Por Darren Hidalgo, Francisco Palacios y Ernesto Fuertes

El pasado 6 de Junio se celebró la Asamblea General para la defensa del Fondo Especial para la Educación Superior (FEES), que es el presupuesto que reciben las universidades públicas. Nosotros colaboramos con las convocatorias en unidad de acción con muchos de estos grupos, pero llevando al mismo tiempo nuestra política independiente. Increíblemente, los partidos políticos universitarios Progre, Alternativa (Frente Amplio), Convergencia (Partido de los Trabajadores) y Ya Basta (Nuevo Partido Socialista) votaron por un acuerdo del 8% de crecimiento real en el FEES, que alcance al final del quinquenio un 10% del PIB para la educación pública, y un 2% del PIB para el FEES. ¿Por qué esto es increíble? ¡Porque el 8% de crecimiento real (equivalente apenas a alrededor de un 1,5% del PIB) es precisamente la propuesta con la que el gobierno de Laura Chinchilla del Partido Liberación Nacional (PLN) derrotó la lucha por el FEES en la negociación del quinquenio anterior en 2011!

Más aún: el máximo del 2% del PIB para el FEES está también por debajo del 2,4% del PIB solicitado por el Consejo Nacional de Rectores (CONARE) y el movimiento estudiantil de aquella época, que apenas mantenía el promedio de financiamiento (un crecimiento real de 24%). Es decir: las universidades pasaron de recibir un promedio de 24% de crecimiento en el FEES durante el período 2005-2009, y de demandar un aumento escalonado que empezara con 14% de crecimiento real en el primer año para llegar a un 18% nominal al final del quinquenio (más 6% de inflación) en el período 2011-2015, a una derrota y una reducción del 1,5% del PIB, que ni siquiera los gobiernos siguientes (incluyendo al actual gobierno del Partido Acción Ciudadana) están cumpliendo. ¡Hoy el movimiento estudiantil y la izquierda están defendiendo esa derrota y ese desfinanciamiento como su propia meta! ¡Van a salir a las calles, pasar por aulas y pedir sus votos, todo en nombre del histórico retroceso y desfinanciamiento de las condiciones de vida de los trabajadores y estudiantes de las universidades!

Pero esto no es todo: todas estas organizaciones están impulsando una supuesta “coordinación” de facto que no ha sido votada por ninguna asamblea. Proclamaron que ya la comisión de logística había votado por la mesa o comité ejecutivo encargado de dirigir la asamblea del 6 de Junio. ¡La comisión de logística se dio a sí misma el derecho de decidir en nombre de los estudiantes, sin que ni siquiera estuvieran estos reunidos en asamblea! La comisión de logística se formó sin voto alguno, se reúne sin convocatorias públicas de ningún tipo (por lo cual es falso que sea abierta), y finalmente decidió la forma de organización de una asamblea, sin que ésta asamblea ni siquiera existiera todavía. Aunque hubiera sido elegida, las asambleas tienen que decidir sobre la forma en que deciden organizarse a sí mismas, y esta decisión solo puede venir de las propias bases asamblearias en el momento de su reunión. ¡Estas comisiones, dirigentes y líderes, no tienen legitimidad democrática alguna! La única razón por la que semejante decisión es aprobada por la mayoría de la asamblea del 6 de junio, se explica también por su burocratismo: las ¾ partes de los asambleístas, eran miembros de los mismos grupos y partidos auto-proclamados. La mayoría de los estudiantes de la universidad no participó de esta ni de las otras asambleas, y la mayoría desconoce completamente de qué se trata el movimiento y la lucha del FEES, tal y como desconoce que tan siquiera existan estas comisiones. El “movimiento” por lo tanto está conformado por simples extensiones de los propios partidos, por lo cual debería realizarse en unidad de acción de todos los partidos, colectivos y grupos, campañas de información que acerquen a los y las estudiantes para la discusión y toma de decisiones en torno a la defensa de la educación pública. El funcionamiento y la legitimidad del movimiento será fuerte cuando dejemos de ensimismarnos en políticas partidarias y hagamos nuestras acciones por las políticas que el movimiento exija.

El movimiento hace llamados a la unidad de la izquierda, a la unidad de estudiantes y trabajadores universitarios, al apoyo de una posible huelga indefinida, y a la creación de un movimiento masivo, etc. Muy bien. Pero votaron luego en contra de nuestras propuestas para la formación de una coordinadora nacional permanente (propuesta votada por la asamblea de Ciencias Sociales por una moción de un compañero nuestro del PSOCA), y en contra de sumarse a trabajar con Organización Popular Ya (OPY), que es una instancia coordinadora ya existente de diversos grupos sociales del país. Asimismo: nuestra propuesta para el funcionamiento de la asamblea y de la coordinación de todo este movimiento, era el trabajo a través de comisiones permanentes, con convocatorias públicas y abiertas, lo cual habría significado la posibilidad de incorporar cada vez más personas en la organización, y por lo tanto, tener más personas encargadas de labores organizativas (en lugar de menos), y hacer crecer el movimiento. Todas estas propuestas fueron abierta y públicamente rechazadas y obstaculizadas por los partidos mencionados. Es decir: la asamblea hace una serie de llamados y proclamas, pero a la hora de proponer en la práctica la unidad real de la izquierda, la unidad real de estudiantes y trabajadores, y la coordinación real y concreta de un movimiento masivo, trabajan activamente para que esto no suceda.

