Por: Minerva  

Cada cuatro años se suma al sofocante ambiente de crisis en Honduras, tensiones que surgen por el inicio de la contienda política previo a las elecciones. El enfrentamiento entre partidos a través de sus campañas, agudizan la disputa por ocupar los cargos de elección popular. La realidad nacional se manifiesta entonces, saturada no solo de violencia sino de masiva propaganda política, promesas de cambio, utopías, discursos que reproducen los ideales que avivan pasiones y grandes concentraciones. Con la miseria humana, las mismas ilusiones  y la desolación,  en el curso de la vida se reproducen escenas propias de una narrativa de realismo mágico.

El terror de lo cotidiano.

Pero en este momento se discuten puntos clave nunca antes vistos en la tradición hondureña, cambiando de posición las piezas en el tablero de ajedrez, se suman  nuevos actores a la lucha para derrocar el Statu Quo asentado desde hace tantos años en los puestos del gobierno y sectores privados.  Por su parte, el discurso oficial que se maneja es que Honduras debe continuar fiel al golpeado y fallido modelo democrático. Todo lo anterior apunta a que Honduras debe seguir el mismo rumbo, con la falsa estabilidad que la Constitución y las elecciones proporcionan. Estos postulados deben ser acatados y respetados por todo buen ciudadano amante del orden. Sabiendo esto, se llega hasta el punto de proponer una ética ciudadana que debe obviar un pequeño detalle que se añade en vísperas de elecciones: la introducción de la reelección presidencial como una práctica legal respaldada por la incompetencia de una Corte Suprema al servicio de otro poder.

Sin ánimos de recitar nuevamente el ya trillado artículo de la Constitución que prohíbe la reelección presidencial, haciendo de ello una opción poco viable, en las próximas elecciones se podría apreciar una cara ya conocida que se lanza nuevamente para continuar gobernando el país. Por esta razón, no es casual que se pongan en evidencia secretos a voces que exponen el verdadero panorama nacional, una Honduras corrupta que acoge bajo su seno una pseudo democracia cómplice, que ampara los intereses de pequeños grupos que por generaciones enteras, defienden no solo el derecho de Honduras sino de América Latina a seguir siendo explotada. El modelo democrático en Honduras con largos antecedentes que van desde la dictadura hasta repetidos golpes de Estado, evidencian la fragilidad y la facilidad con la que las leyes pueden ser modificadas a conveniencia. Por esta razón, no es casual que la crisis social se acrecienta y que sean muchos sectores los que se encuentran contrariados con el paisaje actual.

Es evidente que existe el descontento, pero acompañado de cierta pasividad de la población que hacen de la supresión de la memoria, el mejor mecanismo de defensa para olvidar el verdadero deber ciudadano. Abandonando la carga moral y la memoria histórica, se deja en “manos” de la clase política y otros grupos aislados todos los asuntos que atañen o deberían de involucrar a la sociedad en general. Dicha indiferencia se acompaña de un temor bien justificado: nadie quiere verse afectado, o bien morir en circunstancias desventuradas. Hablamos entonces de una cultura de la corrupción, que calla, aprueba y violenta por temor, comodidad o bien ambas.

La ruptura del bipartidismo

La reelección implica la continuidad de un proyecto político que ha tomado forma concreta a partir del año 2009. Durante este periodo, se manifestaron fuertes intereses de transformación bajo la influencia del modelo del socialismo del siglo XXI que nacía en américa del sur, que se extendía y que pretendía destruir las burguesías que, amparadas del intervencionismo estadounidense, salvaguardaban un modelo  de explotación que mantenía en la miseria a millones de personas en los países de esta zona del continente. Con la aparición de dichas pretensiones, de la expansión de las famosas ideologías exóticas, se inició el proyecto de “defensa del orden constitucional” con ayuda de las fuerzas armadas que da como resultado el golpe de Estado en 2009.

Con el derrocamiento del ex presidente Manuel Zelaya Rosales, la clase burguesa evidenció, una vez más, las relaciones que existen a lo largo de la historia con el cuerpo castrense y la “sociedad civil” para conservar los derechos que se obtienen con el pseudo modelo democrático instaurado en el país. Pero la crisis del 2009 trajo consigo un panorama que no figuraba dentro de las predicciones: la fragmentación de uno de los partidos políticos tradicionales acarreó consigo un duro golpe para los intereses de las clases dominantes. El golpe de Estado rompió así con la tradición bipartidista manejada hasta ese entonces.

Con la perdida de adeptos dentro del Partido Liberal, surge el Frente Nacional de Resistencia Popular (FNRP) compuesto por el ala rebelde que deserta del liberalismo y se consolida como un movimiento de resistencia  contra del golpe de Estado, y también integrado por figuras simpatizantes de una ideología izquierdista, intelectuales, clase obrera, sindicalistas y políticos derrocados. El FNRP se inició, con manifestaciones apoteósicas en defensa de los derechos atropellados con el golpe de Estado. Dicha rebeldía, el desconocimiento de las elecciones subsiguientes por parte del FNRP, dio como resultado la victoria del otro partido de tradición, el Partido Nacional. A través de la figura del ex presidente Porfirio Lobo Sosa inició una nueva configuración del gobierno, y el uso de los recursos de Honduras dejando al liberalismo en la necesidad de servir, coincidir y respaldar todos los proyectos a modo de evitar su inminente desaparición.

La metamorfosis del FNRP

Fuertes contradicciones surgieron cuando el FNRP se transformó en proyecto político e inició la formación de un partido que se desligaba del tradicionalismo prevaleciente: el ala rebelde del Partido Liberal se transformó en el Partido Libertado y Refundación (LIBRE), el cual posee o poseyó en algún tiempo el modelo ideológico que impulsó el desligue de grandes sectores del Partido Liberal. Se desconocieron las elecciones del  2009 que trajeron como respuesta la victoria de Porfirio Lobo Sosa, quincuagésimo cuarto “presidente constitucional” de la república de Honduras entre los años 2010 a 2014. El cambio de estrategia por parte de los opositores al golpe de Estado, el paso del no reconocimiento al reconocimiento, arrojó la condición de dar continuidad al actual modelo “democrático”.

El reconocimiento del modelo actual, bajo el slogan de “venceremos en las urnas”, dio como resultado el desentenderse del hecho que fue dentro de ese mismo modelo democrático en donde surgieron las irregularidades, las que acabaron como golpe de Estado en 2009. La situación no fue vaticinada por los rebeldes lo que en muy pocos aspectos favoreció al nuevo partido. En las elecciones de noviembre del 2013 obtuvo nuevamente la victoria el Partido Nacional, asumiendo las riendas del poder el actual presidente Juan Orlando Hernández (JOH), dejando al partido LIBRE ante la mirada atónita de la candidata Xiomara Castro de Zelaya. quien observaba con incredulidad los resultados con una inminente derrota y con pocos diputados del dentro del congreso nacional.

Refugiados en el Congreso Nacional

En la profunda ingenuidad prevaleciente de aquel entonces, se creyó que desde el Poder Legislativo, se podría ejercer alguna fuerza que hiciera contrapeso, y que diera un poco de ventaja a los intereses del partido emergente. Diferente se manifestó el escenario cuando LIBRE, por medio de vituperaciones y escándalos en el Congreso Nacional se enfrentó a una fuerza dominante, un  partido fuertemente organizado como el Partido Nacional, respaldado en todo momento por el golpeado Partido Liberal y algunos partidos pequeños. 

