Por Leonardo Ixim
Entre el 04 y 05 del presente febrero estuvo en Guatemala el secretario de Estado del nuevo gobierno de Donald Trump, Marco Rubio después de una gira que incluyo a países de Centroamérica y Republica Dominicana.
Rubio de origen cubano fue senador por el Partido Republicano por el estado de La Florida. Este le disputo la nominación presidencial a Trump y aunque supuestamente venia de las estructuras tradicionales del establishment republicano se fue posicionando con postura aun mas conservadores ante este, además del tradicional anticomunista de su origen. Al final el nuevo presidente lo nombra titular de la Secretaria de Estado.
La visita a Centroamérica y el Caribe, al mejor estilo de la diplomacia de las cañoneras (solo que por otros medios) de inicios del siglo XX, es la de garantizar los intereses de esta potencia imperialista en la región que le permitió convertirse en tal. Entonces lo destacado es que todos tienen un Tratado de Libre Comercio con esa potencia (CAFCA en sus siglas en ingles) y es posible que este sondeando algunas modificaciones como esta exigiendo a los vecinos de Norteamérica con el aumento de aranceles. Así ha visitado desde gobiernos abiertamente cipayos como el de Bukele de El Salvador y Chávez de Costa Rica, a algunos mas pragmáticos como Arévalo de Guatemala, Molinero de Panamá y Abinader de Republica Dominicana.
Con respecto a Arévalo decimos pragmático porque mas allá de algunos comentarios de que Trump iba a respaldar las aventuras golpista de la extrema derecha encabezada por la jefe del Ministerio Publico, lo cierto es que desde el primero momento que asumió Rubio mostro su respaldo a Arévalo, esto porque Guatemala junto a Belice mantienen relaciones diplomáticos con Taipéi y por el compromiso de seguir al pie de la letra políticas en persecución a la migración y trafico de drogas con Washington.
Esto queda evidenciado en los acuerdos firmados con el gobierno de Guatemala, se acepto un aumento del 40 por ciento en vuelos de retornados y convertirse en un tercer país seguro al igual que el firmado en la primera presidencia de Trump, aunque el gobierno de Arévalo jure que no y argumente que seria temporal. Por otro lado crear una fuerza de tarea conjunta entre elementos de la PNC, el ejercito y fuerzas militares gringas, dentro del plan de mayor militarización. A cambio Rubio se comprometió a expandir la infraestructura en dos puertos y la construcción de vías férreas y carreteras; pero nada relacionado al TPS a connacionales en Estados Unidos.
Estos gobiernos por otro lado regatean visas temporales de trabajo que es la forma miserable de garantizar una migración controlada para satisfacer las necesidades de la economía de los países del norte global por medio de bajos salarios y nula estabilidad laboral y de paso disminuir el desempleo levemente en los países del sur.
Desde el gobierno de Obama EU ha ofrecido cantidades ingentes de recurso a partir de proyectos para prevenir la migración irregular supuestamente priorizando los municipios de mayor éxodo que coinciden con mapas de pobreza, ubicados en las áreas del norte y nor occidente, regiones pobladas por grupos mayences. Mucho de ese dinero era destinado vía USAID que ante la restructura que ha prometido el gobierno de Trump, provoca temor en varias ongs que dependen de fondos para ejecutar proyectos, de igual manera el gobierno central especialmente en la áreas de salud y educación que tienen programas que dependen de esas agencia gubernamental de cooperación, que no es mas la manifestación del poder suave del imperialismo.
Una generalidad de todos los gobiernos latinoamericanos sean progresistas o conservadores pese a sus bravuconerías ha sido que han terminado cediendo a Trump. Las organizaciones sindicales, populares, comunitarias e indígenas deben cerrar filas contra estas agresiones imperialistas y no tener ninguna esperanza en el gobierno de Semilla, que vaya a tomar una posición soberanista, quien descansa su sobrevivencia en los respaldos con el imperialismo y algunas fracciones capitalistas que en las masas que garantizaron su triunfo electoral en 2023.