Por Mario Carranza

A 22 años del Acuerdo de Paz firmado entre los comandantes de la exguerrilla salvadoreña y el Estado salvadoreño a través del gobierno arenero de Alfredo Cristiani, todavía los problemas se hacen sentir. Es así como el día 19 de junio de 2014, personas pertenecientes a la Fuerza Armada se movilizaron con el afán de lograr la aprobación de una ley que les garantice recibir determinados beneficios sociales y económicos. Estos beneficios quedaron sin cumplirse recién pasado el engañoso Acuerdo de Paz que puso fin al conflicto armado, que ya se había extendido a lo largo de más de 12 años. Debido a la intromisión diplomática, económica y política del imperialismo norteamericano la guerra civil había alcanzado niveles de inseguridad en todos los ámbitos del desarrollo del Estado salvadoreño.

Mientras los Jefes militares gozan los veteranos sufren

El problema no está en que hayan transcurrido ya más de 22 años, sino en que aquellos que en esa determinada fecha de 1980 hasta 1992 lucharon defendiendo los intereses de los ricos y del Estado burgués, hasta el momento son mantenidos casi en el olvido. Aunque la oficialidad y los altos jefes militares fueron recompensados generosamente, la gran mayoría de los veteranos siguen en total abandono, muriendo de avanzada edad, con enfermedades crónicas, etc.

En caso de existir diferencias entre los veteranos y los excombatientes, en estos momentos éstas no tienen razón de ser, pues la realidad ha demostrado y dado la razón de que la lucha librada contra el sistema capitalista es justa porque ahora es ese mismo sistema capitalista el que no les asegura un vida digna.

Mal paga el diablo a quien bien le sirve

Muchos veteranos de las fuerzas armadas consideran la situación que atraviesan una burda ironía de la vida o una mala jugada del destino, sobre lo cual expresan: “…a los ricos a quienes defendimos con sus familias, sus casas, sus colonias y sus territorios, son ellos ahora en la asamblea legislativa los que les niegan la aprobación de nuestra ley y por lo tanto los niegan nuestros derechos…”. Frases como esas fueron expresadas por las representaciones departamentales de la Asociación de Veteranos de la Fuerza Armada y de los Cuerpos de Seguridad Pública (AVETFACUSEP), fundada 2010. Desde ese año estos veteranos están dando la lucha legal en la Asamblea y la lucha legítima en las calles, fronteras como se le quiera llamar al final. Siempre están haciendo su lucha y este jueves 19 no fue la excepción, ya que a partir de tempranas horas miles de miembros se hicieron presentes en El Salvador del Mundo, desde donde partieron por rumbos planificados hasta llegar a la Asamblea Legislativa, cuya entrada les fue cerrada de forma completa. Otra vez les dan por la cara con las puertas y con un montón de matones de la UMO dispuestos a imponer respeto.

Arena saca ventaja de la lucha de los veteranos

La novedad en esta ocasión fue que diputados de ARENA salieron de inmediato para recibir a una comisión que fue la encargada de entregar un escrito solicitando una explicación de en qué etapa está el proceso del anteproyecto de ley, el cual fue entregado el año pasado. Esta vez expresaron que de no ser aprobada la ley volverán a las acciones de hecho. La pregunta ahora es ¿los ARENEROS ahora sí quieren colaborar con sus votos? o ¿les están tomando el pelo de nuevo como lo hicieron antes de las elecciones, cuando los dejaron en manos del FMLN para que se desacreditara, al no poder aprobarles y que luego la última semana aparecieron implorando como una magdalena el voto a su favor? Lo cierto es que a los veteranos se les pide mucho, pero conociendo su disciplina, no les dan nada.

Los ricos deben cargar con las demandas de los veteranos

Desde el Partido Socialista Centroamericano (PSOCA) consideramos que las demandas de los veteranos son justas, y el gobierno está en la obligación de darles una solución. La solución a estas demandas deberá ser cargada a los ricos,   a quienes se deberá obligar a que destinen parte de sus riquezas para solventar las necesidades de los veteranos. Los veteranos deberán recurrir a las movilizaciones y métodos de lucha popular para exigir el cumplimiento de sus demandas, luchas que deberán unir a las luchas de la clase trabajadora.

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