Y ese aspecto formal y táctico se relaciona completamente con el contenido político: ya dijimos al inicio de este texto que la propuesta que se plantea el movimiento es recesiva. Pero aún así, dicha propuesta necesita una serie de políticas generales que solucionen el déficit fiscal y la economía del país, para tan siquiera tener la posibilidad de conseguir sus objetivos. Para esto votaron por cobrar impuestos a Zonas Francas, y desvincular el pago del FEES del problema del déficit de manera meramente formal. El problema es que el FEES está vinculado por el déficit, no por un argumento del CONARE o del goiebrno, sino por la realidad: no hay fondos presupuestarios que no dependan de los ingresos que tiene el gobierno para distribuir sus presupuestos. Por más que solicitemos que no exista vinculación entre déficit y FEES, la vinculación existe. La rectoría de la UCR ya ha enviado un comunicado a la comunidad universitaria, en donde argumenta precisamente el tema del déficit fiscal como excusa para mantener el desfinanciamiento crónico de las universidades. Esto confirma la posición del PSOCA de que se necesita salir del gremialismo y pasar a la discusión política de medidas generales que solucionen el tema del déficit y la economía en general, y que este mismo problema concreto es el que conecta en la práctica al movimiento por el FEES con los intereses de campesinos, trabajadores, sindicatos, ambientalistas, etc, abriendo la posibilidad de un movimiento tal y como el cual plantean en sus consignas estos grupos. Las propuestas que llevó el PSOCA que debatían precisamente estos problemas con soluciones prácticas, también fueron rechazadas y excluidas por los partidos que mencionamos antes.

Resumiendo: una de las propuestas de estos mismos grupos fue el llamado al rompimiento de las negociaciones entre sindicatos, Frente Amplio y gobierno, y el inicio de la convocatoria a la huelga general para unificar todas las luchas en contra de los proyectos del PLN y del PAC. ¿Pero acaso la unificación y convocatoria de una huelga general entre estudiantes y sindicatos no necesita una instancia coordinadora nacional que se encargue de esa unificación y convocatoria? ¿Cómo hacen sindicatos y estudiantes para reunirse, unificar y coordinar, sino es a través de una coordinación nacional? ¿Yqué clase de propuestas podrían discutir sindicatos y estudiantes para solucionar sus problemas, si no son políticas generales para la solución del déficit fiscal y de la economía y la sociedad costarricense en general? ¿Acaso vamos a discutir porcentajes del FEES o de “pluses” entre sindicatos y estudiantes que no tienen ninguno relación alguna, cuando lo que necesitamos es discutir el sistema tributario, los aranceles, la reforma agraria, los intereses y la política cambiaria con los que sindicatos y estudiantes sí se relacionan, y que son los que tan siquiera permitirían un mejor FEES o mejores beneficios laborales? Todo esto ha sido rechazado por los promotores de este movimiento.

En la práctica no habrá una sola reunión entre estudiantes y trabajadores, sino simplemente (si acaso) entre comités ejecutivos sindicales y estudiantiles (y estos últimos sin haber sido votados por nadie). En la práctica no habrán políticas que puedan ser defendidas tanto por estudiantes como por trabajadores, y que resuelvan tanto el problema del FEES como los problemas obreros. Es más: ni siquiera se ha formado una sola instancia para unificar los problemas estudiantiles y obreros exclusivamente a lo interno de la UCR (como lo es el tema de interinos, que depende directamente del propio FEES). El gremialismo y la burocracia es tal que seguirán existiendo separadas y simultáneamente, una instancia del tema interino, y una instancia estudiantil del FEES, además de las instancias con el SINDEU cuyas fechas de reunión también desconocemos, etc. ¿Es esto unificar y coordinar un movimiento?

Como decíamos, el hecho de que el movimiento esté levantando esas consignas y esté trabajando en unidad de acción, representa la posibilidad en germen de salir del gremialismo y el economicismo, y pasar al ámbito político: la organización de un movimiento popular que esté diametralmente opuesto al Estado. Pero esta posibilidad es claramente torpedeada por el economicismo de estos partidos: la fragmentación gremial de las luchas, la no-salida del ámbito económico-gremial hacia el planteamiento de consignas políticas, el freno y restricción de la agitación y la propaganda sistemáticas, y la burocratización de las decisiones, etc. Apoyamos las consignas que levanta el movimiento, y apoyaremos siempre tanto la movilización como la participación asamblearia, pero estos grupos están proclamando consignas y votando acciones diametralmente opuestas entre sí. Nosotros en el PSOCA colaboramos con pasadas por aulas para convocar a la asamblea del 6 de Junio, así como con la elaboración de materiales para la difusión en la comisión de comunicación, etc. Pero siempre con el propósito de reunir una asamblea que sea por sí misma la que decida su propia organización y políticas. Estas comisiones se han encargado de sabotear esa posibilidad, y por lo tanto anunciamos públicamente que nos retiramos de ellas.

