Por Sebastián Ernesto González

El martes 23 de marzo del 2010, asesinaron al docente Manuel Flores Arguijo en su centro de trabajo ubicado en la colonia El Pedregal, en Comayagüela. En plena convulsión social producto del golpe de estado del 28 de junio del 2009, el camarada Manuel Flores fue víctima de una conspiración dentro del mismo instituto donde se encontraba en la hora de recreo. Según opiniones de varios testigos, una alumna le fue a decir que fuera a la parte de atrás donde un grupo de hombres molestaban por fuera del instituto, una malla ciclón es el cerco entre la calle y el instituto, uno de los hombres cubierto con pasamontaña había saltado la cerca y fue el que disparó contra el compañero, quedando tendido en el suelo con su tablero de consejería aun en la mano, al parecer el asesino le hizo dos disparos más que muy rápido terminaron con su vida. Según versiones de la misma comunidad, un año después fue asesinada la alumna que le fue a  llamar.

Manuel Flores Arguijo fue miembro fundador del Partido Socialista Centroamericano (PSOCA) en abril del 2009, anteriormente militó en el Partido de los Trabajadores del que se retiró en el 2005, fue candidato a diputado por el Partido Unificación Democrática en las elecciones generales de noviembre del 2005, fue miembro de la Junta Directa Central del Colegio de Profesores de Educación Media de Honduras (COPEMH) en el periodo de 1999-2001, ahí ocupó el cargo de fiscal.

Manuel Flores y su legado histórico

El camarada Manuel dedicó su vida a la lucha social y política, desde alumno participó en los movimientos estudiantiles y universitarios, su anhelo por una sociedad justa e igualitaria le impulsaron para luchar desde cualquier trinchera, en la Universidad Pedagógica Nacional (UPNFM) fue presidente de los estudiantes, de ese grupo salió una generación idónea para dirigir un proyecto político nacional que fue perdiéndose poco a poco, varios que aún viven son testigos de esa generación de oro, formados políticamente por enormes baluartes de la lucha de la década de los 70 y 80.

Manuel Flores fue un permanente crítico del sistema burgués, sus ideas las plasmó en diversos escritos que se publicaron en el diario El Heraldo y otros medios de información, su último artículo fue sobre el conflicto en el bajo Aguán y fue publicado unos 4 días antes de su asesinato. Para esa fecha el conflicto era muy fuerte por la lucha de la tierra entre el, ya fenecido Miguel Facussé y los campesinos de esa zona, quedando un saldo de muchos asesinados del lado de los campesinos. Unos de los artículos con mayores lecturas fue el publicado en septiembre del 2009 con el título “¿Por qué no cae Micheletti?”, en él hace una explicación muy detallada de los diversos factores que incidieron para no revertir el golpe, siendo uno de ellos el acomodamiento de quienes dirigían las enormes movilizaciones de entonces.

Manuel Flores fue tan leal a sus convicciones, que en el momento del golpe ocupaba un cargo en una de las dependencias del Ministerio de Educación en lo que se refiere a “Medición de la Calidad de la Educación”, hay que recordar que para esa fecha muchas personas decidieron irse de frente a la lucha contra el golpe y quedaron sin su trabajo. Manuel fue uno de ellos, quedó sin salario los 7 meses del Presidente Interino Micheletti. La anécdota es que a Manuel, el administrador del Ministerio le mandó a decir que llegara al  ministerio, que le iba a pagar el salario, Manuel no fue, leal a sus principios decidió no cobrar un salario que no le correspondía, esa actitud reflejaba el concepto que el camarada tenía de la honradez y de la pulcritud.

Manuel Flores y el COPEMH actual

No hay duda, de que actualmente Manuel Flores sería parte del movimiento que ha recuperado el COPEMH para que esté al servicio de la base, tal y como un grupo de maestros muy valientemente decidieron el año pasado (2019) rescatarlo de quienes le tenían secuestrado para su beneficio propio. Manuel Flores además de cuestionar, también hacía propuestas para adecentar las instituciones. No lo hubiera dudado en ponerse al frente de esta ardua tarea.

