Por Ricardo Velásquez

Una vez más los dueños del transporte la arremeten contra el pueblo hondureño, principalmente en la ciudad capital. Tal y como es costumbre, cuando se les antoja a los transportistas exigir aumento, paralizan las unidades o arbitrariamente aumentan el costo.

Los transportistas habían anunciado para el lunes 7 de noviembre el incremento de 3 lempiras al precio del pasaje dentro de la ciudad de Tegucigalpa, el cual pasaría de costar L. 13 a L. 16 por pasaje. Ante la amenaza, la Presidenta de la República, Xiomara Castro ha convocado a los transportistas a reunión urgente en casa presidencial.

Un pésimo servicio que nunca mejoran

En el gobierno de Porfirio Lobo Sosa (2010-2014) se otorgó un aumento disfrazado al transporte urbano que la población digirió sin conciencia alguna. En el año 2011 se innovó con la introducción de buses que se les llamo “Servicio Ejecutivo”, dejando la opción para que el ciudadano eligiera entre el uso de un transporte barato pero con pésimo servicio o el “Servicio Ejecutivo” que en aquel entonces ofrecía aire acondicionado, música clásica a volumen prudencial, no llevar personas de pie, no utilizar cobradores, no detenerse para esperar pasajeros, respetar los recorridos y tener el censo de todos los empleados de las unidades del transporte. Según transcurrieron los años, las viejas unidades fueron desapareciendo y sustituidas por los nuevos buses que automáticamente cobraban la tarifa más alta.

De un momento a otro, solo quedaron buses de “Servicio Ejecutivo” cobrando la tarifa alta hasta llegar a 13 lempiras producto de los reiterativos aumentos (valor actual que se pretende subir a 16 lempiras), además de recibir un bono mensual por cada unidad que presta el servicio. El caso es que, ahora, los buses “Coaster” van repletos de personas paradas, la música reguetón truena con su letra denigrante para las mujeres, los cobradores y choferes eternizan en las paradas de buses y, mientras esperan, degustan cigarros de marihuana, inhalan cocaína o consumen alcohol. Los empleados del transporte insultan agresivamente al pasajero que no se corre en la fila, y, en algunas ocasiones se asocian con los delincuentes para asaltar a los pasajeros.

En resumen, un pésimo servicio del transporte que por más que prometan nunca cumplen brindando una digna atención a los pasajeros. En esta ocasión que pretenden  lograr otro aumento más, ni siquiera prometen mejorar el servicio, solamente exigen el aumento y el bono por unidad.

El pueblo debe exigir la nacionalización del transporte

Es una ilusión creer que los transportistas brindarán un trato digno a los usuarios, sus permanentes exigencias siempre seguirán sucediendo principalmente en este gobierno que se hace llamar “Socialismo Democrático”. Los magnates del transporte en su mayoría pertenecen al corrupto Partido Nacional, para ellos, un nuevo aumento a la tarifa o al bono es ganancia. De ponerse el gobierno con mano fuerte, igual, estos transportistas obtienen ganancia al generar caos en las calles y volcar a la prensa tarifada a mediatizar la información en contra del gobierno de doña Xiomara Castro.

La población está en todo su derecho para salir a las calles a protestar, el gobierno tiene la obligación de ofrecer una alternativa desde el mismo Estado para solucionar el pésimo servicio que la población recibe. Los voraces transportistas son peor que Drácula y los motivos que aducen para asestar los aumentos siempre son los mismos; el precio del combustible, los repuestos, el costo de las unidades, el pago de los choferes y cobradores, etcétera. Lo cierto es que, aunque el precio del combustible baja el precio del transporte nunca se reduce. La depreciación de las unidades debe ser absorbida por los mismos dueños al igual que sucede con cualquier ciudadano que posee un vehículo o un bien material, además, en muchas veces el deterioro de los buses es por el mismo uso abusivo que los conductores hacen del mismo.

El gobierno de doña Xiomara Castro debe parar de una vez las exigencias de los empresarios del transporte que atacan el bolsillo de los más necesitados, el actual gobierno debe dar una solución definitiva a los ciudadanos. El pueblo está cansado del maltrato dentro de las unidades, las mujeres diariamente son ultrajadas por otros pasajeros o los cobradores mismos al transportarse en buses sobrecargados. La agresión, el peligro a sufrir asaltos o el riesgo a perder la vida son el diario vivir de todo ciudadano al subirse a un bus.

El pueblo debe salir a las calles a exigir la nacionalización del transporte, es obligación de doña Xiomara Castro solucionar de raíz este problema.

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