La relación entre las guerras en Ucrania y Medio Oriente
Al estallar la primera guerra mundial en 1914, ante la traición de la mayoría de partidos socialdemócratas, Lenin escribió que la humanidad había entrado a una “época de guerras y revoluciones”. Un siglo después ratificamos la plena vigencia del análisis marxista de Lenin.
Bajo el decadente sistema capitalista, las guerras no solo han continuado sin detenerse, sino que reflejan los choques violentos entre los diferentes grupos capitalistas de los diferentes países, que luchan a muerte por los intereses materiales, por saquear y liquidar al adversario.
Actualmente hay dos regiones del planeta en donde se libran guerras: en el este de Europa, en Ucrania, y en el Medio Oriente, con el genocidio permanente contra el sufrido pueblo palestino. Aparentemente, son dos zonas geográficas distantes, en donde la población habla lenguajes diferentes, pero ambos conflictos están relacionados porque en ellos actúa la misma potencia: Estados Unidos, el gendarme del planeta, que lucha desesperadamente por mantener la hegemonía imperialista que conquistó al terminar la segunda guerra mundial.
Ucrania es un país eslavo, que llegó a conformarse como Estado-Nación, por la política principista de los bolcheviques de fomentar la autodeterminación nacional. Ucrania formó parte de la URSS hasta su disolución en 1991. La revolución democrática de La Plaza Maidan (2013-2014) terminó siendo copada por los nacionalistas ucranianos, alentados por el imperialismo norteamericano, que los ha utilizado en la lucha por debilitar a Rusia, una vieja potencia imperialista que ha resurgido de las cenizas de la URSS.
Dado el enfrentamiento entre potencias, Estados Unidos y Rusia, lo más sensato, para mantener la conquista del Estado nacional en Ucrania, era mantener la neutralidad. Pero bajo el gobierno de Zelensky la política fue otra: utilizar al ejército de Ucrania como ariete para debilitar a Rusia. La posibilidad de llegar a un acuerdo de neutralidad y de no ingreso a la OTAN, durante las negociaciones de Estambul, fue boicoteado por Estados Unidos e Inglaterra. A partir de ese momento, Estados Unidos y la OTAN libraron una guerra acorde a sus intereses, como lo hicieron con los contras en Nicaragua o con los Talibanes en Afganistán.
Como era de esperarse, el ejército de Ucrania, con centenares de miles de millones de dólares en apoyo militar de Estados Unidos y la OTAN, no tenía posibilidades reales de derrotar militarmente a Rusia. El resultado ya está a la vista, Zelensky será sacrificado y Ucrania puede hasta desaparecer como Estado-Nación. Polonia y otros Estados reclamaran su parte del botín.
En medio oriente, el Estado de Israel, creado en 1948, no es otra cosa que una enorme cabeza de playa de Estados Unidos, para luchar contra el nacionalismo árabe. Explotando el sentimiento de solidaridad con los judíos, víctimas del holocausto nazi, creó un Estado confesional judío, con una población que provenía de distintos continentes, expulsando a la población aborigen, neutralizando a la mayoría árabe.
Si el Estado de Israel todavía existe se debe, en parte, a que Estados Unidos logró explotar las divisiones de la burguesía árabe. Incluso, Estados Unidos e Israel se han aprovechado de esa nefasta división religiosa entre sunitas (Egipto, Arabia Saudita y Emiratos, etc.) y chiitas (siria, Líbano, Irán, Irak y Yemen, etc.) para mantener el control sobre medio oriente y su valioso petróleo.
El exterminio Palestino en Gaza, ante los ojos impotentes del mundo, y la reciente invasión a Líbano, cuyo resultado está por verse, solo pueden ser posibles por el incondicional apoyo militar y de inteligencia de Estados Unidos. Israel ataca y provoca a sus vecinos para involucrar a Estados Unidos en una posible guerra contra Irán, una verdadera potencia en la región.
Estados Unidos presiona a Netanyahu para que no ataque las instalaciones nucleares y petroleras de Irán, por sus efectos desastrosos en el mercado mundial, no detiene, solo limita la capacidad de repuesta de Israel.
Aunque la guerra en Ucrania parece estar finalizando con una evidente victoria militar de Rusia, el conflicto entre Rusia y la OTAN no desaparecerá, sino que se intensificará. En medio oriente parece ocurrir lo contrario: el enfrentamiento militar entre Israel e Irán es inevitable, ocurrirá tarde o temprano, lo que conducirá a una guerra regional.
Las masas trabajadoras judías tienen la gran responsabilidad de detener al sionismo en casa, en el territorio de Palestina, dividido y ocupado por Israel, pueden caber todas las religiones, por eso el Estado debe ser democrático y laico.