Por Rael Oshun
El triunfo de la revolución nicaragüense, el 19 de julio de (1979), le planteó a la guerrilla salvadoreña el problema de tomar el poder. Pero en el mes de septiembre de (1979), la coyuntura política dio un giro abrupto: comenzaron a surgir posiciones reformistas dentro de la guerrilla que buscaban una salida negociada a la crisis del régimen militar.
El Frente de Acción Popular Unificada (FAPU), la Unión Democrática Nacionalista (UDN), las Ligas Populares (LP-28), promovieron una plataforma común del Foro Popular, cuyo objetivo era la unidad para enfrentar al régimen militar, al cual después se sumaron otras fuerzas políticas y sociales como el burgués Partido Demócrata Cristiano (PDC), el Movimiento Nacionalista Revolucionario (MNR), y la Federación Nacional Sindical de Trabajadores Salvadoreños (FENASTRAS) quedando por fuera de este esfuerzo el Bloque Popular Revolucionario (BPR) bajo la influencia de las Fuerzas Populares de Liberación (FPL). Producto de la movilización y radicalización popular, las fuerzas armadas promovieron un auto golpe de Estado, el 15 de octubre de 1979, siendo derrocado el General Romero, instaurándose la primera Junta de Gobierno, pero continuaron las huelgas y movilizaciones populares.
La primera Junta de Gobierno fue producto de la alianza entre sectores de la joven oficialidad militar y sectores burgueses que deseaban evitar la repetición del triunfo revolucionario del 19 de julio de 1979, otorgando mayores libertades políticas, pero la represión continuó provocando la salida de los sectores “progresistas”. Entonces la oligarquía decidió aplacar el dinamismo de las masas, amedrentar a la guerrilla y al movimiento sindical, llevando a cabo las más brutales acciones estratégicas de terror a través de los escuadrones de la muerte creados por Roberto Dabuisson.
El 19 de diciembre de 1979 se formó una Coordinadora Político Militar, que para el 22 de mayo de 1980 se transformó en la Dirección Revolucionaria Unificada (DRU). El 9 de enero de 1980 se conformó la segunda Junta de Gobierno. El 11 de enero de 1980 se creó la Coordinadora Revolucionaria de Masas (CRM), integrada por él BPR, FAPU, UDN, LP-28, y el Movimiento Popular de Liberación (MPL) que se suma en mayo de 1980. La represión era imparable, al grado de asesinar a Monseñor Oscar Romero el 24 de marzo de 1980. La respuesta popular fueron grandes huelgas generales dirigidas por La DRU. La efervescencia de las masas era tan fuerte que los frentes de la guerrilla se multiplican. Para septiembre de 1980 se conformó la tercera Junta de Gobierno.
Primera ofensiva del FMLN
En octubre de 1980, inspirados por el auge del movimiento social y la experiencia sandinista en Nicaragua, se conformó el Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN). En enero de 1981, el FMLN lanza su primera gran ofensiva guerrillera después de dos intentos fallidos: el objetivo no fue la inmediata toma del poder, sino hacer sentir su presencia como nuevo sujeto político y militar. La primera ofensiva fracasó porque la clase media había sido ganada al proyecto reformista que representaba Napoleón Duarte y la democracia cristiana, aislándola de los sectores que apoyaban la guerrilla.
Alianza FMLN - FDR
A principios de 1980 se constituyeron dos Frentes políticos no militares con objetivos específicos. En marzo de 1980, surgió el Frente Democrático Salvadoreño (FDS), integrado por el Movimiento Independiente de Profesionales y Técnicos de El Salvador (MPTIES), y por el movimiento Popular Social Cristiano (MPSC). Finalmente, en abril de 1980 se constituyó el Frente Democrático Revolucionario (FDR).
Los antecedentes organizativos del FDR se encuentran en la CRM. La creación del FDR perseguía crear un instrumento de negociación política. La alianza FMLN-FDR ya indicaba que el gran eje político de la guerrilla sería la negociación y no la toma del poder por medio de la insurrección. No obstante, en enero de 1980, la alianza de las organizaciones populares bajo influencia de la guerrilla había planteado la Plataforma Programática para un Gobierno Democrático Revolucionario (GDR). La idea de alianzas con algunos sectores burgueses opositores, tenía el objetivo político estratégico de buscar aliados contra la oligarquía recalcitrante, en imitación de la experiencia del FSLN en Nicaragua que hizo alianzas con la burguesía opositora para derrotar a Somoza.
