Este 1 de mayo: Por un Plan de Lucha Unitario, en defensa de los salarios, las convenciones, contratos o pactos colectivos, el empleo digno y la seguridad social!!

 

Este año 2017 celebraremos el 1 de mayo bajo una brutal ofensiva del imperialismo norteamericano contra los trabajadores del mundo. Esta ofensiva ha sido facilitada por el giro de las masas a la derecha en las últimas elecciones en Estados Unidos, que llevaron al millonario Donald Trump a la presidencia. Este giro a la derecha, que amenaza con repetirse en otros países de Europa, como Francia, no es más que el reflejo de la desesperación que provoca la crónica crisis del capitalismo que cotidianamente nos arrebata los salarios, vuelve más precarios los escasos empleos, alarga las jornadas de trabajo y está destruyendo las conquistas laborales que se lograron en la segunda mitad del siglo XX.

La administración Trump, con su gabinete de millonarios, ha iniciado una ofensiva por devolver al imperialismo norteamericano, la hegemonía mundial. Realiza ataques militares en Siria, ha elevado considerablemente el presupuesto militar, también mantiene una campaña constante contra los 43 millones de trabajadores indocumentados en Estados Unidos, incluidos por supuesto cerca de 5 millones de trabajadores centroamericanos, a los que amenaza deportar en cualquier momento.

La administración Trump trabaja para recolonizar América Latina, aprovechando el debilitamiento y desaparición de la mayoría de los llamados gobiernos “progresistas” de izquierda. La punta de lanza han sido los ataques contra México, pero también tiene planes contra los países de Centroamérica, su patio trasero. A cambio de mantener el financiamiento a la Alianza para la Prosperidad (APP) en el Triángulo Norte de Centroamérica (Guatemala, El Salvador y Honduras), la administración Trump presiona para que estos gobiernos detengan la olea de migración hacia Estados Unidos, y acepten las anunciadas deportaciones masivas.

1.- Los efectos de la derrota de la revolución en Centroamérica

En Centroamérica tenemos una situación muy particular. La derrota de la revolución en Nicaragua (1990), el fracaso de la guerrilla del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN) para tomar el poder en El Salvador, y la incapacidad de la guerrilla de la Unidad Revolucionaria Nacional Guatemalteca (URNG), aceleró los procesos de negociación en 1992 y 1996, respectivamente. Honduras fue tomada por asalto para servir de bunker de la contrarrevolución.

El fracaso de la revolución en Centroamérica, durante la década de los años 80 del siglo XX, aceleró el proceso de descomposición del capitalismo semicolonial. Sin la posibilidad de imponer cambios revolucionarios, los países del triángulo norte de Centroamérica (Guatemala, Honduras y El Salvador) comenzaron a retroceder en relación a los logros obtenidos en los años 50, 60 y 70 del siglo XX, bajo la política de sustitución de importaciones, con la creación del Mercado Común Centroamericano (MCCA), especialmente porque la industria manufacturera que creo un proletariado industrial, que durante muchos años, bajo la represión de las dictaduras militares, fue la vanguardia de lucha.

  • El proletariado de las Maquilas

Después de la derrota de la revolución en toda Centroamérica, y de los procesos de negociación política que le siguieron, se inició una brutal ofensiva neoliberal que durante más de 30 años ha desmantelado esa industria manufacturera, y con ello se debilitaron las centrales obreras y los sindicatos.

La base económica de los países de Centroamérica ha sido modificada, hemos retrocedido enormemente en la economía mundial. Nuestros países siguen siendo países esencialmente agroexportadores, sujetos a los vaivenes de los precios del mercado mundial. En la región, solamente Guatemala y Costa Rica conservan algún grado de industria ligera, destinada el mercado interno y regional, que emplea a un todavía numeroso proletariado con escasa organización sindical. En Costa Rica prevalece el Solidarismo como mecanismo de control sobre los trabajadores del sector privado.

La clase obrera industrial de la manufactura en Guatemala, El Salvador y Honduras, en muchos casos ha sido sustituido por el nuevo proletariado de las maquilas. En Nicaragua la conversión es casi total.

En Centroamérica, el proletariado de las maquilas agrupa a unas 400,000 personas trabajando bajo las condiciones de exclusión de las distintas, pero casi iguales leyes de Zonas Francas, sobre todo en la industria textil y confección, siendo más del 60% mujeres. En El Salvador existen cerca de 80,000 trabajadores en maquilas y en Guatemala la cantidad asciende a 60.000 trabajadores. Honduras tiene 144.000 trabajadoras(es) en maquilas, 16.900 de ellos trabajando en arneses. Nicaragua tiene 120,000 trabajadores en maquilas, 15.000 de ellos trabajando en arneses. En Costa Rica la cantidad de obreros en las maquilas de la industria textil llegó a 30,000 pero en los últimos años ha descendido a 8,000. Costa Rica logró atraer maquilas tecnológicas, que ocupan escasa mano de obra, pero a su vez con altos conocimientos educativos. El desmantelamiento de la industria manufacturera del MCCA es proporcional al número de obreros en las maquilas.

El grueso de la clase trabajadora en Centroamérica, lo conforman el proletariado maquilero, compuestos por trabajadores muy jóvenes, en su mayoría mujeres, con escasa tradición de lucha y sometidos a la atomización sindical y a embrutecedoras jornadas de sobre explotación, con salarios miserables.

El salario promedio de los obreros de las maquilas en Guatemala asciende a $331,26 dólares, en El Salvador $295 dólares, en Honduras a $272,48 dólares y en Nicaragua a $157,26.

El boom de la industria maquilera en Centroamérica se debe a los bajos salarios, y a las brutales condiciones de trabajo, donde se niegan en los hechos los elementales derechos laborales permitidos en las legislaciones nacionales.

  • El flujo migratorio y las remesas

Una de las consecuencias de la derrota de la revolución en Centroamérica fue el flujo migratorio hacia Estados Unidos. Una parte de nuestra clase trabajadora vive y labora en Estados Unidos. Cerca de 4 millones de trabajadores centroamericanos viven en los Estados Unidos, representando el casi el 10% de los 43,3 millones de inmigrantes. El 85% de los centroamericanos en Estados Unidos provienen de los países del Triángulo Norte. El 15% restante provienen de Belice, Costa Rica y Panamá.

En los últimos 36 años, de 1980 a 2016, el número de trabajadores inmigrantes centroamericanos creció casi diez veces. Esto es un reflejo de la enorme crisis económica y social en Centroamérica. En los últimos años, debido a las restricciones migratorias de Estados Unidos, una parte de la migración se dirigió a España, pero esta tendencia se estancó debido a la pavorosa crisis del año 2008.

1.3 Las remesas reflejan la desintegración social

Este flujo migratorio trae aparejado un boom en el envío de remesas familiares a Centroamérica. En el año 2016, Guatemala recibió 7,159,967.6 millones de dólares (10% del PIB), El Salvador recibió US$4,576 millones de dólares (17,1% del PIB), Honduras recibió 3,950 millones de dólares (un 20% del PIB), Nicaragua recibió $1,264.1 millones de dólares (9,6% del PIB). Costa Rica y Panamá no son países que reciben grandes cantidades de remesas, todo lo contrario, son países desde donde se envían remesas a Nicaragua y otros países de Centroamérica.

La recepción de remesas es directamente proporcional al grado de desarticulación de la economía y de la sociedad.

2.- Trabajadores estatales continúan siendo vanguardia de las luchas de resistencia

Los trabajadores de la escasa industria liviana que sobrevive y de las empresas transnacionales, bajo la forma de maquilas, por su debilitada o inexistente organización sindical, no han pasado a la lucha. El rol de vanguardia lo han ocupado, temporalmente, los trabajadores estatales, especialmente de los sectores de salud y educación. Los trabajadores estatales tienen un solo empleador y por ello conservan un sentido de unidad contra su único empleador, aunque son los que resienten directamente las políticas neoliberales de reducción del Estado y de la privatización de los servicios públicos.

Dentro de los trabajadores estatales, los sectores que más luchan son salud y educación. Mientras los Estados nacionales languidecen, y crece la pobreza general, los hospitales públicos y las escuelas son instituciones vitales donde acuden la mayoría de los pobres. A eso se debe la relativa fuerza que conservan este segmento de trabajadores estatales. En el último año, en Guatemala, El Salvador y Costa Rica se han producido importantes luchas por aumentos de salarios y la defensa de los pactos o convenciones colectivas.

2.1 Guatemala: incesantes luchas de los trabajadores estatales

El actual gobierno de Jimmy Morales ha continuado la política de sus predecesores, de atacar las conquistas laborales de los trabajadores

Uno de estos ataques está relacionado con los cambios en la legislación laboral. En enero de este año, el Congreso de la República aprobó, mediante un decreto, el Convenio 175 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), que trata del trabajo a tiempo parcial. En teoría este convenio permite la contratación por horas de personas que por alguna razón no pueden laborar en jornada completa (estudiantes, amas de casa, personas de la tercera edad, etc.) pero en la práctica lo que permite es que las empresas rompan los pactos colectivos y los contratos formales, evadiendo el pago de prestaciones, seguro social, horas extras y otras ventajas.

El Ministerio de Trabajo aún debe elaborar un reglamento para la aplicación del Convenio 175, y éste podrá entrar en vigencia hasta un año después de su aprobación, es decir en 2018. Las centrales obreras y los sindicatos no han hecho las protestas masivas que deberían efectuarse para exigir la derogación del decreto.

Otro eje de ataque es la campaña para revertir las conquistas de los pactos colectivos. Todas las instituciones del Estado continúan las denuncias legales contra los pactos colectivos firmados con los diferentes sindicatos de empleados públicos. Este sector sigue siendo el más beligerante, en especial los sindicatos de las áreas de salud y educación, los servicios más sensibles para la población y los más descuidados por los gobiernos burgueses.

El 12 de febrero maestros del programa de Telesecundaria manifestaron para demandar su transferencia de los renglones por contrato al reglón 011, que significa estabilidad laboral, prestaciones y aumento automático de salarios. Una demanda similar movilizó el 9 de marzo a los docentes del sindicato mayoritario de educación, el Sindicato de Trabajadores de la Educación de Guatemala (STEG), que exigieron el paso de 25 mil maestros por contrato al reglón 011, y un aumento del 10% en los sueldos. Como sucede todos los años, los docentes que están en el régimen por contrato empezaron a recibir sus salarios hasta finales de febrero o marzo.

Más notorias han sido las protestas de los diferentes sindicatos de salud, en especial el sindicato mayoritario, Sindicato Nacional de Trabajadores de la Salud de Guatemala (SNTSG). A finales de enero de este año, realizaron marchas y bloqueos de carreteras protestando por el despido de cerca de mil trabajadores. En el ministerio de salud también hay una gran cantidad de trabajadores que están por contrato, sin ninguna estabilidad laboral.

