Por Sebastián Ernesto González

El 13 de septiembre el Consejo Nacional Electoral (CNE) convocó a elecciones primarias para marzo del 2021, con esta convocatoria se inicia un proceso electoral que culmina con la declaratoria del presidente del ejecutivo para el periodo 2022-2026, con más de una década de que grupos fácticos se apoderaron del país con el Partido Nacional al frente y Juan Orlando Hernández a la cabeza.

El golpe de estado del 2009 a traído mucha miseria al país, siendo la clase trabajadora la más afectada y que muchos han pasado a aumentar los índices de familias pobres que a penas sobreviven con 3 dólares diarios o menos. La criminalidad y la inseguridad en el país es el diario vivir y ya no hay nada que envidiar a Colombia o México con escenas dantescas ligadas al narcotráfico, trata de personas o delincuencia común.

El asesinato de personas activistas en la defensa y protección de la tierra y el medio ambiente es una preocupación permanente en los que la realizan y en defensores de derechos humanos. La dictadura dio rienda suelta a escuadrones de la muerte para asesinar en la impunidad. La represión actúa por todos lados, desde los operadores de justicia, pérdida de empleo, el escarnio público, detención ilegal, golpizas en las manifestaciones o ya, por último: el asesinato.

Convocatoria sin una nueva ley electoral

Los grupos que controlan el poder en el país no quieren soltarlo y cuentan con el apoyo de los militares para sostenerse y el visto bueno de la política imperialista de los Estados Unidos. Hay que tener claro que Juan Orlando Hernández no está solo, detrás de él hay toda una maquinaria principalmente compuesta por banqueros y personajes de la empresa privada que se han beneficiado en todo este tiempo post golpe, dejar el poder es perder los privilegios y en todo caso, en el más extremo pueden soltar el poder negociando cuotas y beneficios que sigan aumentando sus ganancias. De ahí que no es extraño que la convocatoria a elecciones primarias se hizo sin la aprobación de una nueva ley electoral. El supuesto consenso que había en el Congreso Nacional para aprobar tal ley fue roto en último momento por el Partido Nacional y con el pataleo del Partido Libertad y Refundación se hizo la convocatoria.

Una de las situaciones que legalmente no está dilucidada es la regulación de la reelección, hecho que según la constitución es ilegal y que no ha sido juzgado y ni se juzgará mientras Juan Orlando se mantenga en el poder. Pero una vez que salga, puede cambiar el contexto y se le puede llevar a juicio. Siendo este uno de los puntos que el Partido Nacional lleva 3 años pretendiendo negociar para apoyar una nueva ley electoral y que el Partido Libre y Partido Liberal se niegan a aceptar, al menos hasta ahora.

El Partido Nacional y Juan Orlando siguen controlando toda la institucionalidad del país, por lo que otro fraude electoral no se puede descartar y pone los pelos de punta al imaginarse otra convulsión social como la de diciembre del 2017, hecho que dejó al pueblo con muchos mártires que se suman a los que hubo cuando el golpe de estado del 2009. Pero a los que tienen el poder no les importa esto, ya se demostró en estos 6 meses de confinamiento que hay suficiente dinero para mantenerse a pie. Que el pueblo sufra es lo que menos les conmueve y actuarán hasta las últimas consecuencias para seguir con el poder o negociar jugosas cuotas de ganancia. Si el Partido Nacional no se muestra con la misma prepotencia de antes, es porque debe existir algún tipo de presión externa que les está exigiendo elecciones más transparentes, pero el pueblo no puede quedarse confiado en que la comunidad internacional le tire el salvavidas.

Solo la insurrección puede terminar con la dictadura

En las altas esferas del poder pueden darse diferentes tipos de negociaciones, pero ninguna de ellas garantiza el beneficio para el pueblo ni que esos grupos que se han devorado al país salgan huyendo. Al pueblo solo le queda la insurrección popular, volcarse a las calles para sacar a los delincuentes del poder, es inadmisible que el robo descarado del erario no estremezca la conciencia del pueblo hondureño y que solo espere el siguiente proceso electoral con las reglas dictadas por el que dirige un narco estado. Pero también el pueblo debe saber y actuar sabiamente; el que habla para dividir la oposición solo beneficia a la dictadura, el pueblo puede ir a elecciones en marzo del 2021, pero primero insurrección popular para que las ratas huyan al despeñadero.


