Por Orson Mojica
La hegemonía económica y militar de Estados Unidos en el mundo se está desmoronando, lo que tiene una expresión directa en la crisis del dólar. Es un declive constante hacia el fondo del precipicio, a veces lento y a veces con sobresaltos, pero es una tendencia difícil de revertir.
Los acuerdos de Bretton Woods y la hegemonía del dólar
Un poco antes de finalizar la segunda guerra mundial, las potencias vencedoras se reunieron en 1944 en la localidad de Bretton Woods, Estados Unidos, para rediseñar el nuevo orden mundial. Ahí se definió el nuevo sistema monetario internacional, se decidió la creación del Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional (FMI) y se estableció la supremacía del dólar norteamericano como moneda internacional. Al finalizar la segunda guerra mundial Estados Unidos emergió como la principal economía del mundo. Inicialmente, el valor del dólar estaba vinculado al oro, pero en 1971 la crisis económica en Estados Unidos obligó a la administración Nixon a romper la vinculación del valor del dólar con el oro.
Esta decisión provocó una gran crisis financiera, pero la solidez de la economía de Estados Unidos permitió que el dólar continuase siendo la moneda de cambio internacional.
Neoliberalismo y desarrollo desigual y combinado
Al finalizar la segunda guerra mundial, Estados Unidos concentraba la mitad de la producción industrial mundial. El peso económico de Estados Unidos ha disminuido con el tiempo, especialmente después de la ofensiva neoliberal a partir del derrumbe de la URSS. Inicialmente, el capital transnacional avanzó colonizando las economías del este de Europa y de Rusia. Este proceso se había iniciado en 1972 en China, pero adquirió un salto de calidad después de 1990.
Bajo el auge del neoliberalismo y de la aplicación de tratados de libre comercio en diferentes regiones del mundo, muchos países fueron expoliados, pero también ocurrió un fenómeno contradictorio: ciertas áreas de las economías crecieron en las semicolonias. Algunos países experimentaron un desarrollo industrial y surgieron nuevos centros económicos como los BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica): En este proceso, desigual y combinado, en cuatro décadas, China resurgió como una potencia industrial que compite con las principales potencias imperialistas y que pone en jaque al orden económico de la postguerra.
El dólar y la deuda de Estados Unidos
Al ser el país emisor del dólar, moneda de cambio internacional, Estados Unidos tuvo en sus manos un poderoso mecanismo financiero. Al imprimir billetes de dólar sin el parámetro del oro, Estados Unidos obtuvo una ilimitada capacidad de financiar su deuda, exportando inflación a nivel mundial.
La supremacía del dólar dio a los bancos norteamericanos un poder inmenso, desplazando a Inglaterra y otros antiguos centros financieros, llegando a controlar el sistema financiero mundial. La deuda de Estados Unidos, aunque venia creciendo peligrosamente, se disparó después de la crisis financiera del 2008 cuando la administración Obama rescató a los principales bancos de Estados Unidos. Desde entonces no para de crecer.
La deuda de Estados Unidos ya llego a los 30 billones de dólares y representa el 118% de su PIB. En realidad, desde hace muchos años Estados Unidos tiene un nivel de vida artificial que se sostiene por su constante endeudamiento a partir de la emisión de miles de millones de dólares con menor valor.
China fue durante un tiempo el principal inversor en bonos de deuda de Estados Unidos, pero ha comenzado a deshacerse de ese tipo de instrumentos financieros.
La guerra en Ucrania aceleró la crisis del dólar.
El surgimiento de Rusia y China como nuevos imperialismos que se resisten a continuar siendo dominados por Estados Unidos, dio un nuevo impulso a la crisis del dólar. A raíz de la sanciones económicas y financieras contra Rusia, impulsadas por Estados Unidos y sus aliados, se produjo el reagrupamiento entre Rusia y China, una alianza que se postula como un nuevo polo de poder a nivel mundial. Ambos países comienzan a abandonar el dólar como moneda de cambio internacional, y han decido comerciar con sus monedas nacionales. Rusia anuncio que venderá su petróleo en rublos, su moneda nacional.
India mantiene viejos lazos comerciales y militares con Rusia, y también tomó la decisión de comerciar con sus respectivas monedas nacionales. Estos acontecimientos representan un golpe mortal a la hegemonía del dólar. Los principales países de Eurasia abandonan rápidamente al dólar como moneda internacional.
Brasil y Argentina se distancian del dólar
Uno de los primeros actos de gobierno del presidente brasileño, Luis Ignacio Da Silva, fue reunirse con Alberto Fernández, presidente de Argentina, y anunciar la atención de crear una moneda común para el comercio bilateral. Una vieja aspiración que no se ha podido concretar.
