Por Leonardo Ixim

Desde el día 25 de junio el Papa Francisco, de nacionalidad argentina y primer Papa latinoamericano, visita Brasil para presidir la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ). Este evento es organizado por la jerarquía de la Iglesia católica desde 1985, y fue creado por Juan Pablo II en el contexto de la caída del socialismo burocrático ex estalinista y el papel que jugó en Polonia

 

Rebelión juvenil contra el neoliberalismo social

La JMJ se realiza en el marco de grandes movilizaciones, que no se registraban desde que se expulsó de la presidencia a Collor de Melo en 1992. Semanas antes de la visita del Papa a la ciudad de Rio de Janeiro, epicentro de las actividades papales, se habían dado fuertes movilizaciones contra el gobernador estadual Sergio Cabral del opositor partido PSDB, que exigían mayor inversión en salud, educación, trabajo, etc.

En Brasil se han dado movilizaciones en contra de la partidocracia de la que hacen parte desde el opositor PSDB hasta el oficialista PT y sus aliados; recordemos también que durante 11 años de gobiernos petistas la política económica se ha caracterizado por implementar un neoliberalismo con ciertas políticas sociales.

Las jornadas de junio, cuya chispa fue el aumento del pasaje, a la que rápidamente fueron incorporadas otras demandas relacionados a los altos costos de eventos deportivos y la falta de derechos sociales de la población, tuvo como protagonista a la juventud, primero estudiantes, después jóvenes de las favelas. Además se incorporó la clase obrera, primero inorgánicamente y después con un paro general convocado por las principales centrales sindicales como Conlutas y otras.

Ante esta situación la respuesta del gobierno federal fue errática: primero una convocatoria a una constituyente, que fue rápidamente desmentida ante la oposición de la partidocracia entre ellas el PT y después una serie de diálogos con distintos actores políticos entre ellos los movimientos sociales. También recordemos que hubo intentos de la derecha y de los medios controlados por el capital financiero de sacar beneficio de tales movilizaciones.

Protestas ante la llegada del Papa

La JMJ busca desmovilizar a la juventud en lucha; pese a esto, desde la llegada del Papa se han dado fuertes manifestaciones, enfrentamientos con la policía con el saldo de más de seis heridos, destrucción de bancos y sedes de grandes empresas, etc. Así mientras el Papa celebraba el día 25 de julio con una multitud de jóvenes católicos en las playas de Copacabana, en otras partes de la ciudad, otros segmentos de la juventud protestaban contra la militarización por la presencia del Papa y por los gastos excesivos, que si bien no todos corrieron a cuenta del erario público, una gran parte estuvo a cargo de los monopolios que gastaron plata a cambios de beneficios fiscales. Muchos de los manifestantes cuestionaban bajo la consigna “no queremos Papa, sino queremos dinero para educación y salud”, ante la presencia del pontífice.

Durante estas manifestaciones la policía militar censuró y persiguió a los miembros del medio independiente Ninja, acusándolos de instigar a la violencia; esta organización en los últimos días ha trasmitido la información sobre las movilizaciones. Además también se han dado movilizaciones en Sao Paulo, aunque no tan numerosas como las de Rio de Janeiro. En ambas metrópolis quien que ha estado a la vanguardia de las manifestaciones recientes ha sido la organización anarquista Bloque Negro, el cual es más una red a nivel mundial que se identifica con este proyecto político. El día 26 la policía reprimió con fuerza a una manifestación de esta organización que buscaba acercase a Copacabana, pese que ya no había actividades religiosas en tal lugar.

De igual manera se han dado manifestaciones de organizaciones de mujeres en contra de las posturas de la Iglesia en materia de derechos sexuales, a favor del derecho al aborto, a la salud sexual y reproductiva. También organizaciones de la diversidad LBGT, han protagonizado marchas y concentraciones por la postura homofóbica de la Iglesia. Organizaciones de ateos, una población que crece cada día más en toda la América Latina, realizaron actos simbólicos de desbautizarse en varios puntos de Rio de Janeiro.

Y el sábado 27 nuevamente en Copacabana al cierre de esta edición, se realiza una concentración en el marco de la internacional “marcha de las putas”, efectuada por organizaciones de mujeres, que desde el campo de la semiótica buscan reapropiarse de ese concepto minusvalidado por la cultura machista por medio de marchas vistosas donde la féminas salen con atuendos moralmente no aceptados.

Sobre este apartado le corresponderá a las grandes centrales sindicales, a los movimientos de base, a las distintas organizaciones populares, convocar a una jornada de luchas en los meses siguientes para evitar que el movimiento se desvíe en los intentos institucionalistas burgueses tanto del PT como de la oposición.

¿A cuál juventud se refiere el Papa?

Sostenemos que la política de la jerarquía católica es disputar a la juventud para el proyecto reaccionario de mantenimiento de status quo y, pese a la personalidad carismática de este Papa, este hombre vinculado a la partidocracia corrupta argentina y cuestionado por su papel pasivo con respecto de la dictadura militar en ese país, es pieza fundamental de tal proyecto.

