Por José René Tamariz

La situación económica y alimentaria de los trabajadores, sectores populares y clases intermedias es grave y desesperante. Ambas situaciones están llevando, de forma combinada, a una crisis alimentaria y económica, ya que los salarios se han depreciado de forma sustancial, producto de la alta inflación, la devaluación del colón y los bajísimos salarios. El aumento de los precios de los productos y servicios básicos es generalizado y galopante e igualmente la pérdida de la capacidad de adquisición por parte de los salarios. Se hace necesario y urgente tener una propuesta y política para resolver esa gravísima situación de degradación social de miles de familias.

Crisis Mundial de los Alimentos

A nivel internacional el panorama es igual o peor en algunos países pobres. Según el Banco Mundial (BM) “El alza sin precedentes de los precios de los alimentos ha provocado una crisis mundial que empujará a millones más a la pobreza extrema, aumentando el hambre y la malnutrición… La guerra en Ucrania, las interrupciones en la cadena de suministro y las continuas repercusiones de la pandemia de COVID-19 están revirtiendo años de logros en el ámbito del desarrollo y empujando los precios de los alimentos a máximos históricos. Los mayores precios de los alimentos afectan más a la población de los países de ingreso bajo y mediano, que gastan en alimentos un porcentaje mayor de sus ingresos que la de los países de ingreso alto…”. (bancomundial.org).

De acuerdo con ese informe del BM “Al 29 de julio de 2022, el índice de precios agrícolas era un 19% más elevado que el nivel de enero de 2021. Los precios del maíz y el trigo eran un 16% y un 22% más altos, respectivamente, que los de enero de 2021, y los precios del arroz eran un 14% más bajos…”. (Ídem).

Por otra parte, la inflación interna de los precios de los alimentos es alta en diversos tipos de naciones. “Datos del último mes, correspondiente al período comprendido entre marzo y junio de 2022, indican una elevada inflación en casi todos los países de ingreso bajo y mediano; el 93,8% de los países de ingreso bajo, el 89,1% de los países de ingreso mediano bajo y del 89% de los países de ingreso mediano alto han registrado niveles de inflación superiores al 5%, y muchos experimentan una inflación de dos dígitos…”. (Ídem).  Costa Rica es parte de esta danza dantesca de inflación galopante en el primer semestre de 2022. Sin embargo, ese proceso inflacionario es menor en los países de ingreso alto, en un alrededor del 78% de ellos.

El Aumento de los Precios y Servicios Básicos

El 69% de los bienes y servicios subieron en junio, 12% no presentaron variación y un 19% bajaron. Veamos algunos ejemplos de incremento de precios en productos que son sensibles y significativos para la alimentación en las familias entre los meses de enero a junio de 2022. El arroz subió de precio en un 14,60%, los frijoles tuvieron un alza del 20.82%, el aceite se incrementó en un 77,40%, el café aumentó en 57,51%, el pollo entero tuvo un alza del 27,77% y el bistec de res subió un 20,48%. Otros productos básicos experimentaron aumentos superiores, tales son los casos de las harinas de trigo.

Muchos de esos productos aumentaron de precios por el efecto combinado de varios factores: aumento de las materias primas para producirlos, los fertilizantes y el incremento de los combustibles como la gasolina y el diésel. En parte, lo anterior es producto de la guerra de la Federación Rusa contra Ucrania y los otros elementos señalados por el Banco Mundial (BM). Es importante destacar que tanto Rusia como Belarús son los mayores exportadores de fertilizantes en el mundo con un 38% de fertilizantes potásicos, el 17% de fertilizantes compuestos y el 15% de los fertilizantes nitrogenados. Ucrania es el mayor exportador de maíz en el mundo. Por su parte, Ucrania y Rusia son los países de mayor exportador de aceite de girasol en el mundo con un 58% y 20,3%, respectivamente. A su vez, Rusia es el segundo mayor exportador de petróleo en el mundo. De ahí que ese conflicto militar está teniendo graves consecuencias sobre el mundo y, especialmente, en los países de ingreso bajo y mediano.

El litro de la gasolina super costaba 765 colones en febrero de 2022 y actualmente, mes de agosto, se encuentra en 1104 colones, aumentando 339 colones para un porcentaje de 44,31%. El diésel en febrero se compraba en 668 colones y ahora está a 1081, lo cual representa un incremento de 413 colones y un alza porcentual del 61,82%. Las últimas subidas de precios de esos combustibles se deben en gran parte a la guerra entre Rusia y Ucrania y otra parte, al aumento en el tipo de cambio del dólar y al alto impuesto único al combustible que existe en Costa Rica. Sin duda alguna, esas grandes alzas de los precios de esos combustibles tienen una reacción en cadena sobre los demás precios de bienes y servicios, tales como las tarifas de servicios de transporte público.

