Los obispos se oponen a la union de hecho y al Codigo de la Familia

Por Diego Lynch

Tras varios meses de discutir en el Parlamento Nicaragüense (Asamblea Nacional) la aprobación del Nuevo Código de la Familia, los diputados lo aprobaron en su totalidad. Según Carlos Emilio López, diputado Sandinista y vicepresidente de la Comisión de la Familia de la Asamblea Nacional, lo que se hizo con la aprobación de este Código fue recoger e integrar en una sola Ley todas la Leyes de la Familia que se encontraban dispersas en el ordenamiento jurídico, así como dar mayor celeridad a la justicia en el ámbito de familias.

“Estamos frente a un hito histórico en la creación del ordenamiento jurídico en Nicaragua, estamos aprobando un Código de la Familia, un código que reconoce el precepto constitucional que la familia es el núcleo fundamental de la sociedad, que debe estar protegida por esta y el Estado… Este Código de Familia viene a instaurar una justicia especializada en materia de familia, una justicia que será ágil, gratuita, de calidad, sencilla y que va a permitir que los procesos judiciales de familia que antes eran engorrosos, tardados, lentos, ahora van a ser cortos, breves y sencillos, de modo que un juicio de familia lo máximo que tardará es 75 días”. (El 19 Digital; 24 de Junio del 2014).

Los Gabinetes de la Familia

Los Gabinetes de la Familia, según los legisladores sandinistas, han sido incluidos en el Código con el fin de promover el bien común y la convivencia pacífica entre las familias, y que en ellos puedan participar voluntariamente quienes así lo deseen. Para la Iglesia estos gabinetes atentan contra la privacidad de la familia.

“Las iglesias católica y evangélicas coinciden en rechazar a los denominados “Gabinetes de la Familia”, organismos partidistas del FSLN que fueron incluidos en el Código de la Familia aprobado por la aplanadora orteguista de la Asamblea Nacional el 26 de junio recién pasado…Monseñor Silvio Fonseca, vicario de la Pastoral Familiar, Vida e Infancia de la Arquidiócesis de Managua, declaró a LA PRENSA el sábado 5 de julio que Los Gabinetes de la Familia no pueden inmiscuirse en la vida y la intimidad de la familia. Esa es una total violación a los derechos humanos y no podemos permitir semejante barbaridad. La Iglesia y la sociedad lo rechazan.” (La Prensa, 10 de Julio del 2014).

La Unión de Hecho Estable

En el Código se regula la Unión de Hecho Estable, y en el artículo 78 se establece que la unión de hecho estable descansa en el acuerdo voluntario del hombre y la mujer que sin impedimento legal para contraer matrimonio, libremente hacen vida en común de manera estable, notoria y singular mantenida al menos por dos años consecutivamente. Para todos los efectos los integrantes de esta unión serán denominados convivientes…La condición de singularidad consiste en la convivencia exclusiva entre un hombre y una mujer y la condición de estabilidad, se cumple cuando la convivencia en el hogar sea constante.

Para la doble moral de la Iglesia Católica reconocer este tipo de convivencia es contraproducente para sus intereses; monseñor Silvio Fonseca, Vicario de Pastoral Familiar, Vida e Infancia de la Arquidiócesis de Managua afirmó que las uniones de hecho que también legaliza el Código de la Familia, además de dañar los principios y valores de las familias cristianas, abre puertas a las relaciones de las parejas del mismo sexo. “Las uniones de hecho no pueden equipararse al matrimonio. El matrimonio es un valor que se debe respetar y no hacerlo sería una debacle para la sociedad porque abre las puertas a las relaciones del mismo sexo”, aclaró el vicario de Familia de la Arquidiócesis de Managua.” (La Prensa, 4 de Julio del 2014).

