Por Manuel Sandoval
La guerra comercial que lanzó Trump con las alzas de aranceles a las importaciones de Estados Unidos, ha generalizado preocupación en economistas y magnates ante la eventualidad de que provoque un curso recesivo en la economía yanqui que afecte a todo el mundo. Es un hecho que no sólo va a repercutir con un alza en el costo de la vida en los Estados Unidos por la gran cantidad de bienes de consumo que se van a ver afectados, sino que también va a afectar a la producción manufacturera interna, dependiente en gran medida de insumos y productos semielaborados en las cadenas de producción internacionales.
Por eso la incertidumbre que ha creado Trump con sus “idas y venidas” en la imposición de los aranceles, ha encontrado expresión en una caída violenta de los mercados bursátiles a nivel global prácticamente desde que se instaló en la Casa Blanca. Un proceso en el que según el economista británico Michael Roberts a estas alturas se abrían esfumado un 20% del valor de las acciones, una suma estratosférica que debe rondar los $24 o $25 billones. El repunte del jueves pasado, cuando Trump atrasó la aplicación de los aranceles a la mayoría de los países por 90 días, dejando por fuera a China, dio paso a una nueva caída al día siguiente al responder China con la misma moneda. Negocie o no Trump los aranceles, la inestabilidad y los vientos recesivos se han reforzado, anunciando para los próximos meses oscilaciones violentas en los mercados bursátiles.
Trump se ha lanzado a una guerra comercial con China y secundariamente con Europa, a fin de arrancar concesiones que frenen el retroceso económico de los Estados Unidos, pero no tiene mucha conciencia de la verdadera fuerza del gigante norteamericano, con los principales sectores de su economía insertos en las cadenas de producción global. (Las pérdidas que hoy sufren los millonarios yanquis en las bolsas vienen de la plusvalía arrancada a los trabajadores de los países de la Periferia donde se relocalizaron las empresas yanquis, europeas y japonesas: Europa del Este, México, China, India y el Sudeste Asiático principalmente, para beneficiarse de salarios bajos y baja protección laboral).
Si hay un retroceso de Washington y se llega a un acomodo con China, Europa y los BRICS (cosa que vemos muy difícil), a la “incertidumbre” que reina en las bolsas, surgirá un período de grave afectación por la dinámica recesiva en la economía yanqui y a nivel mundial que se está generando, que podría terminar, con la dislocación del mercado “global” sin barreras, que los Estados Unidos habían venido impulsando hasta Trump.
Esta introducción viene a cuento, porque con la barrida de capital en las bolsas al desplomarse las acciones bajo Trump, los fondos de pensiones de los trabajadores de los principales países capitalistas se están esfumando, y gracias a la política de Rocío Aguilar cuando estaba al frente de la SUPERINTENDENCIA GENERAL DE PENSIONES (SUPEN), una situación similar se está produciendo con los fondos de pensiones de los trabajadores costarricenses, principalmente con el ROP.
En notas anteriores hemos señalado que la especulación en Wall Street con los fondos del ROP, era una política que impulsaba Rocío Aguilar para aumentar la rentabilidad de los Fondos de Pensiones Complementarias, y de esta manera garantizar un complemento más sustancial para el monto principal cada vez más reducido que recibe el trabajador pensionado en el IVM, el RCC de los Educadores y el Fondo de Pensiones del Poder Judicial. Para especular más decididamente incluso propuso la creación de los Fondos Generacionales.
A marzo de este año, el 35, 4% de los recursos del ROP (¢4,30 billones de un monto total de ¢12,13 billones) estaba invertido en Wall Street y otras bolsas. Confiando en que los mercados internacionales se recuperarían de las pérdidas del 2021-2022, Rocío y su gente NO QUISIERON PONER LAS BARBAS EN REMOJO Y FRENAR LAS INVERSIONES EN WALL STREET.
Ahora que el desbarranque es peor, el sucesor interino de Rocío Aguilar en la SUPEN: Tomás Soley, ya salió a la prensa con la misma cantaleta de que las pérdidas se recuperarán con el tiempo y que la gente que puede verse afectada ahora es la que está por pensionarse; a la que aconsejaría que demoren el acogerse a la pensión porque esto obligaría a “ejecutar” las pérdidas de inmediato, al igual que en el caso de que el afiliado decida pasarse de una Operadora a otra y haya que trasladar los fondos (La Nación, 10 de abril). Róger Porras, Gerente de Popular Pensiones, la Operadora de Pensiones Complementarias que está a la cabeza de las inversiones en Wall Street, también dio declaraciones semejantes en REPRETEL.
Como estas gentecillas manejan nuestra plata a su antojo, recetándose sueldazos al convertirse en “expertos” para las inversiones en los mercados internacionales, no se dignan dar ninguna indicación en concreto de las pérdidas que están habiendo y Soley descaradamente falta a sus responsabilidades al frente de la SUPEN, porque tampoco indica si hay pérdidas en el IVM, el RCC de los Educadores y el Fondo de Pensiones del Poder Judicial. Como si fuéramos tontos nos hacen un llamado a confiar en que el mercado se recuperará, lo que a todas luces va contra la realidad actual.
Los trabajadores del país no autorizamos a Rocío Aguilar y sus fichas a especular con nuestro dinero en las bolsas. Se nos debe informar pormenorizadamente de las pérdidas que han provocado, y gentes como Soley y Porras deberían responder con sus bienes y penas de prisión por los tejes y manejes especulativos que han realizado.
Es absurdo y criminal endeudar al país, mientras los dineros de los fondos de pensiones se arriesgan en los mercados financieros internacionales. En la menor coyuntura de relativa recuperación que haya, hay que correr a devolver la plata al país.
Las organizaciones sindicales deberían encabezar una lucha para que se creen vehículos financieros seguros (con fiscalización y aval del Estado) para invertir el dinero de los fondos de pensiones en obra pública y proyectos de desarrollo social en el país. Los vientos de tormenta que hay en la economía capitalista internacional van a golpear gravemente a CR, si se continúa apostando a “crecer” en simbiosis con la economía yanqui y las otras economías centrales.
¡BASTA DE ESPECULAR EN WALL STREET CON NUESTRA PLATA!