Por Alberto Castro
Actualmente la Mesa por la Soberanía Alimentaria discute ciertos aspectos del Proyecto de Ley de Soberanía y Seguridad Alimentaria y Nutricional, el cual ya fue presentado a la Asamblea Legislativa, pero todavía no ha sido aprobado; esperan presentar los puntos discutidos a la Asamblea Legislativa para su aprobación. El anteproyecto de Ley cuenta con la oposición del empresariado tradicional aglutinado en la ANEP, porque dicha ley “regularía la publicidad de los alimentos que generan obesidad” y por lo tanto sus ganancias se verán afectadas.
Como dedo en la llaga
Es terrible la situación que atraviesan miles de familias con relación al hambre y la desnutrición, escasez, especulación y acaparamiento, el enorme costo de vida, sumado a otros problemas sociales que viven el país y la región centroamericana. Ante ello resulta una toma de pelo y un insulto a nuestra cordura los pronunciamientos en la prensa, por parte del gobierno de turno y oposición política y empresarial.
Ahora cuando la escasez es tan alta y en los medios de comunicación han sido muy repetitivos y resonados los temas de la Especulación y el Acaparamiento, encarecimientos de los granos básicos, etc., solo ahora escuchamos cómo las prominencias políticas e intelectuales de la burguesía se toman con preocupación e hipócritamente los temas del hambre que padecen muchos, la sequía y la difícil adquisición de alimentos.Debe alejarse del asistencialismo y buscar soluciones reales
El objeto de dicha Ley es “establecer un marco normativo para garantizar la soberanía alimentaria y el ejercicio pleno del derecho humano a una alimentación adecuada, para lo cual se crearán, entre otros, mecanismos de apoyo a la producción nacional, a la comercialización, al abastecimiento y al acceso a los alimentos, preservando la salud y la nutrición de la población salvadoreña.” (Art. Anteproyecto de Ley de Soberanía y Seguridad Alimentaria y Nutricional).
Actualmente la mesa en donde se discuten aspectos de esta Ley está compuesta por diversas organizaciones de la sociedad civil. En este sentido, es evidente que la participación de campesinos e indígenas es mínima con relación a la población rural que vive de la agricultura, por lo tanto desde la mesa deberían de crearse comisiones de consulta entre cooperativas de campesinos y organizaciones de pueblos originarios, para garantizar una verdadera lucha por una auténtica ley que vele por los derechos de quienes producen la tierra.
Se debe reconocer que existe una crisis permanente relacionada con el hambre y los alimentos, por lo tanto dicha ley debe dar soluciones reales a la problemática alimentaria que padece el pueblo salvadoreño, problema que debe ser abordado como un problema de región centroamericana. No se debe permitir medidas mediáticas que solo sirven para tapar el problema, permitiendo que pasado un tiempo éste reaparezca.
De la ley de la mesa a las necesidad reales
Camaradas trabajadores del campo, ciudad y pueblos originarios, desde el Partido Socialista Centroamericano decimos: ahora es cuando debemos de parar la oreja e indagar el contenido de esta ley, qué contempla y si los objetivos de la misma son de beneficio para las clases explotadas y oprimidas.
Los que adquirimos productos de la canasta básica les generamos enormes ganancias a los grandes comerciantes; por ello mismo se debe medir el impacto del pago de trueques a Petrocaribe, ya que actualmente la producción nacional y regional no cubre el total de consumo interno. Es reprochable que los granos básicos, que son parte importante del alimento en la mesa de muchas familias, tengan que cubrir con la factura del empresariado que conduce un instituto político. Pero más reprochable es que la alimentación del proletariado quede sometida y sirva para engrosar las bolsas de los capitalistas que controlan en sus empresas la gran distribución de alimentos, quienes tienen pugnas constantes por cuotas de poder y mientras tanto el pueblo sigue con hambre.