Por Martha Osorio

La experiencia de la huelga general del magisterio de agosto de 2010 y marzo de 2011 es amarga. El resultado es un magisterio atemorizado de salir a las calles por la amenaza permanente de ser despedido y que desconfía totalmente de la dirigencia. Esa desconfianza no es casual; en agosto de 2010 la dirigencia casi en su totalidad, maniobró para que la base firmara un acuerdo de 21 puntos con el gobierno de Porfirio Lobo, ese acuerdo implicaba la entrega del Estatuto Docente y la entrega del Inprema.

Al final, el régimen derrotó al magisterio e impuso por la fuerza su agenda de corte neoliberal en el sistema educativo. Sin embargo, dentro de la conciencia gremial es inolvidable la división en la cúpula magisterial, por un lado los oportunistas que le claudicaban al gobierno y por el otro los ultra radicales que no hicieron una lectura correcta de la situación nacional posterior al golpe de Estado.

Desplazando a las dirigencias, un grupo de maestros se organiza

Desde hace unos meses, un grupo de docentes en edad de jubilarse se ha organizado para iniciar acciones encaminadas a revertir un poco la Reforma a La Ley del Inprema, aprobada en 2011. Desde las primeras reuniones de esta base del magisterio, se condicionó el apoyo a la misma, siempre y cuando la dirigencia no metiera sus narices en el proyecto. Obviamente, la desconfianza hacia los dirigentes sigue latente y el maestro que perdió su digna y honrosa jubilación no los perdona.

Los culpables quieren halar agua hacia su propio molino

Los principales responsables de esta inhumana ley aprobada por diputados liberales y nacionalistas son los primeros en lavarse las manos a lo Poncio Pilatos, y ahora quieren congraciarse con el magisterio, permitiéndole a unos 10,000 docentes que se jubilen con la antigua Ley. A este respecto, Mauricio Villeda, ex candidato presidencial del PL manifestó “Hace poco el Concejo Central Ejecutivo del Partido Liberal le remitió una iniciativa a la bancada liberal en el Congreso Nacional propuesta por un grupo de maestros de distintos puntos de Honduras para que se reforme la vigente Ley de Inprema.” (LT 10/08/2014).

No sería extraño que el régimen aplique la política de “el garrote y la zanahoria”, y que después de los garrotazos asestados ahora se maquillen las reformas, permitiéndole a estos docentes jubilarse.

Inmediatamente, los directivos del Inprema han salido a dar declaraciones poniendo un embudo a la amnistía, asegurando que para aprobar tal amnistía se tendría que subir las cotizaciones a un 30 % entre docente y gobierno (Actualmente es del 20 %).

Pero no solo los diputados se lavan las manos. En el Editorial del Coprumh del día 21 de septiembre se lee lo siguiente “…deberíamos respaldar masivamente esta iniciativa sin andar peleando ningún protagonismo; los compañeros ya iniciaron este movimiento y habrá que respaldarlo…bien podría convocarse a una gran asamblea nacional de todos los compañeros y compañeras que estamos en los rangos de edad y jubilación…debemos dejar de lado todo sectarismo y unirnos por esta hermosa causa”.

Las burocracias a un lado y a democratizar los colegios magisteriales para organizar la lucha

Más que el golpe de Estado, fue el sectarismo y las burocracias que se adueñaron de los colegios magisteriales la que ocasionaron más daño. No se logrará la unidad y la confianza mientras sigan siendo los mismos quienes estén al frente de las organizaciones. Por eso, antes de acuerpar lo propuesto en el editorial del Coprumh, exigimos que los dirigentes y sus grupos oficialistas se hagan a un lado y se convoquen a asambleas nacionales donde se elija una nueva dirección del magisterio, para rescatar la FOMH es imperativo democratizar los colegios.

Felicitamos a la base formada por estos maestros en edad de jubilarse y que se han organizado para un propósito reivindicativo; es probable que el Congreso Nacional apruebe la amnistía, sin embargo, la mejor forma de revertir lo perdido es mediante la lucha y sin leyes excluyentes. Pero para volver a la lucha el magisterio también debe unificarse alrededor de una propuesta que debe salir de la misma base.

Desde el Colectivo Manuel Flores invitamos a todos los y las docentes a que generen espacios de discusión y reflexión de la problemática actual. Que la sangre de los mártires del magisterio no haya sido en vano.

¡Sangre de mártires, semilla de libertad!

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