Por Orson Mojica

El 25 de abril del 2023, bajo el auspicio directo del presidente Gustavo Petro, dio inicio en Bogotá, Colombia, la llamada “Conferencia Internacional sobre Venezuela” en la que participaron representantes de 20 países.

El final del fantasmal gobierno de Juan Guaidó

La mayoría de estos países que participaron en esta Conferencia, en el año 2019 desconocieron la reelección de Nicolas Maduro, y reconocieron al autoproclamado gobierno de Juan Guaidó, sumándose a las duras sanciones económicas y financieras impuestas por Estados Unidos y la Unión Europea (UE).

El gobierno de Guaidó fue reconocido por más de 50 países, aliados de Estados Unidos, pero realmente nunca tuvo poder. Nunca hubo doble poder.

Además, en la crisis del 2019, la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB), que agrupa a las cinco ramas del Ejercito, cerró filas con Nicolas Maduro y resistió los embates de la administración Trump, y después la administración Biden.

En esos años de crisis y bloqueo, el chavismo legisló a través de una Asamblea Constituyente paralela a la Asamblea Nacional, anulando las decisiones de esta, hasta que en las elecciones legislativas del año 2020 Maduró recuperó la mayoría legislativa, en unas elecciones en las que la oposición participo muy fragmentada.

Con mano de hierro, apoyándose en la FANB, en medio de un éxodo sin precedentes, el gobierno de Nicolas Maduro logró sobrevivir y mantenerse en el poder. La guerra en Ucrania y la escasez de petróleo, obligó a la administración Biden a enviar una delegación diplomática a Venezuela, un reconocimiento en los hechos al gobierno de Maduro. También tomó la decisión discreta de dejar de reconocer al gobierno de Guaidó a partir del año 2023.

Negociaciones en México e incumplimientos

En el año 2021, cuando Maduro logró recuperar el control de la Asamblea Nacional comenzó lentamente a variar la situación política a favor del chavismo. Se produjo, entonces, la iniciativa de Dialogo en México, en donde participaron el gobierno de Maduro y un sector de la oposición venezolana agrupado en la Plataforma Unitaria, que viendo la situación perdida comenzó a separarse del inexistente gobierno de Juan Guaidó.

En agosto de 2021, se firmó el primer “Acuerdo parcial para la protección social del pueblo venezolano” que en titubeante lenguaje diplomático insinuó que era necesario revisar las duras sanciones contra Venezuela. Este acuerdo fue ratificado por la Asamblea Nacional en manos del chavismo.

Maduro suspendió las negociaciones en octubre del 2021, y después de un interregno, en un proceso de estira y afloja, en septiembre de 2022 se firmó el segundo “Acuerdo parcial para la protección social del pueblo venezolano”, el que también fue ratificado por la Asamblea Nacional. El punto 3.3. se refirió de manera específica a la devolución de los fondos congelados en el extranjero: “LAS PARTES han identificado un conjunto de recursos pertenecientes al Estado venezolano, congelados en el sistema financiero internacional, a los cuales es posible acceder progresivamente, entendiendo la necesidad de obtener las autorizaciones y aprobaciones que competen a instituciones y organismos extranjeros, pues dichos recursos se encuentran en instituciones bancarias o financieras en el exterior de Venezuela. Dichos recursos serán incorporados progresivamente como contribuciones al FONDO a los fines de atender las necesidades de protección social enunciadas en el número 3.1.”

Teóricamente, existía un acuerdo para la devolución gradual de los fondos congelados pertenecientes a Venezuela. En noviembre de 2022, la administración Biden autorizo a la transnacional petrolera Chevron reiniciar operaciones en Venezuela. Un comunicado del Departamento del Tesoro de Estados Unidos reafirmó que: “Hace tiempo que hemos dejado claro que creemos que la mejor solución en Venezuela es una solución negociada entre las dos partes. Y para fomentarla, hemos dicho que estamos dispuestos a proporcionar un alivio de las sanciones selectivo basado en medidas concretas que alivien el sufrimiento del pueblo venezolano y lo acerquen a la restauración de la democracia”. (El País, 26/11/2022)

Las cosas parecían mejorar para Venezuela, pero a inicios de enero del 2023, Nicolas Maduro denunció que los acuerdos sobre la devolución de los fondos no se cumplían: “Ese acuerdo está firmado, ha tenido dificultades para que el Gobierno de los Estados Unidos de Norteamérica dé los pasos necesarios para liberar esos recursos. Yo confío verdaderamente en el poder de la palabra firmada (…) ya quedará frente al país si ellos (la oposición) cumplen o no cumplen” (Efe, 0170172023).

Las sanciones económicas y financieras contra Venezuela

Desde el ascenso del chavismo al poder, las contradicciones entre Venezuela y Estados Unidos fueron aumentando en el tiempo. Fue bajo la administración de Donald Trump que se aprobaron mas de 1000 sanciones económicas. El daño a la economía venezolana, altamente dependiente del petróleo, ha sido absolutamente brutal.

