Por Carlos M. Licona
Después de 9 años de represión y con la cabeza agachada, el magisterio despertó y se levantó en lucha. Hay mucho por analizar en esta nueva coyuntura, porque, de hecho, es una nueva etapa. Son muchos los factores, por ejemplo; el régimen está dispuesto a disparar y gasear a quien sea, sin importar si son niños, estudiantes colegiales, universitarios, docentes o comunidades enteras, no admiten por ningún motivo la toma de calles o carreteras (obviamente para mantener el apoyo de la empresa privada) y por otro lado, la era del tristemente célebre Marlon Escoto, quedó atrás, donde despidió docentes violentando la ley.
No pasaron ni dos meses cuando el magisterio fue traicionado, cuatro colegios magisteriales le hicieron pasar a los docentes un nuevo trago -muy amargo-, precisamente en el momento en que la lucha arreció, personas oportunistas y señaladas de corrupción le traicionaron, fueron corriendo donde el narco dictador y firmaron con él, pactaron sin consultar a las bases, se postraron ante el amo y le besaron los pies.
El dilema en esta lucha: ¿Es gremial o es política?
Después de 9 años de dictadura del Partido Nacional, el pueblo ha entrado en una crisis económica lamentable, deprimente, donde el diario vivir de los asalariados es buscar cómo pagar las deudas. Se ha vuelto una pesadilla en el diario vivir de los trabajadores. El magisterio no es la excepción, golpeado en todos estos años, ha visto mermados sus ingresos, disminuidos y devorados por la alta inflación que abate al país y la eliminación de conquistas sociales y económicas. No fue difícil entonces, levantarse en lucha, con dos elementos muy importantes; el rol de las mujeres que han acompañado las movilizaciones en gran cantidad, y por otro lado; una nueva generación de jóvenes docentes y universitarios.
En esta ocasión, cabe señalar que referirse a la lucha de la plataforma requiere un análisis más profundo, más exhausto, con más elementos. Por ejemplo, la lucha inició por la pretensión del régimen de reestructurar los sectores de salud y educación, esto implica el nombramiento de personal sin seguir lo estipulado en los estatutos, tanto del médico como de los docentes -igual que la Ley Fundamental de Educación-. Esto originó rápidamente una hoguera en galenos y docentes, los que dieron como resultado las grandes movilizaciones de los meses de mayo y casi todo junio, con gran apoyo de la población, otro elemento más que antes no se tuvo.
Otro elemento a analizar, es que en esta ocasión, la prensa mediática no se volcó a despotricar contra el magisterio, como si lo hicieron en el 2009, 2010 y 2011. Lo de los médicos es diferente, son un sector muy fuerte producto de la unidad que tienen al estar organizados en un solo colegio, caso diferente en los docentes que están afiliados en 6 colegios y una asociación de jubilados. Todos los gobiernos respetan al Colegio Médico, estos siempre han mantenido un peso muy fuerte, tanto políticamente como gremio. Caso contrario al magisterio que solo se le respetaba cuando masivamente salía a las calles. Hecho que dejó de ser realidad cuando en el 2011 fue aplastado y abandonado en la lucha. De una lucha política en contra del golpe de estado en el 2009, se pasó a una derrota total en el 2011, al gobierno nacionalista que apenas iniciaba en aquel entonces, con el apoyo de los liberales y los partidos bisagras (UD, PDCH y PINU), le cortaron de tajo las conquistas a los maestros, le cortaron los pies y le mantuvieron agachada la cabeza con la permanente amenaza a ser despedido al que osara en contrariar cualquier estupidez que se le ocurriera al títere de Marlon Escoto, para mencionar solo un caso, despidió arbitrariamente al docente Roberto Ordóñez, director del Instituto Central.
Así es que, en esta ocasión, no se han comportado tajantes contra los docentes que se movilizaron, transcurrió más de un mes para que comenzaran las distritales a visitar los centros educativos, y aun ahora, sigue existiendo cierto grado de tolerancia para con los docentes que se movilizan.
En el caso de los médicos, estos cuando el golpe de estado no tuvo participación alguna, como organización gremial, en la lucha contra el golpe. Así que mantienen su estatuto intacto, quizás solo han sufrido la falta de aumentos que antes del golpe venían recibiendo, pero no les afectaron como si lo hicieron con los docentes.
Entonces nos encontramos ante la gran primera diferencia, los maestros se fueron de frente contra el golpe de estado -dirigentes y la gran mayoría de la base- y se les aplastó gremialmente. Se perdió la lucha en el plano político y en el plano gremial. Los médicos mantuvieron y limitaron su organización en lo gremial y se han resistido hasta ahora en ese campo, fueron respetados de una u otra forma. Así que mantienen esa premisa. La lucha solo es gremial.
