Por Ignacio Barahona Pineda

Después del 27 de septiembre, tras la negativa de las autoridades de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH) de aceptar los consensos a nivel nacional que el Movimiento Estudiantil Universitario (MEU) habría realizado sobre el Reglamento Electoral Estudiantil (REE) --desde agosto hasta mediados de septiembre--, se han complicado los escenarios para obtener en febrero del próximo año la derogación de las actuales Normas Académicas (NA) y, consecuente, la construcción multisectorial (estudiantes, docentes, autoridades) y democrática de las nuevas NA.

De la Rectoría de la UNAH podemos esperar los golpes más bajos, pero la nueva situación creada parece exponer más notoriamente la visión cortoplacista y la dinámica sectaria con la que ha actuado la dirigencia del MEU en los procesos posteriores a la firma de los Acuerdos que pusieron fin a las tomas de edificios en la UNAH.    

Un balance necesario…

El inicio de la revuelta estudiantil protagonizada por el MEU en mayo de 2016, involucró a tres sectores que significaron –en su momento– la vanguardia organizativa y política ante la crisis de la UNAH: la Facultad de Ingeniería, siendo la mayor base del movimiento, la Facultad de Ciencias Sociales, quienes encabezaron las primeras tomas en Ciudad Universitaria (CU), y el Movimiento Amplio Universitario (MAU), que desde 2011 ha luchado por la organización legítima de las Asociaciones de Carrera en la UNAH.

Hasta mediado del mes de julio, el MEU tuvo una dinámica de resistencia a nivel nacional. Con la toma general de CU y de los demás Centros Regionales, consiguió politizar la problemática particular de sus espacios y acuerpar el discurso y la práctica del MEU, que inició la lucha estudiantil exigiendo: la derogación total de las NA, participación y representación estudiantil en los órganos de gobierno de la universidad, la no criminalización de la protesta estudiantil y la desmilitarización de la UNAH.

A partir de este momento los estudiantes llevarían a consenso una serie de manifestaciones, propuestas de diálogo y una lucha que, en términos generales, significó una renovación del movimiento estudiantil hondureño. Sin embargo, con el desalojo del 1 de julio, el MEU tornó sus peticiones programáticas centrales a la resolución de los casos de más de 70 estudiantes criminalizados (que obviamente eran una chantaje y mecanismo de presión), y así fueron firmados los acuerdos del 28 de julio. Tras más de 60 días de lucha, la resistencia estudiantil permitió profundizar los procesos autónomos de organización en las carreras, el surgimiento de nuevos movimientos independientes (a favor y en contra del MEU), evidenciar la arbitrariedad con la que han trabajado las autoridades desde el 2010, y mostraron la necesidad de los estudiantes por organizar y apoderarse de sus espacios en Carreras y Facultades. Pero los acuerdos firmados produjeron la desmovilización total del MEU, un proceso no coordinado de discusión sobre las NA y un consenso disimulado del REE que obligó al MEU a instalar un diálogo con los Frentes históricos y reajustar el cronograma, pero sin posibilidad de cumplir lo estimado en el acuerdo.

¿El fin del MEU?

La lucha por la democratización y recuperación de las organizaciones estudiantiles no es un proceso nuevo. No sólo en este año han surgido iniciativas de articulación estudiantil en la UNAH, como ha sido el MEU. Desde el 2011, la Asociación de Movimiento Independientes (AMI), la Iniciativa de Organización Estudiantil (IOE), el Proyecto de Organización Estudiantil (POE), o incluso el mismo MAU, surgen como plataformas que pretenden articular ideas y propuestas de organización buscando construir procesos de organización del gobierno estudiantil desestimado desde el 2004 en la UNAH. Con el MEU, Asociaciones, MI, y dos frentes históricos, el BARM y el FRU, logaron discutir, construir y consensuar una plataforma de lucha que garantizó establecer un diálogo y llevar a un punto medio la crisis universitaria.

