Por Marcos Galicia

Vale la pena recordar y traer a la memoria el Levantamiento Popular del año 2023 en donde los pueblos indígenas lideraron una serie de protestas en defensa de la democracia, que estaba en riesgo debido a la persecución y criminalización del Ministerio Público -MP- de Consuelo Porras y sus aliados. Así como en esa ocasión logramos converger en las calles distintos sectores y organizaciones, nuevamente, el sector estudiantil y el sector sindicalista convergen en las calles el 15 de enero del presente año para denunciar las falencias de este gobierno:

El actual gobierno es producto de la movilización popular de octubre de 2023, y a doce meses de que el pueblo evitara que el MP robara las elecciones -aunque las papeletas electorales siguen secuestradas- es necesario hacer un balance de lo que se ha hecho bien y lo que no desde la visión de los sectores sindicalistas y estudiantiles.

La guerra judicial o “lawfare” sigue vigente contra estudiantes, docentes, trabajadores y otros sectores que se pronunciaron frente al fraude electoral del año 2022, en donde las mafias del país impusieron a Walter Mazariegos como rector de la Universidad de San Carlos de Guatemala -USAC- e incluso, hay miembros del movimiento Semilla que fueron perseguidos por el caso USAC. Buena parte del descontento de la población hacia Arévalo y su gobierno ha sido que no ha logrado expulsar a Consuelo Porras del MP y que eso mantiene en vigencia esta persecución injusta.

Es necesario comprender que la lucha anticorrupción no es tarea fácil, después de haber sobrevivido a los dos últimos gobiernos, no es de extrañarse que las estructuras criminales que se han enquistado en el Estado, luchen por sobrevivir. Y es en ese sentido que las principales figuras de la corrupción solo saldrán de sus cargos por medio de la movilización popular, pero Arévalo y compañía no han querido convocar nuevamente.

Pero para convocar a movilizaciones populares es necesario, primero, atender las demandas populares. Entre dichas demandas encontramos al sector sindical que demanda lo siguiente en un comunicado en conjunto con estudiantes universitarios: no permitir la injerencia del sector privado en los precios de la canasta básica, evitar el trato preferencial hacia los empleadores en la aplicación de la justicia laboral, la protección del gremio -especialmente en las municipalidades- y, por último, mantener el diálogo social con los sectores obreros/trabajadores.

A pesar de que estas son solamente algunas de las demandas también resonó el tema del aumento al salario mínimo que no fue lo mismo para todos los sectores y que, pese a que es el aumento más grande en muchos años, aún no es suficiente para cubrir la canasta básica. Pese a que el gobierno hace su mejor esfuerzo técnico para poner a funcionar un Estado formal institucional, debe dar el salto político y ser más combativo en la lucha anticorrupción.

Pero dentro de los reclamos estudiantiles también está la decepción hacia la política exterior servil y entreguista por parte de este gobierno, específicamente en lo siguiente: la falta de solidaridad para Palestina que vive el genocidio sionista y, por otro lado, las concesiones mineras a empresas de origen europeo o estadounidense, que en otros artículos exponemos acerca del riesgo de los proyectos extractivos para la sociedad guatemalteca y su impacto en los ecosistemas.

Y la lista es larga, pero no podemos dejar pasar el aumento salarial a los diputados, que fue un aumento sin justificación técnica y en una cantidad desmedida. Estas malas decisiones podrían eventualmente aislar a este gobierno, dejándolo vulnerable, aún más, a los ataques del MP y sus acusaciones en medio de la nueva era Trump, donde estos grupos corruptos de poder buscan cobija en el nuevo mandatario y en el Partido Republicano estadounidense para expulsar a Arévalo del poder y comenzar una represión brutal para evitar que el pueblo nuevamente se levante.

Si Arévalo y compañía, siguen depositando su mayor confianza en la comunidad internacional y sectores de la burguesía nacional, e ignorando las demandas y peticiones de los sectores organizadores y población en general, podrían quedarse solos sin la capacidad para resistir los siguientes ataques del MP y de la oposición que tienen replegada en todo el aparato del Estado. Esto acarrearía una grave crisis sin precedentes y habrá factura -consecuencias- contra todo aquel que fue incómodo para la oligarquía y sus vasallos. Se avecina otra tormenta política para el país. La iniciativa la deben tomar las organizaciones sindicales, estudiantiles y populares, y organizarse en una coordinadora para sacar a las estructuras corruptas mediante la lucha en las calles, dejando atrás toda confianza y esperanza en el gobierno burgués de Arévalo.

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