Por Ricardo Velásquez

A seis años de los sucesivos gobiernos nacionalistas con el ciego apoyo del Partido Liberal, la crisis económica la siguen pagando los trabajadores del país. Tanto Porfirio Lobo como Juan Orlando Hernández no han escatimado oportunidad para orillar a los trabajadores y sus familias a la línea de miseria. Y sin duda alguna, que el sector más golpeado han sido los docentes, a quienes no se les ha dado un aumento desde hace 7 años.

A los empleados públicos se les aprobó un miserable aumento en el presupuesto del 2016, al igual que todos los años se han dado miserables aumentos al salario mínimo, estos trabajadores principalmente laboran con la empresa privada. Sin embargo, al magisterio se le dejó por fuera de los aumentos en el presupuesto de este año, dejando exclusivamente la decisión a criterio de Juan Orlando Hernández. Hay que señalar que en esta represión en contra de los docentes, también son cómplices el resto de partidos que han apoyado todas las leyes aprobadas por JOH en el Congreso Nacional, como son los liberales, D.C., los de la U.D., algunos PAC e incluso algunos de Libre.

Juan Orlando Hernández reiteradamente ha manifestado demagógicamente que se revisarán los índices macroeconómicos y que si estos siguen mejorando se podría hacer el análisis de un aumento salarial. Lo que sí ofrece a los docentes es la facilidad de consolidar la deuda a aquellos maestros sobre endeudados, así como ofrece un bono de 60,000 lempiras para la compra de vivienda o mejoras a la casa, siempre y cuando el maestro haga la solicitud correspondiente.

Es evidente que el interés de JOH es manipular el hambre de los maestros. Por un lado, en vez de otorgar un aumento ofrece una consolidación de deuda donde el gobierno sería el aval y un bono que seguro será manejado políticamente. Mientras un posible aumento sigue siendo un espejismo.

Mientras tanto, la canasta básica sigue aumentando

Contradictoriamente, el índice de inflación sigue orillando a las familias hondureñas, que ven reducida la capacidad de adquisición de sus salarios: “…aseguraron ayer autoridades del organismo rector de la política cambiaria y monetaria, en los últimos tres meses la moneda presentó una depreciación mayor a 40 centavos”. “Sin incorporar lo que es combustible, miramos un déficit en la balanza de bienes y servicios de alrededor del 35 por ciento. Ese déficit, sin combustibles en el 2014 era del 10 por ciento, ahora se muestra en 35 por ciento. Eso nos da una presión”, razonó (LT 7/2/16).

Por otro lado, “El índice de precios al consumidor (IPC) presentó una variación de 0.31% durante el mes de enero, informó ayer el Banco Central de Honduras (BCH). De los 282 productos que conforman la canasta básica, el 67.02% (189 productos) experimentó un incremento, 6.74% (19) disminuyó, entre los que destacan los combustibles y el suministro de electricidad. La inflación registrada se explica por alzas en el precio de granos básicos como frijoles rojos, maíz y arroz, y aumento en las carnes de res, cerdo, pollo y pescado.” (EH 7/2/16).

Lo anterior nos indica que mientras los salarios reciben raquíticos aumentos o no reciben ninguno como el caso de los docentes, la moneda se devalúa y los precios de los principales productos de la canasta básica aumentan, volviendo insoportable el diario vivir de los trabajadores.

Solo movilización y lucha logrará aumentos más justos

El gobierno de JOH y sus comparsas no hubieran aplicado las políticas neoliberales tan efectivamente de no ser por la desmovilización de los trabajadores. Por un lado, JOH ha coaptado a la dirigencia sindical o en todo caso los ha manejado muy a su favor, y en el caso de que las dirigencias no cayeran en las fauces de JOH, éste ha reprimido aun violentando la ley y manipulando el sistema judicial a su antojo. No es casual que tanto nacionalistas como sus compinches se empecinen en elegir magistrados que les garanticen legislar a conveniencia del gobierno, sin importar si se violenta la ley.

Por todo lo anterior se vuelve una necesidad impostergable que los trabajadores rebasen a las dirigencias y se movilicen para exigir un aumento general de salarios de acorde al índice de inflación. Corresponde al magisterio mismo levantar la bandera de lucha para obtener un aumento salarial, la misma población ya está consciente de que el gobierno debe otorgarlo. Pero este régimen no regalará nada, así que corresponde a los mismos sectores salir a pelearlo y exigirlo.

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