La consolidación de la política, organización y lucha del MEU se dio a través de las asambleas permanentes, del trabajo de base y de la empatía con la lucha social, prácticas que ahora parecen ignoradas por la dirigencia del MEU. A pesar de haber habido intentos en las últimas semanas de reactivar la protesta y exponer el incumplimiento de los acuerdos por las autoridades de la UNAH, los voceros del MEU niegan que se traten de actividades coordinadas por el mismo, y se continúa desvinculado del rol que debe jugar, apelando a la autonomía de los Movimientos Independientes y Asociaciones.

Sin embargo, estos grupos no parecen abandonar, a diferencia de la dirigencia, el discurso del MEU. Observamos una separación creciente entre la dirigencia del MEU, cada vez más conciliadora con las autoridades, y las bases estudiantiles que le dieron vida. La división del movimiento estudiantil parece evidente, más aún cuando la convocatoria a actividades de presión convocadas por el MEU no sólo es ignorada por la masa estudiantil, sino además que son claudicadas las posiciones de rechazo a las arbitrariedades de las autoridades, a la primera convocatoria de estas para conciliar. Estos vaivenes reformistas y conciliadores de la dirección del MEU provocan la desmoralización y apatía de la masa estudiantil

Como otras iniciativas de los años anteriores, de continuar con esa política reformista y conciliadora, el MEU está condenado a morir. Y si bien es inevitable un proceso dialéctico, en especial en un movimiento estudiantil, el MEU lleva consigo más de 6 años de lucha y organización por intentar construir una nueva UNAH. La participación estudiantil en la construcción de una nueva normativa académica expone la visión de los estudiantes en los procesos académicos, políticos y científicos de la UNAH; sin significar un proceso acabado, comprende un ejercicio por reestructurar el poder y la incidencia que los estudiantes deben tener en la democratización de la Educación Superior.

La garantía acordada por el MEU para esta etapa era la organización de las Asociaciones a nivel nacional; el REE consensuado velaría su conformación en procesos electorales democráticos e incluyentes. Sin contar con estrategias y plazo socializados, la legitimidad del MEU en la construcción de la NA parece romperse cuando, sectores anquilosados en prácticas partidistas de los 80’s como la Fuerza Universitaria Revolucionaria (FUR) y el Frente Unido Universitario Democrático (FUUD), este último ligado al gobernante Partido Nacional, son tomados en cuenta por las autoridades para, a su vez, deslegitimar las deliberaciones “autónomas” del movimiento.

Defender la democratización de las Asociaciones

El MEU ha demostrado en los últimos meses inclinarse más al posicionamiento burocrático y mediático, ignorando problemáticas nacionales como la privatización de la energía eléctrica, las reformas ilegales para la reelección de JOH, crecimiento de la violencia, etc.; problemáticas que años anteriores eran respondidas de forma directa y activa por el movimiento estudiantil universitario –sin exclusividad ni patentes en ese entonces–.

Sin los escenarios claros, ni un trabajo de base que no sea una estrategia electoral disimulada, el MEU parece perder posibilidad de dirigir los procesos del próximo año, y además, llevar a la lucha estudiantil en un período de inmovilización y silencio, tal como el sector docente general en Honduras. Las actuales Asociaciones, iniciativas autónomas, deben reposicionarse en la dirigencia del MEU y proponer una dirección activa, capaz de socializar las discusiones en los espacios políticos del movimiento, y profundizar, en forma permanente, las asambleas que exterioricen y vuelvan a dar voz a la masa estudiantil de la UNAH.

 

Por Mateo Gregorio Raudales

A partir de la firma del acuerdo del 28 de julio entre el Movimiento Estudiantil Universitario (MEU) y las autoridades universitarias, se comenzó una nueva etapa en el desarrollo de la lucha estudiantil por la democratización de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH).

