Historia


Por Polideuces Romero

La segunda guerra mundial es uno de los hitos históricos más importantes de nuestro tiempo, en realidad no podemos comprender la actual configuración del mundo, y por ende, nuestra realidad sino vemos las consecuencias de esta gran guerra. Una de las consecuencias más plausibles sería la derrota del fascismo y el nuevo reparto del mundo negociado por la burocracia estalinista del Kremlin y los países imperialistas occidentales. Luego de esta negoción donde la burocracia de la URSS cede muchos de los países liberados en la segunda guerra mundial por los pc nacionales como en Italia, Grecia y otros, el imperialismo occidental deja bajo el control de la burocracia estalinista, las naciones de Europa oriental que fueron liberadas del nacismo por el Ejército Rojo. Sin duda alguna, se erigieron nuevos centros de influencias por el que se regiría la política mundial hasta la caída del muro de Berlín.

Reparto de la zona de influencia post segunda guerra mundial.

Aquí veremos cómo nacen los Estados obreros burocratizados de Europa del este, todos bajo la égida de la burocracia soviética. Entre ellos tendríamos a Alemania del Este, Hungría, Polonia, y Checoslovaquia. Todo este proceso de dominación traería aparejada consigo una gran discusión sobre el derecho de las naciones a su autodeterminación, y más aún, si la otrora república soviética sería una nación que explotase al igual que el imperialismo a naciones subyugadas. Por ende, no sorprendería a nadie que el estos países se diesen insurrecciones nacionalistas con una característica fundamental, y es el papel que jugó la clase obrera en estos procesos: “Aprovechando el ascenso revolucionario de las masas en la posguerra que aterrorizó al imperialismo y capitalismo, y la presencia del Ejército Rojo en el Este europeo, la burocracia rusa negoció con el imperialismo el reconocimiento de su influencia sobre la región. Para ampliar su esfera de influencia en el mundo la burocracia "pagó" entregando la revolución, y el estalinismo se transformó desde ese momento en el principal sostén del debilitado y semi-derruido régimen capitalista en Europa. (…) Como resultado de esta negociación surgieron las "Democracias Populares" en Europa del Este, y en ellas los jerarcas del Kremlin establecieron -luego de muchas "limpiezas"-, a sus agencias burocráticas nacionales.” (Nahuel Moreno, EL MARCO HISTORICO DE LA REVOLUCION HUNGARA)

Uno de estos procesos singulares se gesta bajo el llamado mayo francés, que tuvo sus réplicas en la ya extinta Checoslovaquia, en donde un movimiento que intentó derrocar a la burocracia existente e instaurar la democracia, fue atacado por la reaccionaria y nefasta burocracia del Kremlin.

Estos hechos son interesantes de analizar, sobre todo desde el punto de vista teórico, ya que a diferencia de la URSS, que es caracterizada por León Trotsky como un Estado obrero burocratizado, que se burocratiza producto de la degeneración y el traslado del poder político de los sóviets a la burocracia, es decir, la URSS nace con democracia de clase en la figura de los soviets, legítimos representantes del poder del octubre rojo. En el caso de Estados obreros post segunda guerra mundial, en estos se expropia los medios de producción y pasan a manos del Estado, pero este proceso se da producto de la invasión del Ejército Rojo y el vacío de poder generado en este proceso. En Estados como Checoslovaquia el poder de los comités obreros no pudo ejercer su democracia de clase, sino todo lo contrario, la URSS instaura una burocracia férrea que se aferra en el poder y sirve a los intereses del Kremlin.

Esta falta de democracia creó un enorme problema, la realidad es mucho más rica que la teoría, y lo que pasó en estos nuevos Estados Obreros es una prueba de lo mismo. Era poco probable, después de la experiencia de Polonia en la década de los XX del siglo pasado que la revolución se extendiese como producto de una invasión: “Esta doble explotación que sufren los trabajadores de los países dominados por Rusia se refleja en la estructura política de esos países: un régimen totalitario, sin ninguna democracia, controlado por una burocracia fabricada y dirigida desde Moscú.

De ahí el doble carácter de las revoluciones húngara y polaca, es decir, nacional por un lado, y obrera por el otro. Esta es la razón por la que en un principio, dado el carácter general del movimiento -el conjunto de la nación contra el opresor extranjero haya intervenido en la lucha toda la población. Pero después va quedando como única dirección la clase obrera, que no sólo lucha contra la explotación nacional, sino también contra la explotación de la burocracia nativa.” (Ídem)

Democracia obrera.