Por Carlos M. Licona

Ya no hay duda alguna que el presente año escolar se culminará con la educación en línea, la entrada al país del virus Covid-19 dio lugar al confinamiento en las casas y que paralizó la economía y el sector educativo se alejó de los centros de enseñanza. Desde el 13 de marzo los educandos y educadores no volvieron a los centros de educación, la cuarentena vía decreto para propiciar la propagación del virus obligó a todos los niveles educativos para seguir con el proceso enseñanza aprendizaje desde la forma virtual, esta situación vino a desnudar las desigualdades sociales en que viven nuestros educandos y la mayoría de las familias hondureñas.

La educación virtual: un reto que no avanza en la educación pública

En esta realidad hay que dejar bien diferenciados algunos contextos que evidencian las desigualdades económicas de los alumnos, el primero es que existe una brecha abismal entre los alumnos de centros privados y los públicos. Mientras el alumno de los privados se desarrolla en un ambiente más confortable en cuanto a las necesidades básicas y el uso de herramientas tecnológicas junto al servicio permanente del internet, el alumno de los centros públicos no corre la misma suerte, siendo en su mayoría proveniente de hogares desintegrados con progenitores dedicados a la economía informal, carecen tanto de las necesidades básicas como de celulares y computadoras, no digamos del uso de datos, al que solo pueden acceder cuando logran pagar una recarga o agarran señal de alguna antena perdida.

Mientras en los centros privados son pocos los que carecen de un eficiente servicio virtual, en los públicos la mayoría tiene deficiencias terribles en el servicio del internet. Un ejemplo sencillo es en mi casa, donde me vi obligado a cancelar el servicio de Internet de HONDUTEL (28 $ mensual) por deficiente señal que se daba todos los días e instalar el Internet de otra empresa por 35 $ (875 lempiras mensuales). A este gasto mensual se deben agregar el uso de aparatos inteligentes y computadoras, el que no tienen la gran mayoría de las familias, en todo caso; usan un solo celular para hacer llamadas, recibirlas y que todos los niños de la casa hagan las tareas respectivas.

Pero el asunto no queda solo ahí, porque, aunque en algún hogar exista el servicio del internet y tengan los aparatos para navegar, también se da la situación del analfabetismo digital, y acá también entran muchos docentes que son enemigos de la actualización tecnológica, desconociendo esta realidad que nos ha orillado al proceso virtual y negándose a profundizar en el uso de las plataformas virtuales. Un hogar donde son analfabetas digitales con maestros poco letrados en tecnología igual engruesa el número de los carentes de tecnología para el proceso educativo.

Por otro lado, también existen los hogares donde los adultos carecen del nivel académico mínimo para poder orientar a los niños o bien, en el caso de que lo tengan, son madres y padres que salen a trabajar y regresan tarde con miles de preocupaciones y con ganas de solo llegar a descansar.

La realidad actual

Estando a menos de dos meses para culminar el año lectivo, hay una realidad que nos arroja un terrible panorama: la enorme deserción que arrojará la estadística del 2020. Sin duda alguna que la responsabilidad la tiene un gobierno que está más entretenido en dilapidar los fondos públicos que en dar respuesta verdadera a la solución en educación. Entonces hay que tener muy claro una cosa; a esta dictadura no le ha interesado ni le interesa dar respuesta al sistema educativo, por lo tanto, corresponde al magisterio superar esta etapa donde los educandos obtengan un mínimo de conocimiento y salvar el año lectivo. Un decreto de conectividad gratis que aun no se hace realidad, orilla a un enorme porcentaje de alumnos quedar por fuera de la evaluación virtual que los dirigentes magisteriales tanto se ufanan en pregonar, y que les da pie a oponerse sin argumentos reales a la promoción automática. Cuando en realidad, tanto el proceso de enseñanza como la evaluación virtual son totalmente excluyentes por que orilla a los más miserables a ser reprobados o ser declarados desertores.

