Por Manuel Sandoval
Casi desde que las bolsas se desplomaron en los Estados Unidos y Europa bajo el impacto de la guerra de aranceles que lanzó Trump el “Independence Day”: el 2 de abril pasado, Tomás Soley, sucesor de Rocío Aguilar al frente de la Superintendencia General de Pensiones (SUPEN) y los gerentes de las Operadoras de Pensiones Complementarias (de los Fondos del ROP y del ahorro de las pensiones voluntarias), han estado restando importancia a las pérdidas que tuvieron estos fondos con las inversiones especulativas que realizan en Wall Street.
Intentan hacernos creer que en el mediano plazo (al igual de lo que habría ocurrido en el 2023 con el descalabro que hubo entre el 2021 y el 2022), las pérdidas van a desaparecer al recuperarse la rentabilidad de las inversiones. Hay que tener paciencia -nos aconsejan-, y evitar cambiarse de Operadora de Pensiones, para que no se contabilicen las pérdidas con el traslado de fondos de una Operadora a otra. Con lágrimas de cocodrilo advierten, sin embargo, que las trabajadoras(es) que se pensionen en los próximos meses van a recibir un ROP rebajado y dan a entender que tendrían que esperar, porque estas “minusvalías” que provocan las oscilaciones del mercado bursátil tenderán a ir desapareciendo.
Estos “especialistas”, como Róger Porras, el gerente de Popular Pensiones, descartan lo que todo “el mundillo” en torno a Wall Street y los mercados financieros internacionales teme: que la “incertidumbre” en torno a la guerra comercial que inició Trump, dispare una recesión en los Estados Unidos y nuevas caídas aún más violentas de las bolsas. Con la “autoridad” de los salarios supermillonarios que se han recetado, nuestros héroes son más papistas que el Papa y siguen con confianza absoluta y ciega en Wall Street. (La “recuperación” relativamente rápida que han tenido las bolsas en las últimas semanas los tiene convencidos de su “sabiduría”).
En vez de una política para sacar la plata de Wall Street e invertirla en la país, NO SERÍA RARO que hasta inviertan más. Con nuestra plata se manejan como dinero propio, sin obligación de rendirle cuentas a los dueños del dinero. Ni Tomás Soley ni los capos de las Operadoras de Pensiones han querido dar información precisa de las pérdidas, aunque están obligados por ley. Peor aún, los responsables de los fondos del IVM, del RCC de los educadores y del Fondo de Pensiones del Poder Judicial también han hecho inversiones en Wall Street y la cosa es como si no fuera con ellos.
Es una periodista del Semanario Universidad: María Núñez Chacón, la que ha dado a conocer el monto de las “minusvalías” de los fondos del ROP en el artículo que adjuntamos, que realizó con información de la SUPEN y el apoyo de analistas financieros. (La felicitamos y le agracemos este servicio que presta a las trabajadoras(es) del país).
De los recursos del ROP: ¢12,13 billones, a marzo estaban invertidos en los mercados financieros internacionales el 35,4 %: una suma cercana a ¢4,30 billones. La rentabilidad de las inversiones de los diferentes fondos disminuyó entre el 8 y el 10,63%, lo que estaría arrojando pérdidas cercanas a los ₡441 000 millones.
Es un monto parecido a las pérdidas del 2021-2022. Lo que es diferente son las turbulencias que amenazan la economía capitalista global, que en cualquier momento se pueden traer a pique y más estrepitosamente a las bolsas.
La plata del ROP hay que devolverla al país en cuanto se recuperen un poco las inversiones e invertirla (con garantías adecuadas del Estado) en obra pública y otras necesidades sociales del pueblo costarricense. Es una locura endeudar al país, mientras se arriesga el dinero de los fondos de pensiones en el casino de Wall Street.
En el mejor de los casos, si no llegan a derrumbarse más estrepitosamente las bolsas y se recuperan parcialmente las pérdidas, se trataría de una operación de balance financiero que dejaría “tablas” los fondos, lo que implicaría que si se dispara LA INFLACIÓN, éstos pueden verse erosionados por no haber habido ganancias este año.
El movimiento sindical y popular debe exigir a la CONASSIF y a la SUPEN que cesen las inversiones especulativas en Wall Street y se devuelva la plata a Costa Rica.
¡QUE EL ESTADO GARANTICE LAS INVERSIONES EN EL PAÍS!
¡NINGUNA CONFIANZA EN LA SUPEN Y LAS OPC!
¡CÁRCEL Y EXPROPIACIÓN DE BIENES PARA LA GENTE QUE SIGA ARRIESGANDO NUESTRA PLATA EN WALL STREET!