La gestión del ex presidente Porfirio Lobo Sosa dio como inicio un proyecto político que evidenciaba la lucha por la preservación del statu Quo ganado a partir de los comicios olvidados de 2009, cuando la balanza se inclinó a favor de un grupo político acomodado dentro de la estructura estatal. El Partido Nacional inicio su victoria con la campaña de limpieza de imagen ante el mundo. La gestión del presidente Lobo se consolidó como un plan de gobierno enfocado principalmente en la #reconciliación nacional” e internacional, un proyecto de gestión de transición y de silencio legalmente reconocido por el Pacto de Cartagena de Indias, que arrojaría poco tiempo después al verdadero gestor del mayor proyecto político sin precedentes.

“Vida Mejor”

La instauración de un modelo socioeconómico arduamente modificado bajo la consigna de “Vida Mejor”, introdujo la descarada privatización de los servicios públicos, reducción de presupuesto en educación, aumento de la militarización en aras de la seguridad y la centralización de los poderes que forman el aparato estatal.  El gobierno de la vida mejor se construyó bajo la promesa de una transformación radical en la imagen superficial del país, dejando como trasfondo una dictadura respaldada por la ilusión de democracia y participación ciudadana.

Con el gobierno de la “vida mejor”, se reitera nuevamente la estrecha relación, la alianza político-militar-sector privado que planificó y apoyó el golpe de Estado, y que respalda, en defensa de sus propios intereses, el rápido proceso de reforma que experimenta actualmente el país. El proyecto inició con el fuerte énfasis en favor de la defensa, de la seguridad nacional,  la lucha contra el narcotráfico y la corrupción; comenzó el desfile de grandes figuras ligadas a la droga y el lavado de activos, entre ellos el sonado caso de la familia Rosenthal y Fabio Lobo (hijo del ex mandatario Porfirio Lobo Sosa), quienes involucrados en uno de los incontables escándalos debaten aun hoy su presunta inocencia ante las acusaciones del gobierno de Honduras a los Estados Unidos.

La lucha contra la corrupción

La lucha contra el narcotráfico y demás ofrece al gobierno actual las garantías de que su proyecto político no será intervenido de ninguna manera. Las estrategias utilizadas incluyen delatar a los incontables involucrados que conforman la enorme red de corrupción que flagela y mantiene en un constante temor a la ciudadanía, pero manteniendo el crimen organizado infiltrado en las instituciones del Estado. El proyecto surge a través de la crisis social sobrevenida con el golpe de Estado. Se planeaba arrasar con la delincuencia común y la especial en un corto tiempo; dicha estrategia sobrevino como una justificante más para fortalecer el presupuesto en seguridad, reduciendo de esa forma los fondos destinados a otros aspectos fundamentales en cualquier nación: salud y educación.

La legitimación de la Policía Militar “PM” junto con la depuración policial constituyen el escenario previo para la creación de un régimen autoritario, que de a poco fue cercenando, mediante estrategias irregulares, cualquier tipo de movimiento reaccionario que se opusiera a su proyecto de reforma. Las crisis en educación y salud no se hicieron esperar, uno de los mayores escándalos del gobierno pasado fue el silencio casi sepulcral ante uno de los mayores acontecimientos de corrupción perpetrados en el país, el robo de más de siete mil millones de lempiras del Instituto Hondureño de Seguridad Social (IHSS), fue un duro golpe que trajo consigo no solo las muertes de los afectados, la indignación fugaz de la ciudadanía sino también el escenario propicio para dar continuidad a la privatización de los órganos del Estado y a la absolución impúdica de cargos para los implicados en el escándalo.

La restructuración del Estado

El sector de salud, representado por el Hospital Escuela Universitario (HEU) es entregado a manos de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH),  la cual comienza con un proceso de semiprivatización que se evidencia por la introducción de sistemas de facturación, cobros, aumento en las tarifas por los servicios, entrega de medicamentos controlados por empresas farmacéuticas privadas, seguridad privada, cierre de citas entre otros. El sistema de salud entra en un estado de aparente estabilidad arrastrando tras de sí, las nuevas reformas que dificultan aún más su acceso tan necesario en el país.  

La crisis de educación por otra parte se evidencia con la inminente desarticulación de los sindicatos quienes en otros tiempos, tuvieron una poderosa participación dentro del curso histórico del país. La desarticulación de los sindicatos trajo consigo enormes cambios dentro de los cuales figura una evidente pérdida de fuerza dentro del sector del magisterio.  Con el sector magisterial inmovilizado se introdujo una reforma curricular que agilizaría los procesos de producción de profesionales para el país, con la tecnificación de la educación y la introducción de varias recuperaciones,  el índice de reprobación se reduciría promoviendo de esta forma una mejora estadística en el sector educativo. Sustituyendo calidad por cantidad, el gobierno liderado por el partido hegemónico da continuidad con su plan de gobierno.

El clientelismo

El proyecto político impulsado por el Partido Nacional se preocupa enormemente por la creación de una imagen más afable de Honduras, lo cual no es cosa barata: la “Marca país”, el fomento del ejercicio “Honduras Actívate” , la creación de parques de recreación en puntos estratégicos de la capital, la bolsa solidaria, construcción de cárceles de máxima seguridad, la preocupación medioambiental por medio de la promoción del uso de los Eco Fogones, etc. El trabajo para mejorar las cifras estadísticas ponen en evidencia los grandes esfuerzos del gobierno por hacer que el proceso de reforma orientado a que los mayores intereses sean situados a un nuevo sector de la clase burguesa, sea más digeribles por el populacho y la comunidad internacional,  y se dé continuidad con la desviación de enormes presupuestos para campañas políticas en el futuro.  La suma, el aumento y recolección de impuestos, el saqueo de las instituciones del estado, fue la garante para sostener la asociación con los poderes del estado centralizado; las resoluciones arrojadas por la corte suprema y el tribunal electoral apuntan con la continuación del mandato del actual presidente del país.

El silencio del Partido Nacional versus la contienda interna de la oposición.

Las elecciones en Honduras representan puntos cruciales para entender el escenario político. Los resultados obtenidos en las recientes elecciones primarias llevadas a cabo el 11 de marzo del presente año, arrojaron como resultado una ya conocida y considerable ventaja del partido oficialista versus los partidos de oposición. Dicha situación, ha generado una polémica mayor de la esperada. Esto se debe a que en la actualidad los sectores que integran la denominada “oposición” están compuestos por mayoría de militantes de diversos partidos. El conflicto interno de la oposición da inicio cuando se plantea la posibilidad de una alianza de partidos. Esta posibilidad  es tomada en cuenta debido a que en el caso del Partido Anticorrupcion (PAC) y LIBRE son la segunda y tercera fuerza más grande después del Partido Nacional; la disolución del bipartidismo trajo consigo la fragmentación en partidos moleculares de menor envergadura pero que unidos constituyen una fuerza política más grande que la del oficialismo.

