Por Ada Membreño

Fue la Ofensiva Febe Elizabeth Velásquez,  también llamada "Ofensiva Hasta el Tope y Punto". El cual fue un suceso histórico que el pueblo salvadoreño decidió acompañar, muy a pesar de que esa ofensiva ya no tenía como objetivo la toma del poder, sino la negociación de la "paz".

Un día sábado 11 de noviembre, se llevó a cabo la ofensiva que había sido pensada y acordada cuatro años atrás. La primera acción duró hasta la madrugada del 12 de noviembre, inició con el ataque al Cuartel de la Guardia Nacional, y luego continuaron los ataques contra la escuela de policía (CETIPOL), la Escuela Militar, la Policía de Zacamil, San Ramón, Ayutuxtepeque,  Mejicanos, Soyapango, Cuscatancingo, mientras, el Batallón de Paracaidistas de la Fuerza Aérea, lanzaba en Soyapango, bombas hasta de 500 libras donde morían civiles. Hubo enfrentamientos y tomas no solo en la capital, también en colonias de clase alta, que la oligarquía protegía.

El gran alcance de la Ofensiva final del FMLN se debió en gran parte al apoyo del pueblo, el apoyo estuvo desde estratos sociales diversos, gran parte de las bajas se registraron en civiles, cuando algunos realizaban postas, la población también abastecía a la güerilla con alimentos, y demás, como las barricadas en la colonia Zacamil. Se trataba de una población decidida a la transformación, un pueblo cuya fortaleza surgía del sufrimiento por el abuso y la represión. Aunque la mayoría no conocía el objetivo de la "Ofensiva Hasta el Tope", y muchos esperaban ver el triunfo de una revolución.

Contexto Mundial

La ofensiva se dio en un contexto, en el cual se marcaba un antes y un después en el mundo, por ejemplo en Venezuela, en 1989, Carlos Andrés Pérez resultó presidente, y Carlos Menem en Argentina, justo cuando la Unión Soviética implementaba la Perestroika, como medida para pelear la crisis en que se encontraba, a ésta reforma se le atribuyen ciertas consecuencias, entre ellas; el inicio de la desintegración de la Unión Soviética, el colapso de su sistema socialista, el final del gobierno de Gorbachov, noviembre del mismo año cerraba con la caída del muro de Berlín. En Nicaragua el Frente Sandinista de Liberación Nacional participó en elecciones que perdió y ganó Violeta Barrios de Chamorro. Y en El  Salvador, el triunfo de la derecha coronan ganador a Félix Alfredo Cristiani, de Alianza Republicana Nacionalista ARENA.

Sucesos determinantes de 1988

Ya desde 1988, cuando se desarrolló la cumbre centroamericana “Costa del Sol”, que tuvo como objetivo el compromiso de Nicaragua para entrar al proceso electoral antes del 25 de febrero de 1990, el FMLN se quedaba solo, incluso aislado del Frente Sandinista de Liberación Nacional, en el cual ejercía presión Venezuela, para cumplir con lo pactado en Esquipulas II, pacto que buscaba parar el ascenso de la lucha popular, justificándolo con el tema de la democratización, por lo que Nicaragua dejó de ser el aliado estratégico armamentístico del FMLN, y este se inclina a presionar para la realización de los acuerdos con la oligarquía, lo que consistía en lanzar la Ofensiva, dado que el gobierno de Cristiani no mostraba voluntad de iniciar las negociaciones, lejos de ello, a finales de octubre de 1989, en un atentado, 10 sindicalistas de la Federación Nacional Sindical de Trabajadores Salvadoreños (FENASTRAS), fueron asesinados.

Entre ellos, la líder sindical Febe Elizabeth Velásquez, también ordenó la ocupación militar de la Universidad de El Salvador, mandó a asesinar a los 6 sacerdotes jesuitas, Ignacio Ellacuría, Ignacio Martín Baró, Segundo Montes (director del Instituto de Derechos Humanos de la UCA), Juan Ramón Moreno, Amando López,  Joaquín López y López, Elba y Celina Ramos (Empleadas domésticas).

La Negociación

El 16 de enero de 1992, en el Castillo de Chapultepec se firman los Acuerdos de Paz. Con ello se cumple el objetivo de convertirse en partido político, el que fuera un movimiento revolucionario. Y por otra parte se lamentaba el alto costo de una guerra, que fue en vidas sacrificadas de combatientes y civiles. Pero lo más triste y hasta imperdonable, ha sido que, con el cambio ideológico del FMLN, desde mucho antes de la firma de los acuerdos, con ese paso de una ideología marxista, a una línea socialdemócrata, se jugó con el sueño revolucionario de los mejores hijos de un pueblo, hijos que lo dieron todo por esa anhelada transformación para nuestro El Salvador.

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