Por Sebastián Ernesto González

El día jueves 16 de febrero, el Congreso Nacional eligió por mayoría de votos a los 15 magistrados que conforman el Pleno de la nueva Corte Suprema de Justicia, cuya duración es de 7 años. Para la conformación de la misma, los 3 partidos políticos mayoritarios; LIBRE, Nacional y Liberal lograron consensuar la nómina, siendo la integración de 6 magistrados para LIBRE, 5 para el Partido Nacional y 4 para el Partido Liberal. La votación fue de 117 votos a favor, 10 votos en contra y 1 abstención.

Los votos en contra de la nómina presentada correspondieron a 9 diputados del Partido Salvador de Honduras (PSH) y un diputado del Partido Liberal (Marlon Lara). La abstención fue de la diputada del Partido Anticorrupción (PAC). Considerando la fuerte campaña previa orientada a “satanizar” al gobierno de LIBRE como un “régimen que tiende al comunismo”, puede decirse que la votación alcanzada en el Congreso Nacional es un triunfo político para el Partido LIBRE, principalmente de su coordinador, el expresidente Manuel Zelaya Rosales. La campaña desatada con un discurso ya muy desgastado y proveniente principalmente de ONGs, Partido Nacional, algunos liberales, PSH y noticieros muy allegados al exgobernante Juan Orlando Hernández, no incidió en el resultado final de la elección del Pleno de la CSJ, el acto dentro del Congreso Nacional fue una repetición de los resultados del 28 de noviembre de 2021: un triunfo para el Partido LIBRE, peor aún, una vez realizada la votación, todos en conjunto celebraron sin importar los discursos virulentos de Tomás zambrano o personajes del Partido Liberal. Mientras casi la totalidad de los partidos políticos celebraban, los 10 diputados que votaron en contra de la CSJ electa, mostraban sus rostros muy desencajados y su tono de voz manifestaba el impacto de la derrota.

¿Quiénes perdieron?

“El arte de la política es saber aprovechar las oportunidades” dice un estribillo por ahí, sin lugar a dudas que, quienes más perdieron en este proceso fue el Partido Salvador de Honduras, tomando en consideración que el designado presidencial Salvador Nasralla ha participado en tres procesos electorales, y, en los últimos dos procesos en alianza con el Partido Libertad y Refundación (LIBRE), de ahí que, al repetir el mismo discurso que el jefe de la bancada del Partido Nacional le evidencia como más ligado a la ultraderecha  que al centro o a la izquierda, el asunto debilitó más aún al partido PSH al brindar sus diputados propietarios el mismo discurso que su polémico coordinador. De ahí que, ya no es extraño sus rostros desencajados y sus opiniones muy sesgadas en cuanto a toda decisión del actual gobierno o del Congreso Nacional.

El comportamiento político en el ingeniero Salvador Nasralla es muy inestable y muy volátil, prueba de ello es que en el 2013 participó como candidato presidencial con su Partido Anticorrupción (PAC), sus diputados del periodo (2014-2018) fueron clave para la elección del Pleno de la CSJ que acaba de finalizar, estrechamente ligados al ahora delincuente Juan Orlando Hernández. Nasralla, en el 2017 perdió a su partido PAC al asumir la candidatura presidencial en una alianza con el Partido LIBRE, presidencia que le fue arrebatada con un descarado fraude electoral que llevó al país a una crisis política social con muchos asesinatos y detenidos como herencia.

En octubre del 2021, el designado presidencial Salvador Nasralla se alió con el Partido LIBRE para acompañar a Xiomara Castro como candidata presidencial, el triunfo fue contundente en las elecciones generales y la felicidad fue absoluta. El matrimonio entre los dos partidos duró menos de un año y, nuevamente, el inestable comportamiento de Nasralla se llevó de encuentro a los 9 diputados de su partido, algo muy extraño dado el nivel académico de casi todos ellos, pero que, tienen un denominador común: son extremadamente ególatras. Lo incomprensible en estos 10 años de vida política del designado presidencial es que se mueve en cualquier dirección donde sus más superficiales creencias lo impulsan, sin tomar en cuenta un análisis de contexto internacional que lo dirija a un análisis nacional y que le permita tomar decisiones coherentes con la realidad.

El papel del partido PSH en esta elección del Pleno de la CSJ fue repetir el discurso del Partido Nacional creyendo que estos los acompañarían hasta las últimas consecuencias, al final, sucedió lo que ya se sabía que sucedería; un consenso entre los 3 partidos mayoritarios y, donde la condición preponderante fue que no se propondría ningún magistrado en el que el otro partido no estuviera de acuerdo, de ahí que no es extraño, por ejemplo, que al final no fueron parte de la lista de 15 bendecidos los muy cuestionados Daniel Sibrián (actual Fiscal Adjunto) o Yuri Melara (ambos del Partido Liberal), según el diputado liberal Marlon Lara, esta decisión fue una imposición del asesor presidencial Manuel Zelaya, motivo por el cual votó en contra de la nómina.