El 21 de febrero, la ministra de salud, Lucrecia Hernández Mack, y la Procuraduría General de la Nación (PGN) solicitaron la nulidad de varios de los artículos del pacto colectivo firmado con el SNTSG, por considerarlos lesivos a los intereses del Estado. Los trabajadores realizaron marchas, manifestaciones y plantones, exigiendo el complimiento del pacto y la renuncia de la ministra. Ésta respondió presentando un amparo por la suspensión de la atención al público en algunas áreas y logró que un juez prohibiera a los salubristas suspender consultas y cerrar centros asistenciales. Aún no hay diálogo ni negociaciones. Pero ninguna sentencia puede detener la justeza de la lucha.

La actual ministra de salud está jugando un papel infame, comienza atacando los privilegios de la burocracia sindical que se benefició de las negociaciones con los gobiernos pasados en los pactos colectivos, pero el objetivo central es destruir las victorias obtenidas por las bases sindicales, equiparando los beneficios de las bases con las tretas de una parte de corrupta dirigencia, para atacar a trabajadores en un escabroso discurso anti trabajador y anti-sindical.

El incremento constante del costo de la vida ha destrozado los salarios mínimos vigentes. En el mes de marzo de 2017, la Canasta Básica Alimentaria llegó a costar Q 4,123.45, mientras que la Canasta Básica Vital ascendió a Q 7,524.54. Si comparamos estos costos con los salarios mínimos de ley, Q 2,893.21 y Q 2.667,52, entenderemos que los trabajadores pasan por una situación desesperante.

En las instituciones públicas muchos salarios ni siquiera alcanzan el salario mínimo, por tal razón son los distintos bonos salariales los que compensan el deterioro del nivel de vida. La política de ataque a los pactos colectivos en el Estado, sobre todo en salud, está destinado a eliminar muchas conquistas obtenidas con largas jornadas de luchas, aduciendo incapacidades financieras y desigualdades supuestas.

2.2 El Salvador: superar la dispersión y los obstáculos del gobierno del FMLN

La clase trabajadora salvadoreña ha tenido que soportar la ofensiva de los gobiernos del partido ARENA, y recientemente las políticas del partido FMLN. Lo anterior ha producido en el tiempo una tendencia general de debilitamiento de los sindicatos. Según reportes del Ministerio del Trabajo, en el año 2016 estaban registrados 720 sindicatos con un total de 218,881 trabajadores afiliados, pero de esta cantidad de sindicatos solo 464 están activos.

A nivel de trabajadores de la empresa privada existe poca organización sindical. Existe un total de 146 sindicatos a nivel de   empleados públicos y municipales. De un total de 25,419 trabajadores municipales, solo 6,840 se encuentran sindicalizados. No obstante, los trabajadores municipales han realizado movilizaciones, paro de labores parciales, bloqueos y cierres parciales de los centros de trabajo.

A nivel del gobierno central hay 141,866 trabajadores, pero solamente 26,086 pertenecen a organizaciones sindicales. Es en los sectores de salud y educación donde existen más números de sindicatos.

Bajo el primer gobierno del FMLN existió cierta apertura para que los trabajadores públicos y municipales conformaran sindicatos en las instituciones que les era prohibido, o la obtención de la personalidad jurídica de los sindicatos estaba condicionada. En el afán de ampliar su control sobre sectores de trabajadores críticos, el FMLN promovió la creación de nuevos sindicatos dando como resultado que en una misma institución ahora existen varios sindicatos, lo cual obedece a una estrategia del FMLN para debilitar a los sindicatos mayoritarios. Desde el Ministerio del Trabajo y Previsión Social (MTPS), utilizando trabas burocráticas el gobierno del FMLN niega la negociación de nuevos contratos colectivos.

A finales del 2016, después de un forcejeo con los empresarios de la Asociación Nacional de la Empresa Privada (ANEP), el gobierno del FMLN autorizó un aumento el salario mínimo, a partir del cual los trabajadores agrícolas pasaron a ganar entre   $200 o $224 al mes, los trabajadores del sector textil y confección, $295 al mes y los trabajadores del sector de comercio, servicios, e industria $300 al mes. Este aumento ha sido una burla para la clase trabajadora, porque es insignificante en relación al costo de la canasta básica.

Donde menos existe libertad para organizar un sindicato es a nivel de trabajadores de la empresa privada, ya que ante el primer intento son despedidos, con la venia del MTPS. En ciertas instituciones del gobierno central como la Policía Nacional Civil (PNC) el gobierno del FMLN prohíbe la conformación de sindicatos, y al igual que en la empresa privada son despedidos quienes lo intentan. Además, el gobierno del FMLN atenta contra las organizaciones sindicales que son críticas, al retener las cotizaciones sindicales, también retarda el reconocimiento jurídico y retraso en la legalización de nuevas juntas directivas de aquellos sindicatos que no obedecen las políticas del FMLN.

En la actualidad, en muchas instituciones del Estado, sobre todo en salud y educación, prevalece la precariedad laboral. Un importante sector de empleados públicos, trabajan bajo la modalidad de ventas de servicios profesionales. De esta manera no se les reconoce el status de trabajadores y se les niegan muchas conquistas laborales. En la mayoría de instituciones del Estado, servicios como el de alimentación, seguridad, etc, han sido privatizados o tercerizados, modalidad que permite una sobreexplotación de los trabajadores en donde el dueño de la empresa que gana la licitación se queda con la mayor parte del pago, mientras el trabajador gana un mísero salario con el agravante que este es pagado a destiempo y los trabajadores que en su mayoría son jóvenes son obligados a extensas y extenuantes jornadas de trabajo.

El gobierno del FMLN ha empezado a aplicar las medidas dictadas por los organismos financieros internacionales: eliminación del escalafón de los trabajadores y de muchos otros incentivos, violentando los contratos colectivos. Esta política fue combatida por los trabajadores de la salud que el año pasado realizaron grandiosas jornadas de lucha, que obligaron a pagar el escalafón a la mayoría, aunque otro sector fue castigado. El gobierno del FMLN impuso un techo en el escalafón, también ha eliminado los subsidios al agua, energía eléctrica, gas, golpeando económicamente a la clase trabajadora y los sectores más pobres.

La crisis fiscal ha llevado al gobierno del FMLN a buscar un respiro financiero a través de la manipulación de los fondos de las pensiones, promoviendo una reforma al sistema de pensiones, pero manteniendo la privatización del mismo.

Los sindicatos del Ministerio de Salud (MINSAL) y del Ministerio de Educación (MINED) son la vanguardia de los trabajadores del sector público. En el sector de educación existe la intergremial sindical compuesta por SIMEDUCO, SEDESA, SIANDES, ATRAMEC y Bases Magisteriales, la que está luchando contra los recortes presupuestarios en el MINED. Para este año se anuncian más recortes en educación, no fue incluido en el presupuesto de la nación del año 2017 el aumento escalonado del 7% que corresponde al personal administrativo, tampoco se han incluido fondos para la revisión salarial de los maestros, no fue previsto el aumento al salario mínimo, razón por la que han sido afectados los trabajadores del MINED que son contratados por los Consejos Directivos Escolares (CDE).

A pesar de los obstáculos señalados, existe un despertar del movimiento sindical lo que está permitiendo crear una serie de coordinadoras intersindicales de diferentes sectores de empleados públicos, a nivel de salud, educación, justicia, etc.

2.3. Honduras: recuperar las conquistas perdidas

El golpe de Estado del año 2009 ha sido un parte aguas en Honduras, no solo porque la oligarquía bipartidista se las arregló para contener las movilizaciones de masas, sino también porque marcó el inicio de la reversión de conquistas históricas de los trabajadores hondureños, logrados en las décadas anteriores.

A partir de la firma del Acuerdo de Cartagena de Indias, en mayo del 2011, convirtió el retroceso de las masas en derrota pacifica de la lucha contra el golpe de Estado. El Frente Nacional de Resistencia Popular (FNRP), la más grande conquista organizativa del movimiento de masa en las ultima décadas, entró en un proceso de declive y desintegración, afectando directamente a los gremios que participaron activamente en la lucha como fueron los colegios magisteriales.

El gobierno de Porfirio Lobo concentró sus ataques en derogar el Estatuto Docente, una de las más grandes conquistas del magisterio, porque permitía, entre otras cosas, la indexación de los salarios. Detrás del golpe a los colegios magisteriales vinieron más golpes a los Estatutos de otros gremios, como fue el ataque contra el Sindicato de Trabajadores de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (SITRAUNAH), y con ello se liquidaron muchas conquistas históricas. Golpeando a los gremios más fuertes, derrotándolos, los gobiernos de Porfirio Lobo y Juan Orlando Hernández se garantizaron la desmovilización de otros sindicatos, iniciando la aplicación de rigurosos planes de ajuste cuyo objetivo central fue el despido de empleados públicos en instituciones como la Empresa Hondureña de Telecomunicaciones (Hondutel), la Empresa Nacional de Energía Eléctrica (ENEE), el Servicio Autónoma de Acueductos y Alcantarillados (SANAA), la Portuaria, etc. También debemos agregar el cierre de instituciones, la pérdida del valor adquisitivo de los salarios, y el deslizamiento del lempira en relación al dólar, acumulando mini devaluaciones que destrozan los salarios.

El desempleo masivo, la ofensiva de los gobiernos nacionalistas contra los sindicatos, ha logrado desmovilizar a los trabajadores, a pesar de heroicas luchas de resistencia que han librado médicos y enfermeras en el sector salud. A pesar de la desmovilización, el año pasado trabajadores del Registro Nacional de las Personas (RNP) y del Instituto de la Propiedad (IP) encabezaron luchas salariales.

Las dirigencias de las tres centrales obreras más importantes, como son la Central de Trabajadores de Honduras (CTH), Central General de Trabajadores (CGT) y Central Unitaria de Trabajadores de Honduras (CUTH), han preferido plegarse a los planes de los gobiernos de turno, antes de encabezar las luchas por la defensa de los salarios y las convenciones o contratos colectivos.

2.4 Nicaragua: el gobierno sandinista asfixia a los sindicatos

El movimiento sindical en Nicaragua sufre todavía las duras consecuencias de la derrota de la revolución y del surgimiento de la burguesía sandinista. La guerra civil y la crisis económica desmantelaron la mayoría de industria manufacturera, desapareciendo la mayoría de los sindicatos.

Los sindicatos controlados por el Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), impulsaron luchas, pero estas terminaron siendo negociadas. El periodo 1990-2007 está marcado por la constante ofensiva neoliberal y la casi desaparición de los sindicatos en el sector público agrupados en la Unión Nacional de Empleados (UNE).

El Frente Nacional de los Trabajadores (FNT), que tenía como principal soporte a los empleados del sector salud y educación, se formó después de la derrota electoral del FSLN en 1990, como una nueva organización, aparentemente con cierta autonomía en relación al FSLN, que se encargó de organizar huelgas durante los 16 años de gobiernos del llamando periodo neoliberal (1990-2006).