Nuestra condolencia a su hija María José, sus hijos; Camilo, Darwin y Juan Pablo. Y a su esposa Aurora.

Que el legado de Manuel Flores nos impulse a pelear por una sociedad justa e igualitaria.

¡Sangre de mártires semilla de libertad!


Por Sebastián Ernesto González

Desde el golpe de estado han pasado diez años y medio y el régimen golpista, consolidado entre el Partido Nacional y el Partido Liberal, con Juan Orlando Hernández a la cabeza, sigue en pie. A pesar de que varios sectores se han ido desligando del régimen de forma imperceptible o bien de forma directa.

Regular la reelección

Esta semana, ante la solicitud del Partido Nacional de regular en sus estatutos internos lo que concierne a la reelección presidencial, la presidenta del Consejo Nacional Electoral (CNE), Rixi Moncada, declaró “..En el sentido de sostener que los artículos pétreos solo pueden ser modificados en una Asamblea Nacional Constituyente o a través de una consulta popular», «No reconocemos que por encima de la Constitución esté una sentencia y por lo tanto no vamos a reglamentar ni a regular la sentencia de la reelección», “Para esa profundización, hemos alcanzado consenso en que se debe consultar al pueblo los dos temas de debate permanente, la reelección y la segunda vuelta electoral”.

Rixi Moncada es la representante del partido Libre y es actualmente la presidenta del CNE, ella manifiesta de que ya hay un consenso y que está en proceso de elaboración la Ley que regulará al recién creado CNE, dentro de la misma no se incluye ninguna regulación ni nada que tenga que ver con la derogación de los artículos pétreos. Rixi agregó “Se trata del tema de la reelección presidencial, sobre el cual este CNE se ha pronunciado en una votación dos a uno». (LT 05/marzo/2020).

Esto significa que el partido Liberal junto al partido Libre votó en contra de la solicitud del partido Nacional. Sería el inicio del divorcio entre el Partido Liberal y el régimen, dando fin a la alianza que han tenido en esta dictadura.

Los que se han distanciado de la narco dictadura

Meses atrás, un fuerte sector de la Iglesia Católica emitió un comunicado en el cual condenaban el gobierno de Juan Orlando Hernández, el sector de la empresa privada de San Pedro Sula también se alejó del régimen y ahora lo hace el Partido Liberal.

Tomando en cuenta los múltiples juicios que se llevan en Estados Unidos en contra de los amigos y funcionarios de Juan Orlando Hernández y que el desfile en los tribunales del imperio no termina, ni los pedidos en extradición, muchos se han dado cuenta que pueden salir embarrados en los escándalos de corrupción y mejor se bajan del barco antes de que termine de naufragar.

La oposición reacia a unificarse

El gran problema para que la oposición se unifique es la ambición de ir a la cabeza. Ya en el 2017 el Partido Libre le cedió la candidatura a Salvador Nasralla, personaje muy volátil y desbocado que muy rápido se enemistó con la base del partido que lo respaldó en ese proceso electoral.

Ahora, Salvador Nasralla anda ligado al Partido Liberal, dirigido por Luis Zelaya. Es muy importante diferenciar entre el sector de este y el sector al que pertenece el representante ante el CNE, son diferentes, y unidad sería sintomático ante el impulso PL  por desligarse de un débil JOH, esta unidad la estarían logrando con Salvador Nasralla a la cabeza. Aun así, no hay la menor duda de que el Partido Liberal por si solo no le ganará las siguientes elecciones al Partido Nacional, sea quien sea el candidato.

Dentro del Partido Libre, es muy difícil que se acepte llevar a Nasralla a la cabeza, mejor se van solos al circo electoral con Xiomara en la cúspide, y parece que también va a ser difícil que le lleguen a ganar al PN en las actuales condiciones, y asumiendo que el siguiente proceso electoral será transparente.