Nuestra Política

 

Para el Partido Socialista Centroamericano (PSOCA) es significativo y un gran avance que se apruebe este Código de Familia, así como el reconocimiento de la unión de hecho estable, sin embargo hay que pronunciarse al respecto de la conformación de los Gabinetes de la Familia, los cuales no pueden inmiscuirse dentro de la toma de decisiones de las familias; exigimos al gobierno central del Frente Sandinista que quite el valor jurídico que se les pretende dar, lo que llevaría en un futuro a tener control sobre las familias de los barrios y comunidades del país, ya que pasarían a ser un aparato de control partidario.

 

No podemos permitir que la Iglesia Católica pretenda quitar el valor a la Unión de Hecho Estable, esto sería violentar los derechos individuales de las personas y de los hijos que nacen en una familia donde los padres optaron por no casarse. La Iglesia desconoce y critica la unión de hecho, pero protege las violaciones y abusos cometidos por sacerdotes, pastores y religiosos alrededor del mundo. ¡¡¡Si a la unión de hecho estable; no a la legalidad de los Gabinetes de la Familia!!!


Por Sebastián Chavarría Domínguez

El triunfo de la insurrección popular sobre Somoza, el 19 de Julio de 1979, posibilitó la destrucción de la Guardia Nacional, el principal soporte del Estado y la economía capitalista en Nicaragua. Colocó al des­cubierto los profundos nexos económicos, políticos, militares, culturales y raciales que exis­ten entre los diferentes países centroamericanos, y estimuló el ascenso revolucionario de las grandes masas oprimidas, introduciendo una honda crisis en todos los gobiernos del área.

La situación revolucionaria que existía en Ni­caragua se extendió y generalizó a toda el área centroamericana, aunque con ritmos desi­guales y contradictorios en cada país. A pocas semanas del 19 de Julio de 1979 cayó la dictadura del General Romero, en El Salvador, producto del poderoso ascenso obrero y popular, siendo susti­tuida por el igualmente frágil y efímero gobierno “cívico‑militar” del Coronel Majano. La guerrilla en Guatemala aumentó sus operativos militares contra la dictadura del General Romeo Lucas, pero no logró convertirse en una poderosa fuerza de masas, a pesar de que tenía sus orígenes en el proceso de resistencia al golpe de Estado contra el gobierno de Jacobo Árbenz, en 1954. La guerrilla guatemalteca era en ese momento, junto a la guerrilla colombiana, una de las más antiguas y poderosas del continente.

Resurrección de la nacionalidad centroamericana

Esta vigorosa influencia de la revolución nicaragüense confirmó que los cinco países cen­troamericanos constituían en realidad una na­cionalidad, un sólo país artificialmente dividido en pequeñas “republiquetas” en el año 1840, fecha en que fue disuelta la República Federal de Centroamericana.

El triunfo de la revolución nicaragüense lesionó profundamente la influencia de los Estados Unidos en la región centroamericana.

Destrucción del Estado burgués

Al derrumbarse el Estado por el empuje de la revolución, la Junta de Gobierno de Reconstrucción Nacional (JGRN) liquidó el Congreso Nacional, derogó la Constitución de 1974 y proclamó el “Estatuto Fundamental del Gobierno de Reconstrucción Nacional”, el 20 de Julio de 1979, disolviendo “la Corte Suprema de Justicia, Cortes de Apelaciones, Tribunal Superior del Trabajo y demás estructuras de poder somocista”; se declararon “especialmente inaplicables todas las disposiciones que se refieren al partido de la minoría en cualquier otra ley vigente”. Con ello se puso fin al sistema dictatorial asentado en el bipartidismo, y la odiosa colaboración del Partido Conservador con el régimen dinástico. Este “Estatuto Fundamental del Gobierno de Reconstrucción Nacional” fungió como Constitución provisional, sin serlo.

Embrionarios organismos de doble poder

En el período de agonía de la dicta­dura somocista y como un mecanismo de autodefensa ante el terror genocida, las masas obreras y populares -‑especialmente los destacamentos de vanguardia de la juventud-- ­crearon sus propios organismos de lucha antiso­mocista: las milicias populares.