Hacemos un llamado a participar y apoyar por completo la movilización del próximo jueves 16 de Junio a las 9:00 a.m. que están convocando estas organizaciones. Pero llamamos también a que esa participación empiece a desarrollar su propia propuesta de políticas independientes y sus propias formas de funcionamiento para la toma democrática de decisiones. Por último, pero no menos importante: llamamos a la solidaridad con el movimiento estudiantil y asambleario que se desarrolla actualmente en la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH) en nuestro hermano país, los cuales están enfrentando las mismas políticas de exclusión y desfinanciamiento, además de represión armada y persecución judicial abierta por parte del gobierno hondureño, demostrando la necesidad de la solidaridad y la unidad de los movimientos populares en toda Centroamérica.

 

Por Ernesto Fuertes y León

Para lograr seriamente que aumente el es necesario que se arregle el déficit fiscal, y por esta razón, también el sistema tributario, la política cambiaria, crediticia y productiva del país, etc.

Sin esas soluciones es literalmente imposible que aumente el FEES, y por lo tanto, el movimiento estaría condenado a la derrota de antemano, y no tendría la más mínima oportunidad de lograr en absoluto sus objetivos.

El movimiento por el FEES se plantea a sí mismo como unidad de estudiantes y trabajadores. En este momento existen distintas coordinadoras en la UCR trabajando separadas y funcionando simultáneamente sobre los temas de interinos o del Bloque Estudiantil de diversidad sexual, etc, y las problemáticas de interinos o del movimiento de diversidad sexual también necesitan del aumento del presupuesto del FEES para sus salarios o beneficios, así como del respeto a los derechos democráticos de los trabajadores y estudiantes.

El pasado 26 de Mayo se votó por gran mayoría en la Asamblea de la Facultad de Ciencias Sociales la moción de nuestro compañero del PSOCA para convocar a una coordinadora nacional que unifique no solo a estudiantes y trabajadores universitarios, sino también a sectores fuera de las universidades. Por lo tanto, esta moción debe ser discutida en la Asamblea General del 6 de junio. La “coordinación” existente hasta ahora entre partidos, asociaciones y colectivos solo involucra a sectores exclusivamente universitarios, por lo que es incapaz de representar una coordinadora nacional tal y como la propone la Asamblea de Sociales.

La “coordinación” actual entre partidos, asociaciones y colectivos, aunque ha realizado la difícil y meritoria labor de convocar a este movimiento, no ha sido votada por ninguna asamblea de estudiantes, por lo que no tiene legitimidad democrática alguna para funcionar como comité ejecutivo, mesa, coordinación (o como le quieran llamar) para esta asamblea. Además, no existen convocatorias públicas y abiertas de las distintas comisiones que se están encargando de ‘coordinar’ el movimiento.

Actualmente se abre la posibilidad de un movimiento huelguístico que lucha precisamente por revertir esos proyectos de ley de la Asamblea Legislativa que recortarían el FEES y los salarios de interinos, y que están siendo impulsados a través de una vía rápida anti-democrática tal y como se irrespetan los derechos democráticos de la población sexualmente diversa. Esto recalca que no solo están conectados los intereses de trabajadores y estudiantes dentro de las universidades, sino también los trabajadores, ciudadanos y sectores populares de todo tipo afuera de las universidades.

El movimiento obrero y estudiantil de la UCR, y el movimiento popular en general, no pueden dejar tirada la lucha una vez que termina cualquier ‘plan escalonado’ o con una marcha nacional. Tiene que continuar hasta conseguir sus objetivos, que como dijimos adelante, implican soluciones al déficit fiscal, al tema tributario, productivo, etc, y por lo tanto, soluciones políticas ejercidas por un gobierno popular y democrático. De ahí que necesitan no simplemente ‘tirarse a la calle’, sino que necesitan un trabajo previo y permanente de comunicación e información para tan siquiera poder convocar asambleas y protestas significativas.

Por lo tanto, desde el Partido Socialista Centroamericano (PSOCA) les proponemos:

Que esta Asamblea General NO puede funcionar con un ‘comité ejecutivo’ o ‘mesa central’, sino a través de distintas comisiones con distintos objetivos (comisión de logística, de comunicación, pasadas por aulas, lugares de trabajo o zonas, etc), que se reúnan de manera permanente y periódica, y cuyas reuniones sean abiertas y convocadas de manera pública a quien quiera sumarse a ellas.

Que esta Asamblea General funde una coordinadora nacional permanente que pueda incluir no solo a sectores universitarios, sino a trabajadores y sectores populares de todo Costa Rica.

Que la Asamblea General apoye una posible huelga indefinida.

Que se planteen políticas generales que solucionen los problemas del déficit fiscal, el sistema de impuestos, el crédito, la productividad del país, etc, sin los cuales es tan siquiera imposible conseguir el objetivo del movimiento. Proponemos un sistema tributario basado en su mayoría en las utilidades y ganancias del capital, el aumento de aranceles y el cobro a Zonas Francas; la reducción de las tasas de interés y facilidades de acceso al crédito; aumento de salarios de acuerdo a la inflación; plan de obra pública para que haya empleo inmediato; repreciación del colón que baje el costo de la vida y la importación de productos e insumos; reforma agraria; democratización de todas las instituciones en defensa de todos los derechos democráticos y contra toda forma de discriminación sexual, étnica, nacionalista, discapacidad o especismo.

