter, sin excusa alguna, contra las formas entreguistas de los gobiernos de turno. A Eduardo Becerra le contarían estas posturas, el desagrado del entonces rector Oswaldo Ramos Soto.

El MEU no consiguió en sus moribundas discusiones darse cuenta de lo lejos que está el contenido de su congreso de la memoria del personaje que utilizan como denominativo. Quizá por dos simples razones: el movimiento, o la cúpula que sobrellevó la dirección de éste, no logró concebir acciones que dieran el salto a los problemas agudos del país, solamente logró enquistarse en la liviandad que supuso la revisión de la normativa académica y la participación estudiantil en espacios burocráticos de la universidad.

Lastimosamente el MEU ni siquiera coincide hoy con la franca oposición evidente entre rectoría y la generación de Eduardo Becerra Lanza en aquellos días; seguramente el congreso llevará irremediablemente a una penosa conciliación entre el movimiento y las autoridades. Con todas estas situaciones incontrastables, parece ser que no se le podrá hacer justicia a la memoria del compañero Eduardo Becerra Lanza en este exiguo congreso estudiantil.


Por Sebastián Ernesto González

Los resultados de las elecciones internas del 12 de marzo del presente año, solo siguen ratificando la manipulación y los escandalosos fraudes que se dan en cada elección de autoridades. En esta ocasión con un nuevo ingrediente; la oficialización de la candidatura de Juan Orlando Hernández para la reelección. Motivo por el que en el 2009, le dieron Golpe de Estado a Manuel Zelaya Rosales. Aunque en los hechos, en aquella ocasión solo fue la convocatoria para responder si se instalaba una cuarta urna en las elecciones generales de noviembre de dicho año.

Sin duda alguna, en esta ocasión JOH cuenta con el beneplácito de la burguesía hondureña, el imperialismo yanqui y la comunidad europea. De ahí que su candidatura avance sobre ruedas y cuesta abajo hacia cuatro años más al frente de la dirección del país, sin importar si él y su Partido Nacional saquearon el Instituto Hondureño de Seguridad Social y otras instituciones del Estado o bien, si los principales dirigentes y funcionarios de la administración de Porfirio Lobo y el mismo JOH están involucrados en el narcotráfico, a vista y paciencia de los mismos norteamericanos.

Está muy claro, que mientras JOH sirva al proyecto gringo estos le mantendrán al frente, sin importar lo fraudulento de las elecciones y las maniobras que se hagan para mantener apagada a la oposición. De hecho, es el único que les garantiza la implementación de las políticas del FMI y de las políticas injerencistas tal y como sucedió esta semana, el lunes 3 de abril, en que el representante de Honduras ante la OEA, Leonidas Rosa Bautista cumplió al pie de la letra las órdenes del tío Sam.

“El Consejo Permanente de la OEA, estaba previsto para reunirse de forma extraordinaria el lunes en su sede de Washington para abordar la ruptura del orden constitucional en Venezuela y analizar posibles medidas, pero Bolivia, que ostenta la Presidencia temporal desde el pasado sábado, la suspendió apenas unas horas antes. A pesar de la suspensión, un grupo de 20 países ha solicitado seguir adelante con la cita regional, que finalmente se ha celebrado presidida por el representante permanente de Honduras, Leonidas Rosa Bautista, al miembro más antiguo, ya que no estaban ni el presidente, el boliviano Diego Pary Rodríguez, ni el vicepresidente, el haitiano Jean-Victor Harvel”. elEconomistaAmérica.com    

Resultados de elecciones: ¿Un falso espejismo?

