Por Sebastián Ernesto González    

Pasando las fiestas navideñas se inicia la recta final de las elecciones internas del 9 de marzo 2025, día en que tres partidos políticos decidirán el candidato que disputará la presidencia de la república el 30 de noviembre del mismo año.

En el partido oficialista, LIBRE, la candidatura de Rixi Moncada es casi un hecho; en el partido Nacional su voto duro decidirá entre el candidato presidencial del 2021, Nasry Asfura y la esposa del ahora convicto por narcotráfico Juan Orlando Hernández, Ana García, todo indica que acá el ganador será el ex alcalde Nasry Asfura. Donde estará que arde la elección será en el agonizante Partido Liberal, los esfuerzos por levantar al “partido de los tuquitos” terminará pasándoles una factura muy cara, ya que, la derecha del país olvida fácilmente que el daño que hizo este partido en su alianza matrimonial con el partido Nacional durante los doce años de gobierno de la narcodictadura fue muy enorme, y, esto, el pueblo no lo olvida, así que, los candidatos internos se terminarán desangrando una vez que digan quien es el ganador entre Salvador Nasralla, Jorge Cáliz y Luis Zelaya. El resto de los candidatos en lo tres partidos solo son de relleno.

¿Dónde está el dinero?

A diferencia del derroche de dinero en los años 2012, 2017 y 2021, en esta ocasión, aún no se visualiza las enormes campañas publicitarias en los medios de comunicación o en las calles de todo el país, principalmente en las ciudades que en esos oscuros años fueron tapizadas de afiches y enormes vallas publicitarias. La respuesta a tal situación es muy fácil; existe temor en los candidatos  para tomar dinero proveniente del narcotráfico y no hay saqueo al erario público para destinarlo a impulsar candidaturas, como si se hizo en los doce años del PN.

De tal forma que, la poca propaganda que se observa, es en primera instancia por el oficialismo inaugurando obras, típico de los partidos en el poder y, por otra parte, el bombardeo permanente de los medios de comunicación impulsando las candidaturas opositoras, sobre todo, a los candidatos de los liberales; Jorge Cálix y Salvador Nasralla.

Es muy evidente que, la estrategia de la derecha ante una eventual pérdida de la oposición el 30 de noviembre de 2025; es desgastar al gobierno hasta la saciedad e impulsar, a la vez, a los partidos Nacional y Liberal para que un posible triunfo de LIBRE no sea arrollador y por el contrario, sea muy débil, igual que sucede ahora con el desempeño en el Congreso Nacional, donde la oposición es mayoría.

Al no haber dinero proveniente del narcotráfico ni de las arcas del Estado, la campaña se reduce a los espacios que destinan los medios de comunicación y al que se utiliza en las redes sociales,  prevaleciendo el culto a la personalidad y el aprovecharse de la miseria de la población para donarles una bolsita de alimentos.

La falacia y la manipulación un engaño para tontos 

Al parecer, esta campaña estará caracterizada por el morbo, el amarillismo, la falacia y la manipulación, por supuesto que esto no es nuevo en ningún país, queda sembrada la duda sobre el atentado del ahora presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, sin embargo, en nuestro país se exprimirá cualquier noticia donde el victimario sea el partido oficialista y la aparente víctima sea alguien de la oposición.

Para las inscripciones de los movimientos internos en un hotel capitalino, lugar donde el Consejo Nacional Electoral estaba recibiendo la documentación de las inscripciones respectivas de cada partido político, convergieron activistas de todos los partidos y de todos los candidatos, al momento de llegar Nasry Asfura con sus simpatizantes, se encontraron con militantes del partido LIBRE, de repente, un cono de estacionamiento salió volando e impactó con el rostro de una candidato a diputada en el Partido Nacional, obviamente, el impacto ocasionó alguna leve lesión en la nariz de la joven candidata, expulsando un poco de sangre como suele suceder con algún golpe en la nariz.

El hecho fue sobredimensionado por los medios de comunicación y hasta la embajadora Laura Dogu manifestó “No queremos ver más violencia durante este proceso…”. La intromisión de la embajadora no es nueva, ya es reiterativo sus declaraciones sobre decisiones que competen al país. Sin embargo, los medios de comunicación exprimen la información cada vez que ella emite una opinión en contra del gobierno o del partido oficialista.

 ¿Y los candidatos revolucionarios?

Hay un eslogan del partido en el gobierno y es “estamos en la refundación y vamos por la revolución”, sin lugar a dudas que, este tipo de consigna es una completa falacia, simple y sencillamente no es cierto, ni siquiera se ha refundado al país peor para que se haga una revolución, si bien es cierto que, hay un gobierno progresista y que ha devuelto algunas conquistas a la clase trabajadora, falta mucho por recorrer para iniciar una refundación, ni siquiera se ha iniciado.

Los precandidatos del partido en el gobierno siguen el mismo guion de la derecha en su campaña proselitista ¡un culto a la personalidad! Regalar un poco de comida y repartir fichitas a los necesitados, tomarse una foto y divulgarla en las redes sociales.

¿Será que se podrá elegir un tan solo candidato con un programa revolucionario?

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