Pero estas luchas no implicaron nuevas conquistas en convenios colectivos, sino que fueron utilizadas por la cúpula sandinista para negociar cuotas de poder con los gobiernos de turno, lo que debilitó aún más a los sindicatos del sector público.

Al retomar el FSLN el gobierno en enero de 2007, el rol progresivo del FNT encargado de organizar luchas, desapareció por completo. La plana mayor del FNT, que en su mayoría provienen del sector salud, están ocupando ahora altos cargos administrativos en el Ministerio de Salud (MINSA), aunque algunos permanecen como dirigentes del FNT. Gustavo Porras, secretario general del FNT, ocupa ahora el alto cargo de presidente de la Asamblea Nacional.

La Central Sandinista de Trabajadores (CST), por su parte, se concentró en los dispersos y debilitados sindicatos de obreros industriales y del pujante sector de la construcción, uno de los sectores más dinámicos de la economía. La CST también se concentró en la ardua labor de organizar sindicatos en las maquilas, un sector que agrupa actualmente a unos 120,000 trabajadores, en su mayoría mujeres, pero la CST no impulsa luchas salariales sino más bien las contiene.

Actualmente, la dirigencia sindical sandinista está dividida en FNT y CST. El FNT agrupa a los empleados públicos, mientras la CST agrupa a una parte de los obreros de las maquilas y de la construcción. Ambas son fieles al FSLN y su líder Daniel Ortega.

Las centrales obreras con direcciones derechistas, agrupadas en el Congreso Permanente de los Trabajadores (CPT), que agrupa a la Central de Trabajadores de Nicaragua (CTN- autónoma), la Central de Acción y Unidad Sindical (CAUS), la Central General de los Trabajadores (CGT), están concentrados en su mayoría en las escasas industrias del sector privado, no encabezaron luchas, sino que establecieron una relación oportunista con los gobiernos de Violeta Chamorro (1990-1997), Arnoldo Alemán (1997-2002) y Enrique Bolaños (2002-2007).

En la Comisión Nacional del Salario Mínimo (CNSM) que agrupa a las centrales obreras, al gobierno y al Consejo Superior de la Empresa Privada, tanto los sindicatos sandinistas como los agrupados en el CPT, nunca han planteado puntos de vista diferentes al gobierno, quien siempre logra imponer un tope de aumento no mayor del 10% anual, cuando solo la devaluación diaria del córdoba en relación al dólar devora el 6% del valor de los salarios.

La situación de los trabajadores nicaragüenses es dramática, cuando estallan luchas en las maquilas o en la mina El Limón, el gobierno sandinista reprime y procesa penalmente a los trabajadores. Los escasos sindicatos están controlados en su mayoría por el sandinismo, aplican ciegamente las políticas neoliberales del gobierno, no hay nuevos convenios colectivos, ni nuevas conquistas, sino el desmantelamiento de las pocas que todavía persisten.

La tarea número uno de los trabajadores nicaragüenses radica en recuperar la independencia y democracia dentro de los sindicatos, y en organizar al nuevo y numeroso proletariado de las maquilas.

2.5 Costa Rica: contra la Ley de Empleo Publico y defensa de las pensiones

El movimiento de masas en Costa Rica integrado por diversos sectores sociales, tales como, el movimiento estudiantil, el movimiento campesino, el movimiento sindical y otros actores sociales. Estos sectores han disminuido sustancialmente sus movilizaciones y protestas bajo el gobierno del Partido Acción Ciudadana (PAC) que tiene como presidente a Luis Guillermo Solís.

Según el Semanario Universidad “Desde el ingreso del Partido Acción Ciudadana (PAC) al gobierno, mayo del 2014, las calles han tenido menos protesta, bloqueos y concentraciones”. (Semanario Universidad, 9/11/2016). Basados en el vigésimo segundo informe del Estado de la Nación dicho semanario señala que “Datos del Informe indican que en el 2013 hubo 480 acciones de protesta y en el 2014 la cifra aumentó a 587, año en que el 56% de las acciones colectivas fueron entre enero y mayo, es decir, los últimos meses del gobierno de Laura Chinchilla”. (Ídem).

De otro lado, mientras la administración de Chinchilla tenía unas 65 protesta mensuales en sus últimos meses de gobierno, el gobierno de Solís tuvo apenas unas 37 protestas mensuales durante el año 2015. Esa disminución de la cantidad de protestas contra el gobierno del PAC son el mejor indicador que la administración Solís ha tenido un relativo éxito en la contención, freno y desmovilización del movimiento sindical y de masas en términos generales. Lo anterior tiene una explicación de fondo.

El movimiento estudiantil universitario, que tiene como uno de sus máximos exponentes a la Federación de Estudiantes de la Universidad de Costa Rica (FEUCR), uno de los sectores más combativo contra los gobiernos del PLN, es el sector social que más ha disminuido, casi de forma total, su protesta social en contra del gobierno del PAC. La razón de esa gran desmovilización del movimiento estudiantil universitario se debe a que el PAC controla de forma directa a las principales federaciones estudiantiles universitarias, incluida la FEUCR. Esas dirigencias estudiantiles pro-gubernamentales no promueven ningún tipo de manifestación en contra del gobierno, sino más bien que son un muro de contención para que no surjan y no se desarrollen protestas en las universidades públicas. Obviamente, las dirigencias estudiantiles pro-PAC ganan las elecciones estudiantiles porque una buena parte del movimiento estudiantil confía aún en el gobierno “progresista” del PAC.

En el sector campesino, durante la administración de Solís, las movilizaciones y protestas también han disminuido sensiblemente, aunque se han producido algunas marchas reivindicativas. Uno de los sectores sociales que más se ha movilizado contra el gobierno del PAC han sido los sectores populares de distintos barrios que luchan por vivienda, mejores calles, mejores servicios sociales y variadas reivindicaciones económico-social, pero estas son luchas dispersas y atomizadas.

Dentro del movimiento sindical, los trabajadores del sector público, principalmente salud, educación y otros, que cuentan con una fuerte organización sindical, son los que han protagonizado la mayoría de las movilizaciones y protestas sociales en contra del gobierno del PAC. El 39% de las movilizaciones y protestas del año 2015 fueron realizadas por el movimiento sindical de los empleados públicos. En el año 2016 e inicios del año 2017 se han dado algunas huelgas, muy pequeñas, dentro de los trabajadores del sector privado, principalmente, en haciendas bananeras, café y piña.

Sin embargo, en el año 2016, las movilizaciones y protestas del movimiento sindical del sector público disminuyeron sensiblemente. El Bloque Sindical y Social Costarricense (BUSSCO), desde la huelga del 26 y 27 de abril del año 2016, no ha vuelto a convocar a huelgas, solamente algunas concentraciones puntuales poco numerosas. Igual ha sucedido con el otro bloque sindical denominado Patria Justa. El sindicato Asociación de Profesores de Segunda Enseñanza (APSE) participó, forzado por sus bases, en la huelga del 26 y 27 de abril. Luego convocó de forma solitaria a las huelgas de un día en los meses de junio y setiembre. La razón de fondo para este proceso de desmovilización en el sector sindical de los trabajadores del sector público es que las dirigencias burocráticas tanto de los bloques sindicales como de sindicatos es que tienen una política de conciliación y colaboración con el gobierno del PAC, dado que siguen confiando en el supuesto “progresismo” de dicho gobierno.

Los sindicatos de trabajadores estatales han logrado paralizar la Ley de Empleo Público, que pretendía establecer salarios únicos, y derogar con ello los pluses salariales, pero bajo el compromiso de no movilizar a sus bases. Mientras tanto, el diario La Nación y la Unión Costarricense de Cámaras y Asociaciones del Sector Empresarial Privado (UCCAEP), mantienen una ofensiva mediática contra las convenciones colectivas, incluso utilizando sentencias de la Sala IV para derogar conquistas históricas. Otro eje de ataque es la lucha por bajar el monto de las pensiones. Para justificar el ataque, primero critican las elevadas pensiones de altos funcionarios públicos, pero para terminar atacando las pensiones de los trabajadores.

Mientras esto ocurre, el gobierno del PAC avanza lenta pero sistemáticamente, a través de medidas administrativas, en recortar los beneficios de los convenios colectivos y los pluses salariales

3.- Continua la ofensiva general contra los convenios, contratos o pactos colectivos

En todos los países de Centroamérica, sin excepción, bajo el pretexto de combatir el déficit fiscal, ahorrar gastos y recursos, todos los gobiernos, sin excepción, han desarrollado una campaña constante contra los pocos beneficios que aún conservan los trabajadores estatales, con el objetivo de recortar conquistas históricas plasmadas en los convenios o pactos colectivos. En todos los países de Centroamérica tenemos las mismas agendas económicas que pretenden expoliar a los trabajadores.

En todos los países de Centroamérica, especialmente en Guatemala y Costa Rica, los gobiernos presionan a las burocracias sindicales, denunciando privilegios, pero con el único objetivo de arrebatar las conquistas de las bases. Debemos cerrar filas en la defensa de los sindicatos y los convenios, contratos o pactos colectivos, después los mismos trabajadores nos encargaremos de revisar las cuentas, y terminar con los privilegios burocráticos.

4.- Indexación salarial: que los salarios suban conforme el costo de la vida

Uno de los efectos perversos del tratado de libre comercio conocido como CAFTA-DR ha sido la dolarización en los hechos de la economía regional. En Centroamérica todos los productos de consumo tienen precios similares, estandarizados en dólares, pero los salarios se continúan pagando con las monedas locales, lo que produce un debilitamiento del salario real.

El deslizamiento de las monedas locales (Quetzal, Lempira, Córdoba y Colón costarricense) en relación al dólar, desintegra el salario real, como ocurre en Honduras y Nicaragua, donde los gobiernos aplican las políticas monetarias del Fondo Monetario Internacional (FMI) que contemplan mini devaluaciones periódicas que se acumulan en el tiempo. Estas políticas benefician a los empresarios exportadores, pero restringen la capacidad de consumo de los trabajadores y la clase media. El deterioro de los salarios en relación a los productos, cuyo valor está tasado en dólares, también comienza a sentirse en Guatemala y Costa Rica.

En aquellos países, como El Salvador y Panamá, la circulación del dólar como moneda oficial no detiene los efectos de la inflación. La silenciosa devaluación del dólar a nivel internacional afecta y reduce los salarios reales en estos dos países. Belice también es afectado por esta dolarización de facto. Entonces, tenemos un doble efecto contra los salarios: el debilitamiento del dólar como moneda internacional, y la dolarización de los precios.

5.- Por un salario mínimo de 550 dólares en Centroamérica

El salario mínimo promedio en Centroamérica debe ser de 550 dólares mensuales, o su equivalente en moneda local, para equipararlos con el mejor salario mínimo del área, como es el caso de Panamá, donde el salario mínimo oscila entre 500 dólares a 625 dólares mensuales.

