Por Justo Severo Izquierdo

La elección del pleno de magistrados de la nueva Corte Suprema de Justicia (CSJ) en Honduras se realizó tras un largo y extenuante proceso que mantuvo tensas a las cúpulas del bipartidismo; luego de cinco intentos infructuosos, al final, en un sexto intento, se logró conformar la nómina impuesta por el gobierno de los 15 magistrados que conformarán el Poder Judicial hasta el 2023. A partir de allí el camino se encuentra listo y servido para que el proyecto reeleccionista de Juan Orlando Hernández se ejecute sin obstáculo alguno.

Así lo pregona la gente más cercana y colaboradora del mandatario, aunque JOH no lo diga públicamente y otros nacionalistas lo suavicen con frases sutiles, es el punto de agenda en este año. “Lo que queremos dejar claro para que no haya duda y es que en el Partido Nacional vamos por la reelección del Presidente Juan Orlando Hernández y en eso enfocaremos nuestro trabajo” (Francisco Rivera, diputado por el departamento de Olancho). Mientras que el diputado por el departamento de Santa Bárbara, Rolando Dubón Bueso, expuso que como la reelección está permitida y por tanto hay “luz verde” para ello (La tribuna 9 de febrero 2016).

Injerencia norteamericana

El proyecto reeleccionista de JOH marcha viento en popa, así lo demuestra el control que ejerce el mandatario sobre los tres poderes del Estado. La elección de esta nueva corte es lo que le faltaba para estructurar todo un aparato que lo consolide como un gobierno bonapartista. Este proceso reeleccionista ha contado con el empuje del gobierno de Los Estados Unidos a través de la Embajada Americana. El imperialismo ha reconocido la tremenda crisis institucional que atraviesa el Estado de Honduras desde hace mucho tiempo. La clase política hondureña ha contribuido a elevar los niveles de descrédito y desconfianza en la ciudadanía y comunidad internacional; el país tocó fondo con los últimos actos de corrupción de políticos y empresarios ligados al bipartidismo que llevaron al país a la calamidad.                                                                                                            

Con el ánimo de poner orden, el imperialismo ejerce un enorme nivel de intervencionismo, a tal grado que todas las decisiones de JOH y los diversos entes del Estado pasan subordinadas a lo que diga la embajada gringa. Esto ha llevado a Estados Unidos a emplear alianzas con sectores tradicionales y poner las cartas sobre la mesa para imponer sus políticas. No es casual la desarticulación de grupos de narcotraficantes como los Cachiros y los Valle, políticos de gran envergadura que en Honduras eran intocables, y el caso de Rafael Leonardo callejas y tres miembros de la familia Rosenthal, todos extraditados para rendir cuentas ante las leyes norteamericanas. Esta intervención le ha permitido a JOH subordinarse y cumplir al pie de la letra el mandato del amo.

Reelección presidencial depende de los Estados Unidos

Juan Orlando Hernández, desde que fungió como presidente del Congreso Nacional, creó un proyecto reeleccionista que se fue consolidando cada vez más hasta llegar al punto actual, ganar los tres poderes del Estado. El último logro y el más codiciado es haber ganado la presidencia y el control de la Corte Suprema de Justicia; antes había derogado las figuras jurídicas aprobadas en el 2013, frenó las reformas electorales como la segunda vuelta y la emisión de una nueva tarjeta de identidad al igual que el control del Registro Nacional de las Personas; logró reformar la Ley de Funcionamiento del Consejo Nacional de Defensa y Seguridad, la instancia desde donde alcanza control legal de todos los poderes del Estado.

La reelección de JOH solo espera la venia del gobierno norteamericano, éste es el que decidirá qué figura dentro de la reelección conviene más: la reelección continua, la alterna o indefinida. La estrategia de la embajada americana, de obligar a JOH a promover un diálogo abierto con las demás fuerzas políticas, le da en apariencia un tono de alto espíritu democrático. Todas las fuerzas políticas, de alguna manera coinciden con el tema de la reelección, después que ésta fue la manzana de la discordia en el conflicto que se suscitó en el 2009. El partido Libre con Manuel Zelaya Rosales y el Partido Nacional con figuras como Porfirio Lobo, Rafael Leonardo Callejas y el propio Juan Orlando Hernández están completamente de acuerdo con la reelección, el tan esperado diálogo no es otra cosa que ponerse de acuerdo entre todas las fuerzas políticas sobre la alternancia en el poder.

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