Diálogo, consenso y construcción: victorias parciales del MEU

Por un lado, de forma general, todas las unidades académicas (Facultades, Centros Regionales y Centro Universitario) se comprometieron con la discusión y construcción de unas nuevas Normas Académicas a través de un trabajo sectorial entre estudiantes, docentes y, posterior para febrero 2017, con las autoridades universitarias.

En el caso particular de las y los estudiantes, el acuerdo ha llamado a todos los sectores –organizados y no organizados– a desarrollar un período de diálogo, construcción, consenso y socialización sobre el Reglamento Electoral Estudiantil (REE) que regirá el próximo proceso de elecciones para escoger las y los representantes legítimos y legales ante los Comités Técnicos de Carrera, Juntas Directivas de Facultad y Consejo Universitario, en el caso de Cogobierno (autoridades, docentes y estudiantes); así como las Juntas Directivas de Asociación de Carrera, Comités Ejecutivos de Asociación de Facultad/Centro Regional o Centro Universitario y el Comité Ejecutivo de la Federación de Estudiantes de Honduras (FEUH), para los órganos de autogobierno (estudiantes).

Diez años de Reforma, diez años sin legitimidad

En 2004 comienza el proceso de IV Reforma Universitaria. La Junta Interventora del Congreso Nacional (CN) desarrollará los lineamientos generales del proceso de IV Reforma Universitaria. Para el 2005, la Reforma pretendía consolidarse gracias a una Comisión Transición y nueva Ley Orgánica que, entre tanto, consolidó el sistema tripartito de gobierno, es decir, estudiantes, docentes, autoridades, eliminando así la paridad conquistada en 1957. La participación y representación a partir de esta fecha fue ignorada.

Hasta el 2013, la rectora Julieta Castellanos, acompañada de un grupo de estudiantes representados por la Asociación de Estudiantes Becarios y Prestatario (ASEBP), presentaron una reforma (artículo 1, decreto 46-2013) ante el CN para poder modificar por adición el octavo artículo de la Ley Orgánica: donde se otorga –legítimamente– a las y los estudiantes elegir a través de procesos electorales los representantes competentes ante Consejo Universitario, tomando facultades las autoridades para poder escoger, bajo sus propios criterios, dichos representantes.

Así como para Consejo Universitario, las autoridades han desconocido, boicoteado y perseguido los distintos proyectos de organización desde 2010, tanto para cogobierno como para autogobierno; dejando un proceso de reforma acéfalo, bajo una unívoca visión y una sola determinación en sus principios y normas –como lo son las actuales normativas académicas–.

Sectores estudiantiles: discusiones y consensos

El proceso de organización autónomo estudiantil comenzó desde el reinicio de clases tras lucha de más de dos meses a nivel nacional en la UNAH. La Carrera de Biología, Microbiología, Periodismo, entre otras, han desarrollado procesos electorales para elegir sus Juntas Directivas de Asociación. De la misma forma, la plataforma de coordinación nacional del MEU, la Comisión Nacional Universitaria (CNU), ha realizado una jornada de giras alrededor de los Centros Regionales para lograr un consenso sobre el REE y la conformación de la Junta Nacional Electoral (JNE) que, según el acuerdo firmado, sería garantía para que toda la Comunidad Universitaria, incluyendo las autoridades, exijan al CN la retrotracción de la reforma antes mencionada.

Por una parte, el consenso estudiantil se ha concentrado con las distintas Asociaciones y movimientos adscritos al MEU a nivel nacional, y por otra, a través del diálogo con los sectores que las autoridades reconocen, “representan” a la Comunidad Estudiantil: los Frentes históricos: Frente de Reforma Universitaria (FRU), Frente Unido Universitario Democrático (FUUD), Fuerza Universitaria Revolucionaria (FUR), Bloque Amplio Reivindicador de Medicina (BARM); y los Movimientos independientes: Movimiento Amplio Universitario (MAU) y el Movimiento Estudiantil Revolucionario Lorenzo Zelaya (MER-LZ).

