Por Lic. J. J. Sevilla 

Retrospectiva histórica del partido Nacional

Les gusta el calificativo de “Partido de la estrella solitaria, cachurecos, mancha brava”, etcétera, etcétera. En efecto, de esta manera fue bautizado el segundo partido tradicional de Honduras: Partido Nacional (PN). No obstante, en la jerga del pueblo, aquellos calificativos de la gente tradicionalista (quizás abuelos, tíos longevos), en la realidad del siglo XXI, se han transformado así: mostaceros, vende patria, cincuenta peseros, cachucerdos.

Pero cómo no premiarlos con juicios sarcásticos y de desazón, si su historia ha estado ligada a la corrupción, represión y la generación de las peores dictaduras en Honduras. ¿Cómo se formó el Partido Nacional? De una división del Partido Liberal (PL). Se dice que Tiburcio Carías Andino (uno de los cofundadores del PN), salió resentido del liberalismo en la segunda década del siglo XX. Tiburcio Carías, provenía de una tradición de caudillos políticos pertenecientes al PL; partido por el que luchó en varias guerras civiles, donde obtuvo el título de general de montaña (este era un grado que obtenían los combatientes que lucharon en las guerras civiles. La mayor parte carecía de formación militar. Es decir, el grado era obtenido en la práctica).  

Las facciones liberales que surgieron después de la reforma liberal, se desgastaron en la segunda década del siglo XX, motivados por luchas fratricidas entre facciones de caudillos políticos. La historia política de Honduras en las primeras 3 décadas del siglo XX, estuvo determinada por: caudillos regionales, guerras civiles, la entrega de territorio nacional a las compañías bananeras, y la conformación del estado oligárquico. Por tanto, el PN es un producto de la podredumbre de la segunda generación liberal posterior a la reforma (1876-1933).  Evidentemente, la primera generación liberal en Honduras se formó alrededor de las independencias. En aquella etapa, no existían partidos políticos; lo que predominó en el siglo XIX fueron los famosos bandos políticos: liberales y conservadores. Por tanto, el liberalismo político en Honduras ha tenido tres expresiones: la que surgieron en las independencias, las que se formaron en el estado oligárquico –de donde salieron los caudillos bananeros– y el liberalismo ligado al modelo capitalista neoliberal.

No obstante, retomando la historia del PN, el historiador Marvin Barahona, afirma que “el PN fue fundado en 1923 por el general Tiburcio Carías Andino, y el periodista Paulino Valladares (1881-1926), un prominente intelectual nacionalista” (Barahona, 2005).

Tiburcio Carías Andino, participó en tres elecciones: 1924, 1927 y 1932. Tanto en la primera como la última, quedó como ganador, y en ambos años, Honduras se embarcó en dos guerras civiles (siendo la de 1924, de las más sangrientas de Honduras), debido a las reyertas por obtener el poder, entre los diferentes caudillos políticos. Empero, la guerra civil de 1932, determinó el ascenso del dictador. Tiburcio Carias  Andino, se posiciono durante 16 años en el poder. A esta etapa los historiadores le han denominado el Cariato.

Tres, fueron los ejes de represión y control social auspiciado por Tiburcio Carías: exilio, encierro y destierro. Sin embargo, cuando afirmamos que el PN es generador de dictaduras, nos basamos en las siguientes evidencias: primero, cuando este partido toma el poder, se posiciona por largos periodos de tiempo; segundo, utiliza como medio, las modificaciones a la constitución para validar sus reelecciones, tercero, utilizan el aparato militar para asegurar sus dictaduras por medio de la represión. Cuarto, al tomar el poder del estado conforman una dictadura de partido.