Analicemos algunos datos:

  1. Según el Padrón Electoral otorgado por el Tribunal Supremo Electoral, este contiene una cantidad de 5,795,264 ciudadanos habilitados para ejercer el sufragio en el territorio nacional. Mientras el total de votantes de los partidos políticos que se presentaron a elecciones internas fue de 1378770 (PN), 700861 (PL) y 461825 (LIBRE), siendo la cantidad total de 2541456 personas que se presentaron a los centros de votación, cantidad que corresponde apenas al 43.85% del Padrón Electoral.
  2. El total de votos blancos y nulos en los tres partidos políticos fue de 358966, cantidad que corresponde al 6% del padrón electoral. Entonces el porcentaje de votos válidos fue de 37.85% del total de personas habilitadas para votar.
  3. La votación total lograda entre Luis Zelaya y Gabriela Núñez del PL, representa el 21% del total que se presentó a las urnas. Mientras los votos logrados solo por Xiomara castro del Partido Libre significan el 15% del total presentado a las urnas y JOH logró el 41% del total votante. Según estos datos ni Luis Zelaya, Gabriela Núñez y Xiomara Castro unidos le ganarían a JOH.

El análisis por partido es similar, si nos vamos al total de votos por partido tenemos que el PL obtuvo el 27.58% de la votación total y Libre el 18%, mientras que en el PN el porcentaje logrado con respecto al total fue del 54%.

  1. En este proceso ha faltado el porcentaje muy significativo que arrastra Salvador Nasralla, a través del Partido Anticorrupción, quien no fue a elecciones internas el 12 de marzo.

Estos puntos de reflexión corresponde a los datos otorgados por el TSE, ahora bien, siendo objetivos y analíticos podemos afirmar que el único partido que invirtió mucho dinero para movilizar a los votantes fue el PN, utilizaron mucho dinero y también la coacción, so pena de no beneficiar con los programas sociales otorgados, o no dar trabajo en el futuro si no aparecían en el censo. El trabajo hecho por el PN reflejó mucha logística y derroche enorme de recursos.

Por el contrario, la oposición estando en la llanura no pudo presentar la misma cara, principalmente el Partido Libre que ha sido duramente golpeado por las traiciones y por la carestía de recursos. En el Partido Libre la propaganda previa a las elecciones fue muy raquítica, y no hubo despliegue de caravanas para transportar a los electores. Los votantes que asistieron a las urnas fue porque aún mantienen la esperanza de una salida, al margen de los comportamientos de los dirigentes.

La impopularidad de JOH no asegura su reelección

Hasta ahora, el repudio hacia JOH es enorme, las medidas económicas impuestas han llevado a miles de familias por debajo de la línea de pobreza. El endeudamiento de la clase asalariada es enorme, mientras a nivel macro económico la empresa privada abunda en dinero y los grandes beneficiados son los banqueros.

El saqueo al IHSS movilizó a la población en el 2015 en contra de los saqueadores, pero muy hábilmente el régimen doblegó a los principales dirigentes opositores y estos, de forma cómplice terminaron desmovilizando. Nunca existió el deseo de movilizar porque en el fondo prevalece el carácter pequeño burgués de los mismos. Al final, nuevamente el imperio con doble moral, dieron origen a la MACCIH (Misión de Apoyo Contra la Corrupción y la Impunidad en Honduras). Hecho que le dio el tiro de gracia a las marchas de las antorchas. A más de un año de su funcionamiento, la MACCIH poco o nada han hecho en contra de la corrupción del régimen post golpe.

Tampoco ha doblegado a Juan Orlando el testimonio del líder del desarticulado grupo narcotraficante “Los Cachiros”, Devis Leonel Rivera Maradiaga, personaje que es juzgado en una corte de New York y que ha declarado que Porfirio Lobo y otros grandes personajes políticos del país facilitaban el paso de la droga hacia el norte al igual que participaban del lavado del dinero derivado del mismo, uno de los mencionados es el hermano de JOH, Juan Antonio Hernández. Pero obviamente, JOH sigue siendo el personaje para aplicar a pie juntilla la política del imperio.