El decreto de Rodrigo Chaves para reducir el litro de diésel, mediante el subsidio de 102 colones de la gasolina al diésel, fue un verdadero fiasco, ya que dicho subsidio sólo duró 49 días, pues, el incremento de 131 colones el 5 de agosto a ese combustible, eliminó ese embuste temporal. 

Mención aparte requiere el alza en los precios de los alquileres de las casas de habitación que, debido a la alta inflación, han subido en el presente año hasta en un 10%, cuando los salarios se mantienen congelados.

Después de ese fiasco en la rebaja del diésel y, por ende, del aumento galopante y generalizado de los combustibles, Rodrigo Chaves, corre a realizar sus políticas de los vaivenes y de marchas y contramarchas. Es decir, la improvisación. Ahora plantea que “He instruido al ministro de Hacienda y la ministra de la Presidencia (Natalia Díaz) que preparen con carácter de urgencia un proyecto de ley para asegurar que el costo de los combustibles sea una realidad. Que eso se llevado adelante, el financiamiento; que el impuesto único del combustible bajará por el periodo que sea necesario para asegurarse que el techo nunca sea roto. El Gobierno de la República quiere que la gasolina y el diésel no suban, en el caso de la súper, más de ₵900 el litro, y el diésel, a más de ₵800”. (La Nación, 4 de agosto de 2022). Veamos dos aspectos contradictorios de esa política de última hora de Chaves. Existía en la Asamblea Legislativa un proyecto para reducir los precios de los combustibles y Chaves se opuso vehementemente a apoyarlo, incluso dijo que lo vetaría si lo aprobaba el Congreso. Adujo que se crearía un hueco fiscal y no había de donde financiarlo. De otro lado, su política de gobernar por decretos tiene patas cortas y se le está agotando y, entonces, está recurriendo a la Asamblea Legislativa. 

El Incremento de las Tasas de Interés y de los Préstamos

La Tasa de Política Monetaria (TPM) pasó de 0,75% en diciembre de 2021 al 7,5% en agosto de 2022, es decir, en ocho meses ha tenido un alza de 6,75%, para un porcentaje del 900%. Ese aumento de la TPM es la más alta desde el año 2011. Y está teniendo un efecto salvaje sobre los créditos en general. Por ejemplo, un crédito de vivienda por el monto de ₵50 millones se ha incrementado hasta en 70 mil colones por mes, pasando los deudores de pagar ₵330.000 mensuales a ₵400.000. Al subir la TPM, por tanto, también ha subido la Tasa Básica Pasiva (TBP) a la cual están ligados los préstamos. Es importante destacar que 694.000 operaciones se encuentran atadas a esa tasa de interés. Por ende, esa alza repercute fuertemente y de forma masiva en miles de familias y empresas. Las alternativas que presentan las instituciones financieras a los deudores para enfrentar semejantes alzas en los interese de sus préstamos no resuelve el problema, sino que lo prolongan en el tiempo.

De otro lado, hay que destacar que la inflación nacional es altísima, ubicándose la interanual en dos dígitos del 10,06%. La inflación del primer semestre (enero-junio) fue del 7,35% y el Banco Central de Costa Rica (BCCR) prevé que para finales de año pueda llegar al 9,9%, superando con creces las metas de esa institución que eran entre un 3% y 4%. Por otra parte, es importante y necesario destacar que esa política del BCCR del incremento galopante de la TPM está conllevando a la desaceleración económica y, eventualmente, a la recesión económica.

El Aumento del 100% de los Salarios a ministros y viceministros vs Congelamiento Salarial de los Trabajadores

Mientras a los trabajadores del sector privado, la comisión de salarios les aprobó un miserable reajuste salarial del 1,24% pagadero hasta enero del 2023 y a los trabajadores del sector público, los gobiernos de turno les tienen congelado los salarios desde hace tres años, a los ministros y viceministro, Rodrigo Chaves, por decreto le dio un gran aumento salarial de casi el 100% a sus sueldos base que se pagaría a partir del mes de julio. El salario base de un ministro pasó de ₵1.357.000 colones a ₵2.600.00 y el de un viceministro saltó de ₵1.302.650 a ₵2.500.000. Ahora, si a esos salarios le sumamos los pluses salariales que tienen muchos altos jerarcas del gobierno, sus salarios pueden ubicarse entre ₵4.000.000 o ₵5.000.000

La Procuraduría General de la República (PGR) para congraciarse con Rodrigo Chaves sobre dicho aumento salarial a los altos jerarcas, justificó dicho incremento con maniobras y artimañas leguleyas planteando que no “rompen la regla fiscal” porque dichos aumentos no constituyen reajusten por “costo de vida”, sino que son “revalorizaciones distintas” que no están prohibidas por la regla fiscal. Obviamente, esa política de Chaves es clasista, favoreciendo de forma descarada y cínica a una ínfima minoría de altos funcionarios del sector público. De ahí se deduce que sus políticas son a favor de las cúpulas del gobierno y de algunos sectores capitalistas como veremos a continuación.