La única forma de sacar a la narcodictadura es con la movilización popular hasta que esta caiga hecha añicos. Hay que destacar que este régimen sorteó las enormes movilizaciones del 2015 llamadas las “marchas de las antorchas”, la gran convulsión social post electoral de noviembre de 2017 y las enormes movilizaciones de médicos y maestros bajo la dirección de La Plataforma en el 2019. Se han sostenido con el apoyo de militares y policías y el visto bueno del Comando Sur de los Estados Unidos.

Es el momento de que todos los sectores populares, sindicales, gremiales y partidistas se unifiquen bajo una sola consigna: Derrumbar la narcodictadura. Se deben anteponer intereses particulares con el propósito de unificar todos los sectores que gritan ¡Basta ya!.


Por Lic. J. J. Sevilla 

Retrospectiva histórica del partido Nacional

Les gusta el calificativo de “Partido de la estrella solitaria, cachurecos, mancha brava”, etcétera, etcétera. En efecto, de esta manera fue bautizado el segundo partido tradicional de Honduras: Partido Nacional (PN). No obstante, en la jerga del pueblo, aquellos calificativos de la gente tradicionalista (quizás abuelos, tíos longevos), en la realidad del siglo XXI, se han transformado así: mostaceros, vende patria, cincuenta peseros, cachucerdos.

Pero cómo no premiarlos con juicios sarcásticos y de desazón, si su historia ha estado ligada a la corrupción, represión y la generación de las peores dictaduras en Honduras. ¿Cómo se formó el Partido Nacional? De una división del Partido Liberal (PL). Se dice que Tiburcio Carías Andino (uno de los cofundadores del PN), salió resentido del liberalismo en la segunda década del siglo XX. Tiburcio Carías, provenía de una tradición de caudillos políticos pertenecientes al PL; partido por el que luchó en varias guerras civiles, donde obtuvo el título de general de montaña (este era un grado que obtenían los combatientes que lucharon en las guerras civiles. La mayor parte carecía de formación militar. Es decir, el grado era obtenido en la práctica).  

Las facciones liberales que surgieron después de la reforma liberal, se desgastaron en la segunda década del siglo XX, motivados por luchas fratricidas entre facciones de caudillos políticos. La historia política de Honduras en las primeras 3 décadas del siglo XX, estuvo determinada por: caudillos regionales, guerras civiles, la entrega de territorio nacional a las compañías bananeras, y la conformación del estado oligárquico. Por tanto, el PN es un producto de la podredumbre de la segunda generación liberal posterior a la reforma (1876-1933).  Evidentemente, la primera generación liberal en Honduras se formó alrededor de las independencias. En aquella etapa, no existían partidos políticos; lo que predominó en el siglo XIX fueron los famosos bandos políticos: liberales y conservadores. Por tanto, el liberalismo político en Honduras ha tenido tres expresiones: la que surgieron en las independencias, las que se formaron en el estado oligárquico –de donde salieron los caudillos bananeros– y el liberalismo ligado al modelo capitalista neoliberal.

No obstante, retomando la historia del PN, el historiador Marvin Barahona, afirma que “el PN fue fundado en 1923 por el general Tiburcio Carías Andino, y el periodista Paulino Valladares (1881-1926), un prominente intelectual nacionalista” (Barahona, 2005).

Tiburcio Carías Andino, participó en tres elecciones: 1924, 1927 y 1932. Tanto en la primera como la última, quedó como ganador, y en ambos años, Honduras se embarcó en dos guerras civiles (siendo la de 1924, de las más sangrientas de Honduras), debido a las reyertas por obtener el poder, entre los diferentes caudillos políticos. Empero, la guerra civil de 1932, determinó el ascenso del dictador. Tiburcio Carias  Andino, se posiciono durante 16 años en el poder. A esta etapa los historiadores le han denominado el Cariato.

