Por Carlos M. Licona
El asombro no deja de invadir mi pensamiento, los otrora medios de comunicación, todos en conjunto, ahora alineados con la dirigencia magisterial como se alinea el sol y los 8 planetas con todo y lunas. Esos mismos medios de comunicación que trataron de vagos a los docentes, de vándalos, de mediocres, que acusaron al magisterio de ser los responsables del atraso educativo en el país y muchos epítetos más. Un ex ministro de educación como Marlon Escoto, el que retrocedió la educación muchos años a puros oficios ministeriales que siguen vigentes y que son los que más daño le han hecho a la calidad educativa, en sintonía con los que trató como trapos viejos y con quienes trapeó el piso. Un canal 10 que pertenece fraudulentamente a un individuo nefasto como Wong Arévalo, canal educativo supuestamente y que fue un bastión en contra del pueblo en la lucha contra el golpe de estado y contra las reivindicaciones de los docentes. O todavía más rosado, Raúl Valladares en el canal 11, otro más que saltó a los designios de Juan Orlando y destiló veneno puro contra las luchas del pueblo. El diario La Tribuna, otra columna vertebral al servicio de la oligarquía y enemiga del pueblo y de los docentes, ¿lo ve?, ahora todos ellos dándole espacio a los dirigentes para que expongan su postura y la defiendan, ¿lo ve? ¿es curioso verdad?
Ahora todos en conjunto en una misma línea y con los dirigentes magisteriales que saltaron a la arena ávidos de publicidad, como si una fuerza extraña los hubiera empujado a desempeñar tal papel; oponerse a la promoción automática.
La primera descomunal mentira: una postura muy egoísta
La dirigencia desde marzo viene gritando que al magisterio no se le pagarán salarios, cosa que no ha sido así, aunque sea con atraso han pagado hasta el mes de julio, que lo pagaron el 14 de agosto, seguramente agosto lo pagarán a finales de septiembre por que la macroeconomía del país anda por los suelos y pasará mucho tiempo para levantarla.
Pero los docentes tienen seguro su salario, cosa que no es así con la gran cantidad de trabajadores que despidieron de sus empleos, otros que los mandaron a encerrarse sin ningún beneficio y otros que han sido obligados a negociar ofreciéndoles reinsertarlos a cambio de que no reciban algunos meses de sueldo. Otro segmento enorme de la población que vive del diario a diario y que en cuarentena se come las uñas y se aprieta el estómago. Una posición muy egoísta de parte de la dirigencia al argumentar el supuesto de que no pagarán salarios, y hasta cierto punto intransigente porque ya todos sabemos que los funcionarios de la dictadura han desfalcado el erario y endeudado al país hasta por 50 años o más, motivo suficiente para atrasar salarios que al final siempre pagarán.
¿Cuántos alumnos provienen de familias sin empleo?, ¿cuántos alumnos estudian y trabajan?, ¿Cuántos educandos venden agua en la calle en tiempo normal?
Preguntas que debería hacerse los flamantes dirigentes antes de argumentar que se oponen a la promoción automática por que la pretensión es no pagar salarios.
Segunda aberración
Hasta los muertos han resucitado en esta coyuntura y han aparecido viejos y detestables dirigentes como Yury Hernández, y todos coinciden al igual que con los medios de comunicación en asegurar, jurar y perjurar que el futuro de la educación depende de que la evaluación sea cuantitativa en estos dos meses y medio que faltan.
Es insólito escuchar a Daniel Esponda dirigente del COPRUMH o a Fidel García presidente del COPEMH, que el futuro de la educación en el país depende de esta medida. En esta corta visión, siguiendo su lógica, se entiende que la solución al problema educativo del país ya está solucionada: hay que evaluar cuantitativamente y nos nivelamos al nivel de Costa Rica. ¡Fácil verdad!
Ahora usemos la lógica, al contrario, al aprobarse la promoción automática significa el tiro de gracia para la educación, pobre Marlon Escoto, tanta candela que se le voló y él no fue el culpable. Pobre dictadura, en 10 años y medio solo hicieron linduras para que los docentes vengan a tumbar lo bueno que hay en educación con una simple promoción para todos los alumnos.
No es extraño escuchar estas posturas de nuevos dirigentes ingenuos como Yovanny Coello o bien, de jóvenes que aspiran a ser la vanguardia de la lucha repitiendo lo que dicen los de arriba, y sin atreverse a cuestionar las líneas que imponen, peor aún, ni siquiera detenerse un segundo a analizar la crisis mundial y sus consecuencias en el país, o peor todavía, no atreverse a suspirar un tan solo segundo para saber la dimensión de lo que significa con el robo descarado que han hechos los que nos desgobiernan.
