Por Alberto Castro

No hay conflicto social y armado dónde un Gobierno aplique intervenciones del tipo no armadas. Ahora el gobierno está aplicando programas asistencialistas que forman parte de estrategias de reducción de la base social de donde se nutren las pandillas. En un acto público de lanzamiento de nuevas medidas extraordinarias para seguridad, el presidente de la República, Salvador Sánchez Cerén, se comprometió a que en el lapso de un año creará 15,000 empleos para jóvenes que no estudian y que no poseen un empleo, conocidos como ’’NINIS’’.

A quienes se les entregará un monto económico de manera mensual, para que puedan formarse o emprender sus propios negocios. "Oigan bien padres y madres de familia: aquí tienen una oportunidad. Si su hijo no estudia o no trabaja pues este programa le va a dar un apoyo en dinero por 12 meses para que este joven pueda tener formación. Si tiene formación enviarlo a pasantías, que trabaje. Y además, trabajar por el primer empleo y la intermediación laboral y el emprendimiento”, así anunció el presidente el pasado 21 de junio en la comunidad 22 de abril un nuevo programa lanzado por su gobierno del FMLN; explicó que estas estrategias son parte de un paquete de medidas enfocadas en la prevención de la violencia en los 26 municipios considerados de mayor vulnerabilidad por sus altos índices de delincuencia. Uno de sus componentes es el de empleabilidad juvenil. Para lo cual se invertirán $7.5 millones provenientes de la contribución especial para seguridad (del cargo del 5% al uso de las telefonías).

El estrato social que está siendo intervenido

Nini es una expresión peyorativa usada para referirse al tipo de persona que está en desocupación total y se traduce: <ni estudia, ni trabaja> del acrónimo ingles NEET (not in employment, education or training). El término nini, no se atribuye para referirse a una categoría social o como estrato, sino a una forma de vida que puede ser transitoria, en la que se encuentran las personas desocupadas y sin oportunidad de formación, gracias a las desigualdades del sistema capitalista. El estrato social que vive marginado y en condiciones precarias, sin oportunidades de acceder al estudio superior o al mercado laboral es el Lumpen proletariado, justo de donde se nutren las maras y pandillas.

Las cuales son un fenómeno cuya conformación social proviene de este estrato, por lo tanto, como organizaciones juveniles son grupos de resistencia radicalizados que se han vuelto unas auténticas guerrillas urbanas. La estrategia del gobierno por ende consiste en irle quitando de poco en poco el terreno a las organizaciones pandilleriles, con este asistencialismo que será llevado a cabo a través del programa de Gobierno, “Jóvenes con Todo’’ y también le servirá para ganarse una base de apoyo electoral. Según un estudio realizado por la Fundación Dr. Guillermo Manuel Ungo (FUNDAUNGO), el 26 por ciento de los jóvenes salvadoreños son ninis.

Es decir, uno de cuatro jóvenes no estudia ni trabajan, lo que corresponden a una cuarta parte de la juventud salvadoreña. Esa ONG hizo en el 2012 la encuesta basada en una población de 1,645,227 con edades de 16 a 29 años, estos datos forman parte de la Encuesta de Hogares y Propósitos Múltiples (EHPM). De este total, el 23.2 % de los jóvenes se encuentra estudiando, un 43.6 % trabaja, un 7.2 % realizaba ambas actividades y un 26 % ninguna de las dos. Según el cálculo de la Fundación Dr. Guillermo Manuel Ungo (FUNDAUNGO), entre el 2006 y 2012 los jóvenes ninis se han mantenido entre 27% y 26%. Según las cifras, 8 de cada 10 ninis se encuentran entre los 19 y 29 años. Se puede decir que se encuentran en perfecta edad para poder desarrollar cualquier actividad en sus vidas. El Gobierno ha expresado que entregará 100 dólares mensuales en el primer año a 100 mil jóvenes.

Endeudamiento y populismo

Todavía no ha quedado claro de qué manera los jóvenes podrán aplicar a este programa, de lo que no hay duda es que este es un punto más en la agenda de la mesa bipartidista de negociaciones, esta vez por un nuevo préstamo de $130 millones con el Banco Mundial. Este programa denota populismo, y no es una solución al grave problema de violencia del país, y no resuelve la desigualdad para con las más amplias masas juveniles, lo mejor es que se invierta más presupuesto en educación, que en los centros de estudio básicos y medios se dinamicen los programas de suficiencia y EDUCAME para mejorar los grados académicos, y desde ahí se otorguen los viáticos a los jóvenes en el programa.

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