Por Diego Lynch

Tras la abrumadora victoria del gobernante Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) durante las elecciones municipales, el oficialismo ha querido demostrar su fortaleza y hacer ver que viene de “victoria en victoria” y que estarán en el poder por muchos años más. Mientras tanto, la mal llamada oposición ha querido desprestigiar las elecciones con el discurso del fraude electoral y el ya desgastado  argumento de que las elecciones no son válidas porque a los magistrados del Consejo Supremo Electoral (CSE) ya se les venció su periodo y deben de abandonar sus cargos.

Sin embargo, se debe hacer un balance real, a lo interno de cada estructura y partido político, de la situación por la que pasan. No es solo lo que se dice a luz pública o lo que publican los medios; existen estadísticas y el sentir en la población se demostró el día de las elecciones.

Oposición Debilitada

Los partidos de la oposición, que ya desde hace años daban muestras de debilidad y desmoronamiento, no han sido capaces de dar una lucha ni en los procesos electorales, ni en otros ámbitos de la vida política de Nicaragua. La división que existe entre ellos y la avaricia de todos por estar en el poder ha sido un factor determinante que ha permitido al Frente Sandinista hacerse de un control casi absoluto del aparato del Estado.

No hubo campaña política previa a las elecciones, la oposición no maneja un proyecto ni programa político que pueda atraer a los votantes, y el Frente Sandinista se ha dedicado a hacer campaña en los barrios con la entrega de comida, techo, colchonetas, cocinas, entre otras cosas. De igual forma los candidatos por la oposición eran personas con una trayectoria política desconocida, tan así que se dieron casos en los que ni los mismos liberales conocían a sus candidatos.

La oposición se fue a unas elecciones sin un plan de trabajo, no tenían ni la más remota oportunidad de salir victoriosos. Fue como ir a la guerra sin armas y aun así el PLI obtuvo alcaldías, lo que demuestra que el Frente Sandinista aún no es la fuerza que aparenta ser.

¿Frente Sandinista Preocupado?

Más allá de la aplastante victoria electoral del Frente Sandinista, hay que analizar los números y el hecho de que la población no salió a votar. ¿Qué tanto le ha servido al gobierno implementar programas sociales si no ha logrado captar nuevos votantes?

Las estadísticas demuestran que existió un 49.6 por ciento de abstención, lo que indica que solamente un 50.4 por ciento de la población asistió a las urnas. Siendo que el Frente obtuvo un 75 por ciento de votos de manera general, esto indica que del padrón electoral global solamente obtuvo un 37.5 por ciento, 0.5 por ciento menos que el famoso 38 histórico que siempre habían obtenido.

Esto significa que no han captado nuevos votantes y que hay descontento en el seno de su misma militancia. Aunque en su discurso el Presidente Daniel Ortega diga que están fortalecidos, la realidad es otra. Dentro del partido existe una preocupación por saber que está pasando. La población de Nicaragua tiene una actitud apática y ya no confía en los políticos; la abstención fue la gran ganadora durante este proceso electoral, y del porcentaje de personas que salió a votar, el Consejo Supremo Electoral no brindó el dato de los votos nulos, lo que también es indicador de un rechazo a los políticos.

¡¡¡Reforma Electoral Ya!!!

Desde el Partido Socialista Centroamericano (PSOCA) hacemos un llamado a todas las corrientes socialistas y a la población en general a que exijamos, de una vez por todas, reformas a la Ley Electoral. Es hora de que sean electas nuevas autoridades para el Consejo Supremo Electoral, que se permita la participación ciudadana en las elecciones, necesitamos una ley incluyente y democrática que amplíe los derechos de la población en los concierne a los procesos electorales.

Hay que transformar los eventos electorales en una fiesta cívica donde la población se desborde a las juntas receptoras de votos, y esto solamente será posible con una reforma donde los trabajadores y todo ciudadano pueda participar de las mismas elecciones.

¡¡¡Por una reforma electoral ya!!!

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