Por Luz Angélica Mencía
Después de grandes jornadas de lucha, que obligaron a Rectoría de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH) a negociar, la actividad el Movimiento Estudiantil Universitario (MEU) se ha reducido a dos tareas principales: negociar las Normas Académicas y la realización de elecciones de Carrera, dejando de lado las movilizaciones y las luchas que le dieron fuerza y estructura al movimiento.
A pesar de imponerse la desmovilización, retomando la dinámica que le dio vida al movimiento estudiantil universitario, el día jueves 25 de agosto, los y las estudiantes salieron nuevamente a las calles, pero en esta ocasión con diferentes consignas: “No a la Reelección”, “A 5 meses del asesinato de la compañera Berta Cáceres, exigimos justicia”, entre otras consignas principales.
Represalias contra docentes
Esta pequeña pero combativa movilización le hizo un llamado de atención directo a las autoridades universitarias, que cumplan con los puntos establecidos en el Acuerdo firmado en la mesa de diálologo. Los estudiantes estamos cumpliendo a cabalidad cada uno de los puntos. Sin embargo, las autoridades, mediante “juegos” sucios, irrespetan el artículo numero 4 de dicho Acuerdo, donde se estableció claramente que no habrían represalias contra los docentes o estudiantes que habían apoyado de una u otra manera al movimiento. No obstante, las autoridades han suspendido por 8 días a dos catedráticos, Nelson García y Margarita Pavón, quienes en su momento denunciaron las políticas represivas y se solidarizaron con el MEU, también existen casos documentados de amenazas de jubilación a otros catedráticos.
Retomar la movilización
Durante todo el proceso de organización de la lucha estudiantil, quedó claro que el MEU se convirtió en una fuerza beligerante, con autoridad y capacidad de respuesta y acción. El MEU fue reconocido por la comunidad estudiantil, gracias a sus métodos democráticos de consulta y toma de decisiones a través de las asambleas generales, donde todas y todos tenían oportunidad de verter sus opiniones y sentar las bases del cambio dentro de la UNAH. En la comunidad estudiantil se dieron posturas políticas tan claras como la posibilidad de renunciar al periodo académico si era necesario, con tal de llevar la lucha hasta el final. Decenas de compañeros y compañeras judicializados estaban y siguen estando dispuestos a ir a la cárcel con tal de vencer.
Entonces, es fundamental para el movimiento estudiantil retomar la lucha y las acciones de presión, ya que los acuerdos firmados están siendo incumplidos. Ese Acuerdo, vale la pena aclarar, fue una victoria parcial, no fue una victoria total. Por eso vemos a rectoría recuperándose de la paliza y tratando de retomar la ofensiva. Los hechos están demostrando que las autoridades trabajan solapadamente para garantizar que los cambios, que están forzados a realizar sobre las Normas Académicas, no afecten sus intereses mezquinos. Ellos seguramente alegaran que las propuestas del MEU no se encuentra dentro de los Acuerdos, trataran de tergiversar lo que está claramente escrito, alegando, como en ocasiones pasadas, que los estudiantes entendieron mal lo que decía el documento. Lo sabemos de antemano.
Una maniobra electoral
En esas condiciones, es importante evidenciar que la lucha estudiantil no se ha ganado, no hemos cumplido todas nuestras metas, que solo obtuvimos victorias parciales, y que por ello no debemos permitir que el tema electoral profundice la desmovilización estudiantil. Aunque en algunas carreras, han quedado ratificados muchos de los dirigentes que encabezaron la pasada lucha, debemos luchar contra el conformismo y la desmovilización. No podemos ser inocentes al creer que este proceso electoral llevara al movimiento a la toma de posiciones de poder dentro de la UNAH, ya que la dinámica electoral es una maniobra por parte de las autoridades para desarticular la lucha.
No es una coincidencia que iniciaran las clases de forma tan prematura. Las elecciones generales deben llevarse a cabo a más tardar en noviembre y la fecha límite para la aprobación de las nuevas Normas Académicas es hasta febrero de 2017. Si no se realizan en este plazo, los artículos lesivos para los estudiantes, que fueron suspendidos temporalmente, entrarían nuevamente en vigencia de no aprobarse las nuevas Normas Académicas.
Una política aclara
En estos espacios es donde debemos tener una política académica clara. Los representantes de carrera no deben convertirse en monigotes de los entes administrativo, no debemos permitir que algunos arribistas pequeñoburgueses suban a posiciones de poder aprovechándose de su condición de dirigentes, manipulando los objetivos de la lucha.
Es necesario que dentro de las asociaciones en la UNAH se discutan claras políticas para evitar la burocratización del movimiento estudiantil. De igual manera, debemos retomar los espacios de construcción junto a los demás sectores de la universidad, para fortalecer el movimiento junto a los y las docentes, crear una dirección política que nos brinde las herramientas necesarias para combatir al sistema neoliberal educativo, porque esta no es una lucha por una normativa académica solamente, sino que es una lucha contra una política de educativa nefasta y excluyente que impulsa el Estado de Honduras, que perjudica a nuestra población, donde los más desprotegidos no tienen acceso a la educación. Otra de las tareas es concretizar a través de una Plataforma Unitaria el acercamiento concreto al movimiento popular en general.
La Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH) debe pintarse nuevamente de pueblo.