Por Carlos M. Licona

El Concurso Docente 2022 generó enormes expectativas en el gremio del magisterio, rebasando por más del doble la cantidad de concursantes pretendida, la gran mayoría de maestros que aspiran a lograr una plaza permanente se volcaron a las respectivas inscripciones para someterse al concurso.

Con las experiencias de los concursos del 2017 que fue declarado fracasado y la reprobación masiva en el 2019, se pretendió en primera instancia, que el Concurso 2022 fuera totalmente transparente y que en el mismo, los ítems estuvieran al nivel del Currículum Nacional Básico (CNB),  no como si se aspirara a recibir un doctorado. Otro entuerto a corregir fue el evitar ítems mal redactados, respuestas ambiguas o bien, ítems donde no aparecía la respuesta en las opciones presentadas.

Como el pato; si no fue en la entrada fue en la salida

El proceso inició con el llamado al concurso para el mes de agosto y con un cronograma donde se estipulaba la entrega de resultados para el mes de septiembre. Al iniciar el proceso todo avanzó positivamente, con la Junta Nacional de Selección a la cabeza y los colegios magisteriales apoyando el proceso de inscripción.

Cada colegio magisterial organizó jornadas de capacitación en las especialidades respectivas, parte legal y cultura general. Luego, los mismos docentes afiliados en los colegios magisteriales se sumaron voluntariamente a organizar las inscripciones en más de 40 modalidades de concurso. Una vez que todo docente hizo su inscripción en forma digital, se fijaron fechas para presentar en forma presencial toda la documentación y los méritos correspondientes.

El primer error que se cometió fue de parte de algunos voluntarios de los colegios magisteriales, posiblemente fueron de forma aislada, pero aún así, no debieron haberse permitido.  Era inadmisible que un docente que se sometería a concurso estuviera participando en la integración de ternas para la elaboración de ítems, esto originó el segundo terrible error, que la Secretaría de Educación trasladara la elaboración de los exámenes a la Universidad Pedagógica Nacional “Francisco Morazán”, institución que utilizó alumnos “becarios” para elaborar las pruebas para los docentes.

Una vez dejado por fuera el trabajo de los colegios magisteriales a través de los colaboradores, la situación se enredó más aún, al seleccionar personal de servicio civil de toda la Secretaría para poder darse abasto en la aplicación de las pruebas.

Ya realizadas las pruebas a nivel nacional, estas, junto a todos los paquetes sobre méritos se trasladaron a la ciudad capital par ser revisadas, siempre por alumnos “becarios” de la UPNFM, lo cual ha dejado mucho sabor amargo en los participantes, sucediendo que un maestro que participó en diferentes pruebas y presentó los mismos méritos, obtiene diferentes notas muy distanciadas en ese aspecto.

Ha corrido mucha especulación sobre el concurso, pero a la vez, mucha denuncia en los diferentes departamentos del país. Algunas de estas acusaciones provienen de personas muy serias, de alta conducta moral y una trayectoria mostrada en la lucha. Sin duda alguna que, lo que en un inicio se visualizó como la solución al problema (que durante diez años ocasionó el régimen anterior) ahora pareciera que podría generar caos al iniciar el año lectivo 2023.

El magisterio debe estar alerta para el legal nombramiento de plazas en el 2023

Los resultados del concurso ya se han publicado y se encuentra en la etapa de reclamos, desde ya, se vislumbra un panorama de incertidumbre en los nombramientos para el mes de enero del próximo año. Hasta ahora, la Secretaría a logrado solventar la mediatización de las denuncias, obviamente, esto lo ha logrado con el apoyo y silencio de los colegios magisteriales, que, a la expectativa o de manera cómplice, se pronuncian del diente al labio.

El magisterio nacional debe mantenerse alerta ante los nombramientos que se den en el 2023. Los 22 reglamentos de la Ley fundamental de educación fueron derogados con Decreto Ejecutivo N° 375-B-2022 publicado el diez de agosto en el diario oficial La Gaceta, esto implica que, los nombramientos deben hacerse según el Estatuto del Docente, en el mismo, el orden jerárquico para hacer movimientos son; los traslados, exonerados y concurso. No obstante lo anterior, dentro de cada institución existen aspirantes a ascensos, interinos con más de 6 meses en cubrir una plaza que le otorga el derecho a ser nombrado en propiedad.  Existe una diversidad de situaciones que podrían darse y que generarán conflictos donde cada maestro justificará que tiene  la razón, los mismos deberán resolverse según la Ley del Estatuto y en algunas ocasiones donde existan lagunas legales, por consenso entre dirigentes y autoridades.

Lo más importante que debe quedar muy claro es que no se debe permitir que se violente derechos adquiridos según lo tipifica el Estatuto del Docente. El magisterio debe mantenerse alerta para hacerse respetar.

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