Según Jorge Rodríguez, presidente de la Asamblea Nacional de Venezuela, con las sanciones de Trump, Venezuela ha perdido o le fueron congelados “(…) 2000 millones de dólares casi de oro en Inglaterra robados, 5000 millones que tiene Venezuela en el Fondo Monetario Internacional, (…) 4000 millones de dólares, de las utilidades de Citgo (…) 7000 millones de dólares que Venezuela tiene depositados en Estados Unidos y bancos de Europa (….) fueron robados por los piratas, por los ladrones europeos y los piratas de los EE.UU. de Norteamérica (….) Venezuela dejó de producir 4000 millones de barriles (09/03/2023)

En los últimos meses el discurso de altos funcionarios del chavismo coincide en afirmar que, si se devuelve el dinero congelado en el exterior, no continuaran en la mesa de negociaciones en México y con ello peligra la participación de la Plataforma Unitaria en las elecciones presidenciales del 2024.

Las necesidades económicas y el rol de Petro como mediador

Desde agosto del 2022, cuando Gustavo Petro asumió la presidencia de Colombia, se produjo un giro abrupto en la política exterior de ese país, dominado por la derecha enemiga del chavismo. La distención entre Bogotá y Caracas fue acelerada, con cuatro viajes y una serie de reuniones de alto nivel.

Biden se reunió en marzo del 2023 con Petro y le pidió que mediara con Venezuela. Juan Gonzalez, director principal del Consejo Nacional de Seguridad para el hemisferio occidental, confirmó que “hemos dejado muy claro que estamos dispuestos a aliviar la presión y las sanciones contra Venezuela con base en pasos concretos” (Semana, 23/04/2023).

Estados Unidos ha comenzado a revisar lentamente su estrategia de sanciones económicas y financieras, mientras Petro tiene un interés particular en restablecer las buenas relaciones con Venezuela: desde el año 2004, en pleno ascenso del chavismo, hasta el año 2008, Colombia logró exportar más de seis mil millones de dólares a Venezuela, el gran comprador de los productos manufacturados. Esta cantidad llego a descender, con altibajos, hasta 300 millones en 2021. Venezuela tenia los petrodólares y Colombia los productos manufacturados que tanto necesitaba el chavismo.

Para impulsar sus reformas sociales, Petro necesita una reactivación de las exportaciones a Venezuela. Esta necesidad económica se disfraza con un discurso democrático.

El discurso “democrático” de Petro

La conferencia Internacional de Bogotá es una continuación, bajo nuevo formato, con la presencia de observadores internacionales, de las negociaciones ocurridas en México en el periodo 2021-2022.

Al inaugurar la Conferencia de Bogota, Petro en una parte de su largo discurso marcó la pauta sobre lo que serían los resultados de la reunión: (…) Le he pedido al gobierno venezolano que ingrese al Sistema Interamericano de Derechos Humanos que abandonó en el año 2012. (…). En México se han establecido procesos que se entraban, que avanzan, que retroceden, hacia unas garantías electorales y hacia un calendario electoral. Y la sociedad venezolana quiere no ser sancionada, porque las sanciones han recaído es sobre el pueblo venezolano (….) creo que tenemos que andar sobre dos rieles al mismo tiempo. Establecer el cronograma sí, de las elecciones y sus garantías, que el pueblo venezolano pueda decidir libre y soberanamente que quiere, sin presiones. También el otro riel del levantamiento de las sanciones. (Discurso, 25/04/2023)

En la Conferencia de Bogotá, además de las delegaciones de 20 países, participó una delegación de la Plataforma Unitaria, y se le negó la entrada a Juan Guaidó, el que fue deportado hacia Estados Unidos.

Los tres puntos de la Conferencia

Antes de iniciar la Conferencia de Bogotá, Joseph Borrell, al representante de Asuntos Exteriores de la Unión Europea (UE), también adelantó los puntos centrales a debatir: “Estamos incluso dispuestos a revisar las sanciones personales que hemos aplicado. La UE no tiene sanciones de tipo económico que afecten a la población, pero tiene que haber un proceso coordinado, un proceso de calendario mutuamente aceptable por las partes. (…) Hay una ventana de oportunidad que se va a acabar cerrando si no se avanza más aprisa”. (Efe, 25/04/2023)

La Conferencia de Bogotá duró un día, fue una reunión protocolaria que sistematizaría los debates y negociaciones previas. Al canciller colombiano Álvaro Leiva, le tocó presentar a los medios de las conclusiones, que ya habían sido adelantadas en el discurso de Petro.

Leiva leyó las conclusiones, que fueron las siguientes:

1.- La necesidad de establecer un cronograma electoral que permita la celebración de elecciones libres, transparentes y con plenas garantías para todos los actores venezolanos, tomando en consideración las recomendaciones de la Misión de observación electoral de la Unión Europea de 2021.

2.- Que los pasos acordados a satisfacción de las partes vayan en paralelo con el levantamiento de las distintas sanciones.