Los escándalos de corrupción de la dirigencia del Partido Nacional y personas muy allegadas al presidente, le han generado mucha impopularidad en la población, los problemas económicos familiares angustian a las familias y los programas sociales no son lo suficiente para endulzar a las mayorías, programas que solo van dirigidos a ese votante nacionalista. Sin embargo, estos hechos no han sido lo suficientemente de peso para tambalear la caída del mismo, con todo un engranaje institucional a favor, con la pasividad de la oposición y con la doble moral estadounidense, JOH avanza hacia 4 años más en el solio presidencial.

Lo que mantiene a flote a JOH son los mismos dirigentes de la oposición, quienes se niegan a movilizar a las bases, principalmente la dirección del Partido Liberal que sigue siendo la columna de sostén del régimen. Para Manuel Zelaya y Salvador Nasralla la salida siguen siendo las votaciones generales de noviembre a pesar de los gigantescos fraudes que ya para nadie son desconocidos.

Pero el porcentaje de oposición al régimen es alto, es del 76.6% del padrón electoral, por lo tanto el régimen y sus secuaces deben seguir bregando entre ese caudal electoral de varias formas para dividir la votación opositora, y mientras los líderes no entiendan que hay que movilizar, el trabajo se le hace más fácil a Juan Orlando.

Dividir a los partidos Libre y Pac para revivir el bipartidismo

Como el régimen no se duerme en sus laureles, también ataca a los nóveles partidos introduciéndoles caballos de Troya para que dividan al votante o lo desanimen a votar. Ya pasó con Libre y ahora le toca el turno al Partido Anticorrupción.

El TSE (Tribunal Supremo Electoral) ha declarado por unanimidad que la convocatoria a las elecciones internas del PAC, convocadas para el día domingo 9 de abril es nula. Mismas que son convocadas por la dirección del partido para elegir a los delegados para la asamblea general, comités departamentales y comités municipales.

Ante tal hecho el TSE emitió una declaratoria que entre otras cosas manifiesta: “PRIMERO: Declarar la nulidad de lo actuado por las personas que fungen de hecho, por haber vacado el doce (12) de diciembre de dos mil dieciséis, como Consejo Nacional del Partido del Partido Anticorrupción de Honduras y   por  la Junta Receptora de Documentos…”.

Lo anterior permite al gobierno, a través del TSE intervenir de forma directa en la organización del Partido Anticorrupción (PAC).

Desde el Partido Socialista Centro Americano (PSOCA) planteamos que solo la movilización nacional podrá detener a JOH y su fraude.


Por Mateo Zambrano e Ixel Zambrano

Con el golpe de estado del 2009, el Partido Liberal de Honduras quedó totalmente resquebrajado, el mismo Carlos Flores, Presidente de la República en el periodo 1998-2002, le llama en su columna de “Las Pildoritas” del periódico La Tribuna; El Partido de los Tuquitos.

Después de gobernar el país en 5 periodos presidenciales, el PL pasó a ser la tercera fuerza política en las elecciones del 2013, fue notable que la base del PL, en su gran mayoría fue captada por el nuevo Partido Libertad y Refundación (LIBRE); se rumoró mucho incluso, que fue sobrepasado por el Partido Anticorrupción y que por las componendas con el Partido Nacional en el Tribunal Supremo Electoral le otorgaron fraudulentamente el tercer lugar.

El PL ha sido el apéndice principal para la consolidación del régimen juan orlandista y el avance de este en la reelección para seguir imponiendo su dictadura bonapartista. De primera, su dirigencia principal rechazó encabezar como oposición, la presidencia del Congreso Nacional en enero del 2014 y con el pretexto de permitir “la gobernalidad”, otorgaron el CN al Partido Nacional. Lo mismo sucedió con la Fiscalía, La Corte Suprema de Justicia y otras instituciones que ahora, controla a su antojo y placer Juan Orlando Hernández. Sin duda alguna que la población que no pertenece al voto duro nacionalista, fuera antes o no fuera liberal, ahora ve como una esperanza a los partidos de oposición, llámese Libre o Partido Anticorrupción. El Partido Liberal, a pesar de todo el interés de la embajada estadounidense, de la oligarquía y burguesía hondureña, en resurgirlo para que siga vivo y coleando el bipartidismo, sigue presentando fuertes fricciones entre su dirigencia principal, existiendo un fuerte sector de clase media e intelectual que se opone a la alianza bajo la mesa con el Partido Nacional y que incluso, están dispuestos a sumarse a la alianza entre LIBRE-PAC-PINU.