Que la coordinadora nacional permanente defienda esas políticas en oposición contra todos los proyectos de ley que se encuentran actualmente en la Asamblea Legislativa, y que pretenden destruir los derechos económicos y políticos de los trabajadores y estudiantes no solo de las universidades, sino de todo nuestro país. Y que esta defensa no se detenga hasta que el gobierno cumpla con las demandas de su propio pueblo.


Por Ernesto Fuertes

Mientras escribimos estas líneas, existen cuando menos 3 instancias de coordinación diferentes en la Universidad de Costa Rica (UCR) actuando de manera simultánea: un grupo sobre el tema de interinos, otro grupo para la formación de un Bloque Estudiantil para el movimiento de diversidad sexual y el tercer grupo se encarga del presupuesto universitario o Fondo Especial para la Educación Superior (FEES).

La lucha por aumentar el FEES

Este último extendiéndose no solo a la UCR, sino en coordinación con el resto de movimientos estudiantiles de las universidades públicas. ¡Desde el Partido Socialista Centroamericano (PSOCA) saludamos a estas instancias! Estamos ya participando y apoyando en todo lo que podemos a cada una de ellas y deseamos su difusión y el logro de cada uno de sus objetivos. Pero, por esta misma razón, proponemos lo siguiente.

Los salarios o los cupos de interinos de la UCR solo pueden resolverse si aumenta el presupuesto o los ingresos de la educación superior pública, lo cual quiere decir que está directamente relacionado con el presupuesto del FEES; los estudiantes solo pueden resolver el tema del FEES si se solucionan problemas como el déficit fiscal (que son precisamente utilizados para justificar los recortes y la reducción continua del presupuesto). Por lo tanto, esto está directamente relacionado con la lucha no solo de los trabajadores universitarios (como los interinos), sino con la pelea del movimiento popular costarricense contra los proyectos de la Asamblea Legislativa que pretenden recortar el gasto del gobierno central y, por lo tanto, el presupuesto para la educación dentro del cual se incluye el FEES.

Por último, el movimiento de diversidad solo puede triunfar con: la democratización de las instituciones del Estado; con la consecución de un Estado Laico; el fin de la discriminación basada en sexo, etnia, nacionalidad o discapacidad, entre otros; y, por lo tanto, con el triunfo de políticas propias de un gobierno popular. Esto quiere decir, no solo que los interinos y los estudiantes tienen los mismos objetivos a lo interno de la UCR, sino que es en el mejor de sus intereses el total apoyo a una posible huelga indefinida convocada por el movimiento sindical costarricense en contra de los proyectos de ley de la Asamblea Legislativa (tal y como se difunde entre sindicatos de la salud o de la educación), así como su participación o formación de una instancia de coordinación que unifique todos estos problemas universitarios (obreros y estudiantiles) bajo un solo frente común, en conjunto con los trabajadores fuera de la UCR que están impulsando la derrota de la ‘austeridad’ promovida por el Estado.

Por consiguiente, nos parece que mantener separadas y fragmentadas estas instancias de coordinación, y en especial cuando se encuentran trabajando de manera simultánea, significaría rebajar y entorpecer los objetivos y los intereses mismos de los trabajadores y estudiantes que conforman estas valiosas instancias; como lo decíamos en un artículo anterior: “Algunas de ellas [las actividades], es cierto que se realizan en ‘coordinación’ y unidad de acción, pero la espontaneidad hace que muchos grupos y sectores queden por fuera: se convocan a reuniones de un día para el otro, o incluso el mismo día tan solo horas antes de realizarse, por lo que las coordinaciones resultan algo así como extensiones de las propias organizaciones exclusivas que convocan, y no una coordinación real. Con esto se crea la ilusión de que se está haciendo unidad de acción o que se está dirigiendo un movimiento, pero en realidad se lo está fragmentando, debilitándolo, y se está simplemente en la retaguardia siguiendo la marcha de los eventos”.

Superar la fragmentación, crear un movimiento nacional

El no plantear que todas estas causas están conectadas entre sí por la situación económica y política del país, y que la solución de sus temáticas solo puede lograrse con la alianza o unificación con el resto de los otros sectores, nos parece terriblemente dañino para esos propios movimientos. Estas asambleas y coordinadoras tienen el gran mérito (que no podemos decir en ningún momento que sea exclusivo del PSOCA, sino de todas las organizaciones que participamos juntas en esto) de contener en germen la salida del sectarismo y la formación de un movimiento que interactúe entre sí como movimiento, la salida de la aleatoriedad y la espontaneidad, de la falta de actividades políticas de difusión e información (tal y como los mismos estudiantes lo sienten en el movimiento estudiantil), así como promover la democratización asamblearia y anti-burocrática en el manejo de las asambleas y demás instancias coordinadoras. Pero es precisamente por esta característica tan valiosa del movimiento, que está siendo construido entre activistas independientes e individuales, asociaciones, colectivos y partidos hermanos, que consideramos necesario proponer esta perspectiva de unificación. Esta decisión no puede ser tomada por ningún grupo ejecutivo de ‘coordinación’: solo por el voto de las asambleas.

