Por Bismarck Blandon

En julio del 2018 cambió la correlación de fuerzas cuando la dictadura logró aplastar militarmente a los tranques. La Unidad Nacional Azul y Blanco (UNAB) nació en un momento adverso. Por ello, con el tiempo muchos de los movimientos sociales de autoconvocados terminaron reduciendo su participación, o simplemente desaparecieron en la medida que arreció la represión de la dictadura.

El año 2019 marcó un debilitamiento paulatino de la UNAB. El primer CP electo en 2019, aunque fue pluralista, no comprendió el cambio en la situación política, y siguió manejando consignas y políticas que eran propias del periodo anterior marcado por el ascenso de la rebelión popular.

Enorme debilidad: la organización por sectores

En octubre del 2018, la UNAB se constituyó como fue un frente único o coordinadora entre la Alianza Cívica por la Justicia y la Democracia (ACJD) y los movimientos sociales agrupados en la Articulación. Esta agrupación tiene su origen en el Movimiento por el Rescate del Sandinismo (MPRS). En el acto de fundación participaron más de 41 organizaciones, pero también se colocaron algunos de los viejos grupos políticos, entre ellos cabe destacar al Frente Amplio por la Democracia (FAD), organismo de fachada por medio del cual el ex Movimiento Renovador Sandinista (MRS) – ahora se llama Unámonos-- actuaba a nivel público.

Era comprensible que en sus inicios la UNAB estuviera conformada por 5 sectores: estudiantil, territorial, sociedad civil, costa caribe y el “llamado “sector político”. Lejos de ser una situación excepcional, transitoria, este modelo de organización por sectores se convirtió en la tónica permanente.

La existencia de organizaciones “paraguas”, como la Articulación, que agrupan a pequeños grupos, permitió la representación múltiple. Veamos un ejemplo. Muchos grupos estudiantiles tenían representación propia, pero la Coordinadora Universitaria por la Justicia y la Democracia (CUDJ) que los agrupaba también tenía representación propia, y a su vez la Articulación que los agrupaba a todos tenía su propia representación.

Este esquema organizativo por sectores, permitió la proliferación de la representación múltiple, garantizó la hegemonía o capacidad de veto de la Articulación, que agrupaba a muchos ongs y a los movimientos sociales que dependían de estos.

Los bloques a lo interno

Pero no solo fue la Articulación, sino también las organizaciones alrededor del ex MRS hicieron lo mismo. Para la elección del segundo CP, en enero de 2020, cuando ya se había salido la ACJD, la UNAB quedó en manos de tres bloques que pactaron entre ellos. El ex MRS y la Articulación pactaron con la Unión Nacional Autoconvocada (UNA), pequeña corriente liberal disidente encabezada por Félix Maradiaga. Estos tres bloques, a pesar de los orígenes distintas, tienen algo en común: todos vienen del mundillo de los ongs. Además, estaban unidos en el impulso de la Coalición Nacional (CN), en la cual la UNAB tendría la hegemonía.

El año 2020 fue de estancamiento total de la UNAB, concentrada en crear una imposible coalición primero con el PLC y después, como consolación, con el PRD. La UNAB, para mostrar musculo dentro de la CN, dijo haber organizado directivas en los 153 municipios, un verdadero milagro por los altos niveles de acoso y represión. Esta, en realidad, ha sido una mentirita piadosa para sus bases.

El nuevo CP

El pasado domingo 31 de enero del año 2021, las organizaciones que componen la UNAB realizaron, en uno de los salones del Hotel Holiday Inn, en Managua, la tercera elección del Consejo Político (CP), organismo ejecutivo encargado de dirigir a la organización.

A pesar que cualquier campaña electoral exige la preeminencia del trabajo territorial, la UNAB sigue organizada por sectores. Se supone que hay 153 Consejo Municipales, pero estos quedaron relegados por el sistema de votación por sectores.

El resultado de la votación por sectores permitió, por ejemplo, que los candidatos de la llamada sociedad civil, que apenas obtuvieron 17 y 24 votos, quedaran electos como miembros del CP, y que candidatos que obtuvieron el doble de votos quedaran fuera. Lo que más llama la atención es que por el sector territorial hay apenas tres electos, cuando se supone que los consejos municipales son la mayoría.

El sector político tuvo tres electos, el sector territorial otros tres, el sector juvenil y estudiantil dos electos, el sector sociedad civil otros dos electos, y la costa caribe dos representantes.

En pocas palabras se mantiene el inestable y frágil statu quo al interior de la UNAB, en una situación cada vez mas compleja, en donde muy probablemente los bloques terminaran rompiendo las alianzas para enfrentarse por la decisión más temida: la irremediable alianza con el Partido Ciudadanos por la Libertad (CxL). Tanto que abjuraron y todo indica que al final, por no luchar por una casilla propia, terminarán de rodillas, suplicando un espacio en la gran alianza electoral controlada por el gran capital.

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