Si bien es cierto que el PL no apoyó en el Congreso Nacional la aprobación de elevar la Policía Militar de Orden Público (PMOP) a rango constitucional, fueron hasta cierto punto inciertos en la toma de la decisión; otro gran desacierto fue que su bancada, con Gabriela Núñez al frente -otra precandidata en esta última elección- han apoyado el nefasto Anteproyecto de Ley Marco de Seguridad Social; así como su ridícula actuación en la aprobación del nuevo paquete de Reformas Penales, donde sin una postura clara ante la oposición y/o el gobierno de turno, prefirió basarse en excusas y darle paso libre a su aprobación.

En las elecciones primarias del 12 de marzo del 2017, al Partido Liberal se le posiciona como la segunda fuerza política del país, con un caudal electoral de más 680,000 votantes. Su dirigencia a través de CCEPL le apostó a Luis Zelaya como candidato a disputar el ejecutivo en las próximas elecciones generales en noviembre, acaparando éste el 56.53% de la intensión de votos de su partido. Podemos, basados en lo anterior, atrevernos a dar una lectura en tres partes:

1.  El PLH le apostó, desde su vieja dirigencia, a la renovación vertical del partido; son sus figuras más conservadoras las que, como Elvin Santos, por ejemplo, han resistido la idea de unión con la Alianza LIBRE-PAC. Luis Zelaya representa una nueva cara, apegada a los parámetros mediáticos que exaltaron la imagen de Nasralla como representante de la clase media y la pequeña-burguesía hondureña.

2.  Luis Zelaya ha tenido un evidente seguimiento de la cúpula del PL, apadrinado por Roberto Micheletti Bain, personaje clave en el golpe de estado contra Manuel Zelaya y quien le sustituyera los 7 meses faltantes. No sería sorpresa que el acompañamiento que se le ha dado por parte de medios como CNN, sea muestra del interés de la Embajada Norteamericana por impulsar su candidatura y prevenir así una crisis civil, considerando el inestable clima de descontento y repudio popular ante la candidatura del Partido Nacional, Juan Orlando Hernández.

3.  El PL puede tener tres posibles escenarios políticos, considerando su extensa crisis y actual resultado electoral. Primero, en caso de rechazar rotundamente la Alianza, éste no podría competir ante el más sonado candidato: Salvador Nasralla; teniendo una derrota profunda que debilitaría más las estructuras del Partido.

Como segunda posibilidad, en caso de unirse a la Alianza, el PL no podría exigir ser el candidato teniendo en cuenta la larga fila de acusaciones de traición y complicidad con el actual gobierno: subordinándose a la decisión que tanto LIBRE como PAC hagan sobre el candidato; abriendo más la brecha y la disputa de su vieja dirigencia por el control y renovación del perfil y bases del PL.

En tercer lugar, el PL podría afianzar su triunfo y renovación en el apoyo político-estratégico que la Embajada Norteamericana y la burguesía nacional hagan para mantener la estabilidad política, institucional y ciudadana después de las elecciones generales.

El engorde de JOH y su Partido Nacional

El Partido Nacional está falsamente robustecido, en los medios de comunicación se vitoreaba la gran afluencia de personas que fueron a votar por este partido, pero no lo veían desde otra perspectiva, la del que subsiste, también fue evidente el gran derroche de dinero a lo largo y ancho del país, dando pauta a que el saqueo hecho al IHSS y el financiamiento del narcotráfico se mueve y se bota como confites para llevar a las personas a las urnas. Muchas personas votaron por el Partido Nacional porque los amenazaban con quitarles sus puestos de trabajo y sus pírricos beneficios, y si bien, muchos son parte del voto duro o beneficiados con los programas sociales populistas, se reflejó también el descontento de un significativo porcentaje - más de 218 mil votos entre nulos y en blanco-, que refleja su descontento con lo hecho hasta ahora por este régimen.

