Por Foranis

Para responder a las preguntas de ¿Por qué la Universidad de El Salvador sigue con clases digitales? ¿Dónde están los estudiantes? ¿Por qué no se escucha una voz crítica en la Universidad ante lo que pasa en él país? Es necesario poner el dedo en la llaga de lo que han venido haciendo los partidos políticos a la universidad anteriormente.

En las últimas décadas, desde el fin de la guerra, la Universidad de El Salvador (UES), ha experimentado una progresiva intervención por parte de cúpulas corruptas, mafias, partidos políticos, y hasta pandillas y militares. No es de extrañar que habiendo sido uno de los escenarios fundamentales en los años 60 para que surgiera la conciencia y los movimientos revolucionarios de las décadas siguientes, después de los Acuerdos de Paz del 92, con la idea de “pacificar” el país (eliminar cualquier reducto de organización del pueblo que pueda oponerse a los intereses de los poderosos), la universidad ha sido desmembrada lentamente por los firmantes de estos acuerdos, las mafias empresariales y grupos criminales, hasta reducirla a lo que es ahora – un cascarón vació listo para ser violado y prostituido al antojo del gobierno-.

Esto conlleva el refutar el discurso de la “oposición” (si acaso se le puede llamar así), de asegurar que este gobierno se ha encargado de eliminar la educación superior, pues, en realidad la parálisis y destrucción de la educación superior pública es un proyecto que se empezó mucho tiempo antes, por los partidos políticos anteriores, la actual intervención - militar, ministerial y dictatorial - no es más que el golpe de gracia del actual ejecutivo (hijo bastardo del matrimonio ARENA-FMLN).

Es de preguntarnos si ¿La instrumentalización de las organizaciones y asociaciones estudiantiles durante los 10 años del FMLN no fue una intervención también? ¿No sabrán sido las tácticas rompehuelgas, matonas y pandilleriles de organizaciones como el FURD y ASESIGMA otra forma de paralizar los movimientos estudiantiles? Por último, si La mafia que controla la universidad en los puestos superiores, conocidos por los cotidianos fraudes electorales, amenazas de muerte, acosos y abusos de todo tipo a los estudiantes fieles sirvientes de cualquier gobierno de turno ¿No son también una estrategia para evitar el surgimiento de nuevos movimientos de pensamiento crítico en el país?

No hay que confundirse, con esto no se está defendiendo a la intervención, actual, sino que estamos señalando enfáticamente que la actual intervención solo es producto de ese “Pacto Histórico” nacido del fin de la guerra, de DESMOVILIZAR A LA POBLACIÓN, del cual tanto le gusta hablar a Bukele, pero del cual él es parte inequívoca.

Esclarecido esto, debemos señalar, que las estructuras antes mencionadas, de estudiantes rompehuelgas, mafias políticas, e invasión de partidos políticos, solo están cambiándose la camiseta, de ser roja, tricolor o naranja, a ser completamente celeste – Algo que deja mucho que pensar -. 

Ahora bien, lo que vemos, como el golpe final a la universidad, tiene que ver con fenómenos mucho más globales, pero en lo local y especifico, hay que comprender que en 2019 igual que en muchos países de Latinoamérica, se vivió en el UES un verdadero despertar popular. El hartazgo de los estudiantes por los constantes fraudes y su frustración de no poder destruir la profunda red de corrupción los llevó a las conocidas tomas de facultad en medicina y matemáticas. Estas expresiones de Crisis de Legitimidad tan agudas, demostraban claramente la decadencia sistémica que iba en auge, la insostenibilidad a nivel global y universitario del orden establecido.

Para contener y confrontar esta debacle del mundo capitalista y universitario, surgen la necesidad de nuevas medidas de control social. No es de extrañar que unos meses después se desatase La Pandemia de COVID-19 y el mundo se enclaustrara en el terreno digital. La economía entera se plegaba ahora a un nuevo paradigma digital donde el único reflejo de la realidad era el que pasaba a través de las pantallas.

Estas necesidades de control social por supuesto resolvían en que se debía reducir aún más la calidad educativa, suprimir progresivamente el escaso pensamiento crítico que quedaba, y en cambio promover contenidos de fácil consumo, como Tik Tok, y la enseñanza se precarizara condenándola a aulas virtuales sin la capacidad real de contacto humano, ni organización entre los estudiantes. Así mismo el desuso de las instalaciones, eliminaba el control político de los estudiantes sobre el terreno, la disputa entonces estaba saldada a favor de las autoridades universitarias y que harían de las instalaciones sus feudos privados.

Ahora por si todavía queda la duda de ¿Por qué se mantiene la universidad en El Exilio? No es otra que por el papel fundamental que ha tenido en las grandes transformaciones de la historia, destruir la posibilidad de que los jóvenes cuestionen el orden social es inaceptable para los proyectos transnacionales a los que sirve la dictadura política, y al mantener secuestrado el campus, con cuales quiera excusas que se les ocurra, como Juegos Centroamericanos, Miss Universo, Competencia Ciclismo, o la actual con la “remodelación del campus”, es fundamental para que los universitarios estén alejados de la acción política, de la realidad material, y mientras se mantengan zombificados por el reflejo de sus pantallas.

Las generaciones viejas, de catedráticos, guerrilleros o luchadores sociales se llenan la boca muchas veces criticando a los estudiantes por no tomar acciones como en los años 70 y 80, pero se les olvida recordar que fueron sus generaciones las que permitieron el desmantelamiento de la universidad, fue la fe ciega en las cupulas partidarias y en las dirigencias – Ese ciego amor a la autoridad – lo que dejo en manos del poder la educación. La mentirá de la paz hizo que no se promoviera un reagrupamiento de las fuerzas revolucionarias y esa “Defensa a Los Acuerdos de Paz” que promovía el FMLN fue una defensa a la tiranía empresarial. Lo cierto es que no todos los estudiantes están callados, pero no basta con enojarse con las generaciones huérfanas políticamente, y vivir criticando sus características particulares, sino más bien (viniendo desde afuera) fomentar el apoyo a las luchas por reorganizar un movimiento universitario, buscara la alianza con demás sectores rurales y urbanos y articular una propuesta radical que reniegue de las cupulas, el servilismo, los partidos políticos y en cambio se alce el resurgimiento de la lucha revolucionaria de acción directa.

Hemeroteca

Archivo