No se trata de diluir cada temática particular: no queremos que se olvide el tema de la diversidad sexual, ni que se olvide el FEES, ni que se olviden a los trabajadores interinos de la UCR. Lo que queremos es todo lo contrario: que se planteen soluciones que logren efectivamente alcanzar los objetivos de cada uno de los sectores y problemáticas particulares.

Hoy por hoy, los proyectos de ley de la Asamblea Legislativa que buscan todos, la reducción del gasto público en educación (a través del FEES) afectarán la posibilidad de mejorar las condiciones de los interinos; además, se impone por vía rápida y autoritaria, en violación de derechos democráticos de la misma forma con la que se irrespetan los derechos democráticos de la población sexualmente diversa. Esto coloca a estas coordinadoras en la necesidad de unirse hombro con hombro entre estudiantes, trabajadores (tanto universitarios como de otras áreas) y demás sectores populares del país en contra de este gobierno y en contra de los proyectos de ley que impulsan actualmente en el parlamento, y unirse en la conquista por parte de todos estos sectores juntos y unidos de una serie de políticas propias de un gobierno popular.

Ligarnos a otros sectores en lucha

El 26 de Mayo se llevó a cabo la asamblea sobre el tema del FEES en la Facultad de Ciencias Sociales de la UCR. La misma votó por abrumadora mayoría la propuesta de nuestros compañeros del PSOCA de formar una coordinadora de carácter nacional que agrupe todas estas problemáticas universitarias. Pero inmediatamente después, algunos grupos de izquierda se negaron a la participación del movimiento universitario en Organización Popular Ya (OPY), aunque OPY representa ya una instancia de coordinación general. No tenemos la intención de hacer un texto de polémica sectaria, pero queremos externar fraternalmente nuestro desacuerdo con estas decisiones. En las asambleas se dice que ya existen instancias de coordinación refiriéndose a reuniones de Bussco, o refiriéndose a los distintos grupos, partidos o colectivos políticos que participan en todas estas instancias de interinos, FEES o diversidad sexual. Pero asumir que cualquiera de estas organizaciones es ya la coordinación nacional, sería pasar por encima de las decisiones democráticas y libres de los estudiantes y trabajadores interinos que conforman todas estas instancias. Nadie ha votado por ninguno de esos grupos ni por Bussco para conformar ninguna coordinación nacional. ¡La asamblea general sobre el FEES ni siquiera se ha realizado!

Por supuesto que todas estas instancias tienen que trabajar con Bussco, y apoyarlos en la convocatoria de una huelga indefinida que sería la única forma de solucionar cada uno de los problemas de interinos, del FEES y de los derechos democráticos de la comunidad sexualmente diversa. Por eso el trabajo de todas estas organizaciones, incluso con las que no estemos de acuerdo en algún punto particular, nos parece tan importante de ser apoyado e impulsado por todos nosotros. Pero para esto es necesario la formación de una coordinadora mucho más amplia que Bussco, el cual ni siquiera representa solo a sectores universitarios (como el SINDEU), sino a sindicatos magisteriales o de salud, etc. Esto plantea la necesidad de la conformación de una coordinadora nacional general que unifique a Bussco con estos diversos movimientos universitarios y que convoque a muchas otras organizaciones, donde las bases e individuos que conforman todas esas asambleas elijan cual es el mejor modo para organizarse y las políticas para apoyar. Las instancias del FEES, de interinos y de diversidad sexual, tienen que proponerse la necesidad de formar dicha coordinación.

Por eso el negarse a participar en OPY, es al mismo tiempo negarse a crear la coordinadora nacional que las propias asambleas están votando. y frenar activamente la unidad misma que dicen estar defendiendo. OPY es la única coordinadora permanente que existe actualmente en el país que abarca a organizaciones sociales de distintas áreas y temas, a través de la cual podemos empezar a ampliar aún más la organización conjunta de todas estas problemáticas, con el fin de solucionar de una vez por todas estos derechos económicos y políticos. Esto implicaría unificar a los distintos sectores que convoca OPY, con los sectores que convoque el movimiento universitario de interinos, diversidad sexual y FEES, y esto a su vez en conjunto con Bussco. Pero si los demás grupos políticos insisten en negarse a participar en OPY por simples intereses partidarios mezquinos, nosotros sí estamos dispuestos a sumarnos a sus instancias de coordinación, precisamente para impulsarlas, apoyarlas y unificarlas: lo mínimo que podemos proponerle al movimiento universitario de trabajadores y estudiantes es que formen otra instancia propia, sin imponer comités ejecutivos que no han sido votados por nadie y que no pueden representar ninguna coordinación si ni siquiera hacen convocatorias públicas a sus reuniones, y nosotros desde el PSOCA y como propuesta abierta de nuestro partido a los compañeros de OPY, nos sumaremos a esa coordinadora nacional más amplia.

