Félix Maradiága y Juán Sebastián Chamorro pidiendo sanciones ante el Congreso de Estados Unidos

Por Francisco Martínez

La dictadura continúa explotando los errores de la oposición burguesa y pequeña burguesa en el exilio. Hace un mes, a finales de agosto, salieron a luz unos audios realmente escandalosos, una supuesta conversación “privada” de Félix Maradiaga que provocó recelos entre los exiliados.

Las acusaciones de “infiltrados” no se hicieron esperar. La desconfianza se volvió paranoia. En los audios que circulación en las redes sociales, Maradiaga se quejaba amargamente del estado calamitoso de los grupos de la oposición en el exilio, y de las pugnas entre ellos. Extrañamente se quejó del Grupo Monteverde, recientemente creado, siendo uno de sus voceros, y que se perfilaba como la nueva Coalición Nacional.

Los efectos negativos de la dura derrota

Los audios filtrados reflejan el nivel de contradicciones entre los lideres de los grupos de oposición en el exilio. La primera reacción de Maradiaga, fue “no, pero si”: “(…) A pesar de la manipulación de los audios, que se ha hecho de forma tal que mis palabras son sacadas de contexto, quiero hacerme responsable por lo que dije ahí”. Era obvio que no podía negar su voz, y tuvo que aceptar la responsabilidad.

¿Qué fue lo que dijo? Hablo de muchos aspectos, pero hay una parte en la que se refiere a los graves efectos de la derrota sufrida en 2021 y la profunda crisis de la oposición en el exilio: “A nivel de los liderazgos nacionales la gente no quiere trabajar, están muy cansados porque estoy viendo realmente que esto no va a funcionar (Monteverde), no funciona así. A la hora de conseguir el dinero para hacer cosas somos contados con la mitad de los dedos de una mano y estamos tratando de fingir ante Nicaragua de que le estamos haciendo huevo, pero la verdad de que todo mundo ya está colgando los guantes y he tratado de ser muy discreto y muy cuidadoso, no le he querido contar a nadie esto que está pasando y la verdad de las cosas es que el desgaste es inmenso”.

Efectivamente, los garrafales errores políticos de los grupos de oposición desde el 2018 hasta el 2021 le permitieron a la dictadura asestar golpes mortales. La moral de los opositores al interior de Nicaragua, esta por los suelos. Prevalece un periodo de terror impuesto por la dictadura, que no para de encarcelar a los activistas que no salieron huyendo al exilio

Se comprueba, una vez más, que los grupos de oposición en el exilio, están compuestos en su mayoría por ex funcionarios de los ongs cancelados, quienes hacen política con el dinero que obtienen de los donantes. Y si no hay dinero de los donantes, no trabajan. Quedó en evidencia que los grupos de oposición burguesa en el exilio, dependen del financiamiento externo y, en este momento, tienen problemas para conseguir nuevos donantes.

Maradiaga menosprecia al resto

Cuando se constituyó oficialmente el grupo Monteverde, en julio de este año, se nombraron cuatro coordinadores: Juan Sebastián Chamorro, Félix Maradiaga, Támara Dávila y Carmen Chamorro. Todo parecía marchar viento en popa, pero no era así.

En los audios escandalosos, Maradiaga se refirió despectivamente sobre el líder campesino Medardo Mairena, --quien ahora trabaja como obrero de la construcción en Estados Unidos-- afirmando que hay pagarle los pasajes aéreos, llevarlo al aeropuerto y hasta escribirle los correos. “Sumar liderazgos es para que te ayuden”, o sea que no está en actitud de hacer equipo con Mairena, menospreciando su rol.  “Sumas a Juan Sebastián (Chamorro) y no acepta ser segundo de nadie”.

La rivalidad eterna entre los dos precandidatos presidenciales, que se ocultó en 2021, se mantiene intacta. Después atacó a la supuesta izquierda dentro de la UNAB: “El bloque de izquierda Ana Quirós y compañía están incomodos por el liderazgo que han perdido en ese espacio, lo están bloqueando y están haciendo que camine lento”, quieren que “(…) abandonemos Monteverde, que nos cansemos y básicamente replicar la estrategia UNAB quedarse con algo que tenga mucha marca, aunque no tenga estructura y que los elementos incómodos se vayan saliendo”.

Ana Quirós no es de izquierda, pero parece que se opone al liderazgo de Maradiaga, y este no acepta que le hagan sombra.

El cambio en la situación internacional

Maradiaga se lamentó que los “donantes” (Estados Unidos y Europa) están cambiando sus políticas hacia Cuba, Nicaragua y Venezuela. “Es una decisión prácticamente tomada por los europeos, es una decisión que Europa va a reparar sus relaciones con Cuba, Nicaragua y Venezuela, van a flexibilizar sanciones, no van a tocar al Ejército, ni ningún aspecto comercial con Nicaragua. En EEUU hay algunos márgenes de maniobras, pero bastante menos”.

El dominio de Estados Unidos sobre el mundo se esta debilitando, en la medida en que surgen nuevas potencias en la arena mundial, como Rusia y China. Esto tiene un efecto directo sobre una oposición subordinada y amamantada por Estados Unidos. Las victorias relativas que la dictadura ha logrado, encarcelando y expulsado a la oposición burguesa y pequeña burguesa, han obligado a Estados Unidos a aceptar en los hechos el nuevo periodo presidencial de Ortega y Murillo.

El Departamento de Estado ha intentado reiniciar conversaciones diplomáticas con la dictadura, pero esta se niega poque considera que no ha llegado el momento de negociar. Y aunque los voceros de Estados Unidos amenazan con nuevas sanciones, al parecer hay un compás de espera.