Las generaciones dictatoriales del Partido Nacional

La primera generación de dictaduras creadas por el PN, fue la que se conformó por: Tiburcio Carías Andino (1933-1949), Juan Manuel Gálvez (1949-1954), y Julio Lozano Díaz (1954-1956). En los veintitrés años que estuvieron en el poder, una larga noche de espinas, mantuvo en el exilio, en el encierro y en el destierro, la dignidad hondureña. La segunda generación dictatorial apoyada por los nacionalistas, la ubicamos en el cogobierno que establecieron con los militares entre 1963-82. Después del sangriento golpe de estado de 1963 (propiciado contra Ramón Villeda Morales), los nacionalistas apoyaron los distintos regímenes militares de Oswaldo López Arellano (1963-65, 1965-71, 1972-73). Esta es la etapa en la que EUA, posiciona militares en el poder para combatir las fuerzas revolucionarias latinoamericanas y el avance del comunismo internacional. Fueron los años más duros de la guerra fría en Latinoamérica. La tercera generación, fue estructura por Porfirio Lobo Sosa (2010-14) y Juan Orlando Hernández (JOH), quienes han construido un régimen neoliberal, ligado al narcotráfico cohesionándose con diferentes actores sociales: militares, crimen organizado, maras, partidos tradicionales, jerarcas de las iglesias (evangélica y católica), y el sector más conservador de la empresa privada.  

La praxis política de las generaciones dictatoriales cachurecas    

En la práctica, el PN, se ha ligado a los peores escenarios de nuestra historia política. Su cara más actual es su relación con el crimen organizado y el narco tráfico. En tal sentido, podemos hablar de un partido que se ha convertido en un cartel más como el Medellín, o el de Sinaloa. Honduras ha pasado de ser la histórica república bananera a narco estado. Al menos eso develan los juicios contra Antonio Hernández y los líderes de los carteles en Honduras.

¿Qué se puede esperar de un partido con un amplio historial de corrupción? La mayor parte de sus banderas han servido para beneficiar a grupos de poder internos y externos. La primera generación, entregó nuestros recursos naturales a las empresas bananeras, y reprimieron cada huelga obrera que lucho en el pasado, por adquirir derechos laborales, los cuales le fueron negados al proletariado hondureño, hasta el estallido de la huelga bananera de 1954. La segunda generación, apoyó cada propuesta conservadora de los militares entre 1963-82. La principal figura del PN, en los años dorados del militarismo, fue Ricardo Agustinos Zúñiga, acusado de sobornar a las empresas bananeras en la década de 1970, junto a Oswaldo López Arellano (1921-2010). La tercera generación, introdujo en Honduras, el modelo neoliberal y un prototipo de estado ligado al narcotráfico. El primer paso lo dio Rafael Leonardo Callejas (1990-1994), un personaje que promovió los famosos ajustes estructurales, que hicieron caer a Honduras en el abismo neoliberal. El segundo paso lo dio Porfirio Lobo Sosa (2010-2014), quien abrió la brecha para que JOH, ampliara el modelo neoliberal en Honduras, y sus ambiciones por tomar y permanecer en el poder a cualquier costo. Es evidente que el PN, estuvo detrás del golpe de estado del 2009, contra Manuel Zelaya Rosales (2006-2009). Muy astutamente, cavilaron para promover la división del PL (en teoría, su enemigo histórico), el cual ha fracasado en sus intenciones por volver a obtener el poder. En las últimas tres elecciones (2009, 2013 y 2017), y quienes se han convertido en la tercera fuerza política en Honduras.

La tercera generación dictatorial: JOH y el narco estado

¿Qué nos ha dejado la tercera generación dictatorial y narco estado creado por el PN, entre el 2009-2020? Una amplia gama de aspectos negativos para Honduras, en este nuevo marco de represión y control social: desapariciones forzadas, presos políticos, asesinatos, métodos de tortura y represión, tres fraudes electorales (2010, 2013, y 2017), reelección anticonstitucional (2017), reiteradas violaciones a la constitución;  pérdida de derechos laborales, privatización de las empresas estatales, decadencia del sistema de educación pública y de la salud, creación de redes de corrupción, consolidación del aparato militar, y el firme establecimiento de la narcoactividad en Honduras, a través de la política. JOH, es el principal capo del narco estado en Honduras.

Como evidencia, esta pequeña reflexión histórica, el PN es un partido generador de dictaduras, de pobreza, de represión, de la tristeza y miseria del pueblo hondureño. ¿Cuánto durará esta tercera generación dictatorial del Partido Nacional, la cual lleva 10 años en el poder? Eso dependerá del nivel de conciencia y organización política que las nuevas generaciones de hondureños puedan construir. Organización, movilización y lucha continua deben de ser las consignas del pueblo hondureño. Combatir la tercera generación dictatorial de Porfirio Lobo Sosa y JOH, deben de ser una obstinación del hondureño consciente, en la Honduras que sangra día a día, en medio del dolor, y eminente decadencia.

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