Pero el problema no termina este año, ya que los vientos que soplan es que las medidas de bioseguridad se prolonguen al 2021, y ningún maestro con un poco de sentido común puede seguir del lado de la exclusión social y educativa a educandos que son los que menos culpa tienen en esta crisis. No piense en los alumnos que no quisieron trabajar, piensen en los miles y miles de alumnos que han sido excluidos este año del proceso de enseñanza aprendizaje, solo por ser pobres y miserables.


Por Ovidio Molina

Las fechas conmemorativas de los Estados centroamericanos, como el 15 de septiembre, con toda su carga patriotera y de culto a panteones liberales, ofrece un espacio para que los movimientos sociales deliberen verdaderas alternativas en contra de sus respectivos gobiernos nefastos. Honduras no es la excepción. La plaza central de Tegucigalpa ha aglomerado a muchas organizaciones sociales que cada año ―y con mayor intensidad en esta década de administraciones nacionalistas― otorgan un significado opuesto a la decorativa “celebración de independencia”. La dinámica de todos estos años ha sido movilizarse hacia el Congreso Nacional y desde allí aclamar consignas en contra de las ofensivas del régimen.

A pesar de los impulsos que muestran las organizaciones, las jornadas de lucha terminan diluyéndose en convocatorias posteriores que no son enteramente acuerpadas. Lo cierto es que la prueba de fuerza contra el gobierno nacionalista no tiene el mayor alcance que quisiéramos. En el año 2019, el transcurso de la lucha que emprendió la Plataforma en defensa de la educación y salud logró el objetivo de derogar los decretos PCM 026 y 027, producto del esfuerzo de hacer concurrir a multitudes de hondureños que se enmarcaron en las exigencias definidas por la plataforma.

Definir nuestras estrategias de lucha en medio de una pandemia

En medio del confinamiento por la pandemia del Covid-19, los medios físicos que antes se utilizaban para presionar la salida de este narco-gobierno, pasaron a convertirse en eternas y numerosas reuniones virtuales; sumado a pocas caravanas que enarbolaron la frase insigne ¿Dónde está el dinero? No cabe duda que los médicos y demás personal de salud han tenido la constancia de pronunciarse con mítines, ciertos paros laborales y denuncias en contra de las corruptas y fracasadas políticas sanitarias que desplegaron los nacionalistas.

¿Cómo reactivar la lucha ante estas condiciones? Es la interrogante que resuena en las discusiones que tienen lugar en el seno de las organizaciones gremiales y ciertas facciones de los partidos de oposición. Estamos ante la disyuntiva de quedarnos en casa apaciguando los ánimos, o salir pese a la probable realidad del contagio. No tenemos otra opción que salir a las calles de nuevo con medidas de autocuidado y traer de nuevo la realidad de la protesta y un ideal paro nacional, que es la única forma de sacar a este gobierno.

¿Traspaso formal de gobierno con elecciones, o sacar al narco dictador a como dé lugar?

Un motivo que ha desplazado del punto de enfoque la lucha decidida en contra del régimen, y que ha aquietado la rabia de miles de hondureños que antes salían a las calles a exigir la salida de Juan Hernández, es la anunciada celebración de elecciones generales en el año 2021, mediante las reformas electorales que ha preparado el Consejo Nacional Electoral y las comisiones del Congreso Nacional. El temperamento elevado que nos mostraba la oposición en el congreso con su “insurrección legislativa” ya pasó a la historia, ahora tenemos un panorama de conciliación bajo el reparto de las instituciones que darán lugar a los comicios.