Efectivamente, los temores de Maradiaga se confirman. Estados Unidos ya levantó algunas sanciones a Venezuela, para facilitar el proceso electoral del 2024, lo que le permitió a Maduro recuperar 6.000 millones de dólares. Las sanciones y el bloqueo se mantienen contra Cuba, pero en relación a Nicaragua, Estados Unidos ha bajado el tono. Este es un golpe mortal para aquellos grupos cuya única estrategia de lucha es pedir sanciones, las que resultan ineficaces para revitalizar la lucha popular contra la dictadura.

Pero lo que más hace vacilar a Estados Unidos es que, en el contexto de una Centroamérica en crisis, la dictadura ha logrado mantener la estabilidad económica y el control político. Y Estados Unidos no quiere arriesgarse a romper ese statu quo, aunque le moleste la dictadura.

La estrategia de las sanciones

Para amortiguar el golpe que Maradiaga le dio al Grupo Monteverde, algunos de sus voceros, como Juan Sebastián Chamorro, volvieron a insistir en la aplicación de sanciones, no solo contra altos funcionarios de la dictadura, sino contra los empresarios que la apoyan.

“Es importante mover sanciones a organizaciones, empresas, empresarios del sector privado que están haciendo negocio con la dictadura. Hay personas identificadas que están recibiendo jugosísimos contratos con obras públicas sin el menor tipo de transparencia (…) No creemos que el actual sistema de sanciones haya sido el adecuado y hay que seguir trabajando para cortar los recursos financieros a la dictadura”, denunció Juan Sebastián Chamorro. (Nicaragua Investiga, 29/08/2023)

En las declaraciones de Chamorro, se puede notar una inconformidad hacia el gobierno de Estados Unidos. Es la misma visión de Maradiaga, quien advirtió que la política de Estados Unidos hacia Nicaragua se iba a “flexibilizar”.

Chamorro se quejó entre dientes que “(…) La ley Renacer y Nica Act son instrumentos jurídicos aprobados de forma bicameral y bipartidista. No se han implementado en su totalidad y no ha sido por inoperancia de nadie. Eso le corresponde a las autoridades de ese país. Esto no ha sido por la desunión de opositores ni por que hagamos turismo político”, (Republica 18, 29/08/2023)

Y nuevamente los grupos de oposición desempolvan la petición de mas sanciones contra los altos funcionarios, incluido el Ejercito Nacional (EN). El problema es los grupos de oposición en el exilio cada vez se derechizan más, abandonan algunas posiciones progresistas y democráticas, y tienen un solo eje de ataque: que los Estados Unidos se encarguen de la dictadura, que los gringos hagan la labor que ellos no pueden hacer.

Esto es deplorable, porque cualquier oposición debe tener una línea política para apoyarse en el pueblo, levantando sus reivindicaciones mas sentidas, y no esperar que gobiernos extranjeros hagan la labor que le corresponde al pueblo de Nicaragua.

Con esta política arrastrada, de suplicas a Estados Unidos, le hacen el juego a la dictadura, que no se cansa de repetir que sufre agresiones de Estados Unidos. Como decimos en Nicaragua: “la niña llorona, y la china que la pellizca”.

“Recalibrando opciones”

Mientras la oposición burguesa en el exilio se desgañita pidiendo sanciones, Eric Jacobstein, subsecretario adjunto para Centroamérica de la Oficina de Asuntos del Hemisferio Occidental, del Departamento de Estado de Estados Unidos, en el encuentro de Central American Donors CADF2023, se refirió a la política en relación a Nicaragua, en los siguientes términos: "Es un reto mantener la presión ante el régimen de Nicaragua, porque Daniel Ortega y Rosario Murillo son individuos que perdieron el poder una vez y no quieren volver a perderlo nunca. Por ello harían cualquier cosa para evitar elecciones libres y que la sociedad civil tenga voz. Vienen retos muy difíciles en el futuro y por eso siempre estamos recalibrando cual sería el mejor uso de las herramientas que tenemos en nuestro arsenal”.

“Estados Unidos está dispuesto a continuar, pero también hay otros entes internacionales que deberían sumarse como los países europeos que también deberían de estar analizando estos problemas. No hay respuestas fáciles, pero continuaremos con la presión sobre el régimen de Ortega”. (Radio Darío, 27/09/2023)

En pocas palabras, recalibrando significa evaluando, sopesando, cuál sería la mejor arma, pero también esto puede interpretarse como una negativa a continuar con una política de sanciones que ya fracasó

El ego insuperable de Maradiaga

El panorama desolador narrado por Maradiaga, parece haber tenido el objetivo de exagerar las dificultades para engrandecer su rol dirigente. “La gran atención internacional como no la hemos tenido antes, en el carácter personal, prácticamente tenemos las líneas abiertas con todos los principales actores internacionales desde Ginebra a Bruselas, de Ginebra a Washington, y de Washington a Nueva York con Naciones Unidas y tenemos las puertas abiertas con los liderazgos suramericanos también, y creo que alguna forma ha habido un reconocimiento de cómo hemos estado trabajando, como yo he estado trabajando y ha habido una invitación más clara y fluida para hacer algunas cosas”.

En pocas palabras, Maradiaga dijo: lo poco que se ha logrado, lo he hecho solo yo. Los audios escandalosos de Maradiaga lo obligaron a renunciar a la vocería en el Grupo Monteverde, y en los grupos de oposición en el exilio ha crecido el repudio a sus actuaciones, profundizándose la agonía de la oposición burguesa.

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