Tres, fueron los ejes de represión y control social auspiciado por Tiburcio Carías: exilio, encierro y destierro. Sin embargo, cuando afirmamos que el PN es generador de dictaduras, nos basamos en las siguientes evidencias: primero, cuando este partido toma el poder, se posiciona por largos periodos de tiempo; segundo, utiliza como medio, las modificaciones a la constitución para validar sus reelecciones, tercero, utilizan el aparato militar para asegurar sus dictaduras por medio de la represión. Cuarto, al tomar el poder del estado conforman una dictadura de partido.

Las generaciones dictatoriales del Partido Nacional

La primera generación de dictaduras creadas por el PN, fue la que se conformó por: Tiburcio Carías Andino (1933-1949), Juan Manuel Gálvez (1949-1954), y Julio Lozano Díaz (1954-1956). En los veintitrés años que estuvieron en el poder, una larga noche de espinas, mantuvo en el exilio, en el encierro y en el destierro, la dignidad hondureña. La segunda generación dictatorial apoyada por los nacionalistas, la ubicamos en el cogobierno que establecieron con los militares entre 1963-82. Después del sangriento golpe de estado de 1963 (propiciado contra Ramón Villeda Morales), los nacionalistas apoyaron los distintos regímenes militares de Oswaldo López Arellano (1963-65, 1965-71, 1972-73). Esta es la etapa en la que EUA, posiciona militares en el poder para combatir las fuerzas revolucionarias latinoamericanas y el avance del comunismo internacional. Fueron los años más duros de la guerra fría en Latinoamérica. La tercera generación, fue estructura por Porfirio Lobo Sosa (2010-14) y Juan Orlando Hernández (JOH), quienes han construido un régimen neoliberal, ligado al narcotráfico cohesionándose con diferentes actores sociales: militares, crimen organizado, maras, partidos tradicionales, jerarcas de las iglesias (evangélica y católica), y el sector más conservador de la empresa privada.  

La praxis política de las generaciones dictatoriales cachurecas    

En la práctica, el PN, se ha ligado a los peores escenarios de nuestra historia política. Su cara más actual es su relación con el crimen organizado y el narco tráfico. En tal sentido, podemos hablar de un partido que se ha convertido en un cartel más como el Medellín, o el de Sinaloa. Honduras ha pasado de ser la histórica república bananera a narco estado. Al menos eso develan los juicios contra Antonio Hernández y los líderes de los carteles en Honduras.

¿Qué se puede esperar de un partido con un amplio historial de corrupción? La mayor parte de sus banderas han servido para beneficiar a grupos de poder internos y externos. La primera generación, entregó nuestros recursos naturales a las empresas bananeras, y reprimieron cada huelga obrera que lucho en el pasado, por adquirir derechos laborales, los cuales le fueron negados al proletariado hondureño, hasta el estallido de la huelga bananera de 1954. La segunda generación, apoyó cada propuesta conservadora de los militares entre 1963-82. La principal figura del PN, en los años dorados del militarismo, fue Ricardo Agustinos Zúñiga, acusado de sobornar a las empresas bananeras en la década de 1970, junto a Oswaldo López Arellano (1921-2010). La tercera generación, introdujo en Honduras, el modelo neoliberal y un prototipo de estado ligado al narcotráfico. El primer paso lo dio Rafael Leonardo Callejas (1990-1994), un personaje que promovió los famosos ajustes estructurales, que hicieron caer a Honduras en el abismo neoliberal. El segundo paso lo dio Porfirio Lobo Sosa (2010-2014), quien abrió la brecha para que JOH, ampliara el modelo neoliberal en Honduras, y sus ambiciones por tomar y permanecer en el poder a cualquier costo. Es evidente que el PN, estuvo detrás del golpe de estado del 2009, contra Manuel Zelaya Rosales (2006-2009). Muy astutamente, cavilaron para promover la división del PL (en teoría, su enemigo histórico), el cual ha fracasado en sus intenciones por volver a obtener el poder. En las últimas tres elecciones (2009, 2013 y 2017), y quienes se han convertido en la tercera fuerza política en Honduras.