Bajo la conduc­ción política y militar del FSLN y teniendo como base de su creación la experiencia insurreccional de Monimbó y Subtiava (1978), las masas desa­rrollaron y multiplicaron las milicias populares en los barrios, fábricas y centros de estudio. La masiva incorporación de los trabajadores a estos organismos de lucha militar, fue la base social del ejército guerrillero que entró victorioso a Mana­gua.

La destrucción de la Guardia Nacional y la destrucción del aparato del Estado, posibilitó el proceso de organiza­ción de los trabajadores y sectores populares. Por todos lados nacieron, como hongos después de la refrescante lluvia, los sindicatos, los Comités de Defensa Civil‑-después convertidos en CDS‑-, los comités campesinos y las milicias populares que llegaron a controlar todo el armamento recupera­do a la dictadura somocista.

Desde el inicio, estos organismos ejercieron funciones de poder obrero y popular, interviniendo y confiscando propiedades y toda clase de bienes de los funcionarios somocistas y de muchos otros capitalistas y te­rratenientes, mucho antes de que la Junta de Gobierno emitiera el Decreto No 3, de confiscación de los bienes del somocismo y sus allegados. Las fábricas y haciendas abandonadas fueron puestas a funcionar bajo el con­trol directo de los sindicatos. Los trabajadores nombraron nuevas autoridades y expulsaron o encarcelaron a todos los elementos represivos. Las milicias populares por su parte, se encarga­ron de ajusticiar a los esbirros y colaboradores del somocismo que habían sobrevivido a la insu­rrección, así como de garantizar el nuevo orden revolucio­nario. Los comités campesinos se posesionaron de las haciendas y del ganado. En pocos días, las masas trabajadoras terminaron de destruir el vie­jo orden burgués, creando, a partir de estos embrionarios organismos de poder obrero, toda una estructura que, aunque dispersa, era una alterna­tiva real de gobierno y de Estado.

Las masas estaban en las calles, posesionadas de las fábricas, haciendas y vehículos de la burguesía, armados hasta los dientes y en constante movilización.

Los trabajadores abrieron la posibi­lidad de instaurar un gobierno de los obreros y campesinos en vías al socialismo, cuya base de sustentación eran o hubieran sido los embrio­narios organismos de poder.

Una dinámica anticapitalista

Contrariamente a todo lo que ha sido escrito o propagandizado por los admiradores o críticos del FSLN, la dinámica de la revolución nicaragüense fue profundamente anticapitalista. Un proceso revolucionario no se puede analizar por el carácter de clase de la direc­ción partidaria que la encabeza, en nuestro caso el FSLN, sino por el carácter de clase de las prin­cipales fuerzas sociales que la hicieron posible. Detrás de la bandera roja y negra del sandinismo se movilizaron y combatieron miles de obreros y campesinos, hasta destruir a la dictadura. Y en la medida en que la movilización revolucionaria de las masas fue creciendo, estas dirigieron todo su odio hacia los capita­listas y los terratenientes, fueran somocistas o no.

Las grandes movilizaciones de masas, la huelga general y la lucha armada insurreccional, son clásicos métodos de la revolu­ción obrera y popular. En Nicaragua no se produjo un simple cambio de gobierno o de régimen político, sino la destrucción del aparato del Estado y de su principal soporte: la Guardia Nacional y el desmantela­miento de las instituciones represivas del somo­cismo. Lo anterior posibilitó el vigoroso surgimiento los sindicatos y organizaciones de masas, supe­rando con ello el tradicional estado de dispersión y atomización política de los trabajadores en Nicaragua.

La segunda independencia política

Con el triunfo de la revolución, Nicaragua conquistó la independencia política, dejamos de ser una semicolonia para convertirnos en un país indepen­diente, aunque la economía siguiera siendo capita­lista. El enfrentamiento con el imperialismo norteamericano y sus aliados regionales era inevitable.

Marchando en sentido inverso

Mientras las masas querían avanzar hacia adelante, hacia su propio gobierno, la Dirección Nacional del FSLN actuó como freno de esa poderosa explosión de masas.

