Por Ricardo Velásquez
Ya han pasado, casi 4 meses desde que la Ministra de Educación, Rutilia Calderón, asumió las riendas de la Educación Pública. Desde entonces, cesó la angustia permanente de los docentes, ocasionada por el tristemente célebre Marlon Escoto, a través de constantes “oficios” tendientes según él, a resolver la problemática educativa, pero que, en la realidad, solo logró retroceder abismalmente la calidad de la educación pública. Esto lo demuestran los altos índices de reprobación en la educación media y en las Pruebas de Aptitud Académica (PAA) aplicadas en la Universidad Nacional Autónoma d Honduras (UNAH), así como los exámenes de admisión aplicados en la Universidad Pedagógica Nacional Francisco Morazán (UPNFM).
Según Darío Cruz, Vicerrector de Educación a Distancia de la UPNFM, “En la PAA que se realiza en la UNAH, donde se miden conocimientos básicos, la tendencia es que la gran mayoría de estudiantes no están llegando a los 800 puntos, siendo los de las instituciones públicas la que presentan mayores deficiencias”. “Haciendo una mirada de los últimos 5 años estamos evaluando el tipo de estudiantes que estamos recibiendo, cada vez son menos las competencias que se le vienen desarrollando, hay serios problemas de escritura y de comprensión lógica matemática, conocimientos tan básicos como los de las tablas de multiplicar no los tienen”. EH (04/04/2017).
Para Juan Ramón Martínez, peón del régimen y analista del acontecer nacional, ante el manifiesto deseo de Marlon Escoto por ser Rector de la UNAH, resume la labor que hizo este, de la siguiente forma; “¿cómo va a traer un fracasado y lo va a llevar a entregarle la principal universidad de Honduras?...presentar como candidato alterno a Marlon Escoto, es insultar la inteligencia del pueblo hondureño…no tiene absolutamente idea de lo que es la educación”. El Tiempo digital (18/04/2017)
Sin lugar a dudas que en esto estamos de acuerdo con uno de los grandes detractores de los maestros, sin importar el motivo por el que lo dice, lo cierto es que la política educativa impuesta ilegal y agresivamente por los gobiernos sucesivos de Porfirio Lobo y Juan Orlando Hernández a través de Marlon Escoto, ha orillado al grueso de jóvenes de la educación pública a un nivel paupérrimo de conocimientos, lo que repercutirá en el futuro inmediato.
Remediar el asunto no será fácil sino existe una propuesta educativa donde se tome en cuenta el papel del docente en el aula de clase. De ahí que se sacó al ex Ministro de Educación por la puerta de atrás y en su lugar se puso a la que era en eso entonces Vice Rectora de la UNAH y mano derecha de Julieta Castellanos.
Hasta ahora, al menos la actual ministra no ha dado muestra de pretender seguir asediando a los docentes, quizás como política de JOH para adecentarse ante el gremio ante las elecciones generales de noviembre. Después de todo, el principal objetivo exigido por los financistas externos ya lo cumplieron: desaparecer las conquistas docentes y mantener el gremio callado y amedrentado.
Pero, por otro lado, existe un adormecimiento en la nueva ministra, para revertir las políticas equivocadas de Escoto, como que si existiera un temor a los cooperantes externos. Ese sistema de evaluación ipso facto lo hubieran cambiado, pero con la participación de los docentes, no con el propósito de solo mejorar cifras estadísticas sino más bien, el compromiso de todos de mejorar las competencias mínimas requeridas en los educandos.
El daño hecho a la Educación a través de Marlon Escoto es enorme, la ministra ya ha llamado a algunos dirigentes del magisterio, pero aún no se actúa en la toma de decisiones. Medidas como ese esquema de evaluación, la jornada extendida, el programa Todos Podemos Avanzar (TPA), las reiterativas nivelaciones tal y como están, deben ser revocadas, pero hay que llamar a los docentes para que participen de forma activa en propuestas para sub sanar la situación.
Parece que hasta ahora el sistema educativo se encuentra en letargo, haciendo lo que ya dejó ordenado Escoto, pero es el momento de que tanto alumnos como padres y madres de familia y docentes levanten cabeza y exijan una Educación Pública de Calidad, sin quedarse en el estribillo de los 200 días de clases.
El magisterio tiene una ardua tarea por delante; presentar una propuesta que de verdad mejore el rendimiento académico de los alumnos, tarea difícil tomando en cuenta el estrato socio económico de los mismos. La propuesta, que puede llevarse a una lucha sistemática, debe abarcar beneficios pedagógicos para los educandos y otros.
¡A defender la calidad de la Educación Pública ya!