Diversas son las penurias que han de atravesar para consolidar una oposición, entre ellas los conflictos y las incesantes tácticas divisionistas que emanan de diversas direcciones, muchas veces sin rostro. Los eternos debates convertidos en tertulias, evidencian un  severo conflicto ideológico que se manifiesta cuando los dos partidos más grandes tratan de conciliarse en la búsqueda de un bien común. Todo apunta a que se ha tratado de obviar dichas diferencias, hasta una vez transcurridas las elecciones venideras en el mes de noviembre.  En el caso de PAC y LIBRE, al ser dos partidos grandes, conformados con bases ideologías diferentes, se enfrentan entre sí tras tener una visión completamente desemejante del gobierno. El partido PAC encabezado por el ingeniero Salvador Nasralla sostiene una postura neoliberal semiconservadora, sobre la cual descansa como base, su propuesta política de gobierno y que, en comparación a la propuesta del oficialismo, resulta ser un tanto similar en el aspecto de la lucha contra la corrupción.

La idea basada en que el modelo socioeconómico neoliberal tiene esperanza de progreso mediante una limpieza de los aparatos de gobierno, ha sido una de las principales razones por la cuales personas que no se encontraban involucradas en la actividad política del país, tomaron la decisión de incorporarse al partido al encontrarse identificados con las propuestas de campaña del Ingeniero Nasralla. Por su parte, el ala radical ya desvinculada del partido liberal, el partido LIBRE, defiende aun el modelo del “socialismo del siglo XXI”, que es herencia directa de las relaciones establecidas con los países de sur América, rarificadas y se distorsionadas por diversas razones.

El choque ideológico entre los partidos ha traído consigo fuertes enfrentamientos entre los cuales surge un nuevo detractor y opositor: militantes del Partido Liberal que en rebeldía se oponen a la dirigencia de su partido y abogan por la posibilidad de una integración a la oposición. Pero esta última resolución tomada por algunos simpatizantes también resultó contradictoria. Esta situación no solo ha traído consigo fuertes enfrentamientos sino que también una pugna sobre el candidato que enarbolará la bandera de la oposición. Los integrantes, desertores del Partido Liberal, abogaron por tener a su propio líder como candidato para la oposición. Una nueva figura se añade entonces con intenciones dudosas producto de la pugna: el candidato Luis Zelaya, quien tras rápidas maniobras, se posiciona como una fuerza política que trae aires de la resurrección y polémica al golpeado Partido Liberal. Esta figura no solo proponía encabezar la oposición sino también propone un retroceso, cuando se plantea la idea de una reconciliación entre el partido y los desertores que también integran al Partido LIBRE.

Todos los enfrentamientos entre partidos de oposición dejan una clara evidencia de lo que es una lucha de poder. Con la separación de un sector del Partido Liberal, militantes rebeldes que inician un nuevo encauce político, modifican la lectura del panorama nacional, la cual parece ser otra. Y es que es imposible obviar el hecho de que la alianza de oposición se figura, no como la “mejor” opción de revertir todos los desastres acaecidos tras el golpe de Estado y la victoria del partido nacional; la alianza de oposición se figura entonces como la “única y ultima” opción para revertir el daño, aun cuando se evidencien las falencias por medio de una propuesta de plan de gobierno que roza con el ideal romántico más que con el consenso entre las partes. Tal vez esta sea una forma de callar las enormes dificultades que se viven dentro de la oposición, la fragilidad de una alianza que debe ser mantenida hasta llegadas las elecciones del mes de noviembre.

Por su parte, el Partido Nacional, ha mostrado seguridad y firmeza meses antes de celebrarse el proceso electoral, este, incluso ha reducido enormemente su participación en los incontables escándalos de la vida política de Honduras. El Partido Nacional  ha decidido cerrar filas manteniendo su postura reeleccionista de forma discreta. La campaña se mantiene previo a las elecciones, la estructura interna del partido demuestra que existe una solidez y un profundo hermetismo de las tensiones internas, haciendo que incluso los integrantes del movimiento Monarca, quienes favorecían la reelección del ex presidente Rafael Leonardo Callejas, unan sus fuerzas en favor del contendiente más fuerte: el actual presidente Juan Orlando Hernández. Aun cuando el Partido Nacional recientemente ha estado involucrado en escándalos como la aparición de personas fallecidas que continúan siendo votantes activos, el Partido Nacional ha dado pocas declaraciones y ha cuestionado las labores del Tribunal Supremo Electoral (TSE); concentrándose en el objetivo, han tomado la decisión de fortalecer el partido internamente continuando con las actividades tales como alianzas, propaganda, grandes concentraciones al interior del país y demás eventos.

¿Por qué es tan importante la Alianza de Oposición?

El surgimiento de nuevas fuerzas que se oponen al tradicionalismo partidario supone una nueva clase política emergente, que surge con ansias de derrocar a la clase política tradicional y al sector privado que se ha beneficiado de la corrupción. Esta nueva clase política prorrumpe por una parte, de la sociedad civil profesional conformada por la clase media, intelectuales que desempeñan labores especializadas como médicos, abogados, ingenieros, maestros entre otros, todos ellos provenientes de una porción social que poca injerencia política había tenido en un pasado.  

Por otra parte se encuentran los sindicalistas, grupos étnicos, militantes de organizaciones para la defensa de los derechos humanos, culturales y la preservación ambiental por mencionar algunos quienes ya contaban con una activa  participación política de incluso décadas. La alianza de oposición tan diversa como se muestra, se afronta entonces cara a acara con el oficialismo y amenaza con derrocar el statu quo mantenido durante años en un reducido sector de la sociedad. Es logico que ante este nuevo acontecimiento y las promesas venideras la alianza de oposición se trasforme en lo que vulgarmente se denomina como “La Gallina de los Huevos de Oro”; no es casual que muchos intereses dentro de la oposición y fuera de ella entren en juego, el poder gubernamental quedaría en manos del sector victorioso generando que muchas de las pretensiones disfrazadas hoy, se oculten con un disfraz de buenas intenciones bajo el ambiente electoral y se discurran durante el paso acelerado del tiempo que conduce a los próximos comicios. Los resultados obtenidos en las próximas elecciones serán de un carácter decisivo debido a que de las posibles coyunturas que surjan de los resultados transformarían el futuro del país:

1) la victoria del Partido Nacional y la presunta intención reeleccionista: no solo consolidará de forma legal amparada por el TSE la continuación del proyecto político que plantea un cambio radical en el país, sino que también consolida la instauración de una nueva dictadura igual o peor que la del presidente Carias Andino en tiempos pasados. Dicha dictadura por tener un carácter más elaborado, conserva tintes conservadores que coinciden con la tendencia actual de la prevalencia del modelo neoliberal. Dicho lo anterior, se encuentra bajo el favor o la aceptación de organismos internacionales que se muestran casi indiferentes a no ser por los vagos cuestionamientos acerca de las intenciones reeleccionistas del presidente Hernández. 2) la presunta victoria de la alianza de oposición: la obtención de la victoria de la alianza agregaría un nuevo panorama en la realidad nacional, no solo porque rompe con las pretensiones de dar continuidad con la instauración de una dictadura legalmente reconocida, sino porque también  supone en cambio de la dirección y el poder que surge dentro del aparato estatal de Honduras. Ello implica no solo reformas y borrones a las anteriores resoluciones hechas por el gobierno de turno, no sin la resistencia de los posibles derrotados, sino que también supone la desaparición de los órganos creados para la protección de la posible dictadura.