La insurrección de las masas nicaragüenses no sólo destruyó al aparato del Estado, sino también a los instrumentos políticos de la clase capitalista: los partidos burgueses habían desaparecido, fracasaron en su intento de evitar el derrumbe completo de la Guardia Nacional. En cambio, del triunfo insurreccional el FSLN surgió como la más importante fuerza política y militar de Nicaragua, con un impresionante arrastre popular.

No obstante, esta correlación de fuerzas no se reflejó en la composición de la primera Junta de Gobierno, en la que participaron conspicuos representantes de la oligarquía y representantes de los empresarios, como Violeta de Chamorro y Alfonso Robelo. Esta enorme contradicción entre el triunfo de las masas trabajadoras, por un lado, y la instauración de una Junta de Gobierno que reflejaba las alianzas políticas de la Dirección Nacional del FSLN con los empresarios, por el otro, se mantuvo presente durante los primeros diez meses y, en determinado momento, dio origen a sucesivas crisis políticas, debido a la inmensa presión que los trabajadores ejercían para profundizar la revolución.

Desde el inicio de la revolución, la alta dirigencia sandinista se negó a avanzar hacia un gobierno obrero y campesino, argumentando que no había condiciones propicias, a pesar de que ella misma valoró correctamente el triunfo militar aplastante sobre la dictadura somocista. La "táctica política" diseñada por la Dirección Nacional del FSLN resultó ser al final una alianza estratégica con los empresarios, lo que trajo resultados funestos para la revolución. Cada vez que la revolución planteaba la necesidad de avanzar, la Dirección Nacional del FSLN decía que no había "condiciones favorables".

En realidad, todas las condiciones eran extremadamente favorables porque la derrota militar del somocismo fue total: los capitalistas se quedaron sin instrumentos de represión. Nunca antes en la historia de Nicaragua y Centroamérica hubo condiciones tan propicias para el desarrollo y extensión de la revolución, como en el año 1979.

El "Gurú" Emilio Alvarez Montalván

Por Sebastián Chavarría Domínguez

El pasado 18 de junio, el diario La Prensa, publicó una corta pero interesante entrevista a Emilio Álvarez Montalván, de 95 años de edad, quien en los últimos 35 años ha sido el gran “gurú” político de la oposición burguesa. Su padre, aunque no pertenecía a la oligarquía, fue un “notable” intelectual del Partido Conservador, y su hijo retomó la tradición de ser consejero de los principales grupos políticos y económicos.

En los años 80, cuando estaba en lo fino la guerra civil y la agresión imperialista, Álvarez Montalván desde las sombras del anonimato, inspiraba y alentaba a los pequeños partidos de la derecha, que habían sufrido una derrota histórica el 19 de Julio de 1979. Desde el diario La Prensa, junto con el difunto Horacio Ruiz, escribió editoriales que eran fuente de inspiración para los 14 partidos que formaron la Unión Nacional Opositora (UNO), que en el año 1990 derrotó electoralmente al Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN).

Entonces, las opiniones de Álvarez Montalván tienen cierta importancia política, tomando en cuenta su rol de analista y consejero político.

Sus comentarios críticos a los actuales dirigentes de la oposición burguesa, no son una novedad. Todos, los de arriba y los de abajo, los critican y desprecian por su incapacidad de unirse contra el sandinismo. Montalván considera erróneamente que la división del liberalismo en las elecciones del 2006, permitió el retorno del FSLN al gobierno.

Montalván se lamenta: “Los sandinistas no pasaban del 38 (por ciento) y la oposición unida, con doña Violeta, con el doctor (Arnoldo) Alemán y con Enrique Bolaños, llegaban al 45 y al 55%. Al dividirse le dieron chance a los sandinistas para que subieran al poder”.

En un sentido tiene razón; al dividir la votación, el peso electoral del sandinismo, la minoría más grande, se impuso con la victoria. Lo que no dice Montalván es cómo y por qué el sandinismo logró dividir y derrotar electoralmente al liberalismo.