Las jornadas de entrega de una nueva identidad que pretende depurar el padrón de votantes, y el lanzamiento de campañas electorales prematuras parte del candidato nacionalista y actual presidente del Congreso Nacional, Mauricio Oliva, se cuentan entre las actividades que anticipan un panorama de aparente normalidad. Una condescendencia solapada con la administración que impuso a la fuera su segundo periodo de gobierno, con el fraude electoral del año 2017. Todo indica que de este lado de las instituciones políticas de oposición no veremos resultados creíbles que arrinconen a este gabinete, dado que su salida se da por sentado, no será a la fuerza, sino que en las urnas.

La unidad para reactivar la lucha y no para apoyar intereses electoreros

Todas las iniciativas que surjan en estas nuevas movilizaciones del pueblo, que busquen la unidad de las organizaciones bajo el interés de formular un programa que trace las estrategias para lograr la salida del gobierno, debe ser aplaudida y encaminada hasta sus últimas consecuencias. No pueden añadirse intereses diametralmente opuestos como el calendario de elecciones, si fuese de esta forma, no tendría ningún sentido salir a luchar a las calles, dado que la respuesta a todas las “soluciones” están vertidas en urnas.

Los movimientos sociales, los trabajadores y trabajadoras, y otras organizaciones que participen en estas nuevas jornadas de lucha que arrancarán en este mes de septiembre, tienen nuevamente la oportunidad para seguir luchando en contra de la dictadura.


Por Carlos M. Licona

Cuando se suspendieron las clases en el sistema educativo del país, el 13 de marzo, apenas se llevaban unas 5 semanas, iniciando así una crisis económica y de colapso en el sistema de salud pública que ha afectado a la gran mayoría de la población.

La realidad de nuestros educandos

Muchos hondureños quedaron sin empleos, la economía informal se desapareció con la cuarentena absoluta y de repente como en una película de ficción, las personas en los hogares se quedaron de brazos cruzados debatiendo sus pensamientos en el cómo llevar alimentos a sus hogares. Según el Ministerio del Trabajo y el Consejo Hondureño de la Empresa Privada (COHEP), hasta el mes de julio la pérdida de empleos en las familias hondureñas rondaba el medio millón de individuos, una cantidad muy elevada si se toma en cuenta que la Población Económicamente Activa (PEA) de Honduras en el 2019 fue de 4220294 (cuatro millones doscientos veinte mil doscientos noventa y cuatro). blogs.unah.edu.hn (20/12/20).

Estaríamos hablando de un índice de 11.8 % de personas que perdieron el empleo. Es de resaltar que aquí no entra la economía informal como ser vendedores ambulantes, mujeres que trabajan en casa, comerciantes individuales, lavadores y cuidadores de carros, jornaleros, etcétera. Cifras que engrosan terriblemente la cantidad de personas desempleadas.

La educación pasó inmediatamente a un lugar sin importancia para la subsistencia, entre comprar una recarga de datos y comprar tortillas prevaleció lo segundo. De esta forma muy rápido se evidenció la desigualdad educativa; muchos educandos quedaron totalmente al margen del sistema educativo al carecer de una computadora o de un teléfono inteligente. Se desvincularon y aun no aparecen, sufriendo las consecuencias de un sistema injusto e incapaz de solventar la crisis.

La dinámica establecida por las autoridades del Ministerio de educación para determinar si el alumno ha estado en contacto con el docente es que se identifique mediante un mensaje vía WhatsApp, información que es canalizada por la aplicación ODK COLLECT. Obviamente, un alumno sin un celular inteligente y sin datos no podría enviar un mensaje de conectividad.

Pero enviar el mensaje tampoco es suficiente, deben poseer un aparato con capacidad para descargar tareas e imágenes que cada semana un docente o varios docentes les envían como tareas. Todavía hay otro escollo para el que logra hasta acá descargar los trabajos asignados y es el comprenderlos y poder realizar las tareas, luego enviarlas a cada maestro de la mejor forma posible.

¿Y los maestros estaban preparados?