El ascenso de una casta política nueva integrada por sindicalistas, profesionales y defensores de los derechos, por mencionar algunos, involucra también el desplazamiento de políticos acomodados durante décadas en el ejercicio político y que integran los diversos órganos del estado, devengando enormes salarios, haciendo de la política un oficio lucrativo que agiliza gestiones y favorece intereses a cambio de la permanencia en los puestos. No se pretende con lo anterior evidenciar las intenciones que conforman la oposición, ya que estas pueden ser muy diversas en si dada su naturaleza.

Dicho lo anterior el panorama político vislumbra dos opciones en las cuales la segunda parece ser la más adecuada, pero eso implicaría cercenar la posibilidad de que con la asunción al poder por parte de la alianza de oposición se arrastren viejos problemas y surjan nuevos entre los cuales, la pugna ideológica aparezca con más fuerza para ralentizar los procesos de reforma y que sea la que propicie nuevos enfrentamientos que acarreen la desintegración del partido y una nueva ofensiva por parte del ala ultraconservadora.

Con el gane de la alianza de oposición surgiría una nueva lucha de poder entre las partes que componen a la alianza, el caos, debido a la falta de organización, evidencia que en Honduras difícilmente se podría gestar un ambiente donde se pueda producir un genuino cambio social sin afectar a algún sector de la población, con lo cual sería también vano apelar a la prudencia de las autoridades electas. Las grandes discordancias  que atañen a la alianza no deberían ser obviadas ni evadidas en ningún sentido, sobre todo por la necesidad de estar alerta ante nuevas formas de corrupción que se pudieran germinar dentro del gobierno que obtenga la victoria. Por su parte, el apresurado plan de gobierno (bastante cuestionable), difícilmente podría ser llevado a cabo sin la oposición del sector privado.  Es probable que dichos conflictos sirvan una vez más para alargar la agonía de la población quien expectante espera alguna desesperada solución para salir de la profunda crisis en la que se encuentra sumergido el país. Tal parece que el anhelo desesperado coloca en foco una vez más, en concordancia con la tradición, a los procesos de elección como solución a los problemas.  Es en este punto, en donde la crisis pierde su carácter humano y se convierte un problema burocrático y de hambre de poder.

La crisis universitaria: el juego de fuerzas decisivo para el futuro del país.

La realidad se compone por un entretejido que comprende todos los aspectos de la vida, por tal razón es imposible obviar el hecho de que la crisis universitaria involucra a todo el país. No se puede desconocer la premisa fundamental del discurso que manejan estudiantes y autoridades: “la educación es necesaria para el desarrollo de una nación”. Pero para que esta prevalezca las condiciones deben ser apropiadas para garantizar la misma.

La causa defendida por el MEU ha logrado tocar mediáticamente a todo el país y ha sido fuertemente apoyada en la defensa del derecho a la educación y a la no exclusión del pueblo Hondureño. Por su parte, las autoridades se han mostrado renuentes ante la tentativa de ceder ante las demandas exigidas por los estudiantes, contrario a eso, lo único que ha aumentado hasta el momento es el abuso de autoridad y las reprimendas en contra de los manifestantes. El panorama de la universidad se ha convertido en un “estira y encoje” que pone a prueba la ley de la elasticidad; una demostración de fuerzas que ha agudizado aún más la crisis, llevando al extremo a los huelguistas y la puesta en juego de la vida de los estudiantes que se encuentran hace varias semanas en huelga de hambre.

Una de las maniobras un tanto cuestionadas del MEU, ha sido la adopción de posturas reformistas manifestadas por medio de un anteproyecto de ley en el cual se solicita a intervención del congreso nacional y la instalación de una junta que permita conformar un gobierno de transición para la elección de las nuevas autoridades que integrarán el consejo universitario. La táctica casi desesperada del MEU ha traído severas consecuencias, entre ellas, el mostrar indicios de debilidad al recurrir al congreso nacional y solicitar su auxilio ante la incapacidad de solventar la crisis; mas allá de generar inestabilidad en el proceder de las autoridades, el MEU ha cometido un error que puede costar la lucha. 

Las soluciones expuestas hasta el momento no han sido favorecedoras debido a que en las últimas declaraciones, el Congreso Nacional aseguró que el tema de la crisis universitaria sería tocado hasta después de las elecciones generales. Las anteriores aseveraciones vienen a ser un duro golpe para la lucha estudiantil quienes armados únicamente de voluntad se mantienen aún con fuerza para continuar con la toma de los edificios en ciudad universitaria y algunos centros regionales. Son muchos los intereses involucrados dentro de esta lucha que ha perdido su objetivo inicial; día a día se devela que la complejidad de la problemática va más allá de una simple reforma a las normas académicas.

Las crisis universitaria ha alcanzado un punto de friccion entre el avance y el retroceso, situacion que deja en una seria desventaja al sector estudiantil. Parece que el conflicto, se ha vuelto mas una lucha por el control que por la implementación de una verdadera reforma, la indiferencia por parte de las autoridades que se encuentran en el congreso nacional evidencia también la friccion y las consecuencias que implicaría el intervenir la institución. Esto debido a que la lucha por el control de la universidad también funge como parte del proyecto político nacional, es decir la privatización de las instituciones estatales. La intervención de la universidad traería como consecuencia un duro golpe para el actual gobierno debido a que evidenciaría una debilidad estructural y que las resoluciones impositivas, los constantes atropellos pueden ser revertidos por medio de la protesta y la rebeldía de la ciudadana, lo cual, en ningún sentido es conveniente. El movimiento estudiantil se ha convertido en un referente nacional e internacional que surge como una débil luz en la lucha por la dignidad humana versus un sistema complejo que convierte la educación en una fábrica de profesionales para integrarse al sistema de explotación capitalista.

Por su parte, la elección de las nuevas autoridades universitarias involucra profundos intereses que se extienden mas allá de los muros que comprenden la universidad, la elección de las autoridades no solo implica criterios académicos sino también intereses por  encontrar sujetos que puedan continuar con la línea que es ya una tendencia general, esta anterior exposición puede explicar un poco mas la negativa por parte del congreso nacional de tratar de solventar la crisis universitaria de forma directa e inmediata. Las elecciones generales arrojaran resultados que sirvan para posicionar un nuevo juego estratégico ante la posibilidad de la victoria de la alianza de oposición, por esa razón es más factible contar con lo que es seguro, antes de tomar decisiones apresuradas en relación a la crisis y el presupuesto asignado a la institución. La elección de las nuevas autoridades no es un juego que puede tomarse a la ligera, se trata de relaciones de poder para mantener el control del país, para ello es sumamente fundamental evitar perderlo en una de las instituciones secuestradas.

Pero la indiferencia de las autoridades del gobierno de la república por solventar la problemática es una táctica de guerra arriesgada. Dejando de lado la crisis universitaria se plantean dos posibilidades: 1) apelar al agotamiento y escasez de recursos de los huelguistas  2) debilitar a los mismos para recurrir a una militarización para recuperar la universidad, la cual es una pieza fundamental dentro de los procesos electorales debido a que la institución educativa facilita sus instalaciones y proporciona a los custodios electorales para la celebración de los comicios. Es por esta razón que las medidas represivas empleadas por la universidad a través de la agudización de las sanciones para los huelguistas han sido bien recibidas, resulta de mayor conveniencia recurrir a la fuerza que iniciar procesos largos y tediosos de negociación. Todos estos factores implicados, no dejan bien parados a los estudiantes que se encuentran en la lucha y pareciera que de a poco, con el recurso de la fuerza, las autoridades tanto universitarias como de gobierno cumplen con el objetivo de aplastar al movimiento. Es en este punto donde es necesario entrar en un estado de alerta ya que en el juego de fuerzas, es posible que los estudiantes salgan poco librados del asunto.