Perspectivas sobre las elecciones estudiantiles en la UNAH

El recuento anterior nos deja con varias perspectivas y visiones para el desarrollo de la lucha estudiantil. La no burocratización de los sectores en lucha depende de un proceso de consciencia y politización de la crisis; aun bajo la construcción de una nueva normativa, la participación estudiantil en ésta sólo sería una legitimación si no se genera una propuesta crítica sobre la reforma universitaria. El trabajo particular del sector estudiantil debe comenzar por garantizar un diagnostico general de cada unidad académica, pero, además, proporcionar insumos para determinar cómo una nueva normativa académica se involucra hacia una democratización integral con la sociedad.

De la misma forma el proceso de organización estudiantil debe considerar dos cuestiones fundamentales: primero, los procesos electorales para los distintos órganos de gobierno son medulares para garantizar un marco de legitimidad en los acuerdos firmados por el MEU y la lucha que como plataforma de lucha viene impulsando desde 2011. Segundo, la reticencia de los Frentes históricos por participar en los consensos del REE (a excepción del FRU, articulado con el MEU), sólo refuerzan el peligro de una posición intransigente, que en intentos anteriores por realizar elecciones estudiantiles –como en 2012–, terminaron con un muerto y un atentado con arma blanca un compañero del MAU. El MEU debe volver a realizar un trabajo de base que profundice la dinámica de lucha y la necesidad de una reorganización estudiantil desde y para las Asociaciones. Es así que la propuesta de la Asamblea Constituyente Estudiantil Universitaria (ACEU), debe concebirse como un proyecto político-académico multisectorial donde se configure las inquietudes, proyectos, visiones, propuestas y procesos que la comunidad estudiantil ha venido construyendo y luchando hacia una Universidad comprometida con la verdadera transformación del país.


Por Sebastián Ernesto González

Sigue la estira y encoje en cuanto a la reelección presidencial, el oficialismo comandado por Juan Orlando Hernández pretende de una vez por todas reglamentar su continuismo y para ello necesita de 86 votos dentro del Congreso Nacional. Ante este impasse y presionado por las exigencias de cooperantes externos, el Presidente del Congreso Nacional llamó a un Pre Diálogo Político en esta última semana de septiembre, donde esperan lograr consensos para obtener la mayoría calificada (86 votos) y dar rienda suelta al continuismo de la dictadura.

A este prediálogo político han sido convocados los 4 partidos que obtuvieron mayor votación en las últimas elecciones; Liberal, Pac, Libre, Nacional. Pero también han sido convocados los partidos muy minoritarios; UD, PDCH, PINU-SD, Faper y el recién creado Vamos.

El oficialismo se la juega con los partidos de maletín

Según la última contienda electoral, los partidos con mayor votación fueron el Partido Nacional (PN: 36.89 %), Libertad y Refundación (Libre: 28.78 %), Partido Liberal (PL: 20.30 %) y Partido Anticorrupción (PAC: 13.43 %).

Los partidos con una votación muy reducida fueron; Alianza Patriótica (AP: 0.20 %), Democracia Cristiana (DC: 0.17 %), PINU (0.14 %), Alianza UD-Faper (0.10 %). Sorprendentemente el de mayor votación de estos 4 fue el máximo representante del golpismo, Romeo Vásquez. Mientras que el de menor votación fue el representante de la alianza entre la Unificación Democrática y el novel partido Faper, Andrés Pavón.

Sumados estos 4 porcentajes hacen un total de 0.61 % (equivalentes a 18,885 votos).

Aunque esta votación fue para la casilla presidencial, no varió mucho para los diputados. Donde los partidos DC, PINU y UD obtuvieron un diputado cada uno, Alianza Patriótica no obtuvo diputado ni el Faper. Mientras que el PN logró 48, Libre 37, PL 27 y Pac 13.