Definitivamente no. Ni siquiera el sistema de salud pública estaba preparado para enfrentar la crisis, de ahí que no es casual que muchos médicos y enfermeras hayan muerto y cada día nos llega la noticia de otro galeno más que fenece. El gobierno aprovechó la situación para desfalcar ante la vista de todo el pueblo al fisco y no se interesó ni mejorar la situación del sistema de salud ni el educativo. La mayoría de los docentes tampoco estaban preparados para levantar una educación virtual y hasta ahora la situación sigue igual, son pocos quienes han aprovechado para aprender y obtener conocimiento que no se tenía, pero todo es ensayo y error, aprende el alumno y aprende el docente, sin embargo, la peor parte se la lleva el alumno, quien debe comprender y adquirir conocimiento de contenidos poco digeribles. A esta situación hay que agregar si el docente no tiene la facilidad para editar una imagen, tomar una foto, resumir y  sintetizar una teoría o explicar un algoritmo en un vídeo de 4 minutos.

Las falencias son muchas para ambos lados, sin embargo, en el caso de las madres y padres de familia con hijos en educación básica se les vuelve tortuosos los días ante cada tema que deben asimilar y ayudar al educando para que comprenda.

En base a lo anterior se puede afirmar que el docente aunque quisiera dar reforzamiento se le hace muy complicado dadas las circunstancias actuales, explicarle a un alumno tal y como se haría en forma presencial se vuelve una odisea y los baches van quedando en el camino con la misma facilidad en que pasan las semanas.

Conclusión: nadie estaba preparado para la crisis.

Evaluación educativa

No hay duda, que este tema debe ser muy discutido por todos los docentes hondureños, a tres meses de terminar el año lectivo sumergidos en una crisis mundial ocasionada por la pandemia en que nos tiene el virus Sars-Cov-2, el tema actual en el país es sobre si es correcto o no una posible “promoción automática” del alumnado en general.

Para ello, se vuelve importante conocer y comprender los conceptos sobre evaluación. Según UNIR (Universidad Internacional de la Rioja) Revista “La evaluación educativa es un proceso continuo y personalizado dentro del sistema de enseñanza-aprendizaje cuyo objetivo es conocer la evolución de cada estudiante para, si es necesario, adoptar medidas de refuerzo o de compensación para garantizar que se alcanzan los objetivos educativos definidos para su nivel. Es, por tanto, una herramienta de gran utilidad para tomar decisiones pedagógicas para mejorar el desempeño de un estudiante...

...La importancia de la evaluación va más allá del seguimiento escolar de los propios estudiantes. Se trata de un instrumento de seguimiento y valoración de los resultados obtenidos por los escolares para, al mismo tiempo, poder determinar si los procedimientos y metodologías educativas elegidas están siendo los adecuados.

...A la hora de realizar la evaluación distinguimos varios sistemas o técnicas que se utilizan de forma complementaria: Observación, pruebas, revisión de tareas (ensayos, análisis, resúmenes, etc.), entrevistas.”  Unir Revista (20/07/20).

Considerando los conceptos anteriores se puede enfatizar que la evaluación debe ser continua y personalizada para conocer cómo avanza el educando en el proceso de aprendizaje, de esta forma se hacen los correctivos pedagógicos necesarios. Pero hay que agregar algunas características de la evaluación como el ser flexible, cuantitativa, formativa, científica, igualitaria, entre otras.

En el contexto actual de nuestros alumnos, muy difícilmente se podría realizar una evaluación que cumpla con los objetivos de la misma, en el caso de que se pretenda hacer correctivos para mejorar el aprendizaje. Además, lo del aprendizaje mínimo se vuelve muy engorroso para medir, si se toma en cuenta la facilidad con que se pueden enviar imágenes a través de las mismas redes virtuales y tener la oportunidad de copiarse las mismas entre compañeros que tienen la tecnología necesaria.

¿Castigar a los haraganes o velar por los miserables?