Por la Soberanía y Seguridad Alimentaria

Según el Centro de Investigación en Economía Agrícola y Desarrollo Agroempresarial (CIEDA) “Entre 1995 y el 2021, el precio real (sin inflación) del frijol aumentó un 42%, pasando de ₵1.251 a ₵1.778 y el del maíz un 115% al pasar de ₵749 a ₵1.616. Por otro lado, la del arroz disminuyó un 3% al pasar de ₵968 a ₵936…”. (Semanario Universidad, semana del 3 al 9 de agosto de 2022). De acuerdo con ese mismo estudio del CIEDA “… en 1995, el 91% del frijol de consumo local se producía por agricultores nacionales y en el 2020 esto cayó a un 9,71%, llevando a la actividad frijolera al borde de la extinción. La extinción de la producción nacional del maíz precede a los años noventa, mientras que en el caso del arroz el impacto fue fuerte pero menor: paso de un 79% a 38%”. (Ídem).

Con base en ese estudio del CIEDA que está sustentado con datos y estadísticas del INEC se puede deducir y concluir que las políticas de los gobiernos de turno de eliminar la producción de granos básicos para priorizar la importación de ellos han sido perjudiciales tanto para los agricultores nacionales como para la población en general. Dicha política de extinción de la producción nacional se está sintiendo con las grandes alzas de los precios de los alimentos a nivel local. Por tanto, el decreto de Rodrigo Chaves de desgravar los aranceles del arroz desde un 36% a un 5%, lejos de disminuir los precios de ese grano a la larga llevará a su encarecimiento y a la extinción de la producción nacional y, por ende, a la ruina de muchos productores pequeños y medianos, favoreciendo a los grandes importadores del arroz. Por ende, los sindicatos deben establecer una alianza con los agricultores para luchar contra ese decreto, echándolo abajo. Además, se debe exigir el apoyo financiero, técnico y logístico para regresar a la siembra nacional de los granos básicos, única medida para garantiza la soberanía y seguridad alimentaria a nivel nacional. ¡Ese es el camino!

¿Cuál es la Propuesta y Salida?

Entonces, con base en todo lo anteriormente expuesto, se plantea como conclusión que se deben luchar por las siguientes medidas como salida a la crisis económica y alimentaria de los trabajadores, sectores populares y clases intermedias:

1. Debido a que los neoliberales, tanto del gobierno como fuera de él, plantean que no se puede dar “reajuste salarial por costo de vida” por la regla fiscal, ya que ésta lo prohíbe, entonces las organizaciones sindicales deben unirse y luchar conjuntamente por una verdadera “revalorización” de los salarios mínimos, así como de todos los demás salarios de los trabajadores, tanto del sector público como privado. En el caso concreto del sector educativo, le proponemos a todos los sindicatos del sector magisterial (APSE, ANDE y SEC) que le exijan, mediante la movilización y lucha en las calles, al gobierno de Chaves la “revalorización” de los salarios de los trabajadores de la educación mediante el incremento del percentil 50 al 75

2. Asimismo, llamamos a todos los sindicatos a unirse y luchar conjuntamente por el inmediato congelamiento de los precios de diversos productos básicos (por ejemplo, arroz, frijoles, aceite, café, carne de pollo y otros) y de los servicios básicos (pasajes de transporte público, luz, agua y alquileres de casas) como una medida para proteger a miles de familias de la galopante alza de precios en los alimentos y servicios básicos.

3. Exigir al gobierno de Rodrigo Chaves declarar emergencia nacional por la crisis alimentaria para tomar medidas extraordinarias como las señaladas en los dos puntos anteriores y, además, para garantizar el financiamiento de ellas.

4. Exigir al gobierno de Rodrigo Chaves garantizar la soberanía y seguridad alimentaria, regresando a las políticas de la producción nacional de granos básicos que les garanticen dichos productos a bajos precios a los consumidores. Para realizar dicha política, se debe destinar todos los recursos de la banca de desarrollo para financiar a los agricultores nacionales y brindarles asistencia técnica y logística.

5. De último, llamamos a todas las dirigencias sindicales burocráticas a deponer sus posiciones mezquinas y sectarias y realizar la más amplia unidad de acción para unificar un programa de lucha, formando un comando único que impulse un gran movimiento nacional en las calles que defienda los intereses de todos sus afiliados que viven actualmente una grave crisis económica y alimentaria por el congelamiento salarial y el alza desenfrenada de todos los productos y servicios básicos. ¡Ese es el único camino para evitar la degradación social de los trabajadores, sectores populares y clases intermedias!

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