A nivel mundial, especialmente en Europa, las tasas de desempleo o de empleo precario de la juventud van en aumento; ni siquiera los programas asistenciales de los gobiernos “progresistas del sur” han podido detener tales tendencias. Sin embargo es en la Europa neoliberal agobiada cada vez por una deuda impagable y los efectos de las políticas económicas de austeridad donde este fenómeno es más crudo.

Según la Organización Internacional del Trabajo, en su informe “Tendencias Mundiales del Empleo Juvenil 2013”, las tasas de desempleo, empleo parcial y mal pagado sobre todo en países industrializados es cada vez mayor, aunque a nivel latinoamericano no son despreciables las cifras. De igual forma, cada vez aumenta más el número de jóvenes que ni estudian, ni trabajan sobre todo en el norte industrializado.

En toda la región el desempleo entre jóvenes de 18 a 24 años aumenta cada año. El acceso a la salud y educación, aunque más acentuado en los gobiernos claramente neoliberales, pese a contar con una gran cantidad de programas auspiciados por el Banco Interamericano de Desarrollo que han mejorado levemente el acceso a estos servicios, sigue siendo desigual. Situaciones como atención materno-infantil, interrupción segura del embarazo a mujeres jóvenes pobres, deserción escolar, analfabetismo funcional, pues la tasa de analfabetismo se ha reducido en la región, sigue en aumento.

La violencia y la criminalidad siguen afectando a la juventud. En países como Brasil la población negra sufre más claramente la violencia. En Centroamérica, sobre todo en los países del triángulo norte, la juventud es la víctima y el principal victimario de la delincuencia. Por tanto estas dos variables, sintéticamente nos aclaran que es la violencia estructural propia del sistema capitalista la causante de este genocidio a la juventud.

El Evangelio Social y los olvidados pobres

Con el nombramiento de Bergoglio a la cabeza de la Iglesia Católica romana, la jerarquía eclesiástica busca darse un respiro ante la crisis que vive la institución. Y no es extraño que la Iglesia mire hacia Latinoamérica, donde está el mayor número de feligreses de todo el orbe. Brasil es el país con más católicos del mundo, pero a la vez es donde el protestantismo especialmente las sectas procedentes del Norteamérica han crecido. No es extraño tampoco que el Papa haya ido al Santuario de Apericida, donde a inicios de los 90s los obispos latinoamericanos aglutinados en la Celam, concibieron una estrategia para no perder feligresías ante la embestida protestante, manteniendo algunos elementos de la golpeada Teología de la liberación (TL), afectada seriamente por los ataques de Juan Pablo II y la Congregación de la Fe (CF).

La Iglesia católica hoy sufre, después de más de 1500 años de existencia, una crisis profunda que se revela por ejemplo en la denuncia sobre abusos sexuales a niños de parte de curas y párrocos, en los casos de corrupción registrados en el Banco de Vaticano, un poderoso monopolio financiero vinculado al crimen organizado o en las intrigas relacionadas al poder de la CF, agrupación que representa las tendencias más reaccionarias dentro de la Iglesia y en si con toda la estructura despótica de la última monarquía absoluta de occidente.

En ese sentido Francisco representa una supuesta postura centrista que se pone de manifestó en sus ataques contra “los teólogos ilustrados que están lejos de la gente”, es decir contra personalidades tanto de la CF como de la TL. Además su personalidad anti-protocolaria y su acercamiento constante hacia la gente, refuerzan la imagen de un posible cambio de rumbo en muchos aspectos de la Iglesia.

Sin embargo, desde punto de vista del materialismo militante, tanto la postura más social católica o la más individualista del protestantismo, son conservadores; por ejemplo la postura del Papa relacionada a su negativa a legalizar las drogas como forma de combate al narcotráfico, la prohibición del aborto, la eutanasia, etc., su ataque velado ante los avances de la ciencia. Y en última instancia, hay algunos sectores progresistas del seno de ambas religiones que ponen en duda que sea necesario eliminar la propiedad privada de los medios de producción.

Por tanto nos toca combatir desde la izquierda revolucionaria en todo el continente, respetando la creencia de todos los compañeros sobre todo los que se aglutinan en organizaciones de base de la Iglesia y que son protagonistas de distintas luchas, que el evangelio social, por más que predica a favor de los pobres, no se acerca ni a la mitad de lo que fue la TL, pues se queda en puro asistencialismo; esta misma teología por su parte, implicó, debido al mismo aporte y presencia en el movimiento revolucionario en Centroamérica, un giro de éste hacia posturas reformistas en los 80s.

Debemos ser claros con algunos compañeros que creen que el Papa iniciará un proceso de democratización interna de la Iglesia. Debemos debatir también la idea de que a partir de Francisco el catolicismo se abrirá a las tendencias actuales en la juventud, a no ser que eso implique el rompimiento de grupos tal como hay en Brasil y otros partes, con Roma.

Por nuestra parte nos corresponde coordinar a nivel internacional una jornada de luchas de toda la clase proletaria mundial contra los efectos del capitalismo.

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