Por Sebastián Ernesto González
El 23 de marzo del 2010 fue asesinado en su propio centro de trabajo, el Camarada José Manuel Flores Arguijo (50 años), permanente luchador en las movilizaciones populares y luchas docentes, también miembro fundador del Partido Socialista Centroamericano (PSOCA).
El 18 de marzo del 2011, la Maestra Ilse Ivania Velásquez Rodríguez (59), Subdirectora de la Escuela República de Argentina de la ciudad de Tegucigalpa, fue muerta producto de una fuerte represión de la Policía Nacional en las afueras del Instituto Nacional de Previsión del Magisterio (INPREMA). La maestra Ilse Ivania, era hermana del desaparecido en la década de los 80, Manfredo Velásquez, la Maestra fue permanente luchadora social y gremialista.
En la madrugada del 03 de marzo del 2016 asesinaron a Berta Cáceres (43 años), en su casa de la Ciudad La Esperanza, al occidente del país. Berta desde joven participó en organizaciones estudiantiles y en 1993 cofundó el Consejo Cívico de Organizaciones Populares e Indígenas de Honduras, COPINH, organización de la cual era su coordinadora general. La “Compita” Berta Cáceres también era Maestra, aunque su vida desde niña la dedicó a la lucha social, popular y política. En abril de 2015, la lucha en defensa y protección del medio ambiente le valió a Berta Cáceres el Premio Medioambiental Goldman, el máximo reconocimiento mundial para activistas de medio ambiente.
El asesinato del Docente Manuel Flores quedó en la impunidad al igual que la muerte de la Maestra Ilse Ivania, en el caso de la Compita Berta, producto más bien de la presión internacional que de la aplicación de la justicia hondureña, se apresó a los autores materiales, pero no así a los intelectuales, que ordenaron y dieron el visto bueno para asesinar a la compañera.
Régimen post golpe fortaleció la impunidad en el país
Con el golpe de estado del 2009, la clase política, la burguesía nacional y la aristocracia criolla dieron luz verde a los operadores de justicia para reprimir y asesinar a diestra y siniestra. Por un lado, fiscales y jueces se ensañaron acusando a los que la policía y militares detenían ilegalmente en las movilizaciones. Por el otro lado, los asesinatos de luchadores populares y defensores de derechos humanos fue el pan de cada día. Con el cheque en blanco que le dieron a la Policía Nacional y a los militares para asesinar, también les concedieron el permiso para delinquir abiertamente, hasta ahora, no ha sido ningún policía o militar detenido o condenado por los más de 300 mártires de la lucha en contra del golpe de estado. En el caso del asesinato de Berta, nuevamente encontramos a un militar involucrado en tan abominable hecho.
La instalación en el país de un régimen post golpe, encabezado por el Partido Nacional con Porfirio Lobo y Juan Orlando Hernández a la cabeza, ha traído consecuencias nefastas para la lucha social y popular, el movimiento magisterial y sindical fue aplastado y no logra levantar cabeza. El gran movimiento de lucha que se experimentó en la primera década del siglo y que se canalizó a través de la Coordinadora Nacional de Resistencia Popular, fue relegado en primera instancia por el Frente Nacional de Resistencia Popular (FNRP), luego la lucha social y popular fue llevada a la “lucha electoral” con el Partido Libertad y Refundación (Libre) a la cabeza, desapareciendo casi por completo desde hace algún tiempo al FNRP. Obviamente, la desmovilización del FNRP fue parte del acuerdo firmado por Manuel Zelaya en el Acuerdo de Cartagena. Acuerdo que entregó la lucha en las calles y que hasta la vez sigue cobrando una factura enorme al movimiento social y popular, a tal grado que JOH hasta ahora se ha salido con la suya y mientras los gringos no se le atreviesen lo seguirá haciendo.
Por una movilización nacional exigiendo justicia para nuestros mártires
Conmemorar la vida de lucha de nuestros mártires debe ser una obligación para el movimiento sindical, gremial y popular, mantener sus ideas y pensamientos por alcanzar un país más justo debe ser el ejemplo a seguir. Pero también, nos recuerdan que hay que renovar esas dirigencias que entregaron la lucha y que siempre han negociado con los gobiernos de turno, que sea marzo nuestra inspiración para volver a luchar. Exigimos justicia para nuestros camaradas asesinados.
¡Solo la organización y lucha mantendrá a nuestros mártires vivos!
¡Movilicémonos ya!