La gran diferencia con la guerrilla sandinista es que esta nunca se detuvo en las negociaciones, y promovió siempre la insurrección popular. En cambio, el FMLN y FDR propusieron desde el inicio la negociación política con el gobierno de turno. El 25 de noviembre de 1980, José Napoleón Duarte, presidente de la tercera Junta de Gobierno, llamó al dialogo a todas las fuerzas políticas. Pero el ala fascista de Dabuisson secuestró y asesinó a la mayoría de la dirigencia nacional del FDR el 27 de noviembre de 1980, entre ellos a Juan Chacón del BPR. A pesar de la masacre de su dirigencia, el FDR continuó buscado imposibles soluciones políticas porque en ese momento la estrategia del imperialismo norteamericano era hacer retroceder por la fuerza a la guerrilla y las masas, creando condiciones para una futura negociación política pero bajo una situación favorable a la contrarrevolución.
La guerra civil
El fracaso de la negociación política se combinó con una oleada de terror fascista en las principales ciudades, obligando a la guerrilla a refugiarse en el campo. Dentro de ese contexto de terror contrarrevolucionario, el régimen cívico-militar masacró a la población civil que era base social a la guerrilla, para impedir mayores acciones militares del FMLN.
El FMLN se convirtió en una importante fuerza militar, pero que no tenía la fuerza suficiente para derrotar a las fuerzas armadas que eran apuntaladas por el imperialismo norteamericano. La guerra civil se caracterizó por un frágil equilibrio de las zonas de control de la guerrilla en el campo, y los bastiones de la derecha fascista que controlaba las principales ciudades. En todo este proceso la estrategia de ambos bandos era lograr una negociación política en condiciones favorables,
Ofensiva final “Hasta el Tope” y negociación
Finalmente, después de varias ofensivas y negociaciones fracasadas, en el contexto de la aplicación de los Acuerdos reaccionarios de Esquipulas II, el FMLN lanzó la ofensiva político-militar final, conocida como “Hasta el Tope”, con el objetivo de forzar a la oligarquía a negociar el fin de la guerra y su conversión en una fuerza política. En esa ofensiva el FMLN logró incursionar en San Salvador, mostrando su poderío militar.
A pesar que los Acuerdos de Esquipulas II se referían a la negociación en todo Centroamérica, el régimen en manos de ARENA se había negado a negociar, golpeado al movimiento social, dinamitando el local del Comité de Madres de Presos, Desaparecidos y Asesinados políticos de El Salvador (COMADRES), y horas después, el 31 de octubre de 1989 lanzó una bomba en la Federación Nacional Sindical de Trabajadores Salvadoreños (FENASTRAS), dando muerte a su secretaria, Febe Elizabeth, y a nueve dirigentes sindicales más. Dieciséis días después, asesinó a los sacerdotes jesuitas y dos de sus colaboradoras, en la Universidad de Centroamérica José Simeón Cañas (UCA).
La ofensiva de 1989, como las anteriores, era para forzar la negociación. En cierto sentido, logró su cometido, porque fue el inicio de negociaciones cada vez más serias. La situación había cambiado radicalmente a partir de la firma de Esquipulas II. La negociación no era producto del avance de la guerrilla sino del avance de la política del imperialismo.
Se produjeron varias reuniones de diálogo entre el gobierno y el FMLN en México y Costa Rica sin resultados inmediatos. Después del asesinato de Cayetano Carpio en 1983 y de la corriente que representaba, el FMLN terminó siendo controlado por el Partido Comunista Salvadoreño (PCS) que desde 1978 venia obedeciendo los lineamientos políticos de Moscú y La Habana, sosteniendo una línea pacifista y reformista.
Al final, el control del PCS sobre el FMLN mostró que en su plataforma nunca existió el objetivo real de una transformación estructural de la sociedad. Después del tortuoso camino de las negociaciones política que culminaron en 1992 con los Acuerdos de Paz, el FMLN convertido en partido político electorero se acomodó a su nueva vida política y adoptó las reglas del juego de la democracia burguesa, volviéndose continuador del modelo neoliberal cuando accedió al gobierno, aplicando políticas que lejos de contrarrestar los golpes del imperialismo se sujeta al mismo.
Al final de este proceso tenemos un FMLN que maneja un conveniente discurso de izquierda, como lo hiciera antes, sigue citando a Marx públicamente, pero en realidad sus políticas reformistas pacifistas son prácticamente Bernstenianas, pues se observa la relación con la teoría de Bernstein que manifiesta que; "El Socialismo no se daría como resultado de la crisis capitalista, sino que sería por medio de las reformas sociales" nótese la incoherencia en que cae el FMLN entre discurso y práctica.
Es aquí donde comienza el análisis sobre La Historia de la truncada revolución salvadoreña, envuelta en un manto de complots y conspiraciones internas, cuyo desenlace es la actual conducta política del FMLN de total sumisión ante el sistema imperialista.