No hay duda alguna de que las crisis desnudan a cada individuo y le sacan la mejor parte de sí mismo, o al contrario, cada persona se acomoda a sus circunstancias y observa la arena desde lejos. Pero esto también sucede en ambos bandos; en los docentes y en los educandos. Por lo tanto, hablar de realizar una evaluación a los educandos se vuelve injusta y desigual, pero peor aún; se pierde la objetividad al pretender asignar una calificación que en la mayoría de los casos va a tomar elementos muy subjetivos para darles un valor cuantitativo. Veamos un ejemplo; un alumno pasó conectado toda la semana, pero las tareas se las copió a otro que solo se conectó un día, pero fue suficiente para hacer sus propias tareas.

Otro alumno tuvo el deseo y el interés de realizar las mismas tareas y se sintió apto para hacerlas, pero no las pudo enviar porque en su casa no había dinero ni para comida. ¿Qué escala usaría la maestra para asignar una calificación a dichos alumnos?

Otro ejemplo, en la casa solo hay un celular y la mamá se lo lleva al trabajo porque lo necesita, su hijo queda con ganas de hacer sus tareas pero su madre llega en la noche y ya él está casi dormido, así pasan los días y no pudo cumplir con sus tareas. ¿También hay que reprobarlo?

La mitad del aula no tienen ni internet ni aparatos, pero la maestra les lleva todas las semanas el material impreso para que trabajen, el problema es que la maestra no puede revisar las tareas ni hay forma de llevarse los cuadernos ni de revisarlas en la escuela donde se ven, la maestra es de alto riesgo de contagio y de muerte, ¿Cómo los evaluará?

Los ejemplos son diversos y los encontramos a cada instante, entonces, porqué se pretende castigar a los haraganes en vez de tenderle una mano a los que no tenían comida en su casa.

Lo que se debe exigir

Un magisterio sensible debería estar exigiendo un bono estudiantil para que el alumnado que ya se resignó a perder el año lectivo regrese, darle oportunidad de que avance en la medida que se pueda y el siguiente año hacer un plan extremo de nivelación y de readecuación de contenidos. Se debe exigir al gobierno que la conectividad gratis sea inmediata para docentes y alumnos, capacitaciones intensas sobre el uso de plataformas virtuales, impresión y distribución de material para alumnos que no tienen aparatos inteligentes.

En última instancia, se debe considerar llevar al aula de clases a los alumnos que no tienen ninguna posibilidad de usar la enseñanza virtual, el magisterio no debe desechar en ningún momento a este enorme porcentaje de educandos, se deben buscar todas las soluciones posibles para que no pasen a engrosar el número de desertores.

El dirigente del magisterio que aspire a dejar huella y volverse un estadista, debe considerar estas opciones antes de simplemente decir “no a la promoción automática”.


Por Carlos M. Licona 

El asombro no deja de invadir mi pensamiento, los otrora medios de comunicación, todos en conjunto, ahora alineados con la dirigencia magisterial como se alinea el sol y los 8 planetas con todo y lunas. Esos mismos medios de comunicación que trataron de vagos a los docentes, de vándalos, de mediocres, que acusaron al magisterio de ser los responsables del atraso educativo en el país y muchos epítetos más. Un ex ministro de educación como Marlon Escoto, el que retrocedió la educación muchos años a puros oficios ministeriales que siguen vigentes y que son los que más daño le han hecho a la calidad educativa, en sintonía con los que trató como trapos viejos y con quienes trapeó el piso. Un canal 10 que pertenece fraudulentamente a un individuo nefasto como Wong Arévalo, canal educativo supuestamente y que fue un bastión en contra del pueblo en la lucha contra el golpe de estado y contra las reivindicaciones de los docentes. O todavía más rosado, Raúl Valladares en el canal 11, otro más que saltó a los designios de Juan Orlando y destiló veneno puro contra las luchas del pueblo. El diario La Tribuna, otra columna vertebral al servicio de la oligarquía y enemiga del pueblo y de los docentes, ¿lo ve?, ahora todos ellos dándole espacio a los dirigentes para que expongan su postura y la defiendan, ¿lo ve? ¿es curioso verdad?