Teniendo como base este salario mínimo regional, debemos luchar este 1 de Mayo para que los salarios en Guatemala, Honduras, Nicaragua y Costa Rica, sean indexados o dolarizados a su equivalente en moneda local, para compensar los efectos de las actuales políticas monetarias y mantener el valor real de nuestros salarios. De igual manera, debemos luchar por el aumento de salarios cada vez que suban los precios de la canasta básica y de los servicios esenciales.

6.- Que los ricos paguen el déficit fiscal

Otra consecuencia de los tratados de libre comercio es la exención y exoneración fiscal para las empresas transnacionales y las empresas locales. Como consecuencia, todos los Estados de Centroamérica están endeudados, en bancarrota, con un creciente déficit fiscal que destruye los servicios públicos básicos, como salud y educación. Mientras esto ocurre, crece la lista de multimillonarios. Las riquezas se concentran en manos de las viejas y nuevas oligarquías.

Para tener acceso a los servicios públicos básicos de calidad, el movimiento obrero de Centroamérica debe exigir que los ricos paguen más impuestos, y que el déficit fiscal no recaiga sobre los trabajadores y la clase media. Los servicios de seguridad social serán mejorados solo cuando la patronal y el Estado paguen mayores contribuciones y se reviertan las privatizaciones parciales en la seguridad social.

Debemos exigir el control de los trabajadores sobre los servicios públicos como salud, educación y seguridad social.

7.- Plan de Lucha Unitario a nivel de cada país y de toda Centroamérica

Es urgente y necesario promover la unidad de acción en la lucha entre todos las centrales obreras y sindicatos del sector público y privado en toda Centroamérica. En la mayoría de los casos, las dirigencias de estas centrales están acobardadas por la ofensiva de los gobiernos y por los efectos de la crisis capitalista, introduciendo un pensamiento y acción derrotista. Muchas de estas dirigencias sindicales prefieren mantener intacto su feudo, y no unirse en la lucha con otras organizaciones sindicales, a las que consideran parte de la competencia.

Los trabajadores centroamericanos tenemos el desafío de luchar contra los efectos de la crisis capitalista, enarbolas las banderas del antiimperialismo y del centroamericanismo, y al mismo tiempo barrer de las centrales obreras y sindicatos, a aquellos dirigentes corruptos y oportunistas que se niegan a organizar la lucha conjunta.

Desde el Partido Socialista Centroamericano (PSOCA) hacemos las siguientes propuestas de lucha:

1.- Luchemos por un aumento general de salarios. Si los precios están dolarizados los salarios deben dolarizarse, para evitar que las políticas monetarias afecten a los trabajadores. El salario mínimo en toda la región debe ser por lo menos 550 dólares. En los convenios, contratos y pactos colectivos debemos incluir la indexación salarial: En toda Centroamérica debemos luchar por el aumento de salarios conforme suba el costo de la vida.

2.- Por la creación de empleos dignos. Llamamos a exigirle a los diferentes gobiernos que implementen un Plan Nacional de Obras Públicas, que construya calles, hospitales, escuelas, carreteras, puentes, viviendas dignas, con el objetivo de crear empleos dignos. Los fondos deben salir de las grandes empresas, a través de impuestos progresivos a las ganancias.

3.- Defensa y ampliación de los pactos, contratos o convenios colectivos de los trabajadores del sector público y del sector privado. Debemos luchar contra las trabas burocráticas que imponen las autoridades del trabajo, para negociar nuevos convenios, contratos o pactos colectivos en el sector público y privado. Esto se puede lograr solo a través de la lucha y la movilización de los trabajadores.

4.- Defensa de la seguridad social, pero no a como está en este momento, en ruinas, por la política de privatización total o parcial que se ha aplicado en la región, la que ha autorizado el funcionamiento de empresas previsionales privadas. Debemos volver al esquema se seguridad social clásica, donde el Estado y la patronal aporten las mayores contribuciones para las pensiones de los trabajadores. ¡No al aumento de la edad de jubilación, si al aumento del monto de las pensiones!

Debemos luchar por la derogación de la privatización de la seguridad social en países como El Salvador, y en otros donde se ha privatizado parcialmente la seguridad social.

5.- Por la creación de Coordinadoras intersindicales, por la alianza obrera, campesina y popular en cada país y en toda la región centroamericana. Para lograrlo debemos luchar también por la independencia política y la democracia obrera dentro de los sindicatos y centrales obreras y campesinas. Debemos recuperar los sindicatos que se encuentran en manos de burocracias, que se han transformado en aliados de los gobiernos que aplican planes neoliberales. Ninguna confianza en partidos burgueses tradicionales ni en los partidos de la burguesía emergente.

6.- Que la crisis fiscal la paguen los empresarios, quienes más ganan deben pagar más impuestos, y no la clase media y la clase trabajadora, como ocurre en la actualidad. Esta es la única manera de garantizar los servicios básicos de salud y educación y la seguridad social.

7.- Por la implementación del control de los trabajadores en las empresas privadas e instituciones estatales. Está de moda la lucha contra la corrupción, pero los únicos que pueden luchar realmente contra la corrupción son los trabajadores y los sindicatos, porque solo ellos conocen como funcionan las empresas, donde se esconde el dinero y quienes se enriquecen con los recursos del Estado.

8.- Por el derecho de libre sindicalización de los trabajadores de las maquilas. Todas las Zonas Francas imponen en los hechos un régimen de excepción, donde no permiten la organización sindical ni el más mínimo atisbo de luchas y reclamos obreros. Exijamos a los gobiernos el respeto a los derechos laborales de los trabajadores de las maquilas.

9.- Retomemos la movilización antiimperialista y lucha por la independencia nacional de Centroamérica, para terminar con la dominación y explotación del imperialismo norteamericano. Esta lucha por la nueva independencia nacional nos plantea la inmediata tarea de reconstruir el Estado Federal, en el camino del socialismo, y esto lo lograremos solo bajo un gobierno de los trabajadores en toda Centroamérica.

Viva el 1 de Mayo!!

¡Viva la Unidad de Acción de las Centrales Obreras y Campesinas!!

¡Reunificación Socialista de Centroamérica o muerte!!

Centroamérica, 24 de Abril del 2017

Secretariado Ejecutivo Centroamericano (SECA)

Partido Socialista Centroamericano (PSOCA)

LA “JURISDICCIÓN INDÍGENA” SERÁ REALIDAD ÚNICAMENTE CON LA CONVOCATORIA A UNA ASAMBLEA NACIONAL CONSTITUYENTE

1.- Guatemala, país clave de Centroamérica.

Los cambios que se producen en Guatemala son, en términos generales, una especie de ensayo general que incide en el desarrollo político de los otros países de la región.

En 1984, solo para citar un ejemplo, en medio de la contra ofensiva de la administración Reagan contra lucha revolucionaria que sacudía a Guatemala y El Salvador, y la guerra civil en Nicaragua, se inició en Guatemala, bajo el gobierno militar de Oscar Mejía Víctores, un proceso de tímidas reformas políticas que condujo a una apertura política controlada, a la posterior convocatoria de una Asamblea Nacional Constituyente que elaboró una nueva Constitución en 1985, que sustituyó a la de 1945. Fue así que, en 1986, reflejando una ansiedad por superar los sangrientos regímenes militares, llegó al poder el Partido Democracia Cristiana Guatemalteca (DCG), con Vinicio Cerezo a la cabeza, quien fue el gran impulsor, antes de Oscar Arias, de los Acuerdos de Esquipulas I y II, que permitieron una salida negociada a la guerra civil en Centroamérica,

A partir de los Acuerdos de Esquipulas se inició en toda Centroamérica un proceso de “reacción democrática”, caracterizado por la instauración de nuevos gobiernos que otorgaban libertades democráticas, al mismo tiempo que se iniciaba una feroz ofensiva neoliberal que desmanteló las económicas, subordinándolas completamente al imperialismo norteamericano. De esta manera, se produjo una salida negociada a la guerra civil en Nicaragua y el sandinismo perdió las elecciones en 1990. En El Salvador, en 1992, se firmaron finalmente los Acuerdos de Paz, y la guerrilla del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN) entregó las armas y se convirtió en un partido de oposición parlamentaria.

A pesar que Guatemala marcó el inició el proceso de “reacción democrática”, fue el último país en finiquitar el proceso de negociación política y lograr la rendición de la guerrilla de la Unidad Nacional Revolucionaria Guatemalteca (URNG), mediante los Acuerdos de Paz de 1991-1996. Este retardo no fue una casualidad. En Guatemala persisten, enquistadas en el Estado, las fuerzas políticas y sociales que han sido el baluarte de la contrarrevolución en la región, las cuales han mantenido el control del poder en los últimos 40 años. Los ansiados cambios democráticos han sido postergados en todo este periodo.

2.- El régimen político reaccionario en Guatemala

En Guatemala se acabaron los combates de la guerrilla, pero la brutal represión contra las masas se mantuvo bajo formas sofisticadas. El asesinato de dirigentes obreros, campesinos, populares e indígenas, continuó de manera muy selectiva. Los Acuerdos de Paz terminaron con la guerrilla, pero no trajeron la ansiada democracia.

La Constitución de 1985 sentó las bases del nuevo régimen político, que sustituyó a los gobiernos militares, pero estos, y sus diferentes fracciones, continuaron siendo el verdadero poder junto a la omnipresente oligarquía.

Debido a la inexistencia de partidos políticos tradicionales, debido a que la oligarquía ha gobernado a través de sus dictadores, una de las características del actual régimen político en Guatemala es que, por efecto de la apertura política controlada de 1985, se originó la proliferación y fragmentación de nuevas fuerzas políticas, pero ninguna de estas se ha convertidos en un partido de arrastre popular, y una vez que llegan al poder terminan desvaneciéndose con el periodo presidencial correspondiente.

3.- Auto Golpe de Estado y reforma constitucional de 1993

A escasos 7 años del retorno de la democracia, se produjo una crisis política y social. Por un lado, el movimiento de masas estaba en ascenso reclamando sus derechos, y manifestando su inconformidad por los cambios cosméticos en el régimen político. Los militares seguían controlando todo. Por otro lado, los militares que se habían enriquecido en la lucha contra insurgente, no querían abandonar sus privilegios. Para las masas inconformes no se habían producido cambios reales, para los militares se habían hecho demasiadas concesiones.

Temeroso de perder el control de la situación, el 25 de mayo de 1993, el Presidente Jorge Serrano Elías, decretó las “Normas Temporales de Gobierno”, suspendió derechos y libertades, disolvió el Congreso de la Republica, removió y nombró nuevos magistrados de la Corte Suprema de Justicia (CSJ) y la Corte de Constitucionalidad (CC), removió al Procurador General de la Nación (PGN) y al Procurador de los Derechos Humanos, quebrantando el contradictorio régimen político adoptado por la Constitución de 1985, el cual estaba agotado.