Cuando inició la lucha contra los decretos de reestructuración, de una u otra forma, muy hábilmente, introdujeron la consigna “no queremos políticos”, “nuestra lucha solo es gremial”, muchos cayeron en la trampa. De dónde inició la consigna es otro elemento de análisis, por un lado, el colegio médico sigue manteniéndolas, incluso asegurando que en la plataforma no pasa por ningún motivo, el botar al gobierno, por supuesto que no es el caso del magisterio, aunque cuando cuatro colegios hayan traicionado, en el magisterio la lucha si se considera política y no solo gremial.
Por otro lado, el Partido Libre, principal partido de oposición – al menos eso es lo que pregonan ser-, manifiestan que como la lucha es gremial, no se meterán en la misma, pero que la base puede hacerlo. Esto ya se ha mencionado anteriormente, sin embargo, en esta ocasión solo se hace referencia a tal hecho, demostrando que se pone un parangón por ambos lados: por el colegio médico y por la dirección del Partido Libre.
Entonces, ¿Quién se moviliza?
El caso es que, en esta lucha, nuevamente se le dejó solo al magisterio, los muchachos del Movimiento Estudiantil Universitario (MEU), que eran los únicos que acompañaban a los docentes, retornaron a clases, muy correctamente. Los médicos se movilizaron muy pocas veces, ni siquiera cuando paralizaron los policías hubo intento por paralizar al país, que en esos días también se paralizó el transporte de carga pesada, ni por los médicos ni por la dirección de Libre.
La Plataforma en Defensa de la Educación y de la Salud han seguido convocando a movilizaciones, sin embargo, corresponde solo a los maestros avocarse a los llamados. Después de la traición, poco a poco la lucha ha ido perdiendo fuerza, los más radicales mantienen la opinión de que no hay que desmovilizar, los traidores defienden sus mesas técnicas con el gobierno, los médicos pretenden mantener movilizado al magisterio mientras se da el diálogo alternativo, pero hay algo en todo esto que no encaja con la pretensión de la base docente: ¡botar a JOH!
Hay que diferenciar las zonas donde se dan las luchas, la capital es una cosa y fuera de la capital es otra, por ejemplo; en las zonas del sur del país, del Bajo Aguán, San Pedro Sula y zonas del centro y occidente, las tomas o movilizaciones son acuerpadas por diversos sectores de la comunidad, lo que las vuelve más fuertes y confrontativas. Sin embargo, no sucede lo mismo en Tegucigalpa, donde los muchachos universitarios ya regresaron a clases y corresponde solo a docentes ir a movilizaciones.
En todo este accionar, se viene levantando una nueva generación de dirección, principalmente de mujeres, pero esta generación que se encarrila a dirigir, no tiene experiencia de lucha y fácilmente han sido envueltas en una red de telaraña en que le han hecho creer, que solo manteniendo movilizado al magisterio se puede lograr que el régimen -el mismo que no le importa violentar la ley como sea necesario- tome en cuenta la propuesta que surja del diálogo alternativo. Un hecho tan irreal, como lo es el que el titular del ejecutivo es una santa paloma.
Lo positivo
En todo este “estira y encoge”, hay dos hechos positivos; el primero que se conformó la Plataforma en Defensa de la Educación y la Salud, el segundo es la conformación de las plataformas departamentales de educación, estas obviamente se originaron de las plataformas de institutos y distritos respectivos. Dando lugar al surgimiento de una nueva generación que se impulsa a ser dirección dentro de los diferentes colegios magisteriales. Otro hecho interesante en esta lucha, es que dentro del COPEMH, colegio que se ha mantenido en la lucha, hay elecciones este año, en su afán de mantenerse controlando el colegio de educación media, muy oportunistamente, siguen convocando a los docentes, en su temor de ser señalados como traidores por la oposición.
Lo cierto es que, en esta coyuntura, solo vale la convocatoria a una asamblea COPEMH, donde la base se despoje de colores y discuta sabiamente como hacerse un replanteamiento, donde no sigan cayendo mártires, como es el caso del preso político, Romel Valdemar Herrera Portillo, maestro de primaria que por una imprudencia es víctima de este régimen usurpador.
La base de los colegios magisteriales debe generar un rol protagónico en esta coyuntura y botar las direcciones que han secuestrado los colegios del gremio, solo así, se podrán plantear nuevamente en una lucha que retome un programa donde el 100% sea para recuperar lo perdido y por la defensa de la educación pública.