Por Victoriano Sanchez
Este 18 de abril se cumplirán dos años de la gloriosa insurrección popular que puso de rodillas a la dictadura Ortega-Murillo, y la obligó a mostrar su naturaleza asesina y genocida.
En este periodo la dictadura ha logrado imponerse por la represión criminal, obligando a las masas a retroceder, dispersando la resistencia popular. Pero la principal causa del retroceso se debe, no solo a la represión, sino al hecho que la oposición no ha logrado convertirse en una verdadera opción política.
Las locuras de la dictadura
En esas circunstancias, la pandemia del coronavirus ha venido a cambiar la situación política, empeorando las condiciones para la lucha. No solo debemos cuidarnos de la policía asesina que patrulla las calles, sino que ahora debemos cuidarnos de un asesino silencioso, sin rostro, que esta matando decenas de miles de personas en todo el mundo.
La repuesta de la dictadura Ortega-Murillo a la pandemia, ha sido una locura completa. En vez de aplicar las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS) sobre el distanciamiento social y la cuarentena generalizada, en sentido inverso, la dictadura ha ordenado lo contrario: organiza marchas, fiestas y concentraciones populares.
Pareciera que estas “locuras” de la dictadura, esconden un frio calculo para que se instale la pandemia, que comience la mortandad (como ha ocurrido en Guayaquil, Ecuador), para en medio del enorme caos social que se generaría, aparecer como el único gobernó capaz de mantener un mínimo orden, por la fuerza de las armas.
Además, la dictadura esta aprovechando la pandemia para que los gobiernos que la han sancionado, le levanten las sanciones económicas, bajo el pretexto de que es necesario la “ayuda humanitaria”.
La respuesta estéril de la oposición
La pandemia ha acentuado la desmovilización popular. Predomina un natural sálvese quien pueda. En ese contexto, la oposición ha dado una repuesta equivocada a la nueva situación política. En un primer momento, tanto la Alianza Cívica por la Justicia y la Democracia (ACJD), como la Unidad Nacional Azul y Blanco (UNAB), principales agrupaciones fundadoras de la llamada Coalición Nacional (CN), se concentraron en una campaña mediática a favor de lavarse las manos y de quedarse cada quien, en sus casas, es decir, a favor de la cuarentena que la dictadura se niega a decretar.
El problema de esta política es que contribuye a dispersar y debilitar aún más la resistencia popular. Se pierde el horizonte de la lucha política, en momentos en que se avecina una catástrofe nacional, que es cuando la oposición debería estar mas activa, indicando al pueblo cual debe ser el camino a seguir. La campaña mediática a favor de lavarse las manos y quedarse en casa, refleja una concepción y métodos propios de ongs.
Incluso, en el seno de estas agrupaciones surgieron voces, como la de Félix Maradiaga, llamando confusamente a una “tregua” para enfrentar la pandemia. Ante los ataques en las redes sociales, Maradiaga se retractó y se golpeó el pecho en público. No obstante, este llamado reflejó la enorme preocupación de los empresarios y los realineamientos dentro de la oposición.
La Coalición Nacional se esfumó
Tanto la ACJD como la UNAB sacaron posiciones publicas diferentes. La CN como tal desapareció en esta coyuntura, lo que indica que es un proyecto pegado con saliva, que fue creado para ocultar, bajo la bandera de la unidad, las debilidades propias de la oposición. Como muestra un botón. El Partido Liberal Constitucionalista (PLC) salió con una posición propia, presentando un proyecto de ley para reformar el presupuesto general de la república, y destinar 1,600 millones de córdobas para combatir los efectos económicos de la pandemia.
La UNAB, después de una intensa discusión interna, modificó su posición inicial, y comenzó a enarbolar propuestas económicas, para mitigar los efectos de la crisis económica que tiende a causar enormes conmociones sociales.
Las cámaras empresariales se separan
Nicaragua ya lleva tres años en recesión económica. Una agudización mayor de esta crisis, aterroriza a los empresarios. Por eso el Instituto Centroamericano de Administración de Empresas (INCAE), emitió un solemne Mensaje a la Nación, analizando la gravedad de la crisis y solicitando lo siguiente:
“(…) Pedimos al Gobierno y a todos los sectores de la sociedad, a la Iglesia y las comunidades del país, que trabajen unidos y de forma coordinada en preparación para afrontar este mortal virus. En este momento hay que pensar en salvar vidas y dejar a un lado diferencias de cualquier índole.
