Por Marcelo Aguilar Orellana
Las marchas del 1 de mayo en San Salvador se dividieron en dos bloques, el primero está dirigido por el Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), partido en el Gobierno, y el segundo bloque está constituido por la Coordinadora Sindical Salvadoreña (CSS) y demás organizaciones sociales.
La marcha oficialista
La marcha más voluminosa fue la de los sindicatos afines al FMLN. Al finalizar la marcha se concentraron en la Plaza de las Américas, donde el FMLN había organizado un acto conmemorativo. En un ambiente con banderas del FMLN, y con la asistencia de Sandra Guevara, ministra de trabajo (protegida del sol por uno de sus subalternos), se inició el evento con espacios de participación reservados para el presidente Salvador Sánchez Cerén; Medardo González, el secretario general del FMLN, e Israel Montano, dirigente de ANDES 21 de JUNIO.
Los tres oradores centraron su discurso contra ARENA y la ANEP, y hubo pocas menciones a los problemas del movimiento obrero y popular. En su discurso, Israel Montano le pidió apoyo al Gobierno y acciones concretas a favor de los diversos puntos incluidos en una plataforma sindical, que simbólicamente entregó en manos del presidente. Montano dijo lo siguiente: “Al gobierno nacional demandamos garantizar para la población, la seguridad ciudadana…Queremos escuchar de nuestro Gobierno un compromiso contundente para avanzar en el diálogo y la búsqueda de consenso con las organizaciones sindicales y sociales, en el marco del respeto previo a la libertad sindical, como un derecho legítimo de los trabajadores y las trabajadoras”.
Lindas palabras a favor de la unidad de los trabajadores, pero un día después de la marcha Montano sirvió de contraparte, apoyando a las autoridades del MINED, en una protesta hecha por el sindicato ATRAMEC.
El presidente Sánchez Cerén arremetió contra la oposición y los medios de comunicación, a los que llamo “nuevos medios de represión para infundirle temor a la ciudadanía”, (sobre la campaña que están montado en relación al sistema mixto de pensiones).
Medardo Gonzalez, en su discurso manifestó: “A lo que voy, precisamente, este Gobierno es de los sindicatos, este Gobierno es de las cooperativas, este Gobierno es del pueblo salvadoreño, es nuestro Gobierno”.
Si los sindicatos mandaran en nuestro país no habría represión contra las organizaciones sindicales en los hospitales, ni maniobras burocráticas en el Ministerio del Trabajo. Este acto, lleno de demagogia populista, evidencia la intención del FMLN de mantener el control sobre los sindicatos, y utilizarlos como fuerza de choque contra la oposición derechista. En esta marcha, además de sindicatos, participaron organizaciones sociales y ONG’S
La marcha independiente de la CSS
Desde varios años esta marcha ha venido marcando amplias diferencias con el bloque de sindicatos afines al FMLN. Este año, la marcha dio inicio a la altura de la Universidad Nacional de El Salvador (UES) y finalizó en la Plaza Barrios. Esta había sido organizada por la CSS, por ello es importante recalcar que la mayor participación en este bloque fue de sindicatos predominante del sector público y en menor cantidad por sindicatos de empleados del sector privado.
Sin embargo, contó con la presencia de algunas organizaciones populares como la Coordinadora Nacional de Vendedores (CNV). Pedro Julio Hernández, dirigente de esta organización, manifestó que “los sindicatos y organizaciones solo tenemos compromisos con nuestros agremiados, no con gobiernos y mucho menos con partidos”. La consigna de la CSS (¡rojos y tricolores igual de explotadores!) fue coreada durante el recorrido de la marcha y en el acto conmemorativo, en el cual se demostró el pluralismo democrático que existe en ese bloque sindical. La declaratoria central se centró en el tema del sistema de pensiones y salarios. Se criticó al Gobierno, la empresa privada y la oposición política derechista, quienes han cerrado los espacios de consulta de estos temas. Los dirigentes de la CSS demandan abrir el debate democrático con todos los sindicatos, y no solamente con aquellos dirigidos por militantes del FMLN.
Podemos discrepar, pero debemos luchar unidos
Los dos bloques evidenciaron la división de la organización sindical, a partir del control que el FMLN ejerce sobre un amplio sector de sindicatos, por medio de la burocracia y corrupción, y a través de las fracciones políticas inmersas en las direcciones. Así se asegura el FMLN una base social de apoyo. Esto explica porque muchas veces el FMLN atenta contra los sindicatos independientes, buscando como disciplinarlos y alinearlos.
Es necesario que las organizaciones obreras superen las diferencias políticas e ideológicas, para concentrar esfuerzos comunes en puntos claves de interés mutuo: Sistema de Pensiones y Salarios. Podemos tener diferentes organizaciones sindicales, pero no es correcto que entre hermanos de clase nos enfrentemos, por instrucciones y maniobras sucias del FMLN. A las bases de los sindicatos que se rigen bajo la tutela del FMLN les animamos a presionar a sus direcciones para abrir el espacio de consulta de estos importantes temas.