Montalván culpa al caudillismo, sin mencionar los nombres de Arnoldo Alemán y Eduardo Montealegre, pero este es un análisis muy simplista, ya que no toma en cuenta los cambios sociales que se produjeron, producto de severos planes de ajuste económico en el periodo 1990-2006, que posibilitaron al FSLN aparecer nuevamente como el redentor de los oprimidos.

La conclusión de Montalván es de índole moral: “(…) mientras los nicaragüenses no cambien los antivalores de su cultura política seguirán teniendo gobiernos autocráticos”.

Al parecer, los males de Nicaragua, no son producto del capitalismo y la opresión imperialista, sino de la mala levadura de los hombres, de los “antivalores”.

Y de manera consecuente, Montalván concluye con resignación en lo siguiente: “Nicaragua no se va a componer mientras los nicaragüenses no cambiemos, porque somos nosotros los que incubamos a los dictadores, ellos no son ningunos genios, ellos lo que hacen es apoderarse del poder de una sociedad débil, desarticulada, desunida y que es frágil a los sobornos y a los halagos y a las dádivas y al discurso populista. Mientras este país tenga esas características tendrá dictadores”.

Ya hemos visto que Montalván analiza la situación política desde el punto de vista de los “antivalores” de los nicaragüenses, nosotros en cambio explicamos la relativa estabilidad del gobierno sandinista, tomando en cuenta las condiciones materiales de vida.

El éxito del FSLN consistió, primero, en apoderase de la mayoría de las alcaldías, y después, desde la gestión local logró atraer a una parte del electorado independiente, para restar votos a la oposición, la cual se divide precisamente porque no sabe cómo enfrentar al sandinismo.

Una vez en el gobierno, el FSLN tuvo la estrategia de consolidar su base social electoral entre los sectores más pobres, subsidiando servicios, medicina y comida, algo que no ocurría desde 1990. Todo ello fue posible por los fondos del generoso acuerdo de PETROCARIBE.

Cambiar el discurso y las actitudes

Siete años después que el FSLN recuperó el gobierno, la oposición no solo está dividida, sino destrozada políticamente, sin mayor credibilidad, peleándose unos contra otros, acusándose mutuamente de falta de beligerancia contra el gobierno sandinista, quien ríe maliciosamente desde las alturas del poder.

Aquí es donde el “gurú”, antes de morir, quiere dejar un útil testamento a la oposición burguesa: “La oposición tiene que cambiar de discurso. Tiene que ocuparse seriamente de los grandes problemas nacionales y exponerlos. Por ejemplo, deberían tener un asesor en el Seguro Social y demostrar todas las irregularidades que ahí existen. Tiene que tener también un experto que los ilustre sobre la política fiscal (…)”

En pocas palabras, Montalván recomienda hacer una oposición constructiva, y participar lo más que se pueda dentro de las instituciones del gobierno.

Guerrilleros sandinista escenifican El Repliegue en Junio de 1979

Por Diego Lynch

El repliegue táctico hacia Masaya se inició el 27 de Junio a las seis de la tarde. El repliegue, que estaba conformado por más de seis mil personas, desconcertó a la Guardia Nacional, quienes pensaban que había derrotado definitivamente a las fuerzas insurgentes. El objetivo era trasladar las columnas de combatientes, milicianas, población, heridos y no dejar armamento disponible, apoyar las luchas que se libraban en Masaya y reagrupar a las fuerzas armadas. (Francisco Barbosa Miranda; “Historia Militar de Nicaragua”. Pág. 331).

Esta es parte de la verdadera historia de aquella noche del año 1979, en donde miles de nicaragüenses se reagruparon para caminar hasta Masaya, y días después regresaron triunfantes a Managua tras la derrota del régimen y la dinastía Somocista.

El Repliegue se desvirtúa

Tras el regreso a la administración del Gobierno Central por parte del Frente Sandinista, año con año se ha venido desvirtuando de una u otra manera la conmemoración del Repliegue, convirtiéndolo en un acto partidario en donde lo que abunda es el licor, y olvidando que fue un momento histórico y una estrategia de lucha de un pueblo y no de un partido específico.