Por último, con las “Propuestas del PSOCA para la Asamblea del FEES” presentamos nuestra posición sobre cuáles son las políticas que revertirían los actuales proyectos de ley del gobierno y que, en sustitución de estos, podrían ser implementados ya mismo para el mejoramiento de la economía costarricense y centroamericana, así como la democratización de sus instituciones. Creemos que esos puntos son los que tienen que ser defendidos por la unión y coordinación de todas estas instancias mencionadas anteriormente.

¡Por la unidad de trabajadores y estudiantes en la UCR!

¡Todo el apoyo a la huelga indefinida en Costa Rica!

¡Coordinemos todas las luchas: unámonos a Organización Popular Ya!


Por Francisco Palacios y Ernesto Fuertes

El domingo 29 de Mayo, el economista Luis Paulino Vargas, miembro del Frente Amplio (FA), publicó en su página oficial y pública de Facebook un extenso comentario sobre la situación actual del FA. Saludamos muchas de sus posiciones, y apoyamos muchas de ellas. Pero no queremos hacer otro artículo más sobre el FA, ni queremos escribir esto como una ‘querella’ o ‘polémica’ entre grupos y partidos políticos de izquierda: solo queremos señalar rápidamente un pequeño detalle sobre cierto discurso político que es muy difundido en Costa Rica. En concreto, queremos refutar algunas de las afirmaciones que hizo Vargas sobre la izquierda revolucionaria.

Luis Paulino Vargas afirma que las críticas a la dirección del FA son “divisionistas”, que “los malestares al interior del FA oscilan entre intentos divisionistas muy claros –en parte vinculados a esa versión extrema de la izquierda–”, y que “El ataque proveniente de la izquierda extrema se hace inevitable, al menos en el tanto el FA quiera ser el proyecto de una izquierda pluralista y por lo tanto dialógica. Esos son conceptos que causan grima en esa otra izquierda de los extremos.”, insinuando que el pluralismo y el intercambio dialógico no son propios de la izquierda revolucionaria. Por supuesto que este argumento no es creado ni por Vargas ni por el FA. De hecho, el economicismo de mucho de la izquierda revolucionaria costarricense, en efecto se ha ganado esa triste notoriedad.

Pero también hay ejemplos en germen de sus potencialidades para salir de esa situación, y de que, para todos los efectos prácticos y concretos, esa izquierda está de hecho ya contrarrestando esa tendencia. Mientras Vargas escribe su opinión (con todo el derecho de hacerla, insistimos en esto), en la realidad concreta de Costa Rica, existen tres grupos trotskistas y revolucionarios (nosotros en el PSOCA, el Partido Obrero Socialista y el Partido Revolucionario de las y los Trabajadores) trabajando en conjunto con organizaciones sociales de todos los tipos y colores, en una de las pocas instancias coordinadoras de unidad popular que existe en el país (nos referimos a Organización Popular Ya), instancia que el 1 de Mayo pasado fue la única de todo el movimiento popular costarricense en hacer un llamado a la unidad de todas las convocatorias de esa fecha, y que junto con Bussco y Patria Justa, fue la única otra instancia de coordinación que convocó en unidad de acción.

Y estos grupos de izquierda revolucionaria, además de otros grupos revolucionarios y anti-capitalistas (Partido de los Trabajadores, el Nuevo Partido Socialista, Colectivo Subversión, etc), trabajan también en coordinación y unidad de acción diversas problemáticas como la de los campesinos de finca La Luisa, la solidaridad con los campesinos de Chánguena en el sur del país, coordinadoras de diversidad sexual, interinos o sobre el presupuesto universitario, etc, en unión con activistas y grupos de los más variados tipos (¡incluyendo frenteamplistas!).

Lo más cínico y siniestro de todo de este discurso, es que el 17 de Febrero de este año, el presidente del FA Rodolfo Ulloa, apareció en La Nación atacando precisamente a esa instancia de unidad de acción que es OPY, y atacando a esa izquierda trotskista o revolucionaria por ser sectaria, divisionista y destructiva, más o menos en los mismos términos que las afirmaciones de Luis Paulino Vargas y tantos otros. Ambos plantean que lo mejor es ‘no darles espacio’ o ‘ignorarlos’, en una versión un poco bizarra de pensamiento dialógico.

Como escribimos hace algunas semanas: “el peor escenario [para el movimiento popular] es la fragmentación o desaparición del FA, un retroceso en la posibilidad de derrotar y contrarrestar el (neo)liberalismo. Por lo tanto, el que el FA mantenga su unidad como organización reformista progresiva sería el mejor escenario para las organizaciones y sectores del movimiento popular, porque de su seno surgirán inevitablemente corrientes de izquierda más radicales. Su fragmentación en manos de los colaboracionistas significaría un paso atrás.” (…) “Es necesario que el FA vuelva a reivindicar la defensa de su propio programa de reformas. No queremos destruir, fragmentar o “reventar” al FA: ¡son sus dirigentes y representantes parlamentarios quienes lo están haciendo!” Esta perspectiva, creemos nosotros, es la que se confirma claramente en los comentarios del propio Vargas.