Para lograr obtener el control de toda la institucionalidad del Estado, JOH logró de una u otra forma el apoyo del PL, de los disidentes de Libre y Pac, y del representante de la UD y DC. Manteniéndose la mayoría de los diputados de Libre, Pac y el del Pinu fuera del margen del oficialismo.

Para este nuevo proceso, el TSE ha creado un nuevo partido que se llama Vamos, grupito que es una disidencia de la DC, aunque en los hechos son la misma cosa.

Hasta ahora, quiérase o no, la oposición la manifiestan los Partidos Libre, Pac y Pinu. El Partido Liberal predica con la Biblia en la mano pero actúa peor que el Diablo.

Esto nos deja un panorama donde el oficialismo se encarrila en una misma dirección con los partidos DC, UD, Faper y Vamos.

Mientras que la oposición se mantiene con Libre, Pac y Pinu, quedando el PL como el llamado a inclinar la balanza.

Nasrralla anuncia candidatura única

Para el máximo líder del Partido Anticorrupción, Salvador Nasralla, la oposición se unificará, así lo expresó refiriéndose a JOH, “Sinceramente no creo que venza porque el próximo año nos vamos a juntar los cuatro partidos de oposición, llevamos un solo candidato, ahí es muy difícil…”. Criterio.hn (23/09/2016).

El pre candidato de Libre, Rassel Tomé manifestó “Hago un llamado de atención a todos los dirigentes de los partidos de oposición para que podamos construir sin necesidad de la ley, un candidato como si estuviéramos en una segunda vuelta para presentarlo en el proceso de elecciones generales, sólo así vamos a poder construir condiciones democráticas en Honduras”.

Según Mauricio Oliva, el Diálogo continuará orientado a aprobar las reformas electorales que se podrían aplicar en el 2017. Pero de tajo descartó el tema de la segunda vuelta.        

Movilización para oponernos en contra de JOH  

Ya es el momento que los líderes de los partidos Libre y Pac movilicen a las bases para detener la reelección de JOH, una vez movilizados en las calles seguro que el Partido Liberal tomará partido y no pretenderá quedarse rezagado. El oficialismo se la sigue jugando a ganar más diputados dentro del CN, o bien, consensuar las reformas que le terminen de allanar el piso para su reelección. Hasta ahora Libre y Pac demuestran no ceder, pero para el pueblo después de todos los que han traicionado dentro del CN, la única prueba veraz de ser oposición es yendo a las calles.

Solo con movilización en las calles se podrá detener al continuismo.

Seguro que la movilización nacional logrará fisurar la coraza que hasta ahora tiene JOH y sus cercanos colaboradores.

¡No al continuismo de JOH!


Por Max Luján

Vivo la violencia de las mujeres en mi cuerpo, en mis sentimientos y también la rebeldía que intento sembrar en ellas. (Gladys Lanza)

El día martes 20 de septiembre, dejó de existir la emblemática luchadora Gladys Lanza, “La Chona mayor”, calificativo con el que era también conocida por su vinculación al Movimiento por la Paz Visitación Padilla; Gladys Lanza fue una de las pioneras de esa reconocida organización que nació en 1984.

Además de su destacada labor como defensora de los derechos humanos, particularmente los derechos de las mujeres, Gladys Lanza marcó también una enorme trayectoria de lucha en el movimiento obrero y sindical del país, donde demostró su combatividad y espíritu de lucha inquebrantable.

Fue una de las destacadas militantes y dirigentes del ex Partido Comunista de Honduras (PCH) hasta su disolución en 1990. Estuvo dentro del movimiento obrero durante más de dos décadas, donde junto a otros luchadores logró grandes aportes en la aplicación del Código del Trabajo.

Lanza fue presidenta del Sindicato de Trabajadores de la Empresa Nacional de Energía Eléctrica (STENEE) a nivel nacional, durante diez años, desde 1986.