¿Qué hacer?

El panorama nacional se encuentra plagado de tensiones por doquier, diversos actores colocados en diferentes puntos convergen para crear ambientes de inestabilidad y de incertidumbre. Uno de los grandes errores que se ha visto reflejado como antecedente histórico en más de una ocasión, es el de recurrir al sistema burocrático para dar solución de los conflictos. El actual modelo por característica general ha confirmado en constantes ocasiones encontrarse completamente viciado e incapacitado para solventar los incontables  apuros que se exhiben en el diario vivir, es por esta razón que las respuestas que se obtengan del aparato estatal, nunca serán las adecuadas ni mucho menos se ajuste a las colosales necesidades del país.

De las anteriores líneas surgen preguntas fundamentales: ¿es en verdad la alianza de oposición la única, la verdadera y la mejor opción para inclinar la balanza en favor del pueblo? En este caso ¿puede la alianza enfrentarse y confiar con un sistema electoral fallido para obtener la victoria? Por otro lado ¿puede la lucha estudiantil confiar para solventar su problemática en uno de los poderes que contiene una mayoría de congresistas alineados con el actual partido de gobierno? ¿Cuál es el papel de la ciudadanía en todo esto?

Es en este punto crucial donde se plantea la pregunta fundamental: ¿Qué hacer? El contexto social apunta a que para poder superar los constantes apuros que se manifiestan, el recurrir a soluciones ya utilizadas sin respuestas favorables, es decir, la confianza de colocar en manos de la justicia estatal las crisis de los diversos sectores conduzca a alargar  la agonía del pueblo Hondureño unas cuantas décadas más.  No es posible apelar a un sistema corrupto y esperar respuestas diferentes a su propia naturaleza. La inminente caída del MEU uno de los movimientos más progresivos en el país, puede depender de las acciones venideras y como se maneje el recurso de las tomas. Por esta razón, la dirigencia del MEU, es decir la cúpula debe adquirir con verdadera seriedad una carga moral que incluya la premisa de las vidas de los estudiantes en huelga de hambre y el futuro de la educación del país que está en juego. No basta representar una vanguardia que dio la señal de alerta e inició la lucha, se necesita mucho más. La dirigencia del MEU, debe  abandonar intereses individualistas que van desde candidaturas hasta el fomento de burocracias inservibles en nada contribuyen con el avance de la disputa. El adoptar conductas más beligerantes, ofensivas más inteligentes y menos radicalizadas, el enfocarse verdaderamente hacia un solo fin podría conducir a un nuevo panorama que provea un respiro para el movimiento, que permita adoptar y encontrar soluciones para ganar la batalla en la lucha por el derecho a la educación; el recurso de la toma de los edificios tiene que mezclarse con un repliegue organizado de las fuerzas para poder encontrar nuevas tácticas para ejercer presión.

La crisis en Honduras debe ser afrontada con creatividad y con un verdadero compromiso ciudadano por encontrar soluciones que no sean inmediatas ni mucho menos acomodadas. Uno de los mayores errores que se ha convertido en una tendencia generalizada es la enorme indiferencia y la predisposición de tomar los problemas de la realidad social como situaciones aisladas; la desidia social es la que prácticamente ha contribuido con el secuestro del país por mafias que van desde el gobierno, la empresa privada y que terminan en los barrios y colonias de las distintas ciudades del país. Pareciera que con ello, lo que nos espera son más años de sufrimiento sino se adoptan una nuevas actitudes ante el mundo. Así mismo, la inocencia de, que la alianza de oposición es  la solución que sirva para inclinar la balanza en favor de los desprotegidos es una pretensión muy descabellada, se trata de una solución pasiva; sino se incluye la participación ciudadana, la organización superficial e incluso la victoria de la oposición no es una garante de eliminar toda la red de corrupción que se encuentra imbuida en los diferentes aparatos estatales. El ascenso de una nueva casta política no garantiza un verdadero cambio para la sociedad, la independencia de Honduras en tiempos pasados solo inquirió en una permuta de dueño pero no en una verdadera transformación en beneficio de los más desprotegidos. Por dicho motivo, es imperativo un cambio de paradigma, la ciudadanía debe ejercer presión y organizarse para poder contribuir a solventar los enormes vacíos ideológicos y estratégicos que podrían entorpecer una posible ventaja en favor del pueblo por medio de la alianza, lo cual dicho lo anterior, es muy dudable. Debido a la fragilidad y apresuramiento con la que fue construida, es probable que una posible victoria sea opacada por la desorganización y los conflictos internos. Son muchos los intereses que se juegan para las clases dominantes del país, no es fácil subyugar al “establishment”, por esa razón,  no sería causa de sorpresa esperar nuevas formas de sabotaje; el control del estado no será cedido fácilmente.

La lucha por los recursos es una batalla campal que se libra en todos lados del mundo por esa razón la acción política no debe reducirse para la ciudadanía a la pequeña esfera del ejercicio del sufragio. Las revoluciones que se hacen para el pueblo deben ser hechas y sostenidas por el mismo.  Es necesario buscar nuevas soluciones.  Es de suma fomentar una nueva organización social. Por esa razón el interés de este escrito, es mostrar al lector la difícil situación de creer que las soluciones a la miseria de Honduras se encuentran donde siempre se han buscado. Es necesario entrar en un estado de alerta, fomentar una nueva ética ciudadana que incluya la solidaridad como premisa fundamental. Es necesario no continuar con procesos reformistas que solo tapen de forma superficial el abismo profundo en el que se encuentra el país, las soluciones deben de agudizarse si se desean respuestas a corto, mediano y largo plazo. En tanto, si el contexto social no es propicio, Honduras continuará aun sumergida en su propia miseria.


Por Sebastián Ernesto González

Para el actual régimen, liderado por Juan Orlando Hernández, no hay forma de ocultar o mermar la profunda crisis económica en que han sucumbido miles de trabajadores, tanto de la empresa privada como servidores públicos. Después de ocho años desde el golpe de estado del 2009, las familias hondureñas se debaten en la línea o por debajo de la línea de pobreza.

Con salarios estancados o con los ridículos aumentos otorgados en septiembre del 2016 y el que otorgarán en septiembre de este año, no son suficiente para paliar los gastos con la canasta básica y con los onerosos cargos de los servicios públicos como ser la factura de le energía eléctrica, transporte público, medicamentos, combustible, impuestos interminables que nunca se terminan, vestimenta, educación y otros rubros.

La factura de la fuerte crisis del 2009 se la siguen cobrando a los trabajadores, mientras el gobierno despilfarra el erario público para sostener una casta privilegiada ligada al Partido Nacional, la entrega del bono 10,000; la bolsa solidaria; el plan 20-20, chamba joven, etc. la clase asalariada hace malabares con el salario para mitigar las necesidades básicas. Los programas económicos van destinados a mantener un caudal electoral joven y atraer ese sector marginal que sobrevive por debajo de la línea de miseria y que reciben como milagro las dádivas del régimen, pero son programas que no contribuyen a mejorar la calidad de vida de los activistas políticos del PN, ni hacen mejorar el índice inflacionario.