Muchos insultos, reclamos y votos nulos fueron manifestados en las mesas. Muchas personas solo fueron a “hacer el mate” de votar por los nacionalistas, pero en realidad lo hacían para asegurar su fuente de sustento económico.

La inflación de actas se vió en todos los partidos, pero en el Partido Nacional se denunció de diversos lados los que “votaban doble”, así como la repartición de dinero fuera de la instituciones.

La parsimonia de LIBRE y las acusaciones de fraude

Para nadie es desconocido que el surgimiento de Libre vino a darle esperanzas a la oposición y a la resistencia en contra del golpe de estado. Siete años de trancazos a la raquítica economía de los trabajadores y sus familias dependientes, tiene al borde del precipicio a la gran mayoría de asalariados. La devaluación de la moneda, la inflación galopante y el alto grado de inseguridad solo evidencia que el régimen post golpista no fue la solución a los grandes problemas de la población.

Por el contrario, con el golpe de estado solo se institucionalizó la criminalidad, el sicariato y el narcotráfico, tal y como se evidencia en el juicio que se le realiza a Fabio Lobo –hijo del ex presidente Porfirio Lobo- en una corte de New York.

La marcha de las antorchas del 2015, impulsadas por la embajada gringa y sustentadas en el gran repudio de la población por el saqueo al IHSS por los ahora gobernantes, no fueron lo suficiente para darle motivo a la oposición para ir a las calles en contra de JOH y sus secuaces.

Tampoco fue suficiente motivo las maniobras para lanzar a la reelección a Juan Orlando Hernández, Tanto el PL, LIBRE y PAC solo vituperaban a los 4 vientos su malestar, pero nunca prepararon ni convocaron a la población a las calles para detener a JOH. Ahora la reelección es una realidad, ya sea que se salga con la suya JOH o que la embajada se le interponga. Paradójicamente en el 2009, fue el motivo para dar un golpe de estado, aun cuando en aquel momento solo se realizaría una encuesta popular.

Al parecer, LIBRE y PAC solo piensan dar la batalla en las urnas en las elecciones generales de noviembre, sin embargo, tal y como están las cosas, con un JOH controlando toda la institucionalidad del país seguro se vuelve a imponer con un catastrófico fraude.

Se especula mucho de que el PL se sume a la alianza siempre y cuando encabecen la candidatura al ejecutivo. No sería extraño que la embajada norteamericana se mueva en este camino y que termine seduciendo a la dirigencia de LIBRE y PAC.

Los gringos temen que ante un eventual triunfo de la oposición, los trabajadores salgan de su amedrentamiento y se volqué nuevamente a las calles como en la primera década de este siglo, de ahí que controlan todos los hilos. Siempre manteniendo a las bases bajo la promesa que se derrotará a JOH en las urnas.

El único camino con salida que tiene la base de la oposición es ir a las calles en contra de JOH y del resurgimiento del bipartidismo. Estamos a tiempo todavía de evitar la reelección de JOH.

José Manuel Flores Arguijo

Por Sebastián Ernesto González

El 23 de marzo del 2010 fue asesinado en su propio centro de trabajo, el Camarada José Manuel Flores Arguijo (50 años), permanente luchador en las movilizaciones populares y luchas docentes, también miembro fundador del Partido Socialista Centroamericano (PSOCA).

