Por Leonardo Ixim
El asesinato del líder popular colombiano Jorge Eliécer Gaitán Ayala el 9 de abril de 1948 marcó un hito en la historia de Colombia y la conflictividad entre las clases en una de las sociedades más desiguales del continente; no solo por sus consecuencias inmediatas, el Bogotazo, la violencia, el gobierno de Pinilla y el del Frente Nacional, sino de carácter más global. La guerra interna que vive ese país, el uso del terrorismo de estado por parte de los grupos dominantes y la reacción popular violenta, entre otras cosas, que hoy se prefigura en un nuevo intento de acuerdo de paz, sin que los mecanismos de terror de la oligarquía estén desactivados.
Gaitán Ayala nació el 23 de enero de 1903 en Bogotá, fue un importante líder del Partido Liberal Colombiano. Este partido se ha caracterizado en su historia, por además de ser un instrumento de las elites oligárquicas, tener bases plebeyas y alas que en varios momentos tuvieron posiciones progresistas.
Eliécer Gaitán, fue un líder popular de formación abogado y miembro de una de estas alas. Fue ministro de trabajo y previsión social en el gobierno de Alfonso López Pumarejo entre 1942 y 1943, ministro de educación en el gobierno de Eduardo Santos entre 1940 y 1941, alcalde de Bogotá años antes y miembro de la Cámara de Representantes y presidente de esta entre 1931 y 1932.
Contexto social
Se dieron grandes huelgas de trabajadores bananeros en 1929 y 1932 contra la United Fruit Company, propietaria de extensas plantaciones de banano en la región de la costa caribeña colombiano; la primera por una masacre de obreros aplastada por el ejército de ese pais a pedido de la patronal gringa, huelga que tuvo el apoyo además de los trabajadores del ferrocarril y los puertos, de los pequeños propietarios bananeros, con el protagonismo de militantes del Partido Liberal y del minúsculo Partido Socialista Revolucionarios que años después se convertiría en el Partido Comunista Colombiano (PCC). Después de ello llegaron al gobierno, luego de una larga permanecía del Partido Conservador, una serie gobiernos liberales: los dos gobiernos de López Pulmarejo, el de Santos y el de Lleras Camargo.
Estos aprobaron una reforma constitucional en 1936 que entre otras medidas decretó la función social de la propiedad, la protección de derechos laborales y sindicales y la intervención del Estado en la economía. Fue una forma de responder a las demandas sociales sin romper la dependencia total del imperialismo, pero ya para la segunda mitad de la década de los 40s el liberalismo había perdido el gobierno por el conservador Mariano Ospina Pérez, debido a las divisiones del Partido Liberal entre el ala plebeya de Eliécer Gaitán y el ala oligárquica de Gabriel Turbay.
La dependencia al imperialismo gringo por su parte, se caracterizaba por haberle pagado a Estados Unidos la suma de 25 millones de dólares tras aceptar la independencia de Panamá en 1903 y la concesión para la construcción del canal, la concesión de tierras a la UFCO y a empresas petroleras. Las inversiones estadunidenses para 1928 eran de 235 millones de dólares.
En ese contexto, en toda América Latina existían luchas populares democráticas anti-oligárquicas y anti-fascistas, que habían derrocado gobiernos dictatoriales en varios países de Centroamérica y el ascenso de gobiernos populistas como los de Perón, Cárdenas y Vargas, en Argentina, México y Brasil, respectivamente. Así en Colombia, existía un malestar contra el gobierno conservador que había revertido algunas medidas del ciclo progresista del liberalismo.
El Bogotazo
En ese ambiente emerge como líder del malestar popular, la facción más organizada de la oposición, la de Gaitán Ayala, que venía de ganar las elecciones legislativas en 1947 y tras la muerte del Turbay en París, quedó la vía libre a Gaitán en su control del liberalismo. Se celebra en ese marco, la IX Conferencia Panamericana en Bogotá, después de casi cincuenta años de parte de Estados Unidos para crear un organismo interamericano; se logra establecer en 1948 lo que se denominó la Organización de Estados Americanos (OEA).
La presencia de los delegados americanos, coincidió con la presencia de un congreso estudiantil donde figuraba entre otros líderes Fidel Castro, que sirvió de fondo para denunciar el intervencionismo gringo en Latinoamérica.
Esto en un contexto que prefiguraba ya las estructuras de la guerra fría y toda la estrategia de seguridad nacional. Recordemos que años antes en 1943 se había conformado el Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca (Tiar), en Rio de Janeiro. En ese sentido se forma la OEA que fue calificada por el Che Guevara como el departamento de colonias tras la expulsión de Cuba años posteriores.