Médicos internistas a paro y empleados del IHSS a detener los despidos

Más de un mes llevan ya, los médicos internos y de servicio social exigiendo el pago de la beca-trabajo que les otorga el gobierno. El incumplimiento de pago de la beca-trabajo, de parte del gobierno es un reflejo más de que los fondos del estado son destinados a alimentar ese sector ligado al gobierno de turno.

La decisión de los médicos practicantes de parar en sus labores es una medida de último recurso ante la indiferencia de JOH y sus ministros por honrar la beca de los galenos. La medida de presión ha tenido el apoyo del Colegio Médico de Honduras (CMH), a través de la presidenta del gremio, Suyapa Figueroa, la que manifestó “Es injusto que los colegas médicos tengan que esperar meses por el pago de sus servicios, recordemos que gran parte de la prestación de servicios de salud de nuestro país recae en los hombros de todos estos médicos, que hacen de forma puntual, abnegada, por la población hondureña”, LT (07/06/2017).

Por otro lado, la comisión interventora del Instituto Hondureño de Seguridad Social (IHSS) despidió más de 200 trabajadores que prestaban sus servicios como guardias de seguridad, esta acción originó algunos plantones por los compañeros trabajadores exigiendo el alto a los despidos y la reintegración de los desafortunados empleados.

La justificación para tales despidos fue eficientar el servicio en el IHSS y reducir el gasto presupuestario, obviamente el objetivo de tales despidos es el de privatizar la vigilancia y seguir el camino de la privatización del servicio de la salud pública, tal y como lo han hecho con el servicio de energía eléctrica que ya prácticamente está privatizado en su totalidad.

Adelanto de aguinaldo para los docentes

Siendo los docentes uno de los gremios más afectados y maltratados por este régimen, se ha anunciado que los agremiados pueden tramitar el pago del aguinaldo del mes de diciembre ante el Inprema, esta noticia originó que una gran cantidad de maestros se apersonaran en la primera semana de este mes a la institución, desde horas de la madrugada, la gran cantidad de docentes –provenientes principalmente del interior del país- originó caos dentro del Inprema. Claro está que tal comportamiento es una manifestación de la severa situación económica de los asalariados.

La lucha en las calles para exigir aumento general de salarios y reducir el costo de los servicios públicos

A meses de las elecciones generales de noviembre, donde la dictadura nacionalista-liberal maniobró para que la pretensión de JOH en reelegirse se hiciera realidad, la demagogia se escucha por los 4 puntos cardinales y las promesas de mejorar las opciones de trabajo, la calidad de vida, la reducción de impuestos, etc. se vuelve en cebo para incautos. Al moribundo pueblo solo le queda ir a la lucha para exigir conquistas que este gobierno cercenó de tajo. La clase trabajadora aún tiene como arma su derecho a huelga. La unidad trabajadora en las calles para detener el alza al costo de la vida y por una sustancial mejora salarial.


Por: Minerva

El día 29 de junio del año en curso, se celebró en Tegucigalpa un acto de repudio al golpe de Estado, hecho acaecido el 28 de junio del año 2009, poco falta para cumplir una década de dicho incidente que aún hace sentir su fuerte impacto en Honduras.

En esas fechas fue convocada por el Movimiento Estudiantil Universitario (MEU), la llamada “MTM” o conocida como la “Madre de Todas las Movilizaciones”. Se desconoce una cifra exacta de la afluencia de personas que se hicieron presentes a la movilización, lo que sí se sabe es que una vez más, esta clase de eventos ha reavivado el espíritu de lucha y compañerismo.

La influencia de dos años de luchas estudiantiles

El MEU surge como un grupo de vanguardia que inicia una campaña de concientización a nivel de la comunidad universitaria, dando como resultado una repuesta represiva de las autoridades, al procesar penalmente a los estudiantes.

Son incontables los procesos de evolución que el movimiento estudiantil ha experimentado los últimos años: de un impacto leve en la población estudiantil hasta el apoyo masivo de ciudadanía no vinculada con la educación superior que, conmovida ante los hechos perpetrados en ciudad universitaria y centros regionales en el interior del país, se solidarizó con los estudiantes uniéndose al vigoroso reclamo del cese del conflicto y la reconciliación de las partes involucradas.

El MEU logró consumar su poderío con la huelga iniciada en 2016, en la que se obtuvieron, victorias parciales, pero también la cancelación del segundo periodo de ese año debido a la duración de un mes y medio de la huelga. Por su parte las autoridades de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH) utilizaron como estrategia, la represión y la negociación. Esta última  tuvo un efecto a corto plazo debido a que los acuerdos de conciliación firmados por ambas partes fueron violados descaradamente este año, dejando a tres estudiantes condenados por el delito de sedición a la espera del encarcelamiento, situación que nuevamente, ante la terquedad de las autoridades y su ambición por ejercer relaciones de paternalismo, procesan a estos  tres jóvenes que ya tenían procesos judiciales en curso desde años atrás, excluyéndolos del amparo del documento firmado en las negociaciones.

A consecuencia de esto, el MEU retomó nuevamente en 2017 la actividad de tomas de edificios, marchas y asambleas informativas, aun cuando se creía que la fuerza del movimiento había decaído. La asistencia masiva a la “MTM” fue una clara muestra de que el descontento, tanto a favor como en contra de las acciones de la vanguardia luchadora, siguen vivos y presentes en la población estudiantil.

El MEU y su nuevo rostro ante la crisis universitaria

La marcha de la “MTM” y la disposición de celebrar una huelga de libros caídos fue una demostración unilateral de la fuerza por parte del movimiento estudiantil. No obstante, se continúan empleando estrategias ya usadas en años anteriores, para ejercer presión ante las autoridades, que ya muestran evidencia de agotamiento e imposibilidad para lograr los objetivos planteados.

El año 2017 representa un año fundamental en el cual se encaran muchos aspectos del futuro del país, desde el cambio de gobierno hasta la elección de un nuevo rector dentro de la Alma Mater. El movimiento estudiantil a su vez, ha estado presente en la lucha en casi todos los procesos que involucran el proyecto de reforma universitaria que se consolida en el año 2008. Este movimiento de protesta se presenta, no solo a la población universitaria sino también a la ciudadanía, como un movimiento plural, con una forma novedosa de ejercer acciones libres de la influencia de agentes externos. Se instauraron procesos asamblearios en los cuales el eslogan publicitario posiciona a las Asociaciones como agentes principales de las decisiones tomadas por y para el movimiento. 

Con la firma de los acuerdos en 2016 y el cese a las huelgas se presenta una curiosa faceta del MEU nunca antes vista: el conciliacionismo y oportunismo no responde directamente a los intereses de los sectores más beligerantes que estuvieron involucradas en la lucha en tiempos anteriores, lo cual crea una fricción y debilita al movimiento. La conciliación con las autoridades obtiene resultados opuestos. Las autoridades de la UNAH giraron una fuerte cantidad de dinero para financiar un congreso del MEU, que no solo no obtuvo los resultados deseados, sino que también provocó grandes contradicciones y fuertes cuestionamientos sobre el verdadero y legítimo objetivo del movimiento.