También fue vicepresidenta de la Federación Central de Sindicatos Libres de Honduras (FECESITLIH) y fue secretaria de actas de la Federación Unitaria de Trabajadores de Honduras (FUTH).

Su labor la llevó a enfrentar enormes peligros, siendo víctima de agresiones y persecuciones por las tareas que realizó. En el golpe de Estado del 2009, Gladys Lanza participó en las movilizaciones y actividades en contra del golpe de Estado; además, realizó acciones en defensa de las mujeres del Comité que fueron reprimidas en una manifestación de protesta contra el golpe. Entre los tantos peligros que atravesó la dirigente se encuentran los intentos de asesinato; en los 2009 hombres desconocidos dispararon sus ametralladoras frente a la residencia de la dirigente. El 8 de marzo de 2010, en el marco de la celebración del Día Internacional de la Mujer, sujetos desconocidos acuchillaron las llantas del automóvil del Comité por la Paz Visitación Padilla, mientras estaba estacionado frente a las oficinas de la organización.

En ese mismo año, el Movimiento Visitación Padilla recibió la denuncia de Lesbia Pacheco, una empleada de la Fundación para el Desarrollo de la Vivienda (FUNDEVIH), quien denunció acoso sexual por parte de su jefe Juan Carlos Reyes, esposo de la ex ministra de finanzas Gabriela Núñez.

El Movimiento Visitación Padilla le brindó todo el apoyo a la afectada, los plantones y comunicados lograron su propósito, el Juzgado de Trabajo ordenó el reintegro de la afectada, pero el tráfico de influencias revirtió el caso a la Corte de Apelaciones y las amenazas se redoblaron contra el movimiento y contra Gladys Lanza.

Tras este proceso, Juan Carlos Reyes denunció a Lanza por los delitos de injuria y difamación. Reyes pidió dos años de cárcel, el pago de los gastos del juicio y la inhabilitación política de la dirigente. Lanza fue encontrada culpable por un tribunal quien la condenó a 18 meses de prisión. La “Chona” mayor, antes que muriera, estaba esperando la sentencia de un recurso de casación en contra de la condena a 18 meses de prisión.

En una entrevista para la prensa internacional, en abril de 2015, Gladys Lanza se refería a la sentencia del tribunal: “Realmente esta condena es eminentemente política, no encontramos otra explicación frente a una situación que ha ido avanzando, profundizando después del golpe de Estado. El golpe es parte de una estrategia que se ha venido preparando con mucha delicadeza para reprimir al pueblo, por eso no es casual esta sentencia, no es casual tampoco que los niños estén emigrando, que jóvenes sean reprimidos, que la violencia en las comunidades aumente cada día, que los campesinos sean masacrados. Esto solo es un aviso para el movimiento feminista, con la condena se está sentando un precedente funesto, con todo ello, el gobierno manda un claro mensaje: guardar silencio, callarse y no denunciar, el que lo haga pues tendrá cárcel o muerte como ha ocurrido con dirigentes estudiantiles y líderes populares. (https://www.youtube.com/watch?v=_BDB_wFcuac&feature=youtu.be)

El Partido Socialista Centroamericano le rinde un homenaje a esta incansable luchadora, al mismo tiempo reconoce el enorme legado que deja a las generaciones presentes y futuras. También denunciamos la criminalización de la lucha popular por la que muchos dirigentes han sido encarcelados y asesinados.


Por: Colectivo Murciélago, una Pedagogía del Disparate

Desde el Colectivo Murciélago decimos, que la construcción de la palabra es concebida como una de las prácticas políticas idóneas cuando se vive en contextos de desventaja para muchos y privilegios para pocos. En tal sentido dar significado a la palabra es darnos nombres a los sujetos, es asumir un rol político en los contextos que nos relacionamos, con ello vencemos el paralelismo entre individuo y comunidad, desarrollo y democracia, pasando de ser objetos a sujetos con la capacidad de construir y asumir roles emancipadores en pro de un desarrollo que todas y todos entendamos.