Creemos entonces que es hora de cuestionar este mito, y la estigmatización de la izquierda revolucionaria. Ponemos en duda si este famoso discurso tan conocido en nuestro país realmente pinta el panorama concreto y general de lo que está pasando en el país. ¿Atacar una instancia de unidad popular desde La Nación no es sectario y divisionista? ¿Y en nombre de la ‘unidad’? ¿Atacar un movimiento que, como vimos antes, realiza prácticamente todo su trabajo político en unidad de acción, no es sectario y divisionista? ¿Y en nombre del anti-sectarismo? ¿En interés de quién se desarrolla la unidad o el divisionismo en el pueblo costarricense? ¿Quién apoya y promueve en la sociedad costarricense instancias de unidad en el movimiento popular, y quien ataca de manera divisionista la posibilidad de esa unidad? Como dijimos, esto no es una simple querella: ¡es en el mayor interés del movimiento popular y del pueblo costarricense que se dé cuenta de quienes defienden sus necesidades y sus derechos!

 

Por Ernesto Fuertes

Campesinos, sindicatos públicos y privados, estudiantes, pro-palestinos, indígenas, ambientalistas, animalistas, diversidad sexual, frenteamplistas, trotskistas, comunistas, activistas independientes, etc. No es común ver grupos tan diferentes sentándose a dialogar y trabajando en equipo en Costa Rica. De hecho, el cliché sobre la izquierda revolucionaria y anti-capitalista costarricense es que es incapaz de dialogar, que son sectarios, ultra-radicales o irracionales. Pero Organización Popular Ya (OPY) es la demostración de lo contrario: frente a la crisis y la desesperación que está viviendo el pueblo costarricense, y ante la completa incompetencia de los gobernantes del país para solucionar esa situación, desde el PSOCA creemos que OPY es una oportunidad para proponer un proyecto país para Costa Rica, y un proyecto regional para Centroamérica. Pero vamos poco a poco.

Hacemos un llamado fraternal a todas las organizaciones sociales, sindicales y populares del país para que contacten o se sumen a OPY, para empezar a dialogar sobre las problemáticas que tienen, y trabajar de manera conjunta. No nos hagamos ilusiones: unificar las luchas implica romper con una cultura política tradicional muy arraigada en Costa Rica. El sectarismo y la atomización de cada uno de los “feudos” políticos es la forma común en que hemos estado acostumbrados a actuar. Esto es muy difícil romperlo de una sola vez, y es la razón por la que no existe un proyecto país alternativo al neoliberalismo en Costa Rica. Aunque OPY representa tal vez una de las pocas instancias de unidad popular permanente que existe en el país, es también una instancia muy pequeña en comparación a otras como Bussco o Patria Justa. Esto lo admitimos.

Pero también está claro que OPY tiene la posibilidad de ir mucho más allá que un Frente Socialista o que un Encuentro Nacional (aunque nos sumaríamos y apoyaríamos en todo momento la formación de un Frente o un Encuentro, sin duda alguna), o que las distintas coordinadoras coyunturales que se forman en el país: es una instancia abierta a organizaciones populares de toda clase, y es una instancia de carácter permanente. No unifica solo a socialistas, sino que acerca a sectores populares de toda índole para la movilización y la acción política. No se termina con un plan de lucha coyuntural, sino que puede mantener la coordinación y el trabajo político a largo plazo. No trata solo un tema o interés particular, sino que la mezcla de organizaciones populares plantea de manera directa la necesidad de soluciones políticas.

Para nosotros en el PSOCA la unidad popular es importante en primer lugar por un tema ‘táctico’: no podemos cambiar las políticas del Estado sin un movimiento amplio que entable un diálogo nacional con el pueblo, escuche cuales son sus problemáticas e intereses, y proponga junto con él un plan para resolverlas. Cualquier mejoramiento de las condiciones de vida del pueblo, cualquier derrota del Estado, cualquier posibilidad de salir del capitalismo, depende de este trabajo previo. Eso quiere decir que se tiene que acabar el sectarismo, se tiene que reducir lo más posible la desorganización y la espontaneidad, se tienen que garantizar campañas informativas en todo momento, se tiene que trabajar entre todas las clases (aunque con un contenido definido), y se tiene que tomar decisiones de manera democrática y asamblearia.

Ver a los campesinos de Chánguena desfilando separados de los campesinos de La Luisa, o los campesinos de Medio Queso separados de los trabajadores de Exportaciones Norteñas, cuando podrían estar organizando un movimiento conjunto y general en todo el país y solucionar el problema de la tierra de una buena vez, es sin duda muy triste. Ver a Patria Justa separado de Bussco, o a los maestros separados de los médicos, o las convocatorias solitarias de los grupos de izquierda para el 1 de mayo, es realmente un escenario desolador. La creación de sindicatos individuales o la lucha sindical en general es muy importante. No queremos desmerecer el trabajo que hacen otras organizaciones que consideramos hermanas, y que tienen sus propios frentes, y los cuales apoyaremos. Pero francamente no compartimos el ir empresa por empresa y finca por finca creando un sindicato a la vez.