En esa ocasión, la CC declaró nulo el decreto sobre las Normas Temporales de Gobierno, y se inició una lucha contra el golpe de Estado y por la sucesión presidencial. En menos de cinco días, el auto golpe de Estado fue derrotado

No obstante, el 2 de junio de 1993, el Vicepresidente Espina Salguero se autoproclamó nuevo Presidente de la República, argumentando que era a él a quien correspondía asumir el cargo. El Ministro de la Defensa públicamente le dio su respaldo y lo apoyó, pero no así el conjunto del Ejército. El 4 de junio, la CC emitió una nueva resolución en la que, declaró a Espina Salguero corresponsable en las acciones constitutivas del golpe de Estado, quedando inhabilitado para ejercer el cargo.

La CC se convirtió en el gran árbitro, ordenando al Congreso de la República nombrara a un nuevo titular del poder ejecutivo en un plazo de 24 horas, siendo escogido Ramiro De León Carpio como presidente y Arturo Herbuger Asturias como Vicepresidente. Este gobierno provisional estaba vinculado vinculado directamente a los principales grupos empresariales aglutinados en el G8, donde sobre salen corporaciones como los Castillo, los Gutiérrez, Novela, etc, que ajustaron cuentas pendientes con Serrano.

Una vez superada la crisis política, el Congreso de la República aprobó el 17 de noviembre un paquete de reformas constitucionales, destinadas a reorganizar las instituciones del Estado, especialmente la CSJ y la CC.

Se aumentó de 9 a 13 el número de magistrados de la CSJ, ampliando las cuotas de poder de las nuevas fuerzas políticas y grupos empresariales. Antes el Presidente del Organismo Judicial también era de la Corte Suprema de Justicia, la reforma modificó este funcionamiento: cada Cámara de la CSJ tendría su presidente. Se estableció un sistema de presidencia rotativa en la CSJ. Se redujo el periodo de los magistrados de 6 años a 5 años.

Antes de 1993, cuatro magistrados eran electos directamente por el Congreso de la República, y cinco magistrados electos seleccionados de una nómina de treinta candidatos propuestos por una Comisión de Postulación. Con la reforma, todos serían propuestos por una Comisión de Postulación. Se amplió la participación de los rectores de las universidades del país en la comisión postuladora, instaurando una especie de corporativismo. Desde estas corporaciones, los grupos de poder de la oligarquía y las elites de los grupos emergentes de la burguesía, han logrado mantener el control del aparato judicial, a través del mecanismo de los dos tercios.

Pero, una vez más, estos cambios de 1993, al igual que en 1985, no se han traducido en una mayor democracia, sino en mayor corrupción y saqueo del Estado. El poder sigue estando de manera rotativa en manos de diferentes fracciones del ejército, de la burguesía emergente y de la oligarquía, quienes logran controlar el poder a través de dos instituciones centrales: el órgano judicial y la Corte de Constitucionalidad. Por eso no les importa, qué nueva fuerza política toma el gobierno, porque el poder real sigue estando en manos de los grupos que lograron quedarse con el poder en 1993.

4.- Caída de Pérez Molina, CICIG y nuevas reformas constitucionales

Muchos de los postulados del reaccionario Acuerdo de Paz de 1996 jamás fueron cumplidos. Todos los anhelos democráticos del pueblo de Guatemala han sido frustrados, burlados, desviados, por los grupos de poder que manejan y controlan las instituciones del Estado. La situación de miseria en el campo, la campante corrupción de los grupos de poder, ligados el narcotráfico y al crimen organizado, obligaron al imperialismo norteamericano a iniciar un proceso de intervención, por medio de la Organización de Naciones Unidas (ONU), con la creación de la COMISIÓN INTERNACIONAL CONTRA LA IMPUNIDAD EN GUATEMALA (CICIG), en diciembre del 2006, la que ratificada por el Congreso de Guatemala en agosto del 2007.

Mientras los grupos de poder saqueaban las finanzas del Estado, por debajo, en medio de una miseria creciente, decenas de miles de campesinos e indígenas, han luchado contra las políticas discriminatorias y genocidas del Estado de Guatemala. Ante esta creciente polarización social, temeroso de un estallido social revolucionario, el imperialismo norteamericano ha acelerado el paso, y a través de la CICIG ha impulsado un proceso de depuración de las instituciones del Estado, iniciando con la recuperación bajo su control del Ministerio Público.

Esta confrontación, camuflada bajo la lucha contra la corrupción impulsada por la CICIG, llevó a la enorme agitación social que terminó derrocando al gobierno de Otto Pérez Molina en septiembre del 2015, y al encarcelamiento de casi todo su gabinete.

5.- El gobierno de Jimmy Morales y el Plan de Alianza para la Prosperidad (PAP)

En 2015, muchas fuerzas políticas y grupos empresariales del Comité Coordinador de Asociaciones Agrícolas, Comerciales, Industriales y Financieras (CACIF), le dieron la espalda a Pérez Molina, pero se garantizaron la continuidad y el control del Estado, resucitando al minúsculo Frente de Convergencia Nacional (FCN), que fuera creado en 2011 por un grupo de militares, apoyando financieramente la candidatura de Jimmy Morales para que fuese el nuevo presidente, quien enarboló la bandera de lucha contra la corrupción.

La maniobra funcionó a la perfección. Promoviendo la credibilidad en los procesos electorales controlados, engañando a los electores, no cabe la menor duda que estamos ante un nuevo proceso de reacción democrática que, de manera preventiva, pretende revitalizar las decaídas y corruptas instituciones del Estado en Guatemala.

Pero Guatemala no es una isla, es el corazón del Triángulo Norte en Centroamérica. Por ello, este plan de reformas controladas desde arriba, que inició en Guatemala con las denuncias de la CICIG contra la corrupción, se ha extendido con algunas variantes a El Salvador y Honduras. El imperialismo norteamericano impulsa ahora el Plan de Alianza para la Prosperidad (PAP), como una segunda fase de la Iniciativa Regional de Seguridad para Centroamérica (CARSI).

6.- El forcejeo por las nuevas reformas constitucionales

Pero las reformas no marchan tan aceleradamente en Guatemala como quisiera del gobierno de Estados Unidos. Los grupos de poder, que utilizan la cobertura política del partido FCN-Nación, ofrecen algún grado de resistencia, manifiestan muchas dudas por el grado de intensidad de la lucha contra la corrupción, debido a que en Guatemala todos los grupos empresariales se niegan a pagar impuestos, además que los militares saquean las finanzas del Estado. Por ello cierran filas, oponen resistencia, abierta o veladamente, al grado que a veces logran paralizar todo el plan.

Las últimas denuncias de corrupción de magistrados de la Corte Suprema de Justicia son un reflejo de la intensa lucha por el control de las instituciones claves creadas por la Constitución de 1985, y reformada en 1993.

Los múltiples intentos de reformar el régimen político, han terminado en un estrepitoso fracaso. En el periodo 1996-2011 se han producido 8 intentos de reformar la Constitución, pero ninguna ha sido finalmente aprobada, siendo las más notorias el intento de reforma de 1999, que fue rechazada en la consulta popular, y la 2009 con la propuesta de Pro-Reforma que fue finalmente rechazada por el propio Congreso.

7.- Manipulación con la bandera de la “jurisdicción indígena”

Si algo demuestra la naturaleza antidemocrática del Estado de Guatemala es que los derechos de los indígenas, la mayoría de la población, que conserva intactas sus tradiciones indígenas, no existen en la Constitución de 1985, salvo las someras menciones de los artículos 66, 67, 68 y 69, los cuales están reglamentados y limitados por leyes ordinarias.

En 2013, el corrupto gobierno de Otto Pérez Molina, en su pleito con la oligarquía, intentó ganarse a las masas indígenas, con una propuesta de reforma constitucional, planteando que Guatemala fuese un Estado “pluricultural, multiétnica y multilingüe” pero, incluso, esta tímida reforma no pasó en el Congreso controlado por los militares, grupos emergentes de la burguesía y la oligarquía.

El corazón de todas las reformas constitucionales, tanto de 1993 como las posteriores fallidas, ha sido el control y composición del aparato judicial. El plan de reformas impulsando por el imperialismo norteamericano a través de la CICIG, se topa con el gran obstáculo que significa el control del aparato judicial por parte de las fuerzas atrincheradas desde 1985 en las instituciones del Estado.

La propuesta de reforma del artículo 203 de la Constitución, ha destapado el problema de la “jurisdicción indígena”. Es una realidad que las comunidades indígenas conservan todavía intactas sus tradiciones, costumbres, idiomas e instituciones, que la colonia y los gobiernos posteriores no han podido destruir. Y una de estas son los tribunales indígenas. Las masas desconfían de los tribunales de justicia del Estado que terminan liberando a los ex funcionarios acusados de corrupción. En muchas ocasiones, las masas aplican la justicia por su cuenta, lo que evidencia la crisis y debilidad de las instituciones del Estado.

En un afán de dotar al proyecto de reformas constitucionales de un sólido sustento social, los diputados proponentes de la nueva reforma constitucional incorporaron el tema de la “justicia indígena” a la reforma del artículo 203 de la Constitución, activando la memoria colectiva indígena e iniciando estos una justa movilización para que le sean reconocidos sus derechos. Una cosa es lo que proponen los diputados y otra cosa es como ven las masas indígenas el asunto de la “jurisdicción indígena”.

La pelea dentro del Congreso de la República, por la redacción de la reforma del artículo 203, se ha transformado en una guerra de propuestas y contrapropuestas. En su parte medular, lo relacionado a la jurisdicción indígena ha sido planteado de la siguiente manera:

Las autoridades indígenas ancestrales ejercen funciones jurisdiccionales, de conformidad con sus propias instituciones, normas, procedimientos y costumbres, siempre que no sean contrarios a los derechos consagrados dentro de la Constitución y a los derechos humanos internacionalmente reconocidos. Las decisiones de las autoridades indígenas ancestrales están sujetas a control de constitucionalidad.

La jurisdicción de las autoridades indígenas ancestrales se ejercerá dentro de la comunidad, en temas relativos a la misma y aplicada a sus habitantes originarios únicamente y de manera voluntaria. Deben desarrollarse las coordinaciones y cooperaciones necesarias entre el sistema jurídico ordinario y el sistema jurídico de los pueblos indígenas, o, en caso de existir conflictos de competencia, el Tribunal de Conflictos de Jurisdicción resolverá lo pertinente conforme a la ley”.

Esta propuesta, a como está redactada, resulta insuficiente ante las aspiraciones de las masas indígenas, y en el fondo termina siendo una burla porque, en caso de aprobarse así, los tribunales indígenas quedarían anulados o empequeñecidos ante el laberinto de instituciones creadas por la Constitución vigente.