Desde 2014 hasta el 2023, el Real brasileño ha perdido la mitad de su valor frente al dólar. Argentina está en peores condiciones, sufre una decadencia económica sin precedentes, una inflación de más del 100% anual y una constante escasez de dólares, que limitan el comercio con Brasil, urgido de vender sus productos.
Brasil profundiza sus lazos con China
A finales de marzo del 2023, como un adelanto de los acuerdos que suscribiría con China, el gobierno de Lula anunció un acuerdo que permitiría comerciar utilizando sus monedas nacionales. China es el principal socio comercial de Brasil. El comercio entre ambos países fue de 150.500 millones de dólares en 2022. Las exportaciones brasileñas a China fueron de 89.700 millones de dólares. El 48% de las inversiones chinas en América Latina se concentran en Brasil, con un monto aproximado a 70.300 millones de dólares en el periodo entre 2007 y 2020, según el Consejo Empresarial Brasil-China.
El viaje de Lula a China no fue un acercamiento ideológico, sino una necesidad económica. En los últimos años, la industria brasileña sufre una gran crisis y ausencia de capitales a raíz de la implementación de la estrategia económica de Joe Biden de repatriar las principales industrias que abandonaron Estados Unidos con al auge neoliberal. En ese sentido, Biden ha superado a Trump, al aprobar una serie de leyes y decisiones administrativas (Decreto Buy América, Ley contra la inflación, Ley CHIPS, etc.) que crean enormes incentivos a las empresas para recolocar las industrias en suelo norteamericano.
En el acto de asunción de Dilma Roussef, como presidenta del Banco de los países del BRICS (Brasil, China, India, Rusia y Sudáfrica), Lula criticó la hegemonía del dólar y las políticas del Fondo Monetario Internacional (FMI): "¿Por qué todos los países están obligados a hacer su comercio amarrados al dólar? (...) ¿Quién decidió que el dólar sería la moneda (global) (…) Hoy un país necesita correr detrás del dólar cuando podría exportar en su moneda propia" (...) ¿Por qué un banco como el de los BRICS no puede tener una moneda que pueda financiar la relación comercial entre Brasil y China, entre Brasil y otros países de los BRICS? (…) Ningún banco puede estar asfixiando las economías de países como está haciendo ahora en Argentina el FMI o como hicieron con Brasil durante tanto tiempo y con todos los países del tercer mundo. Ningún gobernante puede trabajar con un cuchillo en la garganta porque (su país) tiene deudas". (France 24, 14/04/2023)
Fernando Haddad, poderoso ministro de finanzas de Brasil, en su viaje a China declaró que “el presidente Lula quiere una política de reindustrialización. Esta visita inicia un nuevo reto para Brasil: traer inversiones directas de China (…) Brasil también quiere tener fuertes lazos con Estados Unidos, pero algunas empresas estadounidenses tomaron la decisión de salir de Brasil”. (Los Ángeles Times, 15/04/2023)
Arabia Saudita acepta el petro-yuan
A inicios de abril del 2023, la reaccionaria monarquía de Arabia Saudita, durante muchos años un aliado clave de Estados Unidos en Medio Oriente, se he rebelado contra el dólar. En el plano económico, Arabia Saudita ha declarado que no solo aceptará que el paguen el petróleo con dólares, sino que también aceptará yuanes de China, el mayor importador de petróleo en el mundo. De esta forma, los dos grandes productores de petróleo a nivel mundial, Rusia y Arabia Saudita, dieron un paso adelante en independizarse del dólar, y comerciar su petróleo con las monedas nacionales de los países compradores.
En el plano político, Arabia Saudita se distancia de Estados Unidos y se acerca a China, quien ha servido de mediador para el restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre Irán y Arabia Saudita, poniendo fin a las rivalidades hegemónicas entre ellos que se libraba bajo la forma de un enfrentamiento religioso entre sunitas y chiitas. Los resultados están a la vista: la guerra civil en Yemen está finalizando, Arabia Saudita ha iniciado la distención con la dictadura de Bachar Al Assad en Siria, reconfigurando el statu quo en Medio Oriente.
Hacia bloques económicos regionales
Los economistas serios ahora aceptan que la ofensiva neoliberal, iniciada en 1990, ha llegado a su fin. La llamada globalización esta finalizando, dando origen a una creciente fragmentación de la economía mundial. Estados Unidos ha comenzado a aplicar una política proteccionista a su industria, otros países están respondiendo de igual manera. La locura neoliberal está dando paso a tendencias autárquicas que difícilmente revertirán el grado de entrelazamiento de la economía mundial. El resultado será la creación de bloques económicos, que pueden funcionar por un corto periodo, pero que en realidad son el preludio de una crisis generalizada del sistema capitalista. Hacia eso vamos.