Por Carlos M. Licona

Los augurios para un cambio radical en la forma de gobernar el país aún no son claros, con un inicio caótico en los sistemas de salud y educación, un precio de la energía eléctrica por las nubes y una crisis en el Congreso Nacional aún sin resolver, son solamente, una lista inicial de bombas de tiempo heredadas por el nuevo gobierno. Sin duda alguna que, las personas que doña Xiomara Castro ha decidido le acompañen en este proyecto por refundar el país tendrán mucho que ver con los aciertos o el fracaso en los resultados.

El gabinete electo por la presidenta de la república oscila entre personajes muy “zelayistas” y que nunca asistieron a una movilización desde el golpe de Estado del 2009, académicos universitarios con programas de televisión o bien, permanentes luchadores como en el caso de la educación. Un gabinete de gobierno con mucha juventud y forjados en la lucha, no obstante, carentes de experiencia y sapiencia en la forma de enfocar las soluciones a la problemática cotidiana.

Hay que tener claridad que en una semana es muy rápido para sacar conclusiones, además, existe aún una telaraña dejada por la dictadura con el propósito de maniatar al máximo las decisiones del gobierno que prometió en campaña devolver a todos los trabajadores las conquistas eliminadas por el Partido Nacional.

La juventud en el Secretario de Educación

El joven Secretario de Educación es Daniel Sponda, docente y permanente luchador desde sus años de estudiante universitario, afiliado al Colegio Profesional de Unión Magisterial de Honduras (COPRUMH), casi desde el momento en que se graduó en la Universidad Pedagógica Nacional ingresó al sistema de educación pública y muy rápido llegó a ser parte de la Junta Directiva Central del COPRUMH, un ascenso de espuma que tiene mucho que ver con su amplio conocimiento de estadística y su profunda formación profesional y política. Muchas cualidades positivas que sumadas a su participación política en el Partido LIBRE contribuyeron a su designación como máxima autoridad en educación.

El Ministro Sponda, desde el 2019 sufre la estigmatización de algunos sectores del magisterio por haberse reunido con el anterior ministro de Educación Arnaldo Bueso, en el punto máximo de la lucha que se realizó junto al pueblo aglutinados en la “Plataforma en Defensa de la Salud y la Educación Pública”. En descargo del joven Daniel, se entiende que, en aquel momento, al igual que en el 2011, la dictadura ya estaba lista para suspender y despedir a centenares de maestros, una situación que de haber sucedido hubiera generado terribles consecuencias para los docentes y sus familias, tal y como ocurrió con el profesor Roberto Ordóñez, víctima de esa oprobiosa dictadura. Los sectores más radicales de la lucha en el 2019, pretendieron que el magisterio con los estudiantes universitarios se fuera de frente para derrocar a Juan Orlando Hernández, no obstante que se logró la derogación de los famosos PCM que originaron la lucha porque privatizaban la salud y la educación pública.

Daniel Sponda fue uno de los principales dirigentes del magisterio que argumentó en el 2021 los motivos por los que no se podía retornar a los centros educativos, sin embargo, motivado por el discurso de doña Xiomara el 28 de enero y en un exabrupto de inexperiencia, declaró ante los medios de comunicación que el 1 de febrero se iniciaban las clases en la educación pública y por lo tanto, que los maestros se presentaran a las escuelas y colegios. 

El joven Secretario de Educación olvidó por completo que primero tenía que llamar a las autoridades de salud, principalmente a las más empapadas sobre el tema del COVID-19, para definir la forma gradual y segura de un retorno a clases en forma presencial. También olvidó que, si se va a respetar el Estatuto del Docente, es imposible que el 1 de febrero se inicien las clases, ya que, los docentes vienen del periodo de vacaciones que culmina el 31 de enero, lo que si es legal decir es que el 1 de febrero se inicia el año lectivo.

Este inicio tan abrupto del año lectivo y sin tener aún clara la estrategia del retorno seguro a clases, sumado a la lucha que libran los maestros interinos que aspiran a ser nombrados de forma permanente, el saqueo al INPREMA de 110 millones de dólares para pasarlos al aeropuerto de Palmerola, no es más que un mal presagio entre los dirigentes que ahora administran la educación pública y que; ya no se podrá aducir que son ignorantes los que rigen la política educativa.

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