La creación de una jurisdicción indígena, autónoma, con participación popular, sería una verdadera alternativa ante la corrupción generalizada del sistema de justicia. En ese sentido, la movilización indígena es sumamente progresiva y dista mucho de la maniobra que han montado las diferentes bancadas dentro del Congreso de la República.

La aspiración de una “jurisdicción indígena” es una repuesta parcial pero progresiva ante la crisis de los tribunales de la burguesía. El imperialismo norteamericano y la CICIG, así como los diputados proponentes, no quieren una justicia popular.

8.- La reforma constitucional de 2017.

Salvo la discusión del artículo 203, el conjunto de la reforma constitucional que actualmente se encuentra paralizada en el Congreso de la República, tiene el objetivo central de reorganizar el aparato de justicia (órgano judicial, CSJ y CC) y el Ministerio Público, para desalojar de esas instituciones a los grupos de poder que permanecen en ellas desde el año 1993, cuando se derrotó el golpe de Estado del presidente Serrano.

9.- Depuración de las instituciones a través de una Asamblea Nacional Constituyente

La crisis crónica de las instituciones del Estado en Guatemala se debe a que no se han materializado las aspiraciones democráticas del pueblo y de su mayoría indígena. Desde el Partido Socialista Centroamericano (PSOCA) apoyamos incondicionalmente la movilización de las comunidades indígenas por instaurar sus propios tribunales de justicia.

Alertamos que la propuesta de reforma del artículo 203 de la Constitución, así como los restantes, no pretenden instaurar ni reconocer una “jurisdicción indígena”, sino todo lo contrario, pretende subordinar a las comunidades a los corruptos tribunales de la oligarquía.

Pero la valiente movilización indígena nos está enseñando cuál es el camino para acabar con la corrupción en la justicia. Debemos luchar por tribunales de justicia indígena y popular, donde los jueces y magistrados sean electos directamente por las comunidades indígenas y en los barrios, procediendo a destituirlos cuando se compruebe corrupción o falta de obediencia a la decisión de los tribunales indígenas y populares.

Ha llegado la hora de luchar por la inmediata Convocatoria de una Asamblea Nacional Constituyente Plurinacional, de los Trabajadores y los Pueblos, que reorganice el Estado, la sociedad y la economía de Guatemala, en beneficio de la mayoría de la población indígena y demás sectores populares.

Centroamérica, 5 de Marzo del 2017

Secretariado Ejecutivo Centroamericano (SECA)

Partido Socialista Centroamericano (PSOCA)

Desde hace 16 años la dirección política del estudiantado de la Universidad San Carlos (USAC), la histórica Asociación de Estudiantes Universitarios (AEU) ha sido arrebatada por una banda gansteril que se ha sostenido ejerciendo el control a costa de la violencia, así como del miedo, apatía e indiferencia de la población universitaria más concentrada del istmo centroamericano; miedo, apatía e indiferencia dejada por la masacre a manos del Estado contrainsurgente guatemalteco de las últimas dos generaciones heroicas de líderes estudiantiles (1970-1999), durante la pasada guerra civil, donde la USAC puso a más de 20 de los 200 mil muertos de una de las guerras más violentas y sucias en Latinoamérica, entre trabajadores, estudiantes, docentes, pasando por decanos y rectores.

La influencia manejada dentro del Consejo Superior Universitarios (CSU) al operar como su grupo de choque en esta última década contra cualquier movimiento independiente de estudiantes, trabajadores y docentes, le ha regalado tiempo para maniobrar a estos oscuros usurpadores, hijos de las ultimas ocupaciones chafarotescas. La fe ciega en la legalidad y el formalismo, por otro lado, le ha jugado en contra a la vanguardia estudiantil delineada en las 11 asociaciones que tratan de recuperar la AEU.

I.- ANTECEDENTES

El pasado 20 de septiembre del año 2016 seis asociaciones de Estudiantes (Arquitectura, Agronomía, Historia, Ingeniería, Veterinaria y Ciencia Política), después de una convocatoria relámpago, lograron aglutinar a un centenar de estudiantes frente a la Histórica sede de la AEU “Oliverio Castañeda de León”. Se hicieron presentes en su mayoría los estudiantes de la mañana (Ciencia Política, Veterinaria, Arquitectura) y las y los que estudian la carrera todo el día (Agronomía e Ingeniería); se unió ya en el acto la Asociación de Trabajo Social. Más que una acción de fuerza, fue un movimiento moral en el que todas las secretarias llevaban sus credenciales en base a las elecciones que los constataban como asociaciones electas, así como el formalismo prestado por las direcciones de sus unidades académicas, en que constataba que eran estudiantes regulares.

Las seis asociaciones presentaron de esta manera un memorial en el que se desconocía a la “Comisión transitoria de la AEU” (en adelante CT), que fungía como secretariado ejecutivo, a pesar de no existir dicha figura jurídica en los estatutos de la AEU y que había sido sacada de la manga en 2011 cuando EPA impugno al secretariado de ese entonces, por no haber llamado a elecciones; así los usurpadores, para poder salir del impase legal, concordaron en esta invención burlesca para poder seguir asaltando la universidad obteniendo del cobro de la tasa estudiantil (5 quetzales por cada uno de los más de 200 mil matriculados). El mismo secretario general Guillermo Prera (Alias Pirujo: que goza de libertad después de haber pagado a la esposa del taxista que mató, una elevada suma de dinero) rodeado de sus matones, muchos de ellos de empresas de seguridad privada que cuidan los ilegales chupaderos afuera de la USAC, negocio espurio de estos ladrones, recibió el documento de manos del estudiantado que se congregó a desconocerlos.

Derivado del desconocimiento de la CT, las seis asociaciones constituyeron el Consejo Consultivo Estudiantil Universitario (CCEU) que sería conformado con el secretario/a o presidente/a o el que haga a las veces de su representante de cada asociación, esta figura está vigente en los Estatutos de la AEU y es un órgano pensado para solventar el problema de un virtual descabezamiento del secretariado ejecutivo, lógica usada en su momento para no dejar acéfala la AEU ante la represión estatal y ultra-derecha de los años de la guerra; hoy se volvió pieza legal para remover a los sicarios y criminales que tienen cooptada la AEU desde principios del 2000.

El CCEU haciendo, las veces de ejecutivo transitorio de la AEU, debe convocar al Consejo Electoral Estudiantil Universitario (CEEU) que es el encargado de convocar a las elecciones, inscribir a las planillas y ejecutar el proceso electoral. Previo a esto, el CEEU empezó a barajar la idea de reformar el reglamento para la elección de la AEU, esto con perspectivas a impedir que participaran los grupos infiltrados por el Honorable Comité de Huelga de la AEU (brazo armado de la AEU), así como las asociaciones de estudiantes, bastiones del actual grupo gansteril (Económicas, EFPEM, Humanidades y Psicología), ya que estas carecen de la valía para con los estudiantes. Estas reformas, así como las disputas internas en el CCEU, provocaron la dispersión de la oposición democrática estudiantil, contra el enemigo general de los estudiantes y particular de sus direcciones políticas (las 11 asociaciones de estudiantes).

II.- LUCHEMOS POR UNA OPOSICIÓN DEMOCRÁTICA ESTUDIANTIL:

a.- La corriente oportunista y domesticada:

Esta corriente está formada por los sectores más acomodados de la universidad con respecto a su ubicación social y económica. Tienden a ser de las carreras en las cuales no se puede estudiar y trabajar, ya que estas consumen la jornada entera. Entre ellas están las y los estudiantes activos y la asociación de estudiantes de la Escuela de Ciencia Política, estudiantes y asociación de Agronomía, estudiantes y la asociación de Arquitectura. Algunos estudiantes de Ingeniería, aunque la gran mayoría reconocían a la ex asociación de Ingeniería; las y los estudiantes de ingeniería siempre han tenido una rivalidad tradicional con los de Agronomía, esta rivalidad se nota también en sus posicionamientos político-estudiantiles.

En este grupo también hace su aparición el grupo de cartón UsacEsPueblo, que se adjudicara, gracias a la ayuda de los medios de la pequeño burguesía cooperativista, la nueva burguesía y los medios alternativos como Nómada (financiado por las embajadas escandinavas y las fundaciones del magnate especulador financiero George Soros: Open Society Foundation), la dirección política del estudiante que se movilizo en 2015 contra la corrupción, a pesar de que dichas marchas no hubiesen sido posibles sin la convocatoria de las asociaciones y comités de huelga autónomos y alternativos, todos estos independientes del Des-Honorable de la AEU; éstos funcionarían por primera vez desde las luchas contra el Tratado de Libre Comercio (TLC), como organizaciones de dirección de las bases estudiantiles.

Es importante delinear que UsacEsPueblo no tiene estructura fuera de una laxa página de FB, que su inconsciencia y su condición de pequeñoburgueses centro-izquierdistas y centro derechistas les hace creer que ellos dirigen a las masas, las cuales no han vuelto a salir desde el establecimiento de la reacción democrático burguesa liderada por la CICIG y la Embajada yanqui. Muchos de sus integrantes son estudiantes o viejos secretarios de las asociaciones de Arquitectura, Ciencia Política y Agronomía, a pesar que los compañeros de ciencia política divergen con la organización que dirige actual la asociación de Ciencia Política, sus agendas y su ideología no los distancia.

Es aquí donde la ficha de figuras agradables, de estudiantes domesticados, que prefieren pensarse como administradores, burócratas o políticos, hace calco con el plan de impulsar al anterior secretario de Agronomía, para el puesto de Secretario general de la AEU, ya que éste cuenta con el respaldo de su decano y del presidente del Colegio de Agrónomos, quien le ha ayudado a posicionarse, así como el del actual rector, que públicamente lo ha incentivado a ser la cara del movimiento estudiantil y de la AEU ante una virtual elección. De aquí saldría una de las planillas si se llega a dar la elección; sería la planilla oficial, la que sería fácil de manipular y favorita por la rectoría si esta última logra desembarazarse de la actual camarilla criminal que se hace llamar AEU, sirviente y perro rabioso usado por la administración y los dos últimos rectores como su grupo de choque privado.

b.- La corriente democrática e independiente:

Tal como sucedió en 2015 ante las movilizaciones estudiantiles anti corrupción, la brecha ideológica entre oportunistas e independientes se volvieron irreconciliables. Al igual que en aquel momento, los dos ejes de pensamiento giran alrededor de la Asociación de Estudiantes de la Escuela de Historia (AEHAAA) y la Asociación de estudiantes de la Escuela de Ciencia Política (AECP). Esta vez se han aglutinado las asociaciones de Veterinaria, Ingeniería, en menor medida la de Trabajo Social, así como los representantes de la asociación de Medicina y de Química y Farmacia en CCEU y CEEU. Así también estudiantes de Humanidades, EFPEM y Odontología. Los independientes se dividen por su accionar en dos sectores: El asambleario y el electoralista.

