Por Sebastián Ernesto González
Desde el golpe de estado han pasado diez años y medio y el régimen golpista, consolidado entre el Partido Nacional y el Partido Liberal, con Juan Orlando Hernández a la cabeza, sigue en pie. A pesar de que varios sectores se han ido desligando del régimen de forma imperceptible o bien de forma directa.
Regular la reelección
Esta semana, ante la solicitud del Partido Nacional de regular en sus estatutos internos lo que concierne a la reelección presidencial, la presidenta del Consejo Nacional Electoral (CNE), Rixi Moncada, declaró “..En el sentido de sostener que los artículos pétreos solo pueden ser modificados en una Asamblea Nacional Constituyente o a través de una consulta popular», «No reconocemos que por encima de la Constitución esté una sentencia y por lo tanto no vamos a reglamentar ni a regular la sentencia de la reelección», “Para esa profundización, hemos alcanzado consenso en que se debe consultar al pueblo los dos temas de debate permanente, la reelección y la segunda vuelta electoral”.
Rixi Moncada es la representante del partido Libre y es actualmente la presidenta del CNE, ella manifiesta de que ya hay un consenso y que está en proceso de elaboración la Ley que regulará al recién creado CNE, dentro de la misma no se incluye ninguna regulación ni nada que tenga que ver con la derogación de los artículos pétreos. Rixi agregó “Se trata del tema de la reelección presidencial, sobre el cual este CNE se ha pronunciado en una votación dos a uno». (LT 05/marzo/2020).
Esto significa que el partido Liberal junto al partido Libre votó en contra de la solicitud del partido Nacional. Sería el inicio del divorcio entre el Partido Liberal y el régimen, dando fin a la alianza que han tenido en esta dictadura.
Los que se han distanciado de la narco dictadura
Meses atrás, un fuerte sector de la Iglesia Católica emitió un comunicado en el cual condenaban el gobierno de Juan Orlando Hernández, el sector de la empresa privada de San Pedro Sula también se alejó del régimen y ahora lo hace el Partido Liberal.
Tomando en cuenta los múltiples juicios que se llevan en Estados Unidos en contra de los amigos y funcionarios de Juan Orlando Hernández y que el desfile en los tribunales del imperio no termina, ni los pedidos en extradición, muchos se han dado cuenta que pueden salir embarrados en los escándalos de corrupción y mejor se bajan del barco antes de que termine de naufragar.
La oposición reacia a unificarse
El gran problema para que la oposición se unifique es la ambición de ir a la cabeza. Ya en el 2017 el Partido Libre le cedió la candidatura a Salvador Nasralla, personaje muy volátil y desbocado que muy rápido se enemistó con la base del partido que lo respaldó en ese proceso electoral.
Ahora, Salvador Nasralla anda ligado al Partido Liberal, dirigido por Luis Zelaya. Es muy importante diferenciar entre el sector de este y el sector al que pertenece el representante ante el CNE, son diferentes, y unidad sería sintomático ante el impulso PL por desligarse de un débil JOH, esta unidad la estarían logrando con Salvador Nasralla a la cabeza. Aun así, no hay la menor duda de que el Partido Liberal por si solo no le ganará las siguientes elecciones al Partido Nacional, sea quien sea el candidato.
Dentro del Partido Libre, es muy difícil que se acepte llevar a Nasralla a la cabeza, mejor se van solos al circo electoral con Xiomara en la cúspide, y parece que también va a ser difícil que le lleguen a ganar al PN en las actuales condiciones, y asumiendo que el siguiente proceso electoral será transparente.
La única forma de sacar a la narcodictadura es con la movilización popular hasta que esta caiga hecha añicos. Hay que destacar que este régimen sorteó las enormes movilizaciones del 2015 llamadas las “marchas de las antorchas”, la gran convulsión social post electoral de noviembre de 2017 y las enormes movilizaciones de médicos y maestros bajo la dirección de La Plataforma en el 2019. Se han sostenido con el apoyo de militares y policías y el visto bueno del Comando Sur de los Estados Unidos.
Es el momento de que todos los sectores populares, sindicales, gremiales y partidistas se unifiquen bajo una sola consigna: Derrumbar la narcodictadura. Se deben anteponer intereses particulares con el propósito de unificar todos los sectores que gritan ¡Basta ya!.