El PSH con sus 10 diputados, ahora, deja en evidencia una profunda división; con 9 diputados que repudian al presidente del Congreso Nacional (Luis Redondo) contra los diputados suplentes que le apoyan. La guerra entre propietarios y suplentes ya inició, la diputada Suyapa Figueroa les respondió en un twit “Tres tristes tigres tragaban y no era trigo y tampoco donde estaban era un trigal...”, la explicación del sarcasmo de la doctora Figueroa no necesita explicación.

En resumen, la elección del Pleno de la CSJ fue un consenso político y, en consecuencia, los grandes perdedores fueron los 9 diputados del PSH junto al sector recalcitrante ligado al golpista de Roberto Micheletti en el Partido Liberal. Un Partido Nacional que sigue pataleando como reacción al repudio que recibió en noviembre del 2021, muchas ONG que se volvieron multi millonarias en el régimen de JOH y por supuesto, los mismos candidatos que fueron descalificando por razones obvias.

¿Quiénes ganaron?

Sin lugar a dudas que, el papel realizado por la Junta Nominadora ha sido la mayor gananciosa al recibir halagos de todos los sectores de la sociedad y de la comunidad internacional, aún y cuando hubo muchas opiniones cuestionando a varios de los candidatos. Sobre el respecto, el representante suplente de la Sociedad Civil, Tomás Andino, manifestó «Son de la preferencia de otros sectores que los apoyaron y que ven cualidades en ellos porque a sus intereses son funcionales», además, agregó, siempre en alusión sobre las diversas denuncias o “tachas” que recibieron los diferentes candidatos «Respecto a eso no tenemos un visto bueno, pero aceptamos la realidad del juego y la realidad del juego es lo que la mayoría decidiera y así se fue, pero nosotros no apoyamos a algunos y es de público conocimiento, y pues creemos que eso deberían de revisarlo pero eso ya es decisión de los partidos». Contracorriente (31/01/23).

Es decir, con algunos candidatos que lograron colarse por la incidencia de la mayoría de miembros de la Junta Nominadora, correspondía a los partidos políticos integrarlos o desecharlos, tal y como sucedió con Daniel Sibrián y Yuri Melara.

Los otros ganadores fueron los 6 magistrados sustitutos que se nombraron, dos por partido (LIBRE, Nacional y Liberal), este acuerdo quedó muy bien disfrazado y está siendo utilizado para desmeritar desde ya al Pleno de la CSJ electa. La campaña proviene siempre de sectores como el Consejo Nacional Anticorrupción (CNA) o el PSH. Para el caso, la titular del CNA, Gabriela Castellanos, escribió en un twit “La nueva Corte Suprema de Justicia empieza a pagar el pacto político: crear suplentes para las maniobras en la sombra de la justicia”.

Otro gran ganador ha sido el Partido Libertad y Refundación (LIBRE), iniciaron pidiendo 8 (de 15) magistrados porque habían ganado contundentemente las elecciones generales de noviembre de 2021, sin embargo, al paso de las negociaciones se bajaron a 6 magistrados, pero, además, lograron imponer la presidenta de la Corte y que, el Partido Liberal no metiera a dos personajes muy inmiscuidos en el golpe de Estado del 2009 y en casos de corrupción.

Con la experiencia de enero de 2021, cuando 23 diputados del Partido LIBRE se aliaron con el Partido Nacional para elegir una Junta Directiva del Congreso Nacional que presidiría Jorge Cálix, el fantasma de la traición atemorizaba al partido en el gobierno, no obstante, la elección de la CSJ deja claro que la unidad es real en el partido gobernante.

Lo que espera el pueblo

Sin duda alguna que, el aparato de corrupción institucional instaurado por los doce años del Partido Nacional aún no se desbarata, falta mucho por hacer. Elegir una CSJ sin la circulación de dinero proveniente del narcotráfico ya es un avance, no como el que se quisiera como lo manifestara el Licenciado Tomás Andino. Corresponde a la población mantenerse vigilante del accionar de todo el sistema judicial, de tal forma que, no se castigue al inocente y se deje libre al culpable, que no se venda el territorio ni se entreguen los recursos naturales a las trasnacionales.

El pueblo debe levantar la bandera de lucha que los 15 magistrados de la próxima CSJ sean electos con voto directo en las urnas, que no sean los partidos políticos los que elijan ni que sea una Junta Nominadora influenciada por sectores económicos o aparatos de sociedad civil con un historial nebuloso.

La Corte Suprema de Justicia, más allá del género o de los grupos étnicos, requiere de magistrados probos, justos e intachables, aún estamos lejos de alcanzar la igualdad y justicia social, pero, sin lugar a dudas que, al narco Partido Nacional se le ha caído el último poder que ostentaba, corresponde a la nueva CSJ el camino a seguir.

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