Por Justo Severo Izquierdo
La semana anterior el presidente Juan Orlando Hernández determinó cerrar de manera abrupta la Dirección Ejecutiva de Ingresos (DEI), evidenciando una vez más el abuso de poder y las prácticas despóticas en contra de la clase trabajadora. La DEI pasó a la historia (en apariencia) después de 21 años de actividad desde su creación en diciembre de 1994. La estatal fue establecida para cumplir con las funciones de recaudar, fiscalizar y cobrar los impuestos tributarios y aduaneros en el país.
1,500 empleados despedidos
Luego que el presidente Juan Orlando Hernández anunciara en diciembre de 2015 la creación de un nuevo sistema tributario novedoso, moderno y tecnológico, con personal altamente calificado que ayudaría a eficientar el cobro de impuestos, jamás pensaron los empleados de la DEI que se trataría de un golpe más a la clase trabajadora. A todos les tomó por sorpresa ingresar a las instalaciones y verse obstaculizados por un fuerte contingente de efectivos del Ejército y de la Policía Militar, quienes irrumpieron en las oficinas para desalojar a todo el personal de la institución. La medida creó desconcierto, angustia y tristeza, pero sobre todo indignación por parte de los trabajadores, quienes criticaron fuertemente al presidente Hernández y a la directora ejecutiva Mirian Guzmán por tan vil acción.
Según los afectados, el cierre y liquidación de la DEI fueron notificados por cuadrillas de limpieza de la Alcaldía Municipal del Distrito Central (AMDC), no así por las máximas autoridades. El despido por donde se mire es totalmente arbitrario, muchas personas quedaron sin empleo y con sus sueños y proyectos truncados, incluso fueron despedidas hasta mujeres en estado de embarazo, personas en edad para jubilarse; Por consiguiente, el despido de estos empleados crea un fuerte impacto en la clase trabajadora del país, son mil 500 personas que engrosarán las estadísticas de los desempleados, mil 500 familias que quedarán sin sustento.
Gobierno continúa privatizando las instituciones del Estado
El cierre de la DEI no es más que el cumplimiento firme del gobierno de JOH a las determinaciones que impone los Organismos financieros internacionales. El país siempre ha estado supeditado al sistema económico impulsado por el Fondo Monetario Internacional (FMI). Desde el golpe de Estado del 2009, la dependencia fue mayor, Honduras entró en una profunda crisis económica, la necesidad de salir del aprieto obligó a los gobiernos de Pepe Lobo y Juan Orlando Hernández a pactar y aceptar las condiciones de estos entes financieros, con tal de ser financiados y fortalecidos económicamente.
Dentro de esta dinámica, el FMI dirige las políticas del gobierno e impone las políticas neoliberales que asfixian cada vez más al país. Muchas empresas estatales han sido afectadas por las recomendaciones de estos organismos, todas manejan un mismo patrón: reducir a través de despidos el número de trabajadores públicos, destruir las organizaciones sindicales y apostarles a las inversiones público privadas, todo eso a cambio de financiar al Estado. Así han caído empresas emblemáticas como la Empresa Nacional de Energía Eléctrica (ENEE), la Empresa Nacional de Telecomunicaciones (Hondutel), la Empresa Nacional Portuaria (ENP), el Servicio Autónomo Nacional de Acueductos y Alcantarillados (SANAA), todas ellas han pasado por la depuración y actualmente se encuentra en procesos de transición a través de inversiones público-privadas. Estas acciones han causado el despido de miles de trabajadores sin que el gobierno se interese en el impacto que ocasiona esta medida a la clase trabajadora.
Lo ocurrido en la DEI es exactamente lo mismo que ocurrió con las empresas anteriormente mencionadas, el fin es el mismo, privatizar los servicios públicos. Por otro lado, existe la sospecha que el cierre repentino de la DEI ha sido aprovechado por algunos grupos empresariales pro-gobierno que le adeudan al Estado hondureño cantidades enormes, el fin es borrar algunos datos para desaparecer montos y sustituirlo por otros, todo a cambio de apoyo político durante la próxima campaña electoral de Hernández.
Ante la deplorable situación en que se encuentra la clase trabajadora hondureña, exigimos el reintegro inmediato de cada uno de los empleados despedidos de la Dirección Ejecutiva de Ingresos (DEI) y las demás empresas estatales, llamar a todos los sectores para frenar los planes entreguistas de JOH que causan hambre y miseria en el país.