Solicitamos a los organismos internacionales que consideren liberar recursos ya comprometidos con el país para dedicarlos a las prioridades de la pandemia, y aumentar el acceso de Nicaragua a mayores recursos conforme la pandemia lo demande, por razones humanitarias y socioeconómicas (…)”. (La Prensa 31/03/2020)
Ese mismo día, un editorial del diario La Prensa bendijo la propuesta del INCAE:
“(…) La propuesta del INCAE es excelente, sin duda. Unida a las que han presentado otros sectores de la sociedad civil y académica (…) podría configurar una formidable estrategia de unidad nacional para enfrentar con mejores posibilidades de éxito la amenaza del coronavirus y salir de esta con el menor daño humano, social y económico posible (…)”. (31/03/2020)
Dos días después, las cámaras empresariales, sin decirlo publicamente, se separaron de la CN. El Consejo Superior de la Empresa Privada (COSEP), la Cámara de Comercio Americana de Nicaragua (AMCHAM) y el centro de pensamiento conocido como Fundación Nicaragüense para el Desarrollo Económico y Social (FUNIDES), suscribieron “(…) el llamado hecho por INCAE el día 31 de marzo de 2020 a trabajar unidos y de forma coordinada para afrontar el virus para que el impacto nacional sea el menor posible. (…) Esta es una situación de interés de todos los nicaragüenses, sin distingo de edad, género, religión u opción partidaria. (…) Aún estamos a tiempo para tomar las medidas necesarias. En un segundo pronunciamiento estaremos comunicando las medidas que consideramos deben implementarse de inmediato. (…)”
La enésima muerte de Daniel Ortega
Este viraje suave de las cámaras empresariales, buscando desesperadamente un acercamiento discreto con la dictadura, para supuestamente combatir eficazmente la pandemia, no fue percibido por la población, porque la noticia de la supuesta muerte de Daniel Ortega ocupó la atención.
No es la primera vez que, en momentos de crisis, se corre el rumor que Daniel Ortega ha muerto, por el hecho de no aparecer en público. En realidad, Daniel Ortega ha muerto para la mayoría de la población, cuando ordenó la masacre de estudiantes en abril del 2018 y la posterior represión contra los tranques.
Las cámaras empresariales no han sacado todavía el segundo pronunciamiento, sencillamente porque están negociando secretamente con la dictadura, las medidas económicas que se deben aplicar.
No es una exageración afirmar que la dictadura no ha querido aplicar una sola medida en el ámbito económico, precisamente porque no quiere malograr este acercamiento con las elites económicas y financieras del país.
Golpe a las maquilas
Tres años de recesión económica y la pandemia en ciernes, ya esta pasando factura contra la clase trabajadora. Desde el 2018 hasta la fecha se han perdido casi 100,000 puestos de trabajo en el sector servicios, especialmente en turismo.
Pero la parálisis de la economía mundial, tiene un efecto directo sobre las maquilas nicaragüenses. El pasado 24 de marzo, la Central Sandinista de Trabajadores (CST), Confederación Sindical de Trabajadores José Benito Escobar (CST-JBE), Confederación de Unificación Sindical (CUS) y Confederación de Unitaria de Trabajadores (CUT), firmaron con la patronal de Zonas Francas, los siguientes acuerdos:
“(…) 1.- Otorgar permisos laborales con goce porcentuales de salarios. 2. Otorgar anticipo a cuenta de vacaciones. 3. Reducir jornadas de trabajo (aminorando el número de días o bien las horas laborables diarias). 4. Realizar actividades laborales a distancia o teletrabajo, a través de redes de comunicación interconectadas. 5. Realizar suspensiones temporales de contrato de trabajo al amparo del arto. 38 C.T. 6. Usar cualquier otra buena práctica que la empresa considere conveniente, siempre y cuando los trabajadores estén de acuerdo, como por ejemplo; anticipo de antigüedad, paquetes alimenticios y otras. (..)”
Aunque los acuerdos se refieren siempre a contar con la voluntad de los trabajadores, en los hechos no es así. Una buena parte de los trabajadores de Zonas Francas han sido enviados a sus casas a cuentas de vacaciones, es decir, la cuarentena es pagada por los propios trabadores, con el riesgo que se agota el plazo de las vacaciones y la pandemia continúe.
El Movimiento Maria Elena Cuadra (MEC), una ong que trabaja en zonas francas, ha realizado un monitoreo, después de dicho acuerdo, dando a conocer los resultados: “(…) 1.- 49,895 enviados bajo el concepto de vacaciones. 2.- 9.700 bajo la modalidad de permiso especial, con el pago del 50% del salario mínimo 3.- bajo la modalidad de Suspensión Colectiva con el artículo 38 del Código Laboral: 3,000 trabajadores suspendidos. 4.- despedidos con el art 45 del Código Laboral: 2,155 trabajadoras/es. (…)”
Se requieren mayor beligerancia de la oposición
En los últimos días, la UNAB ha superado el impasse y ha estado mucho más activa, demandando al Estado lo siguiente:
“1.- Liberación total de todos los presos. (…) 6.- Reforma presupuestaria y reasignación de recursos de la cooperación internacional para uso prioritario, así como asegurar equipos de protección para el personal sanitario. (…) 7.- Transparencia de los recursos nacionales o donaciones. (..) 8.- Acceso y difusión de los datos de la pandemia. Acceso a la información pública es un derecho consignado en la constitución y ley correspondiente. (…) 10.- Suspensión del pago de los servicios de agua potable y energía para los sectores de menor consumo, no se debe suspender estos servicios básicos por falta de pago, también se debe asegurar la distribución del agua en barrios y municipios que no tienen acceso. (..) 12.- SIBOIF debe autorizar el congelamiento inmediato y momentáneamente el pago de préstamos, hipotecas y tarjetas de créditos y prever un mecanismo para diferir los montos atrasados a lo largo de varios meses sin recargo en las tasas de interés”.
Estos puntos deben ser apenas el inicio de elaboración de un programa de lucha, de propuestas y exigencias, para mitigar los efectos de la crisis y la pandemia, pero que al mismo tiempo conviertan a la oposición en una real opción de poder