En el caso particular, el escrito tiene como objetivo incentivar al debate y reflexión que nos lleve a una práctica transformadora y va dirigido a la comunidad universitaria principalmente al estudiantado, siendo tesis central “la

sin estudiantes deja de ser universidad”, por lo tanto, si en reiteradas ocasiones hemos dicho o escuchado tal aseveración en espacios educativos, pues hay que pensarnos y decir que la actual universidad se debe a nuestro rol político u académico dentro de la misma, siendo un contraste muy fuerte, porque decir “la universidad sin estudiantes deja de ser universidad” no es un verso de poesía romántica que nos eleva a la abstracción, aunque si decimos que en la universidad actual existe “crisis”, pues quizá aún lo estemos diciendo como un verso de poesía romántica.

Ahora bien, vamos a pensar que lo de la “crisis universitaria” es una realidad, es un hecho concreto (así lo es), lo que indica que la comunidad estudiantil se ha enfrentado a ciertos choques culturales y contradicciones entre discurso y acción, y si así lo fuese, entonces surge la siguiente pregunta ¿Qué espacios se han y debemos construir y que espacios se han y debemos politizar?; con lo primero decimos que el tema de la organización estudiantil es un hecho fundamental, la organización desde las asociaciones de carrera ha sido el camino priorizado por el movimiento estudiantil para la construcción de la palabra, de un lenguaje que encierra la necesidad de las mayorías en exigencia de garantía del derecho a la educación.

Pensando un poco sobre las “asociaciones de carrera” como la base para la organización de facultades, consejo universitario y otros órganos en tanto institucionales nos preguntamos sobre la naturaleza de dichas unidades organizativas, para decir que ha premiado la legalidad como ser: En la Ley Orgánica: ARTÍCULO 44 y ARTÍCULO 45; En el Reglamento General de la Ley Orgánica de la UNAH, ARTÍCULO 98, ARTÍCULO 124; En el Reglamento de Juntas Directivas y de las Facultades, Centros Universitarios y Centros Regionales Universitarios, ARTÍCULO 10, ARTÍCULO 30, ARTÍCULO 31, ARTÍCULO 43, En el CAPÍTULO XVIII, DE LOS ESTUDIANTES, ARTÍCULO 63; En el Reglamento de Departamentos y Carreras de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras, ARTÍCULO 66, ARTÍCULO 68; En el Reglamento de los Estudiantes, Universidad Nacional Autónoma de Honduras, ARTÍCULO 3, ARTÍCULO 7, en donde se mencionan las posibilidades del estudiantado organizado en poder incidir en la toma de decisiones sobre la universidad, no negando los hechos, en donde las autoridades han subestimado al estudiante, reformando a comodidad artículos en lo particular sobre la ley orgánica atentando contra el papel toral del estudiante dentro de la institución.

Con lo anterior ha quedado evidenciado hasta esta fecha de finales de septiembre que la comunidad estudiantil está cumpliendo con la tarea política de organización dentro de la UNAH, con la mayoría de carreras organizadas y otras en procesos encaminados. Sabiendo que no han sido procesos fáciles, se reconoce el contexto universitario actual, donde existen demasiados juegos políticos absurdos de parte de las estructuras que han hecho a su gusto la gestión de la universidad, pero que en los últimos tiempos tales prácticas absurdas de imposición de lenguaje y normativas se han visto visibilizadas y denunciadas por la comunidad estudiantil organizada. Justo ese reconocimiento de contra quien se lucha y por qué se lucha nos obliga a no subestimarlo, por lo que exige seguir en el debate sobre “la universidad sin estudiantes deja de ser universidad” y de esa forma asumir responsabilidades políticas y académicas como estudiantes críticos y reflexivos que hagan florecer otros procesos fuera de la legalidad.

