Por Armando Tezucún
Mientras sectores de la población guatemalteca iniciaban una serie de bloqueos en protesta por la entrada en vigencia de cuatro decretos que obligaban a los propietarios de vehículos a adquirir un seguro de accidentes que beneficie a terceros afectados, nuevamente trabajadores estatales del sector de salud salieron a protestar.
El miércoles 19 de marzo, militantes del Sindicato Nacional de Trabajadores de Salud de Guatemala (SNTSG) protagonizaron una protesta frente a la sede del Ministerio de Salud, exigiendo ser atendidos por las autoridades de la cartera. Según el dirigente sindical Luis Alpírez, el SNTSG demanda el cumplimiento del artículo 140 de la Ley de Presupuesto General de Ingresos y Egresos del Estado para 2025, que establece un incremento salarial y un incentivo económico para todo el personal de salud, así como la reclasificación y el traslado de compañeros que trabajan bajo contrato, a reglón permanente, gozando de todas las prestaciones laborales de ley; de igual manera, exigieron el aumento del monto de la beca de estudio que reciben los estudiantes practicantes de la carrera de medicina (Prensa Libre 19/03/2025).
Esta acción se dio en paralelo a la realizada en días pasados por el Sindicato de Empleados del San Juan de Dios, que, como sabemos, agrupa, no solo a trabajadores de este centro hospitalarios, sino a numerosos compañeros de otros hospitales e instituciones de salud del país. Este sindicato logró una reunión con el gobierno, para discutir las mismas demandas del SNTSG, dando a las autoridades un plazo de dos semanas, después de las cuales, si no hay solución, irán a la huelga.
En sus declaraciones, Alpírez afirmó que su organización sindical busca que las autoridades del Ministerio de Salud discutan las demandas con el sindicato mayoritario, que, según él, es el suyo, ya que agrupa a más de 35 mil afiliados. “Si ese aumento no satisface a la clase trabajadora y se negocia con un sindicato minoritario, nos van a tener en las calles. La ruta ya está establecida, allí nos van a ver en las carreteras” (Ídem).
El SNTSG hace parte de la coordinadora de los Sindicatos Globales, que agrupa sobre todo a sindicatos de trabajadores estatales; entre otros sindicatos de importancia de esta coordinadora figura el Sindicato de Trabajadores de la Educación de Guatemala (STEG), dirigido por el conocido Joviel Acevedo, que tiene poco más de un año de estar negociando un nuevo pacto colectivo del magisterio con el gobierno de Bernardo Arévalo.
En cambio, el Sindicato del San Juan de Dios está afiliado a la Confederación General Central de Trabajadores de Guatemala (CGTG), que a su vez pertenece al Movimiento Sindical y Popular Autónomo de Guatemala, más conocido como los Autónomos.
Los dirigentes de los sindicatos Globales tienen una larga historia de haber respaldado a gobiernos corruptos de derecha, tras haber logrado pactos colectivos y prebendas, siendo el caso más paradigmático el del líder magisterial Joviel Acevedo. En cambio, los Autónomos han mantenido su independencia frente a los gobiernos vinculados a estructuras corruptas; con la actual administración Arévalo/Herrera, los Autónomos han tenido encuentros y diálogos y le han manifestado su respaldo, incluso invitando al presidente Arévalo a pronunciar discursos en las marchas del 1 de mayo y 20 de octubre. Aún así, Globales y Autónomos mantienen un diálogo a ciertos niveles, sobre todo en lo que respecta a las representaciones de trabajadores en las instancias estatales tripartitas y la participación en encuentros internacionales donde se requiere participación del movimiento sindical guatemalteco.
A nivel de las acciones concretas en el área de salud, estamos viendo cómo el sindicato afiliado a los Globales busca enfrentamientos con el sindicato afiliado a los Autónomos, tratando de restarle credibilidad y deslegitimarlo. Las bases de ambos sindicatos sufren las mismas violaciones a sus derechos laborales de parte de las autoridades del Ministerio de Salud, y experimentan las mismas penalidades al enfrentar el alto costo de la vida con salarios magros. Llamamos a las y los trabajadores de salud a luchar unidos por las demandas urgentes que mejorarán su nivel de vida, y a rechazar a dirigentes que quieran causar división por compromisos que tengan con estructuras de poder corruptas heredadas de gobiernos anteriores. Los trabajadores de la salud deben mantener su independencia de clase frente a cualquier gobierno que represente los intereses de los empresarios, sea éste abiertamente corrupto, o que tenga un discurso democratizante y anticorrupción; ni un gramo de confianza en el gobierno de Arévalo.

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