Ese congreso, muy criticado, desde los plagios intelectuales, contó con la asistencia máxima de doscientas personas en una instalación capacitada para miles. Entonces, surge la pregunta sobre la verdadera necesidad de realizar un congreso que, en realidad, no tuvo un verdadero impacto en la población estudiantil. El desperdicio de miles de lempiras que pudieron haber sido destinados para solventar las crisis de laboratorios en la UNAH, fue ocultado bajo el disfraz de las “asociaciones al poder”.

Ahora el movimiento universitario se enfrenta a la intromisión de agentes externos, por medio de una pequeña cúpula manipulada con ansias de poder, por medio de candidaturas a diputaciones. Jóvenes arribistas se posicionan en partidos políticos de pseudo izquierda, labrando un perfil de sujetos beligerantes a través de las tomas y las acciones tomadas por medio del MEU. No se discute el derecho legítimo de los individuos de militar en partidos políticos, lo cuestionable es que, los que anteriormente se manifestaban como “voceros” del movimiento, aquellos que precisamente llevaban el mensaje de las disposiciones del movimiento hacia los medios de comunicación, son los que hoy figuran con más fuerza en la campaña política de la llamada Alianza.

La clara influencia de partidos ajenos al movimiento estudiantil, y las acusaciones de mala administración de fondos del Congreso del MEU, corren el riesgo de desmantelar todo lo logrado si se descubre su mal uso

La nobleza de las acciones revolucionarias no puede ser opacada por el oportunismo

La aparente crisis del MEU no es percibida por la masa estudiantil, la que responde a los llamados que hace los dirigentes, especialmente en solidaridad con los compañeros judicializados. El movimiento estudiantil aún se muestre vigoroso, por la misma inconformidad imperante.

Debemos evitar que la figura del joven encapuchado del MEU, que representa la lucha estudiantil sin rostro, sea manipulada. En la historia de Honduras encontramos jóvenes que rechazan el sistema electoral fallido, pero que al mismo tiempo aspiran con ansias excéntricas acceder a los privilegios de una curul en el Congreso Nacional.

No se puede concebir la unión del movimiento estudiantil por una aparente gran marcha, la cual puede ser apoteósica y digna pero debemos develar cuales son los verdaderos objetivos.

La conducción de la “MTM” llevada a cabo el día 29 de junio del año en curso, respondió a la intervención de provechos externos al movimiento estudiantil. En primer lugar, la dramática conducción de la marcha al Congreso Nacional, para exigir la resolución de la crisis, significa no solo poner al movimiento estudiantil y a la UNAH a merced de un poder legislativo enlazado directamente (secreto a voces) con en el poder ejecutivo, abriendo la inquietante posibilidad de que los recursos que corresponden al seis por ciento del presupuesto nacional sea también desviados con intenciones políticas si llega a darse una intervención; no sería ni la primea ni la última institución que ya ha sido afectada por el saqueo del gobierno para la financiación de campañas políticas.

Tal parece que los supuestos dirigentes del MEU no vislumbraron este escenario, sino que también, nuevamente en su afán por conseguir dramatismo en vez de estrategia, convirtieron la “MTM” en uno de los tantos reclamos sordos que se quedará con el romanticismo que genera la solidaridad con las causas justas y no con el verdadero objetivo que deben cumplir. La dirigencia del MEU no solo legitimó precipitadamente  al gobierno actual, sino que autorizó su acción dentro de las actividades de la institución educativa.

En segundo lugar, vincular la “MTM” con la conmemoración del golpe de Estado del 2009, el convocar a otros sectores, los cuales por añadidura se sabe pertenecen al partido de la alianza de oposición, mas explícitamente al partido Libre, no solo incurre en una contradicción severa de discurso sostenido con anterioridad, sino que, mediáticamente, confirmaron que este movimiento si tiene un carácter político partidario el cual en tiempos pasados negaban con actitud acérrima.

En tercer lugar y última instancia, al legitimar que el gobierno actual está capacitado para solventar la crisis, automáticamente reconoce que el Estado y todo su sistema se encuentra en condiciones óptimas para solventar la crisis universitaria, lo cual anula por completo la lucha por la cual los millares de personas se suman a la protesta.

¿Una marcha para promover candidaturas?

El acceso al Congreso Nacional por medio de la marcha refuerza la idea de la necesidad de apoyar las candidaturas a diputados de los jóvenes dirigentes del MEU. El desplazamiento de las marchas hacia el Congreso Nacional es un claro mensaje electoral de la necesidad de apoyar a los nuevos líderes, una sutil campaña bajo el falso razonamiento de que los próximos lideres tienen que estar directamente involucrados con las luchas presentes para poder legislar y transformar desde el congreso nacional situaciones a futuro.

La conducción y el liderazgo del movimiento estudiantil deben estar límpidos de toda intención externa que pretende manipular al movimiento. Las acciones de protesta deben continuarse y en el caso de que la dirigencia del MEU dejase de representar definitivamente a la población estudiantil, es necesario que nuevos movimientos surjan de los mismos estudiantes que aún conservan su deseo por combatir la injusticia en el país. La lucha estudiantil no debe ser una figura con rostros impresos en papeletas electorales, que se muestren como “el mesías”, el libertador y los rompedores de cadenas que pretenden ser.

Es de suma importancia arrancar como maleza las figuras caudillistas que sutilmente se perfilan año tras año, por generaciones enteras, bajo el engaño de ser la solución a todos los problemas del país. La necesidad de reafirmar  la pluralidad se hace prioritaria si se pretende que el movimiento y su significado se extiendan más allá de los muros que comprenden la universidad. 


Por Francisco Machado y Miguel Herrera

Desde el 2015, tres compañeros, Sergio Ulloa, Moisés Cáceres y Cesario Padilla, han sido el blanco de persecución de las autoridades universitarias, quienes se ensañaron con los compañeros dándoles primero sanciones administrativas y después llevándolos a los tribunales del país a ser juzgados por los cargos de usurpación, sedición y otras sandeces jurídicas aplicadas por excelencia a estudiantes; lo misma situación le pasaría al compañero también judicializado, Darío Morán.

La firma de los acuerdos del 28 de junio de 2016 otorgaba la garantía a los compañeros de quedar libres de las acciones penales, pero las autoridades universitarias valiéndose de vacíos legales, no llevaron a cabalidad este punto, permitiendo que siguieran los juicios contra los tres compañeros, quienes hoy enfrentan un injusto veredicto que los estaría llevando a prisión.

Este injusto hecho derivó en acciones como la toma del edificio administrativo y en la violación de la autonomía universitaria el 16 de junio, en donde se invadió el recinto universitario y los elementos cobras sacaron a puro golpe y fuerza bruta a seis compañeros que ahora enfrentan absurdas acusaciones de secuestro, cuando los verdaderos secuestradores fueron los violentos cuerpos armados.