El 18 de marzo del 2011, la Maestra Ilse Ivania Velásquez Rodríguez (59), Subdirectora de la Escuela República de Argentina de la ciudad de Tegucigalpa, fue muerta producto de una fuerte represión de la Policía Nacional en las afueras del Instituto Nacional de Previsión del Magisterio (INPREMA). La maestra Ilse Ivania, era hermana del desaparecido en la década de los 80, Manfredo Velásquez, la Maestra fue permanente luchadora social y gremialista.

En la madrugada del 03 de marzo del 2016 asesinaron a Berta Cáceres (43 años), en su casa de la Ciudad La Esperanza, al occidente del país. Berta desde joven participó en organizaciones estudiantiles y en 1993 cofundó el Consejo Cívico de Organizaciones Populares e Indígenas de Honduras, COPINH, organización de la cual era su coordinadora general. La “Compita” Berta Cáceres también era Maestra, aunque su vida desde niña la dedicó a la lucha social, popular y política. En abril de 2015, la lucha en defensa y protección del medio ambiente le valió a Berta Cáceres el Premio Medioambiental Goldman, el máximo reconocimiento mundial para activistas de medio ambiente.

El asesinato del Docente Manuel Flores quedó en la impunidad al igual que la muerte de la Maestra Ilse Ivania, en el caso de la Compita Berta, producto más bien de la presión internacional que de la aplicación de la justicia hondureña, se apresó a los autores materiales, pero no así a los intelectuales, que ordenaron y dieron el visto bueno para asesinar a la compañera.

Régimen post golpe fortaleció la impunidad en el país

Con el golpe de estado del 2009, la clase política, la burguesía nacional y la aristocracia criolla dieron luz verde a los operadores de justicia para reprimir y asesinar a diestra y siniestra. Por un lado, fiscales y jueces se ensañaron acusando a los que la policía y militares detenían ilegalmente en las movilizaciones. Por el otro lado, los asesinatos de luchadores populares y defensores de derechos humanos fue el pan de cada día. Con el cheque en blanco que le dieron a la Policía Nacional y a los militares para asesinar, también les concedieron el permiso para delinquir abiertamente, hasta ahora, no ha sido ningún policía o militar detenido o condenado por los más de 300 mártires de la lucha en contra del golpe de estado. En el caso del asesinato de Berta, nuevamente encontramos a un militar involucrado en tan abominable hecho.

La instalación en el país de un régimen post golpe, encabezado por el Partido Nacional con Porfirio Lobo y Juan Orlando Hernández a la cabeza, ha traído consecuencias nefastas para la lucha social y popular, el movimiento magisterial y sindical fue aplastado y no logra levantar cabeza. El gran movimiento de lucha que se experimentó en la primera década del siglo y que se canalizó a través de la Coordinadora Nacional de Resistencia Popular, fue relegado en primera instancia por el Frente Nacional de Resistencia Popular (FNRP), luego la lucha social y popular fue llevada a la “lucha electoral” con el Partido Libertad y Refundación (Libre) a la cabeza, desapareciendo casi por completo desde hace algún tiempo al FNRP. Obviamente, la desmovilización del FNRP fue parte del acuerdo firmado por Manuel Zelaya en el Acuerdo de Cartagena. Acuerdo que entregó la lucha en las calles y que hasta la vez sigue cobrando una factura enorme al movimiento social y popular, a tal grado que JOH hasta ahora se ha salido con la suya y mientras los gringos no se le atreviesen lo seguirá haciendo.

Por una movilización nacional exigiendo justicia para nuestros mártires

Conmemorar la vida de lucha de nuestros mártires debe ser una obligación para el movimiento sindical, gremial y popular, mantener sus ideas y pensamientos por alcanzar un país más justo debe ser el ejemplo a seguir. Pero también, nos recuerdan que hay que renovar esas dirigencias que entregaron la lucha y que siempre han negociado con los gobiernos de turno, que sea marzo nuestra inspiración para volver a luchar. Exigimos justicia para nuestros camaradas asesinados.

¡Solo la organización y lucha mantendrá a nuestros mártires vivos!

¡Movilicémonos ya!

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