Elementos suficientes para por lo menos analizar el pro y los contras de una u otra posición y, sobre todo, dejar que al final quien opine sea el maestro del aula, que es el verdadero actor principal y que conoce a ciencia cierta como se viene desenvolviendo los educandos en sus contenidos virtuales.
Según los dirigentes, ¿cómo debe ser la evaluación en esta coyuntura para volverla muy objetiva?, por más que lo pienso y por más que reviso lo poco que me envían mis educandos no encuentro ni pies ni cabeza. ¿Qué factores intervienen para que la evaluación virtual sea real y no ficticia?
Si ante una posición tan simplista, de la cual depende el futuro de Honduras, hay que evaluar, entonces ¿cómo la hago para que de verdad valga la pena y no engañe como los hacen los magos?
Muy difícil y no creo que me den una respuesta, porque no existe igualdad de condiciones en todo el alumnado. Iniciando por tener las herramientas como computadora o un celular inteligente con gran capacidad o bien, tener permanente acceso a internet.
Pero hay otro elemento que obvian maliciosamente o por ignorancia; el nivel educativo de padres y madres de familia y que aporten a la comprensión de los contenidos. En el caso de los alumnos de educación básica la gran mayoría proviene de progenitores con bajo nivel educativo, y si tienen un título de educación media ya olvidaron los temas que se le envían al educando.
Existe un pequeño margen cuya madre y padre tienen la capacidad académica para explicarle, pero no tienen la cualidad docente para explicar, o en el caso más fácil le hacen y le responden las tareas. ¿Complejo verdad?
Es engorroso hablar de objetividad al evaluar en forma virtual, por lo tanto, no hay garantía de que hubo aprendizaje o comprensión de contenidos, por lo tanto, es inadmisible que la dirigencia se llene la boca siendo determinista al asegurar que de esto depende el futuro de la educación en Honduras, desconociendo el gran daño que ha hecho la dictadura en estos últimos 10 años y medio.
Lo que se debe hacer
Existen dos formas de aprobar alumnos, estilo Marlon Escoto con oficios ministeriales donde se orilló a los docentes a utilizar nivelación, recuperación, TPA (todos podemos avanzar) y escuelita de vacaciones para que al final todos pasen o cada docente inventa una nota a ojo de buen cubero y asigna a cada educando una calificación tomando una curva como de aquí a El Hatillo. Una promoción automática solo oficializa y simplifica cualquiera de las dos, pero hay que tener bien claro que ninguna empeora o mejora la calidad educativa en el país, para superar el atraso educativo se necesita una revolución educativa.
El problema es el siguiente, asignando calificaciones quedará un enorme margen de educandos como desertores, por más que traten de dorar la píldora proponiendo estrategias de rescate es mentira, a las familias y alumnos en este momento lo que más les interesa es la comida en la casa y cómo pagar las necesidades básicas, la educación no es prioridad y en todo caso están decididos a perder el año escolar.
Se puede rescatar esa cantidad de alumnos y atraerlos con un bono estudiantil o un saco de provisión por los meses que faltan, encarrilarlos a los contenidos que quedan y a finales de noviembre promoverlos automáticamente. La situación es muy compleja, y no es solamente argumentando como lo están haciendo los dirigentes solo porque el proyecto proviene de un nefasto personaje como Renán Inestroza.
El decreto sobre conectividad gratis ya debe hacerse real y el acceso al internet ya no debe ser un impedimento para mantener la conexión educativa, las impresiones de cuadernillos para los que no tienen aparatos ya deberían estar llegando a quienes los necesitan. Los docentes deben seguir y mejorar su labor para enviar los contenidos, la piedra en el zapato sigue siendo esa evaluación cuantitativa que no puede ser objetiva y entre más se lo digan no les crea: FALSO.
En noviembre ojalá ya todos los desaparecidos educandos estén al unísono activando su mente para no iniciar de cero el 2021. Pero no se debe satanizar la promoción automática cuando el daño más terrible que han hecho a la educación fue impulsado por esos mismos medios de comunicación que ahora dan apertura a ingenuos dirigentes magisteriales.
Por supuesto, este año se ha hecho una educación de conciencia y así se debe seguir haciendo; conciencia en el docente que hace lo que está a su alcance, conciencia en los alumnos para trabajar en casa, conciencia en las madres y padres de familia en velar porque su hijo aproveche el tiempo y finalmente; conciencia en los funcionarios por ilustrarse la mente y no pasar hostigando a los docentes sino más bien, generando planes orientados a atraer a los que no aparecen.
Maestro, maestra, ¿y a usted ya le preguntaron su opinión?