La tercera generación dictatorial: JOH y el narco estado

¿Qué nos ha dejado la tercera generación dictatorial y narco estado creado por el PN, entre el 2009-2020? Una amplia gama de aspectos negativos para Honduras, en este nuevo marco de represión y control social: desapariciones forzadas, presos políticos, asesinatos, métodos de tortura y represión, tres fraudes electorales (2010, 2013, y 2017), reelección anticonstitucional (2017), reiteradas violaciones a la constitución;  pérdida de derechos laborales, privatización de las empresas estatales, decadencia del sistema de educación pública y de la salud, creación de redes de corrupción, consolidación del aparato militar, y el firme establecimiento de la narcoactividad en Honduras, a través de la política. JOH, es el principal capo del narco estado en Honduras.

Como evidencia, esta pequeña reflexión histórica, el PN es un partido generador de dictaduras, de pobreza, de represión, de la tristeza y miseria del pueblo hondureño. ¿Cuánto durará esta tercera generación dictatorial del Partido Nacional, la cual lleva 10 años en el poder? Eso dependerá del nivel de conciencia y organización política que las nuevas generaciones de hondureños puedan construir. Organización, movilización y lucha continua deben de ser las consignas del pueblo hondureño. Combatir la tercera generación dictatorial de Porfirio Lobo Sosa y JOH, deben de ser una obstinación del hondureño consciente, en la Honduras que sangra día a día, en medio del dolor, y eminente decadencia.


Por Krishna Godoy

A partir de la serie de escritos sobre el Movimiento Estudiantil Universitario (UNAH), solo me basta enfatizar uno de los puntos de cada reunión y que tal vez se ha dicho hasta la saciedad, sin embargo, no está de más. Creo que una tarea rezagada dentro del movimiento estudiantil será la persistencia en las jornadas de formación hacia estudiantes sobre las problemáticas de la UNAH y del país. Es vital en éstas rescatar la historia tanto de décadas anteriores como la reciente, porque la historia constituye una base necesaria para los análisis del contexto actual.

El proceso histórico del movimiento estudiantil, a pesar de algunos desaciertos ─como en todo grupo organizado─ goza de gran mérito y es producto del conjunto de generaciones que aportaron en cada lucha. Es por ello, la importancia de los diálogos intergeneracionales, ya que se encuentran en estos espacios la riqueza de los procesos de conciencia acumulados; solo es propicio transmitirlos a las siguientes generaciones.

Como mencioné anteriormente, esta problemática es altamente conocida, sin embargo, por temporadas existe cierto olvido; y sumado a ello, que en el proceso de formación-socialización el trato con diferentes personalidades es complejo, pero ahí se dirige el reto, unirnos en experiencias, utopías y saber empatizar con el/la otra.

La formación política intergeneracional, también es un desafío debido a la provisional o transitoria identidad del ser estudiante (en el sentido institucional). Al concluir nuestro recorrido en la universidad nos incorporamos al ámbito laboral asumiendo la identidad de trabajador o trabajadora. Esto del todo, no debería constituir un problema, por el contrario, sí lo es pretender desligarse de la micro-realidad (la universidad) puesto que, al descontinuar el lazo se pierden muchos aprendizajes recolectados en los años universitarios. También constituye un error, creer que la micro-realidad no está ligada con la macro-realidad (el país).

Si se quiere un MEU “independiente de la institucionalidad”, como lo propone la compañera Ninoska Alonzo [1], debemos procurar que goce de legitimidad política, que la comunidad estudiantil se adhiera a sus proyectos y reclamos, y para ello, el trabajo de concientización es primordial. Por esto, se vuelve necesario retomar los acercamientos al estudiantado en general e involucrarlos en las decisiones para construir una verdadera democracia en la Alma Máter.