Ahora todos en conjunto en una misma línea y con los dirigentes magisteriales que saltaron a la arena ávidos de publicidad, como si una fuerza extraña los hubiera empujado a desempeñar tal papel; oponerse a la promoción automática.

La primera descomunal mentira: una postura muy egoísta

La dirigencia desde marzo viene gritando que al magisterio no se le pagarán salarios, cosa que no ha sido así, aunque sea con atraso han pagado hasta el mes de julio, que lo pagaron el 14 de agosto, seguramente agosto lo pagarán a finales de septiembre por que la macroeconomía del país anda por los suelos y pasará mucho tiempo para levantarla.

Pero los docentes tienen seguro su salario, cosa que no es así con la gran cantidad de trabajadores que despidieron de sus empleos, otros que los mandaron a encerrarse sin ningún beneficio y otros que han sido obligados a negociar ofreciéndoles reinsertarlos a cambio de que no reciban algunos meses de sueldo. Otro segmento enorme de la población que vive del diario a diario y que en cuarentena se come las uñas y se aprieta el estómago. Una posición muy egoísta de parte de la dirigencia al argumentar el supuesto de que no pagarán salarios, y hasta cierto punto intransigente porque ya todos sabemos que los funcionarios de la dictadura han desfalcado el erario y endeudado al país hasta por 50 años o más, motivo suficiente para atrasar salarios que al final siempre pagarán.

¿Cuántos alumnos provienen de familias sin empleo?, ¿cuántos alumnos estudian y trabajan?, ¿Cuántos educandos venden agua en la calle en tiempo normal?

Preguntas que debería hacerse los flamantes dirigentes antes de argumentar que se oponen a la promoción automática por que la pretensión es no pagar salarios.

Segunda aberración

Hasta los muertos han resucitado en esta coyuntura y han aparecido viejos y detestables dirigentes como Yury Hernández, y todos coinciden al igual que con los medios de comunicación en asegurar, jurar y perjurar que el futuro de la educación depende de que la evaluación sea cuantitativa en estos dos meses y medio que faltan.

Es insólito escuchar a Daniel Esponda dirigente del COPRUMH o a Fidel García presidente del COPEMH, que el futuro de la educación en el país depende de esta medida. En esta corta visión, siguiendo su lógica, se entiende que la solución al problema educativo del país ya está solucionada: hay que evaluar cuantitativamente y nos nivelamos al nivel de Costa Rica. ¡Fácil verdad!

Ahora usemos la lógica, al contrario, al aprobarse la promoción automática significa el tiro de gracia para la educación, pobre Marlon Escoto, tanta candela que se le voló y él no fue el culpable. Pobre dictadura, en 10 años y medio solo hicieron linduras para que los docentes vengan a tumbar lo bueno que hay en educación con una simple promoción para todos los alumnos.

No es extraño escuchar estas posturas de nuevos dirigentes ingenuos como Yovanny Coello o bien, de jóvenes que aspiran a ser la vanguardia de la lucha repitiendo lo que dicen los de arriba, y sin atreverse a cuestionar las líneas que imponen,  peor aún, ni siquiera detenerse un segundo a analizar la crisis mundial y sus consecuencias en el país, o peor todavía, no atreverse a suspirar un tan solo segundo para saber la dimensión de lo que significa con el robo descarado que han hechos los que nos desgobiernan.

Elementos suficientes para por lo menos analizar el pro y los contras de una u otra posición y, sobre todo, dejar que al final quien opine sea el maestro del aula, que es el verdadero actor principal y que conoce a ciencia cierta como se viene desenvolviendo los educandos en sus contenidos virtuales.

Según los dirigentes, ¿cómo debe ser la evaluación en esta coyuntura para volverla muy objetiva?, por más que lo pienso y por más que reviso lo poco que me envían mis educandos no encuentro ni pies ni cabeza. ¿Qué factores intervienen para que la evaluación virtual sea real y no ficticia?