La celebración del trigésimo primer aniversario del repliegue táctico a Masaya, presidida por el presidente Daniel Ortega y el Gobierno del Frente Sandinista (FSLN), desvirtuó el significado de esa estrategia tomada por los guerrilleros que se enfrentaron a la Guardia Nacional somocista en los barrios orientales de Managua, a finales de Junio de 1979. “Jóvenes borrachos discutiendo por licor, empleados públicos llevados bajo amenazas y vendedores de todo tipo de artilugios rojinegros o revolucionarios fue lo que abundó en el parqueo del Mercado Roberto Huembes, de donde partió la caminata conmemorativa.” (La Prensa; 27 de Junio del 2010).

Más allá de hacer del repliegue una actividad partidaria y una concentración de borrachos, el Frente Sandinista ha cambiado tanto el día como el recorrido del mismo. De igual manera ha tratado de evitar la caminata conmemorativa que aun realizan algunos ex combatientes y personas que todavía tienen una convicción revolucionaria, organizando carrozas y una caravana de vehículos, siendo unos cuantos los que aun hacen el recorrido a pie.

Un relajo es en lo que se ha convertido, a criterio del ex guerrillero Moisés Hassan, la conmemoración del aniversario del Repliegue táctico a Masaya, porque lejos de honrar a los que cayeron en el trayecto, lo que se hace es beber guaro. “Desde el 2013, el punto de partida de la marcha del Repliegue es la de Plaza las Victorias, en años anteriores el punto inicial era el Mercado Roberto Huembes, aunque el punto original de donde salieron unos seis mil hombres y mujeres rumbo a Masaya, según recoge el libro Un Pueblo en Armas, de Carlos Núñez, fue por la Clínica Don Bosco el 27 de Junio.” (Moisés Hassan para La Prensa, Viernes 20 de Junio del 2014).

Por el rescate de las tradiciones

El Partido Socialista Centroamericano (PSOCA) hace un llamado a todas las corrientes de izquierda de Nicaragua a rescatar las tradiciones revolucionarias del país. No podemos permitir que éstas sean olvidadas y pasen a ser actividades partidarias del Frente Sandinista, cuando la revolución fue de todo un país. Es hora de que los jóvenes conozcan la verdadera historia de la Revolución Nicaragüense, la lucha armada que se llevó a cabo para liberar al país de una dinastía familiar, y así evitar que la historia se vuelva a repetir.

Los revolucionarios nicaragüenses y de toda Centroamérica debemos prepararnos y formar cuadros políticos capaces de conducir la revolución centroamericana; hay que acabar con los vicios degenerativos que nos heredó la burguesía capitalista y retomar las escuelas de cuadros que nos ayuden a fortalecer el partido centroamericano para que una vez los revolucionarios tomemos el poder, no cometamos los mismos errores de quienes han traicionado la revolución. Es hora de rescatar la verdadera historia y las tradiciones de la lucha por la libertad de los países centroamericanos.


Por Josefina Arguello

Desde su aprobación el 22 de junio del 2012, La ley 779 tenía el epílogo de una crónica de muerte anunciada. Se discutió hasta el cansancio la ley en foros de género, en los medios de comunicación establecieron una guerra mediática a favor y en contra de la ley, siempre se predijo y se anunció que la penalización o tipificación del feminicidio no detendría la agresión contra las mujeres.

Las denuncias han aumentado, las comisarías de las mujeres han justificado su trabajo, las feministas han creado una especie de observatorio de la violencia, fue férreo el reclamo de los movimientos feministas de no aceptar el trámite de mediación, tal como la reforma de la ley lo estableció en septiembre del 2013. Muchas muertes se hubiesen evitado, si este trámite de mediación no hubiese sido la punta de lanza en contra de las mujeres.