Pero el problema de la explotación y la democracia es otro problema planteado, según las tesis de Marx el socialismo no se puede construir, sino en un país capitalista con el desarrollo de las fuerzas productivas más alto dentro del capitalismo, es decir, el socialismo se construye con una base material, es repartir la riqueza y no la miseria. Este fue el caso de estos nuevos Estados obreros, quienes se constituyen bajo la destrucción de su aparato productivo: “Los trabajadores soviéticos son parte importante de la clase obrera mundial, y al igual que ésta quieren tomar en sus manos sus propios destinos y los de sus países. Dicho de otra manera, el proceso de ascenso de la revolución mundial se refleja también en la zona soviética, en donde las masas se encuentran a la ofensiva y la burocracia que gobierna a la defensiva. Las masas quieren, aquí también, conquistar su gobierno, su Estado, etcétera.” (Ídem)

El inicio de la revuelta.

Desde el reparto ya explicado, se produjeron respuestas interesantes en la zona llamada soviética, por ejemplo en 1953: “se produjo una fabulosa huelga de trescientos mil trabajadores esclavos en ese campo contra el régimen de trabajo. Para nosotros, los trotsquistas, ése fue un síntoma claro de que empezaba la rebelión de las masas soviéticas contra la siniestra burocracia estalinista.” (Ídem) Pero esta oleada continuaría en esa misma década en donde veríamos algunas insurrecciones en Polonia y Hungría.

En octubre de 1967 se produce una protesta estudiantil, esta es terriblemente reprimida. Esta se produce por las bajas condiciones de vida de los estudiantes, problemas tan básicos como la luz y la calefacción son los detonantes del malestar de los jóvenes reprimidos. Rápidamente la jerarquía burocrática del PC realiza maniobras producto de la convulsión social que se había generado. Se destituye a Novotny, un burócrata que ejercía una dictadura con mano fuerte y se nombra a Alexander Dubcek en su lugar, este era un dirigente con mucho más prestigio y propenso a nuevos aires.

Para encandecer la situación, en marzo, en medio de una lucha interna en el PC, se viriliza la noticia de que un miembro de alto rango del PC, que había fungido como ministro de defensa había vendido secretos militares al imperialismo norteamericano, tomando el control del PC, el ala de la burocracia que estaba por aperturas democráticas dentro del sistema. Poco a poco se gestaba una gran convulsión social que sería conocida como la primavera.

La revolución política.

Uno de los asuntos más importantes planteados en los ya difuntos Estados obreros, era de cómo se avanzaba hacia una sociedad más justa. León Trotsky planteo la posibilidad de que estos, que ya habían avanzado en la expropiación de la burguesía tenían la labor histórica de hacer una revolución política e instauraran un sistema de democracia basado en la representación de las mayorías, es decir, los trabajadores y los campesinos. El tema de libertad no es propio de la democracia burguesa, está la libertad se rige por la libertad para hacer y producir mas capital. La posibilidad de la constitución de una república realmente popular estaba planteada, sobre todo porque las masas populares desbordaron a los miembros proimperialistas del gobierno. Sin embargo el otra ala reaccionaria, la de Moscú no esperaría: “Desde Moscú, los jefes máximos del PCUS (Partido Comunista de la Unión Soviética), no estaban dispuestos a correr ningún riesgo. Desde los cincuenta habían instalado la “desestalinización”, pero la represión a Hungría en 1956 había mostrado que no permitirían rebeliones contra su dictadura.”

La invasión rusa

Ante la presión de las masas, la burocracia de Rusia decide dar un golpe contundente. El 21 de Agosto medio millón de soldados invaden Checoslovaquia. El pueblo forma la defensa a través de un huelga general acatada generalmente, produciéndose enfrentamientos durante semanas entre las tropas invasoras contra trabajadores y estudiantes. Incluso se vieron casos en que algunos miembros del otrora glorioso Ejército Rojo, confraternizaron con los invadidos. La piedra que enterró la resistencia del pueblo checoslovaco sería el voto mayoritario de la dirigencia del PC a favor de la invasión. De a poco la resistencia seria mitigada y la primavera checoslovaca no llegaría a consolidarse.

A la fecha mucho ha pasado, no hace falta decir, que el mismo proceso se daría a finales de la década del 80 teniendo como resultado la restauración capitalista de Checoslovaquia y la balcanización de la misma en dos naciones que ahora siguen empobrecidas, ahora no por la explotación de la burocracia soviética, sino por el imperialismo europeo y norteamericano. Pero hoy recordamos las posibilidades que se gestaron en esa gran insurrección de finales de los sesentas, en donde se planteó una insurrección obrera y estudiantil que acabase con la burocracia del PC e instaurase una república popular donde gobernasen la inmensa mayoría de los trabajadores.

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