No podemos compartir ni la minoría activa haciendo acciones aleatorias y que alejan a la población de la organización, ni esta otra ‘minoría activa’ supuestamente organizada que atomiza, particulariza y reduce la acción. Insistimos en que se requiere un trabajo previo de organización generalizada para poder ver victorias en el país. Necesitamos salir de la lucha simplemente económica, y entrar en la lucha política. Necesitamos políticas generales que puedan ser asumidas por un gobierno popular, que reviertan completamente el rumbo neoliberal del país, y que solucione los problemas de toda la sociedad.

Eso nos lleva al segundo punto: la unidad popular también es importante por su ‘contenido’. No se trata de que las reivindicaciones y problemáticas particulares o gremiales no importen, sino más bien completamente al contrario: las demandas sindicales y gremiales mismas solo pueden ser resueltas con políticas de un gobierno popular. Para impedir rebajas salariales, para que haya empleo, para que hayan presupuestos en la educación o en la CCSS, para resolver el problema de la tierra, para que las pequeñas y medianas empresas tengan crédito, para los derechos humanos de los indígenas o las mujeres, etc: para todo esto se necesita desde solucionar el déficit fiscal o recostar el sistema tributario sobre las ganancias empresariales, hasta democratizar las decisiones que se toman en la sociedad; desde reducir los intereses hasta repreciar el colón, hasta la reforma agraria. Ninguna de esas demandas es planteada por el movimiento sindical, ni pueden hacerlo: por eso son organizaciones sindicales, y no podemos pedirles más. Esa labor corresponde a las organizaciones políticas. El movimiento sindical está luchando a la defensiva, y apenas plantea demandas negativas o quejas. Pero tenemos que elaborar (junto con los sindicatos) propuestas políticas positivas: ofrecerle al pueblo de Costa Rica una salida. Y eso es precisamente lo que queremos en el PSOCA.

Proponemos: reforma agraria basada en agricultura extensiva a través de asociaciones de productores o cooperativas autogestionarias; reducción de las tasas de interés; facilitar el acceso al crédito; repreciar el colón para bajar la inflación y reducir el costo de la importación de productos e insumos; transformar el sistema de impuestos con la mayoría del peso cayendo sobre las ganancias y utilidades empresariales, aranceles y Zonas Francas; escala móvil de salarios y programa de obra pública para dar empleo; nacionalización de empresas en quiebra y puestas a operar de nuevo por el Estado; democracia sin discriminación de ningún tipo basada en sexo, etnia, discapacidad o creencias. Estas políticas tendrían como resultado: eliminar de una vez por todas el problema del déficit fiscal, elevarían el nivel de vida y de consumo del campesino, permitiendo la creación de industrias de bienes de capital para la agricultura, el mejoramiento de la importación de insumos para PYMES, el abaratamiento y apertura del crédito, la reducción de la inflación, el aumento del salario y mejoramiento de las condiciones de vida del trabajador en general. Se puede resumir como la creación de un mercado interno, tal y como el desarrollo capitalista y el colonialismo imperial nunca lo han permitido para Centroamérica.

Por eso las organizaciones estudiantiles, ambientales, indigenistas, campesinas, sindicales públicas y privadas, feministas, animalistas, de diversidad sexual, etc, tienen que darse cuenta de que sus causas y temáticas particulares están conectadas con las problemáticas del resto de organizaciones y sectores populares. Todas esas organizaciones que ustedes ven en las protestas o en las actividades públicas, son sus aliados. Y unirse a todos esos grupos diversos y con intereses diferentes no puede significar abandonar u olvidarse de las problemáticas y objetivos particulares de sus organizaciones: más bien significa que la solución a los temas para los cuales están creadas cada una de sus organizaciones, necesitan de las mismas soluciones que las demás.

No es ‘unirse por unirse’ (como un democratismo abstracto), sino que la solución del problema del agua, de los salarios de su gremio, de los derechos étnicos o sexuales, de los problemas de recuperación o de falta de tierras, que los problemas de presupuesto a la educación, etc, todos se solucionan por las mismas políticas de las demás: el mejoramiento de las condiciones económicas de Costa Rica y Centroamérica, y la democratización de sus instituciones. No se vean como enemigos, no se vean como competencias, no se vean como causas separadas: ¡en lugar de grupos pequeños separados cada uno por su lado, es mejor tener un grupo más grande unido y haciendo una sola acción con más fuerza! ¡Es en el interés concreto de cada organización sindical, gremial o particular que la unión general se vuelve importante!

Por último, para nosotros los revolucionarios y anti-capitalistas, todas estas políticas que hemos planteado aquí no son la solución última a los problemas de la sociedad: el sistema capitalista es tan absurdo, que eliminar el déficit o mejorar el poder adquisitivo del pueblo, cambiar el sistema tributario o elaborar una política cambiaria, etc, crea otros problemas como la inflación o la subutilización de recursos, etc. Para solucionar esos problemas solo es posible saliendo del capitalismo. Pero estas políticas sí mejoran la situación y las condiciones de vida de la población. El pueblo podrá demostrar su propia fuerza, al mismo tiempo que se dará cuenta de la necesidad de seguir adelante.

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