Por Ricardo Velásquez

El magisterio ha iniciado actividades de lucha en los 18 departamentos del país; se han venido realizando las asambleas de forma sistemática y se ha hecho con movilización o toma de carreteras. El lunes 07 de agosto le correspondió al Departamento de Francisco  Morazán. El gimnasio del Instituto Central en Tegucigalpa no se dio abasto para recibir la gran cantidad de docentes que llegaron. Una vez terminada la asamblea se realizó durante algunas horas la toma del boulevard Fuerzas Armadas.

Durante los últimos meses son diversos sectores los que se han movilizado o declarado en huelga exigiendo el cumplimiento de convenios económicos que el gobierno de Porfirio Lobo se niega a cumplir. Los médicos, fiscales, enfermeras, empleados públicos y estudiantes han estado en constante actividad de lucha exigiéndole al gobierno que honre los acuerdos económicos o el pago del bono del transporte en el caso de los estudiantes. Sin embargo, estas luchas son solas y aisladas y no logran el cumplimiento del objetivo.

Todos estos sectores deben avanzar a conformar un solo bloque de lucha para exigir se cumplan los compromisos económicos.

La base del magisterio debe unificarse y sumarse a la lucha

Las últimas asambleas convocadas por la Federación de Organizaciones Magisteriales de Honduras (FOMH) han sido muy concurridas; la prensa mediática no les ha dado la cobertura debida para esconder el enorme conflicto social que se vive en el país. La lucha desde el 2010 ha sido por rescatar el Instituto Nacional de Previsión del Magisterio (INPREMA). Esta pelea  ha significado hasta ahora una rotunda derrota para los docentes. Las reformas aprobadas a la Ley del Inprema han significado la pérdida de los derechos sociales del afiliado.

En agosto de 2010 y marzo de 2011 el magisterio realizó sendas luchas que terminaron en cruentas derrotas, culminando con la aprobación de las reformas a la ley por parte del Congreso Nacional (que preside Juan Orlando Hernández). En el mes de diciembre de 2011 y en el mes de febrero de 2012 el Congreso Nacional aprobó la nueva Ley General de Educación que elimina el Estatuto del Docente y prácticamente aniquila la Educación Pública y la estabilidad laboral de los maestros.

A pesar de la represión, se escuchan tambores de guerra en el magisterio

El gobierno de Porfirio Lobo, para lograr su acometida, ha utilizado todas las formas de represión posible, siguiendo los mandatos del Fondo Monetario Internacional, de la empresa privada y de la oligarquía del país. Han utilizado a la policía y al ejército para reprimir salvajemente; prueba de ello fue la muerte de la Profesora Velásquez el 23 de marzo del 2011. Aprobaron un Decreto de Emergencia en Educación que aún sigue vigente y que permitió que el Ministerio de Educación Pública suspendiera a 305 maestros e hiciera deducciones salariales de forma arbitraria, que no ha devuelto al magisterio.

El magisterio se encuentra a punto de iniciar un nuevo paro para exigirle al gobierno que recule en las leyes del Inprema y la Ley Fundamental de Educación. La única forma de enfrentar el régimen y salir intactos es mediante la lucha granítica de las bases del magisterio. La declaración de un paro debe ser acatado por todo el magisterio, igual a como se realizó en el 2004 contra las pretensiones de Ricardo Maduro. Solo la participación total del magisterio podrá revertir estas nefastas leyes, pero también, la estrategia que se realice debe evitar cometer los mismos errores del 2010 y 2011, siendo uno de los fuertes errores la división de la dirigencia. Es obligación de todo docente pelear por los derechos en su vejez y por sus beneficiarios; de no hacerlo ahora, las consecuencias serán drásticas, tal y como sucede ahora con la deducción de un 3 % más que se le hace al salario, cantidad de dinero que para la profunda crisis en que se vive en el país, resulta asfixiante.

Unidad de todos los sectores en lucha

Desde el Partido Socialista Centroamericano (PSOCA) hacemos un llamado al movimiento sindical, gremial, campesino y social del país para que unifiquen todas estas luchas para enfrentar el régimen Lobo-Hernández. El ataque no es solo a las conquistas sociales de los maestros, estas también serán al resto de los trabajadores. Es necesaria la unidad de acción y la movilización a nivel nacional para paralizar la economía del país.

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