IMG-20200224-WA0016Lo que ha quedado plasmado en los hechos históricos es que, el pueblo resiste, sin embargo, las luchas sacan su mejor partido cuando se propicia que el grupo cimiente conciencias con pensamiento autónomo, contrario a proceder de manera autómata. Por lo que, si queremos dejar de actuar solamente por coyunturas, hemos de aportar nuestros esfuerzos en lo mediato, en la formación de nuestras conciencias paulatinamente. Aunque, es inevitable afrontar este momento a pesar de las condiciones actuales; debemos dedicarnos a trabajar la parte inmaterial que más adelante se revelará en el proceso organizativo. Así es como comparto con Andrés Morales, quién sostiene que:

El ala crítica del movimiento estudiantil debe hacer un doble esfuerzo que consiste en dotar a sus espacios de discusión de un basamento ideológico claro, donde se trace el camino por definir estrategias de largo plazo, que combinen el resistir contra las arremetidas de la oficialidad de forma permanente y no en cada coyuntura imprevista…[2]

Y concuerdo con Fernando Ramírez cuando propone que el:

Trabajar la politización de los sectores estudiantiles debe ser una urgencia que diferencie dos momentos de la actual coyuntura; más allá de un caudal electoral se debe constituir una base social crítica, que reconstruya la práctica de legitimidad contrahegemónica, con medios para la intervención política de los espacios de representación y participación institucionales.[3]

En cuanto a la pregunta de Ramírez: “¿Democratizar para construir o construir para democratizar?” La apuesta que debe realizar el ala crítica del MEU, consiste en facilitar espacios de discusión y talleres de formación donde se dialogue sobre temáticas que aporten a la conciencia histórica, desarrollo del pensamiento crítico, para a partir del conocimiento de las micro-realidades (UNAH a nivel nacional) establecer vínculos con la macro-realidad y viceversa. Para esto debe convocarse a las generaciones pasadas que estén anuentes a compartir sus experiencias y discutir sobre sus posturas y opiniones, pero al final los que poseen autonomía en las decisiones, es la generación que asume en el presente.

Con la revisión de todas estas consideraciones, concuerdo con la y los compañeros, que el alcance del Movimiento Estudiantil Universitario en la actualidad, no reside simplemente en las elecciones estudiantiles (poder institucional), o en sus modos de lucha (prácticas de resistencia), ─a pesar de ser las más inmediatas en nuestra realidad circundante ─ es imprescindible integrar a diversos sectores a la causa (constituir un poder legítimo); todas éstas devendrían a posteriori si se trabaja de a poco en la formación política intergeneracional, una tarea que ha sido en muchas ocasiones relegada, pero que consideramos la más sustancial en estos momentos.

Notas

[1] Ninoska Alonzo, “El Movimiento Estudiantil Universitario en la encrucijada: apuestas políticas y desafíos en torno a la transformación de la Universidad”, Polémica y Revista de Centroamérica, 18 de enero de 2020.

[2] Andrés Morales, “El papel del ala crítica del movimiento estudiantil universitario en las próximas elecciones”, Polémica y El Socialista Centroamericano, 20 de febrero de 2020.

[3] Fernando Ramírez, “La universidad que nos queda. Anotaciones sobre la crisis del movimiento estudiantil. Parte II”, Polémica y El socialista Centroamericano, 11 de febrero de 2020.


Por Sebastián Ernesto González

No cabe la menor duda que Honduras se convirtió en los últimos 10 años en un narcoestado, el desfile por las cortes estadounidenses de personajes hondureños parece no terminar, el hermano de Juan Orlando Hernández ya juzgado y un primo detenido y que va a juicio no son lo suficiente para terminar con la dictadura de 10 años. Todo parece indicar que quien encabeza el ejecutivo y con el poder absoluto en el país va a terminar su periodo en enero del 2022.