3.- Que la continuidad del proceso de negociación en México sea acompañado con la aceleración de la implementación del fondo fiduciario único para inversión social en Venezuela.

Y que próximamente se convocaría a una reunión similar, para continuar avanzando. Obviamente, todos los participantes tienen los ojos puestos en las elecciones presidenciales del año 2024.

Moderado optimismo de Maduro

En relación a los resultados de la Conferencia de Bogotá, la Cancillería de Venezuela emitió un comunicado en el que reiteró “(…) la necesidad imperante de que sean levantadas todas y cada una de las medidas coercitivas, unilaterales, ilegales y lesivas del derecho internacional que constituyen una agresión contra toda la población venezolana y que obstaculizan el desarrollo de la vida económica y social del país. En este sentido, reclama la devolución de los activos pertenecientes al Estado venezolano ilegalmente retenidos por países e instituciones financieras extranjeras”.

“El Gobierno de la República Bolivariana de Venezuela reitera que el camino para avanzar en el diálogo político pasa por el cumplimiento a cabalidad del compromiso alcanzado en la Mesa de Negociación en México para la creación de un Fondo Social que, con la liberación de recursos pertenecientes al pueblo venezolano, contempla inversiones en salud, educación, servicios públicos y mitigación de riesgos, así como la inmediata liberación del diplomático venezolano Alex Saab, injustamente detenido en los Estados Unidos de América”.

Los acuerdos de México de 2021 y 2022 entraron en crisis, porque el gobierno de Maduro exige la inmediata devolución de los fondos congelados, mientras Estados Unidos y la oposición exigen que se implemente la apertura democrática.

Esta parálisis, sobre quien debe dar el primer paso, parece haber sido resuelto con la simultaneidad que resolvió la Conferencia de Bogotá, pero no está claro todavía como se aplicaría.

El chavismo sobrevivió a la catástrofe económica, pero ….

Indudablemente, los vientos soplan favorablemente para el gobierno de Maduro. La fase más crítica de la ofensiva imperialista que la administración Trump inició en 2019, que contemplaba el máximo de presión económica y militar, para obligar a la FANB a separarse de Maduro, y dar un golpe de Estado, al final fue un rotundo fracaso.

El bloqueo y las sanciones económicos causaron una catástrofe en la economía venezolana, que ya estaba duramente golpeada por los bajos precios del petróleo. Mas de 5 millones de venezolanos salieron del país buscando la sobrevivencia económica en otros países de la región, incluida Colombia. Quienes se quedaron dentro de Venezuela han tenido que soportar la hiperinflación, bajos salarios y un constante deterioro del nivel de vida.

El gobierno de Maduro sobrevivió con métodos dictatoriales, esperando un cambio en la correlación de fuerzas a nivel nacional e internacional. Quizá, el factor que más ayudó al chavismo, fue la propia debilidad y crisis del imperialismo norteamericano y las consecuencias de la guerra de Ucrania que ha puesto nuevamente a Venezuela en la palestra mundial, como el país con la más grande reserva de petróleo del planeta.

Maduro ha combatido la crisis económica y el bloque financiero aplicando políticas neoliberales, que descargan el peso de las sanciones sobre las masas populares, causando una erosión social en las bases del chavismo.

En el último periodo han proliferado todo tipo de luchas sindicales reclamando aumentos de salarios, especialmente de empleados públicos, y las concesiones del gobierno de Maduro no logran revertir el deterioro salarial.

En conclusión, el chavismo parece haber sobrevivido por el momento, pero a un altísimo precio, un deterioro total de la sociedad, que pone en tela de dudas su continuidad en el gobierno, en caso de que hubiese un acuerdo político que permita a la oposición burguesa participar con algunas garantías en las elecciones presidenciales del 2024. Pero, incluso, esta posibilidad representa un peligro mortal para el chavismo, porque la menor apertura democrática podría ser canalizada por la oposición burguesa.

El chavismo resiste y golpea la mesa para obtener, antes de las elecciones del 2024, los fondos que le permitan mejorar las condiciones de vida y reconstituir su antigua base social y electoral. Si no obtiene esos fondos, es casi seguro que no hará ningún tipo de concesiones políticas a la oposición burguesa.

A diferencia del 2019, cuando no había luchas sociales y salariales como en la actualidad, la pavorosa crisis económica en cualquier momento puede terminar en un nuevo estallido social, como el Caracazo de 1989. Venezuela oscila entre la reforma democrática y un posible estallido social, de imprevisibles consecuencias.

Por esta razón, los discursos de Estados Unidos y la UE se han moderado, y en la Conferencia de Bogotá hubo el consenso que había que terminar gradualmente con el bloqueo y las sanciones y coadyuvar a la “reconstrucción democrática” de Venezuela. Estas concesiones serian a cambio de la reforma del régimen dictatorial, aceptando la continuidad del chavismo, pero bajo ciertas condiciones.

 

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