El asambleario fue promovido por el representante de medicina en CEEU, así como por la Asociación de Veterinaria, la de Ingeniería y la de Historia, que buscan elegir, como en su momento se eligieron los representantes de CEEU, en asambleas de base por unidad académica que le den el respaldo estudiantil y su fuerza a los representantes emanados de sus asambleas, rompiendo con la vieja dinámica de camarillas de las asociaciones que imponen a dedo cual ejecutivo, sin gozar de poder o incidencia real.

El sector electoralista se aglutinó alrededor del Bloque de estudiantes de Humanidades (RetoAEU), que es la unidad de los estudiantes que fueron oposición a la reelección del actual decano de Humanidades, que es pieza angular en el clientelar sistema electoral de la USAC. Es liderada por un estudiante que se ha lanzado a la contienda electoral para ganarle la representación estudiantil a la AEU en la facultad de humanidades, la más grande de la Usac. El pecado de este grupo es que le apuestan al electoralismo viviendo en sueños con respecto a las condiciones y correlación de fuerzas reales. Estos compañeros son ampliamente demagógicos y replican en todas sus formas al democratismo burgués, de ofrecer cargos y de prometer sueños, incluso recibir ayuda de intermediarios oscuros, lo que les ha merecido la desconfianza de la mayoría de grupos y asociaciones de la Usac; hasta rellenando su planilla con los que en su momento vendieron a EPA por puestos en la administración universitaria.

La lucha por la dirección política del estudiante terminó siendo una lucha de corrientes enfrascadas por la dirección de las camarillas más activas, la vanguardia aislada en las asociaciones de estudiantes. La primera lucha fue entablada en CCEU por el dominio de la agenda para ejecutar las elecciones; ésta terminó con la desbandada de casi todos los representantes de las 11 asociaciones, que dejaron solos a los representantes de las asociaciones oportunistas (Arquitectura, Agronomía Y Ciencia Política), que en la última convocatoria a asamblea informativa para dar el balance y las fechas de elecciones, quedaron solos en un auditorio con apenas 15 estudiantes. En el CEEU, la corriente oportunista perdió rápidamente apoyo, ya que hacia manifiesto su interés de encubrir a las fichas bonitas del movimiento que ya contaban con cargos de representación estudiantil. Actualmente sus agentes en el CEEU se han alejado, ya que no encuentran utilidad en tal órgano e inclusive les han despejado el paso a representantes interesados en realmente democratizar la AEU, no solo cambiarle de rostros.

III.- EL MOVIMIENTO ACTUAL

Hasta el día de hoy las diferentes corrientes no se han planteado involucrar a todos los estudiantes en la democratización de la AEU, única herramienta real para lograr un cambio profundo que les devuelva a los estudiantes su dirección política. El reflujo es grande, las fuerzas dispersas y las asociaciones y movimientos permanecen apagados ante el avecinamiento de la Huelga de Dolores y ante el anuncio de la suspensión de las elecciones que serían celebradas el pasado viernes 3 y el sábado 4 de febrero del 2017. La única planilla inscrita es la de la de RetoAEU, que apresura el momento de las urnas pensando que así lograrán quedarse con la guayaba, cosa que no pasará porque al carecer de estructura no podrán ni siquiera impugnarle nada a la actual banda criminal que retiene la AEU, que se ha mantenido desde hace 16 años por las armas y la violencia.

Por su lado, el proyecto de los oportunistas, parece estar colapsado momentáneamente, pero dado que se harán las elecciones en septiembre, ya que se alude a que el departamento de Registro y Estadística esperará hasta las últimas inscripciones, que son las primeras del segundo semestre en julio, para entregarle la ficha de matriculados que será el padrón electoral 2017, con todos los nuevos estudiantes del Campus Central integrados a la votación.

Ante esto, la actual AEU, ha buscado varios métodos, como entorpecer la celebración de las elecciones tachándolas de ilegales en el CSU, así como invitar a todas las asociaciones de la USAC, incluso aquellas a las cuales ha llamado ilegales (Historia) en la prensa burguesa de mayor tiraje, a una reunión para discutir la huelga de este año, pero cuyo verdadero propósito era para ver cuál es la postura de las asociaciones ante las elecciones, para convocar ellos a un CCEU y así poder formalizar su ilegalidad. El 1ro. de marzo da inicio la Huelga de Todos los Dolores, no dudamos que también usen su habitual violencia manchando los colores de la capucha, persiguiendo y lastimando a las y los compañeros que hemos agitado a favor de la democratización de la AEU.

Desde el Partido Socialista Centroamericano (PSOCA) llamamos a la unidad de todos los sectores democráticos del movimiento estudiantil interesados en recuperar la organización que por derecho es nuestra y que hoy sigue siendo caja registradora de los gánsteres y sicarios del movimiento estudiantil consciente. Volvemos a hacer el llamado a las asociaciones de estudiantes en general a no subestimar, informar, involucrar y hacer de las bases estudiantiles esta lucha, solo con una movilización general de los estudiantes se podrá recuperar la AEU de los bandidos y violentos.

¡Por el rescate y recuperación de la Asociación de Estudiantes Universitarios Oliverio Castañeda de León! ¡Fuera las mafias corruptas que han controlado y lucrado de la AEU!

¡No a la injerencia del Consejo Superior Universitario y el rector Alvarado Cerezo en el proceso de reforma de la AEU! ¡Total independencia del movimiento estudiantil sancarlista!

¡No a las negociaciones y pactos espurios a espaldas de las bases estudiantiles que permitan cuotas de poder a los mafiosos que controlan la actual AEU!

¡Por la democratización total del movimiento estudiantil! ¡Que todas las unidades académicas realicen asambleas democráticas de base que elijan sus delegados a consejos generales y a un Consejo General de la nueva AEU! ¡Fuera las camarillas antidemocráticas del movimiento estudiantil!

¡Rescatemos y democraticemos la AEU: por un gobierno estudiantil de delegados de base!

Centroamérica, 9 de Febrero del 2017

Secretariado Ejecutivo Centroamericano (SECA)

Partido Socialista Centroamericano (PSOCA)

Activistas del FMLN se reagrupan para iniciar el ataque contra los trabajadores de la educacion

La intergremial sindical de Educación compuesta por ATRAMAEC, SIMEDUCO, SIANDES, SEDESA y Bases Magisteriales inició protestas, el día lunes 30 de enero, frente a la Dirección Departamental de Educación en el departamento de La Paz, denunciando violaciones y abusos laborales contra los trabajadores, por parte de Patricia Alvarado, jefa departamental, y para expresar condena pública de otros hechos ocurridos al interior del MINED que abarcan las negaciones del derecho a las audiencias, violaciones laborales, maltratos, abusos de autoridad y despidos arbitrarios.

ATRAMEC ha denunciado a través de un comunicado de prensa, que los 14 directores departamentales del país fueron nombrados en sus puestos, no en base a carrera sino mediante colocaciones de dedo, por el partido gobernante FMLN. En este sentido, la protesta en La Paz tomó un contenido de amplias demandas laborales en el marco de condena a los actos arbitrarios de Patricia Alvarado, de quien se pedía la remoción del cargo.

La oficina permaneció abierta lunes, martes y miércoles, pero a partir del jueves 2 se cerró totalmente hasta el sábado 4, día que los activistas sindicales fueron desalojados mediante una acción violenta, repudiable. Antes de las 14 horas activistas del FMLN se apostaron frente a las instalaciones tomadas por los trabajadores, que al cabo de un lapso de tiempo, con intervalo de ofensas y amenazas, procedieron a la agresión física de los manifestantes con el respaldo de la PNC, abriendo la puerta de servicio e ingresando en bandada, procediendo al desalojo de forma violenta amparados por la PNC que, no solo permitió sino además respaldó el proceder de estas personas.

El Comisionado Omar Joachin fue el oficial policial a cargo que se sumó a los agresores, advirtiéndole a los sindicalistas que si ofrecían resistencia, la PNC iba a proceder en su contra. Debemos denunciar que la procuradora departamental de la PDDH también fue cómplice de la agresión violenta contra los trabajadores, se hizo presente pero no para evitar los actos violentos contra los trabajadores. En ningún momento defendió a los sindicalistas que sostenían una toma pacifica, en el marco de la defensa de sus derechos laborales, sino que fue un muda asistente y colaboradora de la acción violenta de la turba o fuerza de choque del FMLN contra los trabajadores.

Posteriormente, la secretaria general de ATRAMEC, Marta Campos, se dirigió a la Fiscalía General de la Republica a realizar la respectiva denuncia, por ataques contra las libertades sindicales y agresión física contra los trabajadores en lucha.

Este acontecimiento descubre el verdadero carácter antiobrero del gobierno del FMLN, sexto gobierno de este largo periodo neoliberal que, ante la tétrica crisis económica y el agudo déficit fiscal del país, responde con negociaciones conciliadoras con la derecha, al mismo tiempo que recorta el Escalafón para los trabajadores de la salud e inicia actos violentos contra los trabajadores de la educación en lucha.

Los hechos ocurrido este sábado 4 de Enero del 2016, nos dejan como amarga lección que no debemos permitir otro ataque violeto de los partidarios del FMLN en contra de las demandas de cualquier sindicato de trabajadores, mucho menos que la PNC sea utilizada como protectora de este tipo de ataques

El Partido Socialista Centroamericano (PSOCA) condena los ataques de activistas del FMLN contra los trabajadores de la educación. Llamamos a todos los sindicatos, centrales obreras y campesinas, organismos de la sociedad civil, a luchar unidos por la defensa de las libertades y derechos sindicales. De igual manera, si continúan este tipo de ataques, llamamos a los trabajadores y a los sindicatos a constituir piquetes o grupos de autodefensa de las marchas y luchas sindicales. El gobierno del FMLN pretende desmoralizar a los trabajadores de los sectores de salud y educación, que han dado muestras de descontento y han pasado a la lucha.

Llamamos a las bases del FMLN que sean consecuentes con su pasado revolucionario, y que se opongan a las directrices de sus jefes que organizan fuerzas de choque contra los trabajadores. En el pasado, era la derecha quien atacaba a los trabajadores en lucha, ahora con el gobierno del FMLN son los antiguos guerrilleros quienes organizan ataques violentos contra la lucha de los trabajadores, convirtiéndose en los más fieles defensores del modelo neoliberal que nos tiene sumido en el hambre la miseria y violencia social.

Ante la descomposición del capitalismo salvadoreño, los dirigentes del FMLN están actuando como sus grandes salvadores. Cuando se produjeron las luchas en salud por la defensa del escalafón, el FMLN dio instrucciones a maestros de ANDES 21 para que atacaran a los sindicalistas del MINSAL tal y como ahora ha ocurrido con los trabajadores de la educación, pero con la diferencia que esta vez procedieron con agresiones físicas.