Con ello podemos referirnos como propuestas (de las cuales ya existen en parte pero no está de más mencionarlas) a la configuración de organizaciones estudiantiles de carrera, ejemplo: OEO: organización de estudiantes de Odontología, como una fuerza independiente a la asociación, cumpliendo con el objetivo fundamental de promover metodológicamente la organización estudiantil mediante asociaciones de carrera y de esa forma no caigan las asociaciones como órgano legal y legítimo en la institución, otra de las posibilidades podría ser la construcción de un campo simbólico universitario desde las visiones estudiantiles, justo como se realizó durante el tiempo de toma de la universidad, la puesta en práctica de las imaginaciones mediante el arte y la cultura, cuadros de danza, música, teatro, pintura, etc.; consignando el sentir del estudiantado, espacio simbólica para la denuncia, construcción de conciencia crítica e identidad; otra de las posibilidades es replantear el curso de vida universitaria institucional, replantearlo desde otros espacios con contenidos y debates distintos a lo que la institucionalidad ha propuesto (está bien saber cuándo fue fundada la universidad, pero es una exigencia problematizar y entender esa historia), un curso de vida universitaria donde se hable de oratoria, discurso, multiculturalidad, interculturalidad, discapacidad física, pueblos indígenas y garífunas, etc; con ello generamos resistencias, siendo formas distintas de aprendernos cuando se habla de una universidad en crisis, donde el aula de clase es síntesis de automatización en la cual se ha privado al estudiante de hablar sobre su cotidiano. Entre otras prácticas de resistencia que se pueden construir desde la colectivización de necesidades, cosmovisiones, capacidades, etc.

Bien, dando mayor significado a la segunda parte de la pregunta ¿Qué espacios se han y debemos politizar?, es la alusión a que dentro de la universidad ya existen espacios establecidos, pero no ahogaremos en otros que no sea el salón de clases, la famosa aula de clase, el famoso espacio “aula 115 del F1” como ejemplo. Lugar donde se sintetiza el currículo, modelo educativo, normas académicas, etc., un lugar que exige protagonismo y responsabilidad política y académica, con ello regresamos a la tesis central del escrito “la universidad sin estudiantes deja de ser universidad”; ahora bien, planteémonos desde la pedagogía del conflicto, del disparate, del absurdo algunas preguntas ¿si la universidad está en crisis, que está pasando en el aula de clase, cual es la relación con la crisis? ¿Qué concierne cuando decimos que los estudiantes dentro de la universidad somos representación comunitaria, que por lo tanto cargamos con cierto capital cultural, con responsabilidades políticas, sociales, jurídicas, familiares, comunitarias, etc?.

Quizá podemos decir que este apartado es donde lo fundamental es traer todo el tema de organización estudiantil y en principal el reconocimiento como sujetos críticos, con posibilidades de hablar y dar a conocer nuestra palabra, desde un lenguaje que encierra inquietudes, virtudes, sobre todo experiencias: convertir el salón de clases en un espacio para la asunción de la cultura de la denuncia y de la propuesta, como ejemplo, si cursamos la clase de sociología general, debemos problematizar el espacio (es una exigencia política en un contexto de desigualdad como el nuestro); debemos contrastar modelo educativo con preguntas sencillas ¿Por qué estamos 70 estudiantes en un solo espacio físico, cuando el modelo educativo habla de constructivismo? ¿Por qué me piden comprar el libro cuando debería existir una biblioteca libre? ¿Por qué no puedo hablar del asesinato violento que se dio en mi barrio, por qué no podemos aprovechar el espacio para investigar esos fenómenos?, con ello ponemos en tela de juicio para el debate temas como desarrollo, calidad educativa, currículo, democracia y en si la razón de ser de la universidad y el sentido de lo que es universidad, estableciendo una relación directa con la sociedad. Entonces es por medio de estas propuestas que le damos el verdadero sentido a las palabras “la universidad sin estudiantes deja de ser universidad”.

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