Si ante una posición tan simplista, de la cual depende el futuro de Honduras, hay que evaluar, entonces ¿cómo la hago para que de verdad valga la pena y no engañe como los hacen los magos?

Muy difícil y no creo que me den una respuesta, porque no existe igualdad de condiciones en todo el alumnado. Iniciando por tener las herramientas como computadora o un celular inteligente con gran capacidad o bien, tener permanente acceso a internet.

Pero hay otro elemento que obvian maliciosamente o por ignorancia; el nivel educativo de padres y madres de familia y que aporten a la comprensión de los contenidos. En el caso de los alumnos de educación básica la gran mayoría proviene de progenitores con bajo nivel educativo, y si tienen un título de educación media ya olvidaron los temas que se le envían al educando.

Existe un pequeño margen cuya madre y padre tienen la capacidad académica para explicarle, pero no tienen la cualidad docente para explicar, o en el caso más fácil le hacen y le responden las tareas. ¿Complejo verdad?

Es engorroso hablar de objetividad al evaluar en forma virtual, por lo tanto, no hay garantía de que hubo aprendizaje o comprensión de contenidos, por lo tanto, es inadmisible que la dirigencia se llene la boca siendo determinista al asegurar que de esto depende el futuro de la educación en Honduras, desconociendo el gran daño que ha hecho la dictadura en estos últimos 10 años y medio.

Lo que se debe hacer

Existen dos formas de aprobar alumnos, estilo Marlon Escoto con oficios ministeriales donde se orilló a los docentes a utilizar nivelación, recuperación, TPA (todos podemos avanzar) y escuelita de vacaciones para que al final todos pasen o cada docente inventa una nota a ojo de buen cubero y asigna a cada educando una calificación tomando una curva como de aquí a El Hatillo. Una promoción automática solo oficializa y simplifica cualquiera de las dos, pero hay que tener bien claro que ninguna empeora o mejora la calidad educativa en el país, para superar el atraso educativo se necesita una revolución educativa.

El problema es el siguiente, asignando calificaciones quedará un enorme margen de educandos como desertores, por más que traten de dorar la píldora proponiendo estrategias de rescate es mentira, a las familias y alumnos en este momento lo que más les interesa es la comida en la casa y cómo pagar las necesidades básicas, la educación no es prioridad y en todo caso están decididos a perder el año escolar.

Se puede rescatar esa cantidad de alumnos y atraerlos con un bono estudiantil o un saco de provisión por los meses que faltan, encarrilarlos a los contenidos que quedan y a finales de noviembre promoverlos automáticamente. La situación es muy compleja, y no es solamente argumentando como lo están haciendo los dirigentes solo porque el proyecto proviene de un nefasto personaje como Renán Inestroza.

El decreto sobre conectividad gratis ya debe hacerse real y el acceso al internet ya no debe ser un impedimento para mantener la conexión educativa, las impresiones de cuadernillos para los que no tienen aparatos ya deberían estar llegando a quienes los necesitan. Los docentes deben seguir y mejorar su labor para enviar los contenidos, la piedra en el zapato sigue siendo esa evaluación cuantitativa que no puede ser objetiva y entre más se lo digan no les crea: FALSO.

En noviembre ojalá ya todos los desaparecidos educandos estén al unísono activando su mente para no iniciar de cero el 2021. Pero no se debe satanizar la promoción automática cuando el daño más terrible que han hecho a la educación fue impulsado por esos mismos medios de comunicación que ahora dan apertura a ingenuos dirigentes magisteriales.

Por supuesto, este año se ha hecho una educación de conciencia y así se debe seguir haciendo; conciencia en el docente que hace lo que está a su alcance, conciencia en los alumnos para trabajar en casa, conciencia en las madres y padres de familia en velar porque su hijo aproveche el tiempo y finalmente; conciencia en los funcionarios por ilustrarse la mente y no pasar hostigando a los docentes sino más bien, generando planes orientados a atraer a los que no aparecen.

Maestro, maestra, ¿y a usted ya le preguntaron su opinión?

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