Exhortamos a los organismos defensores de los derechos humanos, a exigir a la PDDH en El Salvador que deslinden del comportamiento de la procuradora en el departamento de La Paz, de igual manera exigimos que destapen los crecientes casos de violaciones a los derechos laborales que el gobierno del FMLN está impulsando, y que la PDDH está silenciando. Invitamos a las demás organizaciones sindicalistas a denunciar estos atropellos y a hacer acciones de solidaridad.

¡Detengamos los ataques violentos contra los trabajadores, por la conformación de piquetes o comités de autodefensa!    

Centroamérica, 04 de Febrero 2017.

Secretariado Ejecutivo Centroamericano (SECA)

Partido Socialista Centroamericano (PSOCA

 

¡Abajo la reelección presidencial en Honduras!!

¡¡Organicemos la desobediencia civil, paros parciales hasta convocar a un Paro Cívico Nacional contra la reelección de JOH!!

 

El pasado 15 de diciembre del año 2016, dos de los tres magistrados del Tribunal Supremo Electoral (TSE), con el voto en contra del magistrado liberal Erick Mauricio Rodríguez Gavarrete, resolvieron inscribir la candidatura del actual presidente Juan Orlando Hernández (JOH) como precandidato presidencial de las próximas elecciones internas a realizarse el domingo 12 de marzo del 2017, imponiendo la reelección presidencial en Honduras.

Honduras es el único país de Centroamérica, y de los pocos en América Latina, que ha establecido el sistema de elecciones internas como requisito previo para la realización de las elecciones presidenciales. El sistema de elecciones internas permite a los partidos escoger por medio del voto su candidato presidencial.

Las nefastas sentencias de abril del 2015 y agosto del 2016.

Después de las marchas de las antorchas, y de un tremendo forcejeo entre los grupos de poder para elegir a los magistrados de la nueva Corte Suprema de Justicia, los magistrados salientes emitieron una nefasta sentencia de la Sala Constitucional el 22 de abril del año 2015, dando repuesta a varios recursos de inconstitucionalidad presentados por diputados pertenecientes al gobernante Partido Nacional (PN), para permitir la reelección presidencial, algo absolutamente prohibido por la Constitución de 1982.

La dictadura nacionalista de Tiburcio Carias Andino, quien se mantuvo en el poder durante 16 años (1932-1949), ha sido una amarga experiencia que los legisladores constituyentes, en su mayoría liberales, quisieron evitar al aprobar artículos pétreos, inamovibles, en la Constitución de 1982.

Para burlar la Constitución de 1982 e imponer la reelección, la cúpula del PN se apoyó en la experiencia de los expresidentes Oscar Arias y Daniel Ortega, de Costa Rica y Nicaragua, respectivamente, quienes lograron burlar las prohibiciones constitucionales a través de sentencias que abrieron el camino a la reelección.

La sentencia del 22 de abril del 2015 declaró inaplicables el último párrafo del artículo cuatro (4), el numeral cinco del artículo cuarenta y dos (42), el artículo doscientos treinta y nueve (239), y una buena parte del artículo trescientos setenta y cuatro (374), este último considerado una norma pétrea de la Constitución liberal de 1982.

Todas las normas declaradas inaplicables, derogadas en los hechos, estaban relacionadas con la prohibición absoluta de la reelección en Honduras. Esta sentencia fue ratificada por una nueva sentencia del pleno de la nueva Corte Suprema de Justicia de Honduras, en agosto del 2016, que declaró como asunto concluido la sentencia del 22 de abril del 2015. La suerte estaba echada.

El problema de la reelección

La reelección se ha puesto de moda en Centroamérica y América Latina. Ante la agudización de la crisis del capitalismo, las burguesías se ponen de acuerdo en cambiar las reglas del juego, buscando gobiernos fuertes, estables, ante un panorama que presagia luchas y radicalización de las masas trabajadoras.

El oficialismo del PN ha pretendido dorar la píldora, planteando la necesidad de regular la reelección únicamente a un periodo continuo, como ocurre en Estados Unidos. El problema en Honduras es que la experiencia de la dictadura de Carias y los subsiguientes gobiernos militares, demuestra la inexistencia de un sistema electoral democrático, en donde sí se haga valer la voluntad popular expresada en las urnas. Mientras no exista una democracia real, mientras no existan mecanismos de revocación del mandato del presidente y de los altos funcionarios (diputados, magistrados, alcaldes, etc.), la reelección en cualquiera de sus variantes solo servirá para consolidar el poder de los actuales grupos económicos, en detrimento de los intereses de los trabajadores y los sectores populares

La decadencia de Honduras y el surgimiento del bonapartismo de JOH

Honduras es una clara muestra de decadencia del sistema capitalista neocolonial. El país está carcomido por la corrupción, los carteles del narcotráfico y el crimen organizados están enquistados en todas las instituciones estatales, incluida la Policía Nacional y el Ejército.

Honduras retrocede en sus índices sociales, campea el desempleo y los bajos salarios, que obligaron a un millón de hondureños a emigrar a los Estados Unidos y España, para enviar remesas para el sustento de sus familias. Honduras es el segundo país más violento del mundo, superado ligeramente por El Salvador, otra muestra clara de la decadencia capitalista.

En medio de este caos y violencia social, cabalgando sobre las desgracias del pueblo, la elección de Juan Orlando Hernández (JOH) en las fraudulentas elecciones del 2013, marcó una clara tendencia del grupo de poder que representa el PN, para imponer un nuevo régimen político en Honduras, basado en la concentración de poderes del presidente.

A este nuevo régimen lo hemos denominado “bonapartismo”, porque surge del caos económico y social que aflige a Honduras, postulándose como el necesario salvador del país, obligando a los demás grupos a apoyarle en su proyecto de concentración de poder.

La cúpula nacionalista ha logrado articular un consenso con otros grupos, pero sobre todo ha logrado ganarse el apoyo del gobierno de Estados Unidos, postulándose como el abanderado de la lucha contra la corrupción, quien fomenta la depuración policial, extradita a los capos del narcotráfico, y autoriza la labor de la Misión de Apoyo Contra la Corrupción y la Impunidad en Honduras (MACCIH), un engendro de la intervención imperialista.

Colaboracionistas por acciones y omisiones

Copiando la experiencia del sandinismo en Nicaragua, JOH y el PN comenzaron a copar paulatinamente las instituciones del Estado, preparando el camino para la reelección. Este proceso fue posible sin necesidad de hacer profundas reformas constitucionales, por la abyección y colaboración de los principales partidos políticos, especialmente del Partido Liberal (PL) y del Partido Libertad y Refundación (LIBRE) que dirige el caudillo liberal Manuel Zelaya.

Unos por acciones y otros por omisiones, han colaborado en asuntos políticos centrales a fortalecer el gobierno de JOH. El Partido Liberal ha colaborado con JOH con acciones concretas. Los diputados liberales han aprobado casi todas las leyes, utilizando sus votos para negociar únicamente cuotas de poder.

En cambio, el partido LIBRE ha colaborado de otra forma, desmovilizando a las masas, dejando hacer, no convocando a acciones de luchas concretas que lograran detener en su momento el proyecto reeleccionista.

El Frente Nacional de Resistencia Popular (FNRP) fue asesinado por sus dirigentes que preferían la competencia electoral, a pesar que el nacionalismo tenia los dados cargados dentro de instituciones como el TSE. El Partido LIBRE dejó pasar la coyuntura, y después de mojar la pólvora por tantos años, no logra encender la llama de la insurrección popular, con la que tanto amenaza el expresidente Manuel Zelaya.

Una oposición impotente y estéril.

Los constantes roces entre los partidos de oposición envalentonaron a JOH. Nunca le enjuiciaron, cuando encabezaron movilizaciones, éstas terminaban en mesas de negociaciones, públicas o secretas.

Ahora ante el hecho consumado de la postulación de JOH como precandidato del PN, el bloque de oposición (PAC, LIBRE y PINU) trata de sacar provecho en la medida en que pretenden derrotar a JOH en las próximas elecciones presidenciales. Se han limitado a interponer recursos de amparo que serán conocidos y resueltos por la misma Corte Suprema de Justicia que ha avalado las sentencias de abril del 2015 y agosto del 2016. Las declaraciones de Manuel Zeleya, en el sentido que están agotando los recursos internos para recurrir a organismos internacional, es una vergonzosa reafirmación de la impotencia de esta oposición timorata, sin convocar a una sola movilización de importancia.

Este bloque opositor no entiende, no quiere entender, que después de las elecciones internas, la candidatura de JOH estará completamente legitimada, bañada con el voto popular de la base social del PN. Otra forma de colaborar con la reelección de JOH, asumiendo discursos estridentes y radicales, pero sin realizar una sola acción que haga retroceder al TSE, la Corte Suprema y por supuesto al propio JOH.

Desobediencia civil, paros parciales, hasta convocar al gran Paro Cívico Nacional contra la reelección de JOH

El PN aprovechan las fiestas navideñas para imponer la precandidatura de JOH. Sumado a esto, en Honduras existe una desmovilización general, que tiene sus orígenes en la derrota pacifica de la lucha contra el golpe de Estado, porque Manuel Zelaya prefirió entrar a los procesos electorales y se negó a impulsar cambios revolucionarios. En este contexto el PN impone la reelección, al inscribir la precandidatura de JOH.

Necesitamos revertir esta situación. Nunca es tarde para pasar a la lucha. Por ello, el Partido Socialista Centroamericano (PSOCA), llama a todas las fuerzas políticas, a los movimientos sociales, indígenas y populares, a cerrar filas en torno a una sola consigna: ¡No a la relección de JOH, abajo la reelección presidencial en Honduras!!

Llamamos a la desobediencia civil, a no pagar impuestos, a sonar las cacerolas, a marchar en las calles de manera unificada contra la reelección, a organizar paros parciales en todos los barrios, ciudades y pueblos de Honduras. Exigimos a las cúpulas del Partido Liberal, del partido LIBRE, del Partido Anticorrupción (PAC), al PINU, a todos, a detonar el descontento popular organizando marchas de protesta, como lo fueron las Marchas de las Antorchas, para demostrar que la mayoría de la población está en contra de la reelección presidencial, y que se debe respetar el sentimiento popular.

Llamamos a los movimientos en lucha, como los estudiantes de la UNA y la UNAH, a fortalecer esta lucha democrática. La Constitución de 1982 ha sido pulverizada por las sentencias de la Corte Suprema de Justicia, necesitamos discutir y aprobar una nueva Constitución. Solo la mayoría del pueblo, a través de sus representantes electos democráticamente para una Asamblea Nacional Constituyente, pueden decidir sobre el espinoso tema de la reelección. !¡Todavía estamos a tiempo de evitar una nueva dictadura, a la calle todos!!

Centroamérica, 17 de diciembre del año 2016

Secretariado Ejecutivo Centroamericano (SECA)

Partido Socialista Centroamericano (PSOCA)

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