Hasta se escuchan voces de los más serviles aclamándolo para reelegirse, en el Congreso Nacional, diputados del Partido Nacional muy cínicamente hablan de reglamentar la reelección para que el hombre todopoderoso del país no se le ocurra presentarse nuevamente a un proceso electoral.

En 10 años un país convertido en narcoestado

La intención de Manuel Zelaya de consultar en el 2009 sobre la instalación de una cuarta urna en el proceso electoral de ese año, para hacer otra consulta sobre una Asamblea Nacional Constituyente solo fue un pretexto para que un grupo de banqueros, políticos, militares y policías se adueñaran del país y que a vista de todo el mundo utilizaran el territorio para el trasiego de la droga que se trae desde Sudamérica para ser trasladada a los Estados Unidos. También es notorio que en los últimos 10 años el consumo de alcohol y de drogas ha aumentado ostensiblemente en el país, siendo los jóvenes los principales consumidores, esto no es casual, es sintomático de la circulación de drogas por todo el país y que quienes gobiernan están inmiscuidos hasta el fondo en el narcotráfico.

Juan Orlando Hernández y su pacotilla de funcionarios, además de involucrarse en drogas y en casos de corrupción, también hundieron a la población en la miseria, imponiendo medidas económicas asesinas a los trabajadores lograron que la inflación se chupara los salarios y prácticamente anularon la estabilidad laboral. Si por un lado los que gobiernan son narcotraficantes y por el otro han hundido en la miseria a la mayoría ¿cómo logran mantenerse en el poder?

Oposición dormida y el show del coronavirus

Una de las políticas de este régimen para mantener su imagen ha sido crear noticias mediáticas o utilizar desgracias para opacar la corrupción y los juicios en el norte. El último ejemplo se ha dado en las dos últimas semanas, por un lado, el escape de un personaje apodado “Porky” e involucrado en crímenes y narcotráfico, hecho digno de una película de Hollywood al haber sido sacado desde las mismas oficinas de los juzgados de la ciudad de El Progreso. Un vídeo con hombres usando armamento y vestimenta propia de los militares lo sacan y asesinan a dos personas de la Policía Preventiva.

En la misma semana el primo del presidente Juan Orlando, Mauricio Hernández Pineda es detenido en Estados Unidos. Estos hechos dan pie para que el ejecutivo monte todo un show con una hondureña proveniente de Asia y que anuncian es sospechosa de portar el “Coronavirus”. Gran fiesta la que armaron periodistas, médicos y autoridades con la congraciada hondureña, el tal Porky y el primo pasaron a un segundo plano y la Ministra de Salud Pública muy locuaz y casi en cadena nacional anunció que las pruebas aplicadas a la señora habían salido negativas.

A mi juicio, al tal Porky ya está descuartizado y enterrado por los cuatro puntos cardinales, nunca más sabremos de él, usando la lógica y el buen juicio, asesinarlo en la cárcel solo provocaría mas la atención de la comunidad internacional. Dejarlo vivo implicaba que tarde o temprano el hombre hablaría involucrando al todo poderoso. Así que la mejor forma era rescatarlo y desaparecerlo. Así el estado no sería señalado por nadie.

Mientras todo esto sucede, al parecer la oposición o quienes aseguran ser oposición no dan muestras de unificarse para irse con todo contra los que gobiernan, y por supuesto que los que gobiernan siguen contando con el beneplácito del pentágono y de los militares para mantenerse en el poder, sin importar si son narcos o no. La población mantiene las esperanzas en que un juez gringo pida en extradición a Juan Orlando, los líderes de la oposición esperan el siguiente proceso electoral, mientras tanto, ya los políticos del Partido Nacional enfilaron baterías para las elecciones que se avecinan.

La población debe movilizarse

Debe de emularse las movilizaciones de las antorchas del 2015, de la Plataforma del 2019 e iniciarse un fuerte movimiento para sacar a la población a las calles y que expulsen a la narcodictadura.

Más artículos…

Subcategorías

Hemeroteca

Archivo