En solidaridad con los tres compañeros imputados culpables, el miércoles 24 de mayo un grupo de 20 estudiantes se apostaron en una toma del edificio administrativo en Ciudad Universitaria con el objetivo de denunciar la política criminalizadora de las autoridades universitarias; como acto de intimidación, miembros de la Empresa de Seguridad Privada del Aguán (ESPA) usando capuchas, gas pimienta, palos y machetes, dieron persecución interna a los compañeros, agrediendo también a un periodista que cubría los hechos a las afueras del edificio. Estos 20 compañeros fueron desalojados por la Policía y acusados de usurpación del bien público, además de ser considerárseles un cargo por privación de la libertad en perjuicio de miembros de la ESPA.

Estos hechos vienen a profundizar el estado de persecución que la administración de Julieta Castellanos ha tenido en contra de cualquier disidencia, ya sea docente, de trabajadores o estudiantil; extendiéndose no sólo a términos penales, sino también a sanciones académica, que sin excusas peyorativas contra el perfil académico de la o el estudiante que lucha, ya ha desconocido el reconocimiento por la excelencia académica de dos compañeras, lideresas del movimiento estudiantil: Marta Silva y Marcia Gutiérrez.

Por si fuera poco, creemos que derivado de la criminalización de los veinte compañeros que se tomaron el edificio administrativo, se han venido dando amenazas de muerte a estudiantes, de las cuales una pudo concretarse en el asesinato del padre de uno de los veinte estudiantes criminalizados. No sabemos con precisión quiénes son los que encargaron este asesinato y mucho menos quiénes lo perpetraron, pero sí evidencia que la crisis universitaria ha desatado un ambiente de inseguridad notable para los compañeros que sostienen la lucha.

Ante todos estos escenarios de persecución, criminalización y hasta intimidación y amenazas a muerte, invitamos a los compañeros del movimiento estudiantil a tomar precauciones de seguridad, pero no abandonar las acciones encaminadas a la democratización de la UNAH; las autoridades pulverizaron los acuerdos y continúan criminalizando estudiantes, esto da pautas para no retroceder ante esta intransigencia de parte de ellos.

Incitamos a los compañeros a sumar fuerzas en esta lucha con otros sectores sociales: las comunidades indígenas organizadas y la plataforma de movimientos sociales que las articula por ejemplo. Hay que estar atentos y advertir las intenciones del gobierno cachureco de turno, que espera con ansias la radicalización de la crisis para meter mano en esta valiosa institución. Noviembre se acerca, mes en donde se llevarán a cabo las elecciones generales en el país, lo que augura dos momentos claves en la política del país: escogencia de nuevo rector en la UNAH y el posible triunfo o derrota del intento reeleccionista del actual presidente Juan Orlando Hernández.

El Partido Socialista Centroamericano (PSOCA) hace un llamado también a toda la sociedad hondureña para emprender una defensa legítima de la autonomía universitaria. La garantía del pleno desarrollo de las actividades académicas no puede supeditarse a la agresión policial o militar en contra de la comunidad universitaria; la construcción de una universidad responsable y vinculada con las múltiples problemáticas sociales, económicas y políticas del país debe ser un ejercicio compartido con todos los sectores, siendo más que nunca fundamentales en la salvaguarda de la integridad física y psicológica de los compañeros en lucha.


Por Ricardo Velásquez

Nuevamente lo han hecho; asesinar a un luchador. El turno fue para Roberto Antonio Gómez, padre del estudiante Johan Gómez, las balas asesinas le quitaron la vida el viernes 23 de junio muy temprano, al respecto, la rectora de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH), Julieta castellanos lo catalogó como algo “normal”. Criterio.hn (23/062017).

La diferencia en esta ocasión es que un día antes, el señor Roberto Gómez acompañó a su hijo a los juzgados, quien ha sido procesado junto a otros 19 alumnos por el delito de usurpación y privación de la libertad en perjuicio de la UNAH.

En declaración a medios de comunicación el día jueves 22, Roberto Gómez manifestó “Estamos en contra de este atropello que está haciendo la universidad tratando de quitarle derechos a los estudiantes y esperamos que esto se solucione de la mejor manera…y que a ellos los dejen en libertad”. Don Roberto fue muy notorio en los medios de comunicación el día jueves 22, donde apareció con un cartel en el que se leía “Quiero que mis hijos tengan una educación pública de calidad, sin represión ni autoritarismo. El padre consiente aquí está presente”.

Esa es la gran diferencia entre la muerte de otro mortal y la de Don Roberto, asesinado en un país donde la institucionalidad solo existe para beneficio de los saqueadores del erario público, donde los operadores de justicia están al servicio de Juan Orlando y sus secuaces como Julieta Castellanos, donde la Corte Suprema de Justicia cumple al pie de la letra la criminalización de la protesta, en esta ocasión a pedido de la señora rectora.

El pecado de Don Roberto fue sumarse a la lucha que libran los estudiantes en contra de la criminalización de la protesta, 20 estudiantes incluyendo su hijo fueron acusados por delitos ridículos como ser el de “usurpación” y “privación de la libertad”, es de recalcar que estos alumnos fueron arrestados porque protestaban en contra del juicio que se le realizan a otros tres enjuiciados por la Rectora y que les siguen proceso judicial en los juzgados.

Lucha universitaria puede hacer resurgir el clamor popular

La lucha que libran los estudiantes universitarios viene a dar una esperanza de que el pueblo vuelva a levantarse como lo hizo en la primera década del siglo o como se hizo después del golpe de estado, esta lucha los muchachos la han logrado mantener aun cuando el régimen logra imponerse a través de la ilegalidad y del control de toda la institucionalidad burguesa, la detención y proceso de los 20 alumnos ha venido a elevar el descontento de la población estudiantil y las movilizaciones y tomas de edificio vienen en aumento. Lo que sucede en la UNAH es algo que debe ser de interés a todos los padres y madres de familia, quienes ya deben sumarse a la lucha en contra de la criminalización de la protesta.

El autoritarismo de la administración de la universidad se manifiesta en todos los sentidos, hechos como contratar vigilancia privada que da seguimiento a los alumnos líderes, infiltrar el movimiento estudiantil, permitir que la policía ingrese libremente a los predios universitarios, suspender becas, judicializar a los alumnos detenidos, crear bloques de choque, son acciones a las que recurren las autoridades para debilitar la lucha, pero en esta semana el efecto ha sido contrario y más bien los estudiantes se han fortalecido.

Pero el fortalecimiento de la lucha estudiantil lleva un peligro implícito; el tener más alumnos procesados o en el peor de los casos, asesinados. La única forma de contrarrestar este peligro es llamando a todo el estudiantado que se sume a la lucha y convocar a padres y madres de familia. Es tanto el malestar en el alumnado que ya se exige nuevamente el “Fuera Julieta”, a pesar de que solo le quedan meses al frente de la UNAH, siempre y cuando no sea reelecta.

Las amenazas de la señora rectora no se detienen y las dejó muy claro afirmando que “… si los jóvenes continúan con las protestas…en tanto si en sus acciones infringen la ley, serán sancionados conforme a las normas internas o si trascienden a otros escenarios que linden con el delito, serán juzgados por los órganos judiciales. LT (24/06/2017)

La actitud de Julieta Castellanos es la misma de Juan Orlando ante cualquier vestigio de lucha de los trabajadores o de lucha popular; aplastar el movimiento sin importar si se violenta la ley.

Es el momento para apoyar el movimiento estudiantil universitario, esta puede ser una llama que se extienda en todo el movimiento popular.

¡El padre de familia consiente aquí está presente!

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