Por Maximiliano Fuentes
La elección de los magistrados de la Corte Suprema de Justicia evidenció la debilidad de los partidos de oposición, pues a pesar de haber postergado el nombramiento de los quince magistrados por un espacio de tres semanas, logró imponerse la orientación política del Partido Nacional y su homólogo el Partido Liberal de Honduras. El primero, logró afianzar el control en la institucionalidad del Estado, en alguna medida por el resquebrajamiento en el voto de las bancadas del Partido Anticorrupción (PAC) y del Partido Libertad y Refundación (LIBRE).
Debilitamiento de LIBRE
El zelayismo se ha caracterizado, entre otras cosas, por ejercer presión por medio de las movilizaciones o acciones parlamentarias como aspectos tácticos para luego emprender las negociaciones y establecer acuerdos a espaldas de sus bases y del pueblo en general. Este comportamiento oscilante, fue decisivo en la derrota de la lucha contra el golpe de Estado. De acuerdo a declaraciones del Sub-Coordinador General de LIBRE, hasta antes de ser expulsado, Esdras Amado López, Zelaya y otros diputados habían establecido un proceso de negociación con Juan Orlando Hernández para llegar a un acuerdo para el nombramiento de los magistrados restantes. Sin embargo, Zelaya le sacó ventaja a Amado López, quien evidenció su avaricia y compromiso con la política de Juan Orlando Hernández y del Partido Nacional. No obstante, el mismo Esdras Amado López mostró en un programa televisivo un grupo de cheques emitidos desde la casa de gobierno a nombre de diputados de la bancada de LIBRE.
Elevación de Nasralla
Es tan evidente la ausencia de una dirección beligerante y comprometida con los procesos de cambio del país, que Salvador Nasrralla ha logrado convertirse en un referente, sobre todo en los sectores de la clase media y con algún grado de escolaridad. El presentador de televisión ha logrado impulsar mediante sus críticas y posicionamientos su candidatura política por encima de LIBRE, de los Partidos Nacional y Liberal, al menos así lo demuestran las últimas encuestas de opinión.
Lamentamos de forma profunda el papel de las corrientes internas de LIBRE, sobre todo de aquellas que se autoproclaman de izquierda, dado que la lucha es desde la institucionalidad de los golpistas y corruptos y se dejó a un lado el proyecto refundacional por medio de una constituyente del pueblo trabajador.
De la misma forma que LIBRE, el Partido Anticorrupción ha empezado a demostrar enormes fisuras producto de la composición social de sus integrantes. Eso por un lado, pero también por el control caudillezco de Nasrralla, razón de su distanciamiento con Luis Redondo diputado por el departamento de Cortés. Pero, tanto PAC como LIBRE no son partidos centralistas y democráticos, se imponen las decisiones de sus principales dirigentes y no se discuten las posiciones partidarias en sus organismos de dirección, por tal razón las acciones de sus diputados terminan contradiciendo las líneas o programas de sus partidos, precisamente porque existen intereses individuales.
Las debilidades de los partidos oposición con mayor cantidad de diputados se reproducen en los otros organismos políticos. Lo ocurrido en el Partido Democracia Cristiana de Honduras (PDCH), bastión del Partido Nacional de Honduras y de los sectores de poder, tiene consecuencias importantes en la estructuración del nuevo escenario político electoral. La defenestración del poder de Cruz Ascencio y la conformación de VAMOS no puede entenderse en un contexto político donde el Partido Nacional no pretenda la reelección del Presidente de la República. La intención sigue siendo la misma, habilitar la mayor cantidad de fuerzas políticas para arrebatarle la mayor cantidad de votos a LIBRE o a PAC.
Zelaya y Nasrralla, líderes de la oposición, no logran establecer puntos de acuerdo y mucho menos impulsar una candidatura única, sobre todo, porque ambos aspiran al poder y no necesariamente a la transformación de Honduras al servicio de lo más pobres.
Las negociaciones para una constituyente
Juan Orlando Hernández ha hecho el llamado a todas las fuerzas políticas para establecer un proceso de negociación y reformar la constitución. Llamado que han respondido de forma favorable, siempre y cuando se cumplan los requisitos preestablecidos por la oposición. Todo apunta a que las reformas o la instalación de una constituyente será una realidad. Desde el PSOCA no nos oponemos al cambio, sin embargo alertamos sobre los peligros de instalar una constituyente desde las alturas, dado que no se considerarán los intereses reales del pueblo trabajador.