Aprovechando esta ocasión, la población de la capital colombiana salió a las calles para exigir la renuncia del gobierno conservador. En estas movilizaciones se puso a la cabeza Eliécer Gaitán, identificado por el gobierno como líder, procediendo a mandar un grupo de esbirros a asesinarlo, identificados con el Partido Conservador. Años después ha salido la tesis de que éste fue asesinado por miembros de la recién creada CIA.
La revuelta parecía salirse de las manos del gobierno de Ospina Pérez, pues a las manifestaciones que adquirieron mayor relevancia tras la indignación por el asesinato de Gaitán, la muchedumbre cogió al presumible asesino y lo colgó en una plaza. En ese ambiente policías y soldados se unieron a las movilizaciones, entregando y usando sus armas contra las fuerzas represivas.
La respuesta gubernamental fue fortalecer las unidades represivas leales al gobierno para aplastar la movilización popular, dejando como saldo según versiones oficiales 500 muertos, pero según otras versiones hasta tres mil.
Consecuencias
En diciembre de 1949 se realizan elecciones generales, en las cuales los liberales no participan aduciendo falta de garantías, siendo nombrado prácticamente como presidente Laureano Gómez, quien fuera ministro de relaciones exteriores del gobierno de Ospina. Este gobierno continuó los rasgos represivos del de Ospina quien había cerrado el Congreso. Gómez aplicó un estado de sitio permanente, se reprimió a la oposición liberal radical y a las izquierdas, buscando imponer un régimen político corporativo al estilo del falangismo español.
Este gobierno protagonizó lo que se denominó “la violencia” cual fue una política represiva de asesinatos a líderes campesinos por medio de paramilitares denominados “pájaros”, ocasionando miles de asesinatos y el desplazamiento de población que sería el sello de los conflictos en ese país y el martirio para el campesinado colombiano; a lo cual se agrega los 220 mil muertos que toda la guerra interna a generado en ese país y el mas de un millón de desplazados, globalmente.
El campesinado por su parte respondió con grupos de autodefensa organizados por el Partido Comunista y las facciones radicales del liberalismo. Esta situación se volvió intolerable y un sector militar dio un golpe de estado en 1953 asumiendo el teniente coronel Pinilla Rojas, formando un partido la Alianza Nacional Popular (Anapo), estableciendo un gobierno populista que derivó autoritariamente y tuvo que renunciar en 1958, ante protestas estudiantiles y populares.
Los sectores dominantes, a la caída de Pinilla para lograr cierta estabilidad crearon el Frente Nacional entre los partidos liberales y conservadores, que gobernó hasta finales de los setenta donde se repartieron el gobierno, dos periodos cada uno y las distintas instituciones del Estado, aplicando una estrategia contrainsurgente, que con el pretexto de los denominados “bandoleros” se persiguió al pueblo organizado. Por su parte, el campesinado, pese a aceptar la tregua durante el gobierno de Pinilla, aunque éste hostigó al Partido Comunista, siguió siendo reprimido por bandas paramilitares que agarraron fuerza durante el Frente Nacional y de esto evolucionó a las denominadas “repúblicas independientes” y de ahí, a la formación de los primeros grupos guerrilleros.
Las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia en 1964 con la venia de los comunistas, el Ejercito de Liberación Nacional formado por elementos intelectuales de capas medias inspirados en la revolución cubana en 1965 y el Ejército Popular de Liberación en 1967, una escisión maoísta del PCC, que conformo el Partido Comunista Marxista Leninista, que continúa movilizado. En la década de los setenta un sector de capa media rompe con la ANAPO y forma el M-19 y autodefensas indígenas formaron el Movimiento Armado Quintín Lame.
En la década de los 80s se efectuaron las primeras pláticas de paz entre las guerrillas, en ese momento aglutinadas todas en la Coordinadora Guerrillera Simón Bolívar, aunque el ELN se separó. Estas pláticas se dieron en el gobierno del conservador Belisario Betancur y liberando a varios presos políticos, lo que permitió de parte del PCC y las Farc-EP que en 1982 se agrega Ejército del Pueblo, organizar la Unidad Popular. Agrupación que fue desarticulada por el paramilitarismo, fracasando las negociaciones.
A inicios de los 90s el M-19, Quintin Lame y parte del EPL se desmovilizan en el gobierno del liberal Virgilio Barco. Posteriormente en el gobierno del conservador Andrés Pastrana a finales del siglo pasado se vuelve a intentar negociaciones entre el Estado y las Farc-EP. En la actualidad el proceso de paz con este grupo guerrillero parece encaminado, aceptando estos la desmovilización, sin embargo, con el ELN habido diferencias para iniciar las negociaciones; el EPL por su parte al ser considerado una banda criminal y sin mayor fuerza, no está en el escenario una negociación. Todo esto, mientras que el terrorismo de Estado continúa por medio del paramilitarismo contra el movimiento popular y el tema de la justicia transicional parece difuso.