Como era de esperarse, continúan los feminicidios

En los primeros meses del año 2014, son más 40 mujeres las que sucumbieron ante la agresión masculina. Según los reportes del movimiento feminista estas cifras aumentaron en relación al 2013 y pueden ser más entre las que se registran golpeadas, violadas, y esto incluye niñas, mujeres y LGTB.

Este oscuro panorama pudo evitarse si realmente la Sociedad Civil, la Iglesia y el Estado buscaran con verdadera voluntad recursos para una campaña sostenida para re-educar a hombres y mujeres y disminuir la violencia.

En todo este drama las mujeres han sido re victimizadas, primero por los procesos judiciales a los que la víctima tiene que enfrentarse para denunciar al agresor, luego como es abordada en los medios de comunicación, sobre todo un medio oficialista radial, que a manera de teatro de lo absurdo relata con lenguaje soez y agresivo las noticias donde una mujer, niña, anciana o LGTB resultan implicados.

El sistema capitalista reproduce la violencia contra las mujeres

La agresión a las mujeres es una cultura generalizada sobre el poder. El poder que los hombres mal entienden tener y les hace creer que son una especie de semidiós que decide en que momento concluir la vida de una fémina. Esta cultura se alimenta además, de las pocas oportunidades que tiene la mujer de independencia económica, educativa, emocional. Siendo el empoderamiento emocional el más importante de todos.

Muchas mujeres, que han tenido la oportunidad de estudiar y tener sus propios ingresos, sufren violencia doméstica de tipo sicológico y físico por parte de sus agresores, muchas veces bajo la figura del esposo, jefe, colega de trabajo, padre, hermano, familia. También un reciente estudio sobre oportunidades laborales, las mujeres a pesar de estar igual o más calificadas que los hombres, salarialmente no tienen los mismos ingresos, poniéndolas en una situación desventajosa y duplican los esfuerzos que las mujeres deben hacer para ganarse espacios de equidad laboral. Todavía las mujeres trabajadoras tiene doble jornada, y la participación de los hombres en las tareas domésticas no son muy alentadoras.

El fracaso rotundo de la ley, es que no hubo un proceso de educación y no lo hay hasta la fecha. Los movimientos feministas, cada vez cuentan con raquíticas partidas presupuestarias, no tienen la suficiente capacidad de hacer una campaña masiva y constante para erradicar esta tragedia que va en aumento.

Silencio total del gobierno.

La declaración abierta del Estado como un estado Cristiano, no ha favorecido que las víctimas de violencia puedan tener la oportunidad de un juicio justo. El movimiento de mujeres católicas señala con nombres y apellidos, sacerdotes que están señalados de cometer abuso sexual contra menores y que el alto clero los encubre amparados también por Estado.

La Policía Nacional, a través de la Comisaría de la Mujer, es la única instancia gubernamental que hace declaraciones sobre las víctimas que han sufrido feminicidio. No obstante no llevan una estadística especializada que pueda consultarse desde su página web.

El Instituto de la Mujer, que ha sufrido constantes cambios de dirección, es un Ministerio decorativo que solo registra los gloriosos avances que ha tenido el gobierno para reivindicar el famoso 50 % de la participación de la mujer en los diferentes poderes del Estado, no se lleva un registro de los abusos cometidos contra las mujeres. Ni se conoce que están haciendo al respecto.

En este sentido, los movimientos feministas y las organizaciones civiles son quienes asumen el ausente papel del Estado, quien tiene como presidente a un hombre acusado ante la Corte Interamericana de Justicia por supuesta violación a su hijastra Zoylamérica Ortega, la que exactamente hace un año sufriera un atropello más por parte de la pareja presidencial, la deportación de su esposo el boliviano Carlos Ariñez, cuando estos se sumaron a la protesta de los ancianos que pedían la pensión mínima.

Las mujeres siguen siendo víctimas de todo tipo de violencia, en el hogar y en la sociedad. La desigualdad, la dependencia económica, la impunidad ante los delitos, la falta de eco de las Instituciones para detener los abusos de poder que son el triángulo de las Bermudas donde se pierden todos los derechos de las mujeres.

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